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Inhibidores de la Bomba de Protones y su Seguridad en Embarazadas
- TITULO : Inhibidores de la Bomba de Protones y su Seguridad en Embarazadas
- AUTOR : Matok I, Levy A, Gorodischer R, Koren G y colaboradores
- TITULO ORIGINAL : The Safety of Fetal Exposure to Proton-Pump Inhibitors During Pregnancy
- CITA : Digestive Diseases and Sciences 699-705
- MICRO : El presente estudio no halló asociación entre la exposición a inhibidores de la bomba de protones en el embarazo y la aparición de malformaciones congénitas. La inclusión de información sobre abortos en el análisis refuerza esta conclusión.
Introducción
El reflujo gastroesofágico afecta de un 30% a 50% de las embarazadas y los inhibidores de la bomba de protones (IBP) son la primera línea de tratamiento para esta afección. Algunos fármacos de este grupo, como el omeprazol, atraviesan la barrera placentaria y existen estudios retrospectivos que alertan sobre la asociación de la exposición a IBP y la aparición de malformaciones congénitas.
El objetivo del presente estudio fue la evaluación de la seguridad fetal de los IBP en una gran cohorte informatizada que incluyó, por primera vez, información sobre interrupciones médicas del embarazo.
Métodos
El presente trabajo fue un estudio retrospectivo de cohortes con usuarios del prestador de salud israelí Clalit Health Maintenance Organization, que cuenta con unos 350 000 individuos asegurados. Se incluyó a mujeres de 15 a 49 años con embarazos de feto único, que habían dado a luz, y todos los abortos médicos producidos entre enero de 1998 y diciembre de 2009. Se utilizaron distintas bases de datos electrónicas.
El grupo de expuestos incluyó a hijos de pacientes que habían recibido IBP (omeprazol, lansoprazol o pantoprazol) durante el primer trimestre del embarazo. También se incluyó información sobre la exposición en el segundo o tercer trimestre. Se categorizó el uso de IBP según las dosis diarias dispensadas (DDD), adaptadas a cada fármaco. La DDD de omeprazol fue de 20 mg, la de lansoprazol fue de 30 mg y la de pantoprazol, de 40 mg. El grupo de los no expuestos incluyó a los fetos de todas las mujeres que no hubieran recibido IBP durante el embarazo.
Los criterios de valoración fueron las malformaciones macroscópicas, la muerte perinatal, el parto pretérmino (nacimiento con menos de 37 semanas de gestación), el bajo peso al nacer (menos de 2 500 gramos), el muy bajo peso al nacer (menos de 1 500 gramos) y el puntaje de Apgar al minuto y a los 5 minutos del nacimiento. Se excluyeron las enfermedades cromosómicas. Además, se analizaron todos los defectos cardiovasculares graves incluidos en las definiciones del Center for Disease Control.
Resultados
Durante el transcurso del estudio, se registraron 110 783 nacimientos de embarazos únicos y 1 239 abortos, de los cuales 468 fueron por malformaciones fetales. Un total de 1 186 neonatos y abortos habían sido expuestos a un IBP durante el primer trimestre de gestación (1 159 neonatos y 27 abortos): 955 neonatos a omeprazol, 233 a lansoprazol y 17 a pantoprazol. En 6 037 nacimientos (5.5%) hubo algún tipo de malformación y, si se incluye a los abortos, el total asciende a 6 505 casos (5.9%). La exposición a IBP no se relacionó con un aumento del riesgo global de presentar malformaciones congénitas (odds ratio [OR]: 1.06; intervalo de confianza (IC) de 95%: 0.84-1.33).
Se verificaron 2 751 casos (2.5%) de malformaciones cardiovasculares, de los cuales 34 habían sido expuestos a IBP durante el primer trimestre de embarazo; la exposición no se asoció con un riesgo aumentado de malformaciones cardiovasculares congénitas graves (OR: 0.98; IC 95%: 0.70-1.38).
Se encontró una tendencia al bajo peso entre los neonatos expuestos a IBP (OR: 0.70; IC 95%: 0.48-1.03; p = 0.052), con una correlación positiva entre el peso de los neonatos y la cantidad de noenatos expuestos a los IBP en el tercer trimestre (rs = 0.66; p menor a 0.001).
La exposición a IBP durante el embarazo no se asoció con un riesgo aumentado de parto prematuro o bajos puntajes de Apgar. No se halló correlación entre la presencia de malformaciones congénitas y la DDD de IBP. Hubo 516 madres expuestas a IBP dentro de las 4 semanas previas a la concepción; entre ellas, 33 (6.5%) de los neonatos presentaron malformaciones congénitas sin un riesgo asociado de malformaciones mayores (OR ajustado: 1.06; IC 95%: 0.75-1.52).
Discusión
El presente estudio no detectó una asociación significativa entre la exposición a IBP durante el primer trimestre de gestación y la presencia de malformaciones congénitas.
Se verificó una incidencia de malformaciones congénitas mayor que la informada en otros trabajos. La revisación minuciosa de los neonatos por expertos del Departamento de Neonatología en el hospital donde tuvieron lugar la mayoría de los partos podría explicar este fenómeno.
Los hallazgos de esta investigación corroboran los resultados de estudios previos sobre el tema. En una ocasión, se encontró una correlación entre la exposición a IBP en las 4 semanas previas a la concepción y la aparición de malformaciones congénitas, que no fue refrendada en este análisis. La mayoría de los protocolos no incluyeron información sobre abortos, lo que puede representar un sesgo hacia la hipótesis nula. En esta oportunidad, el análisis de dichos casos corrobora la seguridad de los IBP durante el embarazo.
Aunque no fue estadísticamente significativa, la relación inversa entre el uso de IBP y el peso del neonato es un fenómeno interesante. Esto puede explicarse por el tamaño fetal: a mayor envergadura se produce más reflujo gastroesofágico y más pirosis, lo que lleva a la prescripción de IBP.
Conclusión
El presente estudio no halló asociación entre la exposición a IBP en el embarazo y la aparición de malformaciones congénitas. La inclusión de información sobre abortos en el análisis refuerza esta conclusión.
Especialidad: Bibliografía - Gastroenterología - Ginecología