Laboratorios Bagó > Bibliografías > Beneficios del Aporte Complementario de Calcio y Vitamina D en la Prevención de Fracturas por Osteoporosis
Beneficios del Aporte Complementario de Calcio y Vitamina D en la Prevención de Fracturas por Osteoporosis
- TITULO : Beneficios del Aporte Complementario de Calcio y Vitamina D en la Prevención de Fracturas por Osteoporosis
- AUTOR : Chen L, Wen Y, Kuo C, Chen K
- TITULO ORIGINAL : Calcium and Vitamin D Supplementation on Bone Health: Current Evidence and Recommendations
- CITA : International Journal of Gerontology 8(4): 183-188, Dic 2014
- MICRO : En este artículo, los autores presentan la información disponible sobre el efecto de los suplementos de calcio y vitamina D en la densidad mineral del hueso y sus posibles consecuencias cuando se los utiliza para prevenir las fracturas por osteoporosis
Introducción
La osteoporosis y la fractura por fragilidad representan un grave problema de salud pública en personas mayores de 50 años, no sólo por los elevados costos que implican, sino también por la interferencia en la vida diaria de quienes las padecen. Los sitios más comunes de fractura son la muñeca, el húmero, la columna vertebral y la cadera, de las cuales ésta última es potencialmente mortal.
Las medidas de prevención de las fracturas secundarias a la osteoporosis incluyen el estilo de vida saludable, el ejercicio regular y la nutrición adecuada, entre otras medidas. Por largo tiempo, los suplementos de calcio y vitamina D han sido claves para el abordaje de este tipo de fracturas.
El calcio es uno de los componentes más importantes del hueso. Por su parte, la vitamina D se sintetiza fundamentalmente en la piel durante la exposición a los rayos ultravioleta y, en menor medida, proviene de la dieta. La 25-hidroxivitamina D (25[OH]D) es el principal metabolito circulante en sangre que sirve como indicador del estado hormonal del paciente, mientras que la forma activa, la 1,25-dihidroxivitamina D (1,25[OH]2D), estimula la absorción de calcio a nivel intestinal e interactúa con la hormona paratiroidea para mantener la homeostasis mineral ósea.
Independientemente de su papel en la salud del hueso, hay indicios que sugieren que el calcio, solo o combinado con vitamina D, puede ocasionar efectos adversos en la población general, como eventos cardiovasculares, muerte súbita, cáncer o litiasis urinaria.
Los resultados de ciertas investigaciones que analizaron el riesgo cardiovascular relacionado con los suplementos de calcio y vitamina D fueron inconsistentes, por lo que no pudo establecerse si los riesgos del tratamiento superan su beneficio. En este artículo, los autores presentan la información disponible sobre el efecto de estos suplementos en la densidad mineral del hueso y sus posibles consecuencias cuando se los utiliza para prevenir las fracturas por osteoporosis.
Datos recientes sobre el efecto del aporte complementario de calcio y vitamina D en la salud ósea
Si bien algunas revisiones han informado que es improbable que la administración de vitamina D evite las fracturas y que el agregado de calcio parece disminuir el riesgo de fractura de cadera en adultos hospitalizados, la mayoría de los estudios con vitamina D, sola o combinada con calcio, demostró resultados favorables, aunque las dosis iguales o menores de 400 UI/día no fueron eficaces. Por otra parte, se verificó una relación dosis-respuesta entre el aporte de vitamina D y la reducción del riesgo de fractura. En pacientes de 60 o más años, las dosis de 700 a 800 UI/día redujeron el riesgo de fractura de cadera [n = 5 572; riesgo relativo agrupado (RR) 0.74; intervalo de confianza del 95% (IC 95%) 0.61-0.88] y de cualquier fractura no vertebral (n = 6 098; RR 0.77; IC 95% 0.68-0.87). Con dosis mayores (mediana de 800 UI/día; intervalo de 792 a 2 000 UI/día; n = 3 966), la tasa de reducción fue del 30% [hazard ratio (HR) 0.70; IC 95% 0.58-0.86; p < 0.001) para las fracturas de cadera y del 14% (HR 0.86; IC 95% 0.76-0.96; p = 0.007) para las fracturas no vertebrales. Este efecto fue independiente de la edad, del sexo y de la ingesta de calcio adicional, entre otros factores. Sin embargo, las dosis extremadamente altas de vitamina D no presentaron beneficios consistentes y podrían ocasionar mayor cantidad de efectos adversos.
