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El Abordaje Terapéutico de las Mujeres Posmenopáusicas con Atrofia Vulvovaginal es Inadecuado

  • AUTOR : Nappi R, Palacios S
  • TITULO ORIGINAL : Impact of Vulvovaginal Atrophy on Sexual Health and Quality of Life at Postmenopause
  • CITA : Climacteric 17(1):3-9, Feb 2014
  • MICRO : La atrofia vulvovaginal es un cuadro frecuente y crónico que se observa en mujeres posmenopáusicas debido a la disminución del nivel de estrógenos y tiene consecuencias negativas significativas sobre la calidad de vida y la salud sexual. No obstante, tanto el diagnóstico como el tratamiento de estas mujeres, en general, son inadecuados.

Introducción y objetivos

La atrofia vulvovaginal (AVV) es un cuadro presente en aproximadamente el 50% de las mujeres menopáusicas cuyo diagnóstico y tratamiento con frecuencia son inadecuados. No obstante, su presencia provoca malestar y afecta la salud sexual y la calidad de vida de las mujeres y sus parejas. En general, se observa que las pacientes menopáusicas sienten incomodidad para informar la presencia de síntomas vinculados con la sexualidad. La falta de información sobre las opciones terapéuticas disponibles para dichos cuadros también aumenta la negativa de las pacientes a la hora de brindar información al profesional. Lo antedicho pone de manifiesto la necesidad de incluir la AVV como tema principal durante la consulta médica. Esto ayudará a las pacientes a disminuir la sintomatología y mejorar su bienestar.

En el presente estudio, se evaluó la importancia de la inclusión de la AVV entre los temas principales vinculados con la menopausia y del examen ginecológico de las pacientes que presentan dicho cuadro. Finalmente, se evaluaron cuestiones vinculadas con la discusión de temas relacionados con la intimidad, con el propósito de optimizar la atención de las mujeres de edad avanzada y mejorar el tratamiento de la AVV.

La atrofia vulvovaginal es un cuadro crónico observado en la menopausia

La posmenopausia es un estado de hipoestrogenismo que tiene lugar durante al menos un tercio de la vida de las mujeres. El síndrome menopáusico resulta de la interacción entre factores biológicos, intrapersonales e interpersonales en un determinado contexto sociocultural. La AVV se incluye entre los cambios que resultan de la disminución de la síntesis de estrógenos ováricos en la menopausia. A diferencia de otros síntomas como los sofocos, la AVV es crónica y progresiva. Los síntomas asociados con este cuadro pueden tener diferentes niveles de gravedad de acuerdo con las características de cada mujer.

La estimulación estrogénica es fundamental para el mantenimiento de la estructura y función normales de la vagina y los tejidos que la circundan. La menopausia se acompaña por una disminución de la cantidad de receptores estrogénicos ubicados en la vagina, la vulva, el piso pélvico, la fascia endopélvica, la uretra y el trígono vesical. No obstante, la administración de estrógenos puede aumentar el nivel de receptores. En ausencia de estimulación estrogénica, tiene lugar una disminución de la elasticidad y de la hidratación de las mucosas y un acortamiento y estrechamiento vaginal. La mucosa de la vagina, el introito y los labios menores se ve pálida y fina y la disminución de la vascularización reduce las secreciones vaginales. Esta situación evoluciona con un predominio de células parabasales que se asocia con fragilidad y ulceración del epitelio vaginal. A su vez, la disminución de la cantidad de glucógeno epitelial y de la población de lactobacilos aumenta el pH y disminuyen el peróxido de hidrógeno con la consiguiente proliferación de otras especies bacterianas. Los cambios mencionados también afectan a la vulva, al piso pélvico y al tracto urinario. Este cuadro asociado con la AVV progresará a menos que se instaure un tratamiento específico.

Consecuencias de la AVV sobre la sexualidad

La actividad sexual es un factor importante para lograr un envejecimiento saludable, aunque se observa una disminución de su frecuencia a medida que avanza la edad. No obstante, existe una proporción considerable de mujeres posmenopáusicas activas desde el punto de vista sexual. La obtención de información epidemiológica fidedigna vinculada con la AVV es difícil debido a que depende de lo manifestado por las mujeres y a la ausencia de parámetros objetivos de evaluación al respecto, entre otras cuestiones. La eficacia del tratamiento de las pacientes con AVV podría apreciarse mediante la evaluación de cada síntoma por separado. No obstante, tampoco se cuenta con información adecuada sobre este tema. Debe considerarse que la información aportada por las mujeres depende en gran medida de la edad y el nivel de actividad sexual. Además, existen cuestiones cognitivas, afectivas e interpersonales que influyen sobre la percepción sintomática.

La presencia de signos de AVV no implica que el nivel de sintomatología vinculada con la actividad sexual sea elevado. No obstante, la frecuencia de disfunción sexual aumenta en forma considerable a medida que avanza la menopausia. La prevalencia de determinados síntomas puede diferir según el origen étnico de las mujeres. Por ejemplo, las mujeres japonesas o chinas refieren menos síntomas en comparación con las mujeres caucásicas no hispánicas. Tanto la edad como la disminución de los niveles de estradiol afectan de manera negativa y significativa el funcionamiento, el deseo y la reactividad sexual. De todos modos, a la hora de entrevistar a las pacientes debe tenerse en cuenta que las prácticas religiosas y la cultura en general influyen sobre las manifestaciones de la AVV en términos de sexualidad. Asimismo, la actitud de las mujeres con respecto a la menopausia afecta la experiencia sintomática. Lo antedicho indica la importancia de contar con herramientas de evaluación acordes con la cultura de las pacientes.

