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Albiglutida en la Diabetes Mellitus Tipo 2
- TITULO : Albiglutida en la Diabetes Mellitus Tipo 2
- AUTOR : Blair H, Keating G
- TITULO ORIGINAL : Albiglutide: A Review of Its Use in Patients With Type 2 Diabetes Mellitus
- CITA : Drugs 75(6): 651-663, Abr 2015
- MICRO : La administración de albiglutida por vía subcutánea en forma semanal en pacientes con diabetes tipo 2 mal controlada, mejora el control glucémico.
Introducción
Existen numerosos fármacos disponibles para el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2 (DBT2). El péptido 1 similar al glucagón (GLP-1) es una hormona peptídica de 30 aminoácidos que se secreta en las células enteroendocrinas en respuesta a la ingesta de alimentos. El GLP-1 estimula la secreción de insulina dependiente de la glucosa e inhibe la secreción de glucagón. A su vez, las incretinas tienen acción en los tejidos extrapancreáticos, lo que puede tener repercusiones en la prevención y el tratamiento de las complicaciones relacionadas con la diabetes o sus comorbilidades, de una manera independiente del control glucémico. El GLP-1 nativo se inactiva rápidamente por la enzima dipeptidil peptidasa tipo 4 (DPP-4), por lo que presenta una vida media corta en la circulación.
Los análogos de GLP-1 presentan vidas medias más prolongadas y son más resistentes a la degradación enzimática. La albiglutida es un agonista de los receptores de GLP-1 que se administra en forma semanal y se encuentra aprobado para el tratamiento de la DBT2 en los EE.UU. y la Unión Europea.
El presente artículo ofrece una revisión sobre la eficacia y la tolerabilidad de la albiglutida en pacientes con DBT2. También se proporciona una breve descripción de sus propiedades farmacológicas.
Propiedades farmacodinámicas y farmacocinéticas
La albiglutida presenta un 97% de homología con el GLP-1 endógeno. Se compone de dos copias en tándem de GLP-1 humano modificado genéticamente y unido a albúmina humana. La sustitución de una alanina por una glicina en la posición 8 de la albiglutida produce su resistencia a la degradación proteolítica mediada por la DPP-4. Como resultado de su fusión a la albúmina humana y su resistencia a la degradación enzimática, la albiglutida tiene una vida media más larga que el GLP-1 nativo y que otros análogos de éste. Además de mejorar la secreción de insulina dependiente de la glucosa y la supresión de la secreción de glucagón, la albiglutida retrasa el vaciado gástrico y reduce la ingesta de alimentos mediante la promoción de la saciedad.
En los pacientes con DBT2, la administración una vez por semana de albiglutida en dosis de 15 o 30 mg produjo resultados predecibles y congruentes en cuanto al control de la glucemia en ayunas. Se seleccionó la dosis de 30 mg por semana para llevar a cabo estudios en fase III.
No se evaluó la biodisponibilidad de la albiglutida después de la inyección subcutánea. En ensayos efectuados en monos, se verificó una biodisponibilidad de entre el 50% y el 81%. Después de la administración subcutánea de una dosis única de 30 mg de albiglutida a pacientes con DBT2, la concentración plasmática máxima media de albiglutida se alcanzó 3 a 5 días después de la aplicación del fármaco. Las concentraciones plasmáticas llegaron el estado de equilibrio entre 3 y 5 semanas después de la administración repetida de albiglutida en forma semanal.
Se alcanzaron concentraciones similares del fármaco al inyectarse en la región deltoidea, el abdomen o el muslo. No se cuenta con datos sobre la unión de la albiglutida a las proteínas plasmáticas. Dado que el fármaco se une a la albúmina, se considera que debería seguir una vía metabólica similar a ésta en el endotelio. Se especula que la albiglutida se degradaría a pequeños péptidos y aminoácidos por medio de la proteólisis.
La vida media de eliminación de la albiglutida se considera que es de alrededor de 5 días. La edad, el sexo, la raza y el peso corporal no alteran la farmacocinética de la albiglutida de una forma clínicamente relevante. No se requiere ajuste de la dosis del fármaco en pacientes con DBT2 con insuficiencia renal leve o moderada. El uso de albiglutida no está recomendado en pacientes con insuficiencia renal grave en la Unión Europea. Sin embargo, el prospecto en EE.UU. afirma que no es necesario ajustar la dosis en este tipo de individuos.
