Laboratorios Bagó > Bibliografías > Eficacia de la Quetiapina en Pacientes con Depresión Bipolar Aguda
Eficacia de la Quetiapina en Pacientes con Depresión Bipolar Aguda
- TITULO : Eficacia de la Quetiapina en Pacientes con Depresión Bipolar Aguda
- AUTOR : Suttajit S, Srisurapanont M, Maneeton N, Maneeton B
- TITULO ORIGINAL : Quetiapine for Acute Bipolar Depression: A Systematic Review and Meta-Analysis
- CITA : Drug Design, Development and Therapy (8): 827-838, Jun 2014
Introducción y objetivos
Se estima que la prevalencia de los diferentes tipos de trastorno bipolar (TBP) a lo largo de la vida en la población general varía entre el 2% y el 4%. Esta enfermedad es definida por la presencia de episodios de manía o hipomanía y depresión y supone un costo económico elevado. Con frecuencia se asocia con comorbilidades y discapacidad y generalmente tiene un curso crónico. Además, hasta un 55% de los pacientes con trastorno bipolar intentan suicidarse y hasta un 20% cometen suicidio. La depresión bipolar supone un aumento de la morbimortalidad. En consecuencia, es importante realizar un diagnóstico oportuno y aplicar un tratamiento efectivo.
La quetiapina es un antipsicótico atípico que se incluye entre los fármacos de primera línea para el tratamiento de los pacientes con depresión bipolar aguda. El efecto antidepresivo de la quetiapina se vincularía con el antagonismo de los receptores serotoninérgicos 5-HT2A, el agonismo parcial 5-HT1A, el antagonismo de los receptores alfa 2 beta adrenérgicos y el antagonismo de los receptores dopaminérgicos D2. Los efectos adversos más frecuentes de la quetiapina incluyen la somnolencia, la hipotensión ortostática, los mareos y la xerostomía. No obstante, también pueden observarse cuadros graves como la hiperglucemia, el coma diabético y la cetoacidosis.
La presente revisión sistemática se llevó a cabo con el objetivo de evaluar la eficacia y la tolerabilidad de la monoterapia o el tratamiento combinado con quetiapina en pacientes con episodios depresivos agudos asociados con el TBP tipo I o tipo II.
Métodos
Los autores llevaron a cabo una búsqueda de estudios aleatorizados y controlados realizados con pacientes con TBP tipo I o tipo II que cursaban un episodio de depresión mayor. Las bases de datos consultadas incluyeron The Cochrane Central Register of Controlled Trials, Medline, Web of Knowledge, Cumulative Index to Nursing and Allied Health Literature (CINAHL), Psycinfo, EU Clinical Trials Register y ClinicalTrials.gov, entre otras fuentes.
Los estudios debían incluir la comparación del tratamiento con quetiapina sola o combinada con otras drogas frente a la administración de placebo y otros agentes. El criterio principal de valoración fue el cambio en el puntaje de escalas Montgomery-Asberg Depression Rating Scale (MADRS) y Children’s Depression Rating Scale, Revised (CDRS-R). En segundo lugar, se evaluó el abandono de los estudios, la respuesta al tratamiento, la aparición de recaídas y la impresión clínica global. Este último parámetro fue valorado mediante las escalas Clinical Global Impressions-Severity (CGI-S),Clinical Global Impression for Bipolar, severity of illness (CGI-BP-S) y Clinical Global Impression-Improvement (CGI-I). La ansiedad se evaluó mediante la Hamilton Anxiety Rating Scale (HAM-A), en tanto que para valorar la calidad de vida se aplicó el Quality of Life and Enjoyment and Satisfaction Questionnaire Short Form (Q-LES-Q SF). El Pittsburgh Sleep Quality Index (PSQI) y la Sheehan Disability Scale (SDS) fueron aplicados con el objetivo de valorar el sueño y la discapacidad, respectivamente. Finalmente, los autores analizaron la aparición de efectos adversos.
Resultados
La búsqueda llevada a cabo resultó en la inclusión de once estudios aleatorizados de 1 a 12 semanas de duración realizados con 3 488 pacientes. Un total de nueve estudios se llevaron a cabo con individuos adultos, en tanto que los restantes fueron realizados con niños o adolescentes. En siete trabajos se emplearon dosis fijas de 300 o 600 mg de quetiapina. La dosis de la droga varió entre 150 y 600 mg. La monoterapia con quetiapina fue comparada frente a la administración de placebo, sertralina, paroxetina, litio, quetiapina y litio y terapia interpersonal y de ritmo social.
