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Estudian la Utilidad de la Glucosamina en la Reducción del Dolor Producido por la Artrosis

  • AUTOR : Wen Z, Tang C, Jean Y y colaboradores
  • TITULO ORIGINAL : Glucosamine Sulfate Reduces Experimental Osteoarthritis and Nociception in Rats: Association with Changes of Mitogen-Activated Protein Kinase in Chondrocytes
  • CITA : Osteoarthritis and Cartilage 18(9):1192-1202, Sep 2010
  • MICRO : La glucosamina podría cumplir un papel importante en la protección de la matriz cartilaginosa y del metabolismo condrocitario. De esta forma, sería capaz de aliviar los signos y síntomas clínicos de la artrosis y retrasar su progresión.

Introducción

La artrosis es una enfermedad degenerativa progresiva, que puede afectar prácticamente cualquier articulación del cuerpo. Se caracteriza por la degradación del cartílago articular y tiene mucha relación con la inflamación crónica. El dolor que produce se localiza principalmente en la región articular, pero también puede sentirse en áreas adyacentes, e incluso alejadas del sitio, por un mecanismo conocido como alodinia o hiperalgesia secundaria. Este proceso sería el resultado de una sensibilización del sistema nociceptivo central.

La glucosamina es el monosacárido precursor de los principales componentes del cartílago, los glucosaminoglucanos. Se ha comprobado que la administración de 1 500 mg diarios de glucosamina en pacientes con artrosis durante 3 años previene la pérdida del espacio intraarticular y alivia los síntomas de esta afección. Este hallazgo parece indicar una acción antiinflamatoria de dicho fármaco, que podría modificar la evolución de la enfermedad.

El sulfato de glucosamina es una droga económica, sin efectos adversos graves, con un alto porcentaje de absorción oral y de rápido pasaje al cartílago. Sin embargo, su eficacia como tratamiento para la artrosis aún no ha sido completamente probada.

Las proteinquinasas activadas por mitógenos (MAPK [mitogen-activated protein kinases]) son quinasas que intervienen en el proceso de señalización que comunica la inflamación y otras señales extracelulares al interior de las células. Las quinasas JNK (c-Jun N-terminal kinase) y p38 se activan en respuesta a las citoquinas, mientras que las ERK (extracellular signal-regulated kinases) responden tanto a las citoquinas como a los factores de crecimiento.

Se están creando inhibidores de estas quinasas para el tratamiento de la artrosis, que aparentan ser eficaces para el tratamiento del dolor de la artrosis inducida. No obstante, los efectos in vivo aún no se conocen con certeza.

En este estudio, los científicos investigaron los efectos del sulfato de glucosamina por vía oral sobre la nocicepción de la articulación de la rodilla en un modelo experimental con ratas.

Métodos

Para este trabajo se utilizaron 36 ratas macho de 2 meses de edad. A 24 de ellas se les indujo artrosis de la rodilla posterior derecha, mediante la sección transversal del ligamento cruzado anterior (STLCA). Las otras 3 rodillas se dejaron intactas. A los animales se les permitió la movilidad sin restricciones luego del procedimiento.

Cinco semanas después de la STLCA, se dividió a las ratas en cuatro grupos. Las ratas que habían sido operadas fueron divididas en un grupo de artrosis + glucosamina (12 ratas que recibieron 250 mg/kg/día de sulfato de glucosamina durante 10 semanas consecutivas) y un grupo de artrosis (12 ratas que recibieron placebo). Las ratas no operadas se dividieron en un grupo de glucosamina (6 ratas sanas que recibieron 250 mg/kg/día de sulfato de glucosamina durante 10 semanas consecutivas) y un grupo control (6 ratas sanas que recibieron placebo).

Se realizaron determinaciones sobre la nocicepción y las modificaciones de la articulación de la rodilla posteroderecha antes de la STLCA y a las 3, 6, 9, 12, 15 y 18 semanas luego de ella. La nocicepción se midió de acuerdo con la alodinia mecánica y la distribución del peso en las patas traseras.