El calcio, solo o combinado con vitamina D (CaD), se asoció con menor pérdida de masa ósea e incidencia de fracturas, pero los datos fueron discordantes. Algunos autores revelaron que la incidencia de nuevas fracturas por traumatismo mínimo no difirió sustancialmente con la administración por vía oral de calcio (1 000 mg), de vitamina D (800 UI), o de CaD (1 000 mg/800 UI) frente a placebo. No obstante, varios metanálisis demostraron que la reducción del riesgo fue notablemente mayor en aquellos estudios en los que la adhesión al tratamiento por parte de los pacientes fue elevada.
En resumen, tanto el calcio como el CaD se asociaron con una menor pérdida de masa ósea. Las dosis de vitamina D iguales o menores de 400 UI/día no fueron eficaces en la prevención de fracturas, mientras que las dosis entre 800 y 2 000 IU/día (con calcio o sin él), parecen disminuir el riesgo de fractura de cadera. El beneficio observado fue sostenido en personas con mayor cumplimiento de las indicaciones y períodos de tratamiento más prolongados.
Posibles desenlaces adversos del calcio y de la vitamina D
Ciertos investigadores han postulado que existe un mayor riesgo de eventos cardiovasculares con el uso de suplementos de calcio, solo o combinado con vitamina D. Un ensayo aleatorizado y controlado de 5 años de duración encontró posibles incrementos de las tasas de infarto agudo de miocardio (IAM) en mujeres posmenopáusicas sanas que recibieron suplementos de calcio (RR 2.12; IC 95% 1.01-4.47; p = 0.047). Ciertos hallazgos similares se informaron en otro estudio en el que el riesgo de IAM fue mayor en pacientes tratados con estos suplementos (HR 2.39; IC 95% 1.12-5.12), sin que se observaran efectos en la mortalidad por enfermedad cardiovascular. Por el contrario, una ingesta moderada de calcio en la dieta disminuyó significativamente el riesgo de IAM (HR 0.68; IC 95% 0.50-0.93). Un mecanismo posible para este fenómeno es el aumento agudo de la calcemia posterior a la ingesta de suplementos de calcio.
Por otro lado, algunos ensayos aleatorizados y controlados que evaluaron los efectos de la vitamina D sobre los factores de riesgo cardiovascular demostraron resultados inconsistentes. Si bien escasos metanálisis de este tipo de estudios revelaron una notable disminución de la mortalidad con el uso de suplementos de vitamina D, la mayoría de las investigaciones no halló asociaciones considerables con eventos cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares y muerte.
Los datos sobre la relación entre el consumo de calcio y vitamina D y el cáncer tampoco fueron concluyentes. En un estudio que abarcó mujeres sin aporte previo a las que se les administró CaD en dosis de 1 000 mg/400 UI diarias, se constató un descenso significativo del riesgo global de cáncer (HR 0.86; IC 95% 0.78-0.96; p = 0.007), de cáncer de mama de cualquier tipo (HR 0.82; IC 95% 0.70-0.97; p = 0.021), de cáncer de mama invasivo (HR 0.80; IC 95% 0.66-0.96; p = 0.015), pero no en el riesgo de cáncer de mama in situ o de cáncer colorrectal. Asimismo, en mujeres tratadas con suplementos de calcio o vitamina D, el CaD no modificó el riesgo de cáncer. No obstante, en un análisis posterior de estos datos se concluyó que la reducción estadística del riesgo de cáncer de mama y de cáncer invasivo global con CaD fue solo nominal. Otros estudios revelaron que el calcio, la vitamina D o la combinación de ambos no alteraron el riesgo global de cáncer, de cáncer colorrectal, de cáncer de mama y de mortalidad relacionada con el cáncer. Por otra parte, hubo interacciones significativas del tratamiento con el cáncer incidental en presencia de antecedentes familiares de cáncer, altas dosis de vitamina D y tabaquismo.