La comparación entre la administración de 300 y 600 mg/día de quetiapina o placebo mostró una diferencia significativa a favor de la droga ante la aplicación de las escalas MADRS y CDRS-R. Los índices de abandono del tratamiento no difirieron significativamente entre los grupos. No obstante, el abandono del tratamiento vinculado con la falta de eficacia fue significativamente menos frecuente ante la administración de quetiapina, en tanto que dicho tratamiento se asoció con una frecuencia significativamente superior de abandono vinculado con la aparición de eventos adversos.
El índice de respuesta fue mayor entre los pacientes tratados con quetiapina en comparación con los que recibieron placebo. Dicha superioridad pudo apreciarse al final de los estudios, aunque en un estudio se observó desde la semana 1 de tratamiento. El índice de remisión también fue mayor ante la administración de quetiapina. No obstante, la diferencia entre la quetiapina y otros tratamientos sólo fue significativa ante la administración de dosis de 300 o 600 mg/día. Los resultados en las escalas CGI-S/CGI-BP-S y CGI-I favorecieron significativamente el tratamiento con quetiapina. Asimismo, la administración de quetiapina fue significativamente superior en comparación con el resto de los tratamientos al evaluar el cambio en el puntaje de la HAM-A.
La aplicación del Q-LES-Q SF indicó la superioridad de la quetiapina en términos de mejoría de la calidad de vida, aunque dicha superioridad sólo fue significativa ante la administración de 300 mg/día de la droga y no se observó al administrar 600 mg/día. La calidad del sueño fue evaluada en un solo estudio mediante el PSQI. En este caso, la administración de quetiapina en dosis de 300 y 600 mg/día se asoció con una mejoría significativa de la calidad del sueño. En tres estudios se evaluó el nivel de discapacidad mediante la SDS. Los resultados indicaron una diferencia significativa a favor de la quetiapina sin importar la dosis administrada.
El tratamiento con 300 mg/día quetiapina se asoció con una frecuencia significativamente superior de eventos adversos en comparación con la administración de placebo. Esto no se verificó ante la administración de 600 mg/día de la droga. Tampoco se observaron diferencias significativas entre la quetiapina y el placebo al evaluar la probabilidad de aparición de al menos un evento adverso grave. La aparición de manía fue menos probable ante la administración de quetiapina en comparación con la administración de placebo. La quetiapina provocó más efectos adversos extrapiramidales que el placebo. Otros cuadros más frecuentes ante la administración de quetiapina, en comparación con la administración de placebo, incluyeron la sedación, la somnolencia, los mareos, la fatiga, la constipación, la xerostomía, el aumento del apetito y el incremento ponderal. En cambio, los grupos tratados con quetiapina presentaron una frecuencia menor de cefaleas en comparación con los grupos que recibieron placebo.
El análisis de los niños y adolescentes no indicó diferencias significativas entre la quetiapina y el placebo ante la evaluación del puntaje total de la Children’s Depression Rating Scale-Revised (CDRS-R). Tampoco se observaron diferencias significativas entre los grupos en términos de índices de respuesta, remisión y ansiedad, abandono del tratamiento y aparición de eventos adversos. No obstante, la quetiapina fue superior en comparación con el placebo al evaluar la modificación del puntaje de la escala CGI-BP-S.
Los resultados del estudio Efficacy of Monotherapy Seroquel in Bipolar Depression (EMBOLDEN) II indicaron que la monoterapia con 300 o 600 mg/día de quetiapina disminuyó significativamente el puntaje de la MADRS en comparación con la monoterapia con 20 mg/día de paroxetina. Los grupos no difirieron al evaluar la proporción de pacientes que presentaron al menos un evento adverso, aunque la frecuencia de eventos adversos graves fue mayor ante la administración de paroxetina. En otro estudio no se hallaron diferencias significativas entre la quetiapina y la sertralina al administrarlas en combinación con estabilizadores del estado de ánimo a pacientes con depresión bipolar aguda. No obstante, la administración de quetiapina se asoció con una frecuencia superior de eventos adversos en comparación con la administración de sertralina. No se registraron eventos adversos graves en ninguno de los grupos.