Luego de las 18 semanas, los animales fueron sacrificados. Se tomaron muestras de las articulaciones evaluadas para estudiar la morfología e histopatología de los cóndilos femorales, los platillos tibiales y el líquido sinovial. También se realizaron análisis inmunihistoquímicos para determinar la expresión de p38, JNK y ERK en los condrocitos articulares. Finalmente se efectuó el análisis estadístico de los datos.

Resultados

No se observaron signos de toxicidad farmacológica en las ratas tratadas con sulfato de glucosamina. Tampoco se hallaron diferencias significativas en cuanto al peso de los animales entre los grupos. El nivel de actividad fue similar en los tres grupos experimentales.

A las 15 y 18 semanas luego de la STLCA se observó que la fuerza requerida para el reflejo de retirada de la pata trasera era significativamente mayor en el grupo de artrosis + glucosamina que en el grupo de artrosis. El umbral mecánico de la pata trasera contralateral a la pata con artrosis inducida antes de la cirugía fue de 10.8 para el grupo de artrosis, 11.7 para el grupo de artrosis + glucosamina y 12.5 para el grupo control. A las 18 semanas luego del procedimiento, los umbrales fueron de 11.7 tanto para el grupo de artrosis como para el grupo de artrosis + glucosamina, y 12.5 para el grupo control. La glucosamina sola no modificó este parámetro.

En la prueba de distribución del peso corporal, el porcentaje del peso sobre la pata trasera derecha fue disminuyendo a medida que pasaban la semanas, en comparación con el grupo control (p = 0.001 a 0.003). A las 12, 15 y 18 semanas, el grupo de artrosis + glucosamina podía cargar significativamente más peso en la pata afectada que el grupo de artrosis. Los autores destacan que la administración de glucosamina revirtió significativamente los trastornos en el soporte del peso luego de 12, 15 y 18 semanas de la inducción de artrosis.

Se observó una diferencia importante en el ancho de la articulación de la rodilla entre el grupo control y los grupos con artrosis a las 6, 9, 12, 15 y 18 semanas. A su vez, entre los grupos con artrosis, esta medida fue mucho menor en el que recibió glucosamina a las 12, 15 y 18 semanas.

En el grupo de artrosis, se observaron las características macroscópicas de degeneración cartilaginosa (tales como erosión, ulceración, fibrilación y formación de osteofitos) en los cóndilos femorales y los platillos tibiales. La magnitud del daño cartilaginoso fue marcadamente menor en el grupo de artrosis + glucosamina. Por otro lado, en los grupos en los que no se indujo la artrosis, la macroscopia de la articulación fue normal.

El líquido sinovial del grupo artrosis era hipertrófico y espeso, y tenía una leve coloración rojo-amarillenta. Además, presentaba vellosidades locales y mostraba signos de infiltración por células mononucleares. Por otra parte, el líquido del grupo de artrosis + glucosamina era menos espeso y el color, más claro. El líquido sinovial del grupo control tenía un brillo blanquecino y una apariencia transparente, sin signos de hiperemia ni de sinovitis.

Los cartílagos del grupo glucosamina y del grupo control eran histológicamente normales. Las muestras del grupo de artrosis presentaban alteraciones histológicas evidentes (desorganización tisular, hipocelularidad moderada a grave, reducción de los proteoglucanos, desnudamiento de la superficie articular y fisuras que llegaban hasta los planos profundos). La degeneración cartilaginosa de las carillas articulares fue mayor en las regiones mediales que en las laterales; esto se determinó por la presencia de osteofitos en estas áreas. En cambio, en los cartílagos del grupo de artrosis + glucosamina se verificó una disminución marcada de la gravedad de las lesiones, ya que sólo se observaron fisuras superficiales y fibrilación.