Los resultados de un estudio poblacional efectuado en 1 480 mujeres posmenopáusicas sexualmente activas residentes en Estados Unidos indicaron que la probabilidad de disfunción sexual fue 4 veces mayor en presencia de AVV en comparación con lo observado en ausencia de AVV. Dichos hallazgos coincidieron con los resultados obtenidos en mujeres latinoamericanas. Dadas las consecuencias negativas de la dispareunia sobre la salud sexual, toda mujer posmenopáusica que manifieste disfunción sexual debe ser examinada en forma cuidadosa con el fin de diagnosticar la AVV. Puede ser de utilidad efectuar análisis que permitan medir el pH y el índice de maduración vaginal. Es importante tener presentes las consecuencias potenciales de la AVV, aún en mujeres sexualmente inactivas.

Opinión de las mujeres sobre las consecuencias de la AVV en términos de salud sexual y calidad de vida

Los resultados de un estudio realizado en mujeres posmenopáusicas con AVV indicaron que, en general, este cuadro no es reconocido como una condición médica. La mayoría de las mujeres que discuten los síntomas con su médico consideran que no se les otorga la importancia debida y se los interpreta como una característica normal del envejecimiento sin ofrecerse tratamiento alguno. La actitud de los profesionales con respecto a la salud sexual en general no es proactiva si se trata de mujeres de edad avanzada. Lo antedicho es preocupante si se considera que la AVV tiene consecuencias negativas significativas sobre la calidad de vida y la salud sexual de las mujeres.

Los resultados de algunos estudios indican la existencia de discrepancias entre las mujeres pertenecientes a diferentes grupos étnicos en términos de experiencias, preocupaciones e información brindada sobre los síntomas vinculados con la AVV. De todos modos, en general, se observa que las pacientes con AVV no reciben tratamiento, aunque la mayoría de las que son tratadas manifiestan efectos positivos vinculados con el funcionamiento cotidiano, la vida sexual y la calidad de vida. En otro estudio se indicó la necesidad de contar con abordajes específicos a nivel nacional que aseguren el aporte de información médica y el tratamiento apropiado de las pacientes con AVV. La mayoría de estas pacientes refirió el empleo de productos de venta libre para tratar los síntomas de la AVV. En cambio, el abordaje terapéutico específico destinado a resolver la causa subyacente fue menos frecuente.

De acuerdo con la información disponible hasta el momento, los profesionales deberían evaluar en forma proactiva los temas vinculados con la salud vaginal y asegurar la comprensión del carácter crónico de la AVV por parte de sus pacientes. Asimismo, es importante discutir las opciones terapéuticas disponibles con el fin de aplicar un tratamiento oportuno y eficaz. El diálogo fluido y abierto entre las mujeres y sus médicos es fundamental para individualizar el tratamiento según el perfil de cada paciente con AVV.

Opinión de las parejas sobre las consecuencias de la AVV en términos de salud sexual y calidad de vida

Es importante evaluar la salud sexual en el contexto de la pareja. Si bien los síntomas generados por la AVV disminuyen el deseo, la iniciativa y la respuesta sexual de las mujeres, el desempeño sexual de la pareja también influye sobre la importancia clínica de la disfunción sexual femenina.

Los resultados obtenidos en el estudio CLarifying Vaginal Atrophy ’s Impact On SEx and Relationships (CLOSER) indicaron que el 28% de las mujeres con AVV no le comunican a sus parejas el malestar vaginal debido a que lo consideran una característica normal del envejecimiento. La falta de comunicación también se relacionó con el pudor. No obstante, el 82% de las parejas refirieron que preferían que las mujeres manifestaran su incomodidad. Las consecuencias principales de la AVV sobre la vida sexual de las parejas incluyeron la disminución de la frecuencia y de la satisfacción de las relaciones o la ausencia completa de relaciones sexuales. Evitar la intimidad por parte de las mujeres tuvo lugar debido al dolor y a la disminución del deseo sexual. Debe tenerse en cuenta que las características socioculturales influyen sobre las cuestiones mencionadas.

Puede sugerirse que la evaluación de la opinión de las parejas sobre la AVV que afecta a las mujeres posmenopáusicas aumenta la comprensión de las consecuencias de dicha condición sobre la vida sexual. Esto mejorará el tratamiento y aumentará la calidad de vida y la autoestima de las mujeres. Al mismo tiempo, el abordaje de pareja disminuirá las barreras que obstaculizan la intimidad entre ambos individuos y proporcionará bienestar tanto emocional como sexual.

Conclusión

El déficit de estrógenos asociado con la menopausia genera AVV, un cuadro crónico con consecuencias negativas sobre la salud uroginecológica que puede empeorar si no se administra un tratamiento adecuado. El diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno y eficaz son importantes para mejorar la salud sexual y la calidad de vida tanto de las mujeres con AVV como de sus parejas. Es fundamental que los médicos evalúen la AVV y sus consecuencias de manera proactiva con el fin de superar los obstáculos de comunicación con las pacientes y discutir la sintomatología de un modo productivo. Se espera que en el futuro existan tratamientos nuevos que permitan mejorar la atención de las pacientes posmenopáusicas y sus parejas.

Ref : GINECO.

Especialidad: Bibliografía - Ginecología

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