De acuerdo con lo hallado en el estudio EMBOLDEN I, el tratamiento con 600 mg/día de quetiapina se asoció con cambios significativamente superiores del puntaje de la MADRS en comparación con la administración de litio. Dicho hallazgo no tuvo lugar al administrar 300 mg/día de quetiapina. En este caso, la quetiapina provocó un aumento ponderal clínicamente significativo con mayor frecuencia que el litio. Los autores de otro estudio compararon la eficacia y la seguridad de la monoterapia con 300 mg/día de quetiapina frente al tratamiento combinado con quetiapina y litio en pacientes con depresión bipolar. Si bien los grupos no difirieron en cuanto a la modificación del puntaje de la MADRS y a los índices de respuesta, el aumento ponderal fue mayor entre los pacientes que recibieron tratamiento combinado.
En un estudio aleatorizado se comparó el tratamiento con quetiapina frente a la terapia interpersonal y de ritmo social. Los grupos no difirieron en cuanto a la modificación del puntaje en la MADRS y a los índices de respuesta, aunque las dosis de quetiapina fueron demasiado bajas para obtener conclusiones definitivas. Finalmente, en un estudio no se hallaron diferencias significativas entre las formulaciones de quetiapina de liberación inmediata y de liberación prolongada al evaluar la intensidad sedativa del tratamiento luego de 4 y 14 horas de administración. Sin embargo, la proporción de participantes que presentaron al menos un evento adverso fue significativamente superior entre los pacientes tratados que la formulación de liberación inmediata.
Discusión
Los resultados obtenidos permiten indicar que la monoterapia con quetiapina resulta eficaz para el tratamiento de los pacientes con depresión bipolar aguda. La droga mejoró el cuadro clínico dentro de las primeras 8 semanas de tratamiento, además de mejorar la calidad de vida y del sueño, el desempeño y la impresión clínica global y disminuir el nivel de ansiedad. No obstante, el abandono del tratamiento con quetiapina debido a cuestiones de tolerabilidad fue más frecuente que el abandono observado entre los pacientes que recibieron placebo. Es decir, la droga sería menos tolerable que el placebo, aunque resulta segura para la mayoría de los pacientes.
Una ventaja del tratamiento con quetiapina fue la menor incidencia de cefaleas en comparación con lo observado ante la administración de placebo. Es posible que la droga resulte beneficiosa para tratar a los pacientes con migrañas resistentes a otros tratamientos. Además, la administración de quetiapina tuvo un efecto protector ante la aparición de manía. Esto es importante si se considera que los antidepresivos incrementan el riesgo de viraje maniaco en los pacientes con TBP. De hecho, se recomienda evitar la monoterapia antidepresiva en pacientes con TBP. Las dosis de 300 y 600 mg de quetiapina tuvieron un nivel similar de efectividad. No obstante, sólo el tratamiento con 600 mg de quetiapina se asoció con un efecto superior sobre la calidad del sueño y fue más efectivo en comparación con la administración de litio. En cambio, la administración de 300 mg/día de quetiapina fue superior en comparación con el empleo de dosis superiores al considerar la mejoría de la calidad de vida y el aumento ponderal.
Entre las limitaciones del presente metanálisis los autores mencionaron que la mayoría de los estudios incluidos fueron controlados e incluyeron criterios de inclusión y exclusión que limitan la generalización de los resultados. En segundo lugar, no se contó con información suficiente sobre la eficacia relativa de la quetiapina frente al litio o los antidepresivos ni sobre el empleo de la droga en niños y adolescentes. Además, la mayoría de los estudios fueron patrocinados por las compañías farmacéuticas encargadas de elaborar la droga. Esto aumenta el riesgo de sesgos de publicación.
Conclusión
La monoterapia con quetiapina resulta eficaz para el tratamiento de los pacientes con depresión bipolar aguda. La droga disminuiría el riesgo de aparición de cefaleas y manía. Es necesario contar con más estudios que permitan evaluar el empleo combinado de quetiapina y estabilizadores del estado de ánimo y la administración de la droga a niños y adolescentes con depresión bipolar aguda.
Especialidad: Bibliografía - Psiquiatría