En cuanto a la inmunohistoquímica, en el grupo control se detectaron menos condrocitos p38+. En la semana 18 se detectó un aumento de los condrocitos p38+ en las áreas superficiales y transicionales del cartílago, el cual fue inhibido por la glucosamina. Se detectaron muy pocos condrocitos JNK+ en las muestras de las ratas que no habían sufrido artrosis inducida, mientras que en los grupos de artrosis y artrosis + glucosamina la expresión de estas moléculas mostraba un claro aumento. Finalmente, a las 18 semanas se observó un incremento de los condrocitos ERK+ en los dos grupos que recibieron glucosamina, y un leve descenso de ellos en el grupo de artrosis.

Discusión

Los pacientes con artrosis de la rodilla suelen sufrir sensación de dolor al mover o presionar la articulación, o al cargar peso sobre ella, debido a la inflamación que se produce. La inflamación del líquido sinovial es bien conocida y se cree que participa en la progresión de la enfermedad. Algunas de las modificaciones del líquido son la secreción articular y la hiperplasia de la membrana sinovial; ambas son importantes causa de dolor.

Los autores señalan que éste es el primer estudio que demuestra la eficacia de la administración oral de sulfato de glucosamina en la evolución de la artrosis y las conductas nociceptivas (como la distribución del peso y la alodinia mecánica) en un modelo experimental con ratas.

Este fármaco protege el hueso subcondral de las alteraciones iniciales producidas por la artrosis. Los expertos señalan que esto sugiere un papel protector de la glucosamina contra la degeneración cartilaginosa. En este trabajo, la droga atenuó la evolución de la enfermedad, en comparación con el tratamiento con placebo. Esta información concuerda con la aportada por un estudio anterior hecho en conejos.

En esta investigación, luego de la STLCA se verificó la reducción en el umbral de alodinia mecánica y de la distribución del peso en la pata trasera lesionada. Sin embargo, con la administración de glucosamina (según lo observado en el grupo de artrosis + glucosamina en comparación con el grupo de artrosis) la alodinia mecánica mejoró notablemente a las 15 y 18 semanas. La distribución del peso también mostró mejorías a las 12, 15 y 18 semanas.

Con respecto al líquido sinovial, la administración de glucosamina redujo la gravedad de la sinovitis y el edema de ambas patas traseras de las ratas con artrosis, por lo que los expertos aducen que la glucosamina por vía oral es capaz de reducir la inflamación articular de los pacientes con artrosis. A pesar de esto, en el grupo de artrosis + glucosamina se comprobó un leve incremento del diámetro articular en comparación con el grupo de artrosis.

En cuanto a los marcadores inmunohistoquímicos evaluados, se observó que este fármaco inhibió significativamente la regulación en aumento de las quinasas JNK y p38, a la vez que aumentó la expresión de las quinasas ERK. Este incremento se observó en ambos grupos que recibieron la droga. Ante la suposición de que estos tres tipos de quinasas intervienen en la evolución de la artrosis y en la nocicepción de las ratas con artrosis, estos hallazgos permiten pensar que la inhibición de la señalización de las MAPK podría regular la transmisión nociceptiva dentro del contexto de la artrosis. No obstante, los mecanismos exactos de la atenuación del dolor mediada por las MAPK se desconocen y requieren mayor investigación.

Conclusiones

Los autores consideran que la glucosamina podría desempeñar un papel importante en la protección de la matriz cartilaginosa y del metabolismo de los condrocitos. De esta forma, sería capaz de aliviar los signos y síntomas clínicos de la artrosis y retrasar su progresión. Estos datos surgen de la investigación en modelos con animales. Por otra parte, debido a la acción de esta droga sobre las quinasas mediadoras de la inflamación, debe estudiarse el posible papel antiinflamatorio de la glucosamina, que podría ser un objetivo terapéutico para los pacientes con artrosis.

Especialidad: Bibliografía - Traumatología

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