La aparición de litiasis urinaria fue más frecuente en mujeres tratadas con CaD que en las que recibieron placebo (HR 1.17; IC 95% 1.02-1.34). En contraste con este hallazgo, el calcio dietario puede disminuir la formación de litos a nivel renal al unirse al oxalato y al calcio en la luz intestinal, lo que reduce la saturación de oxalato de calcio en la orina.
En resumen, los suplementos de calcio parecen aumentar el riesgo de eventos cardiovasculares y de litiasis urinaria, a diferencia del calcio dietario. No se registró una asociación relevante entre vitamina D y eventos cardiovasculares, accidente cerebrovascular y muerte. Los informes disponibles sobre la influencia de la ingesta de calcio o de vitamina D en el riesgo de cáncer aún son insuficientes para formular conclusiones.
Recomendaciones actuales e ingesta diaria de calcio y vitamina D
La dosis diaria recomendada (DDR) de calcio en personas de 51 a 70 años es de 1 000 mg/día para hombres y de 1 200 mg/día para mujeres. En edades iguales o mayores de 71 años, la DDR es de 1 200 mg/día para ambos sexos.
La DDR de vitamina D es de 600 UI/día en adultos de 51 a 70 años y de 800 UI/día en adultos de 71 o más años, con el fin de mantener los niveles séricos de 25(OH)D por encima de 20 ng/ml.
En 2014, la Sociedad Americana de Geriatría estableció la recomendación de administrar suplementos de vitamina D en dosis mínimas de 1 000 UI/día (con el agregado de calcio) a personas mayores de 65 años para reducir el riesgo de fracturas, tanto en el ámbito comunitario como institucional. En este grupo etario, el objetivo de concentración sérica de 25(OH)D debe ser de 30 ng/ml. No se necesitan determinaciones de 25 (OH) D en sangre antes de comenzar el aporte si este se encuentra dentro de los límites recomendados. Se pueden controlar los niveles de 25 (OH) D luego de 4 meses de la administración de vitamina D para confirmar que se han alcanzado los valores apropiados.
La primera medida terapéutica debe ser aumentar el consumo de calcio en la dieta. Cuando esto no sea posible por no lograr la ingesta adecuada o por reticencia del paciente, puede considerarse el aporte complementario en forma de carbonato de calcio (o bien citrato de calcio en personas con antecedente de litiasis renal). Los suplementos de vitamina D suelen requerirse para cumplir con la ingesta diaria recomendada, ya que muy pocos alimentos son ricos en este nutriente.
Conclusión
El calcio y la vitamina D desempeñan un papel clave en la salud del hueso. Sin embargo, los informes sobre los resultados adversos que pueden surgir del aporte complementario de estos nutrientes son inconsistentes. Aunque hay indicios de que el calcio, solo o combinado con vitamina D, puede aumentar el riesgo de IAM, la mayoría de los especialistas no aconsejan evitar su uso en aquellas personas que no consumen suficiente cantidad de estos nutrientes. Como el propósito principal del aporte complementario es disminuir el riesgo de fracturas, en adultos mayores se recomienda administrar vitamina D en dosis mínimas de 1 000 UI/día y calcio en dosis de 1 000-1 200 mg/día. El aporte de vitamina D debe ajustarse a los niveles de exposición solar, al grado de pigmentación de la piel y a la masa corporal. Los profesionales de la salud deben revisar el consumo de calcio y de vitamina D del paciente y tomar decisiones terapéuticas individualizadas.
Especialidad: Bibliografía - Endocrinología - Geriatría - Ginecología