En un estudio realizado en animales se informó que la albiglutida tenía un efecto casi nulo sobre el sistema enzimático citocromo p450. Dado que este fármaco retrasa el vaciado gástrico, puede afectar la absorción de medicamentos administrados por vía oral.
Eficacia terapéutica
Se evaluó la eficacia terapéutica de la albiglutida administrada por vía subcutánea una vez por semana en pacientes con DBT2 con mal control glucémico, en 8 estudios aleatorizados y multicéntricos que forman el programa de ensayos en fase III denominado HARMONY.
El criterio principal de valoración de la eficacia fue el cambio en el nivel de hemoglobina glucosilada (HbA1c) desde el inicio del tratamiento hasta la semana 26, 32, 52 o 104, en cada estudio en particular.
Se observó que la dosis de albiglutida de 30 mg por semana redujo de manera significativa tanto los niveles de HbA1c como los de glucemia en ayunas. A su vez, el porcentaje de pacientes que alcanzó valores de HbA1c menores del 7% fue mayor con albiglutida que con placebo. Asimismo, el tratamiento con albiglutida se asoció con una pérdida de peso de 2.24 kg en un estudio realizado con dosis de 50 mg/semana.
En el estudio HARMONY 3 se observó, en pacientes con mal control con metformina, que el tratamiento con albiglutida no fue inferior a los resultados obtenidos con sitagliptina o glimepirida en cuanto a la reducción de los valores de HbA1c. Además, la albiglutida se asoció con una mejoría significativamente mayor del peso corporal en comparación con la glimepirida.
A su vez, se informó que no se registraron diferencias significativas en los niveles de HbA1c con el uso de albiglutida, en comparación con el de insulina glargina, cuando estos agentes se agregaban al tratamiento con metformina sola o combinada con una sulfonilurea. Hubo una reducción mayor de la glucemia en ayunas con la insulina glargina. En contraste, se informó una disminución significativa del peso en los sujetos que recibieron albiglutida. Al comparar el uso de albiglutida con la pioglitazona se observó una mayor reducción de la glucemia en ayunas con pioglitazona, pero acompañada de una mayor aumento ponderal. No se demostró la no inferioridad de albiglutida frente a liragliutida, pero sí respecto de insulina lispro en términos de valores de HbA1c.
Tolerabilidad y efectos adversos
La administración de albiglutida por vía subcutánea una vez a la semana fue generalmente bien tolerada. Esto se observó incluso en estudios realizados a largo plazo. Los efectos adversos más frecuentes fueron cefaleas, náuseas, diarrea, infección del tracto respiratorio superior, hipertensión arterial, lumbalgia y reacción local en el sitio de inyección. La mayoría de las reacciones en el sitio de inyección fueron leves y duraron menos de 2 semanas. Se informaron 4 fallecimientos en el grupo que recibió albiglutida en dosis de 50 mg. Uno de estos casos, que correspondió a un carcinoma de páncreas con metástasis, se consideró asociado con el uso del fármaco.
El empleo de albiglutida correlacionó con una tasa baja de hipoglucemias.
En el estudio HARMANY 3, un sujeto que recibió albiglutida y 2 tratados con sitagliptina presentaron cáncer de tiroides. Ninguno de estos casos se consideró relacionado con el uso de dichos fármacos. Asimismo, se informó la presencia de cáncer de tiroides en un individuo que recibió albiglutida en el estudio HARMONY 6, por lo que la administración del fármaco se suspendió después de una única dosis.
Algunos pacientes que recibieron tratamiento con albiglutida tuvieron pancreatitis aguda, y se informaron escasos casos de eventos cardiovasculares.
Posología
En los EE.UU., el uso de albiglutida está indicado para el tratamiento de la DBT2, como adyuvante del plan alimentario y la actividad física. En la Unión Europea, la albiglutida está prescripta como monoterapia en pacientes con control glucémico inadecuado con dieta y ejercicio o en sujetos en los que se considera inadecuado el uso de metformina. También puede utilizarse como complemento de la terapia en combinación con otros medicamentos hipoglucemiantes cuando éstos no proporcionan un control glucémico adecuado.
La dosis recomendada de albiglutida es de 30 mg una vez por semana. Ésta puede aumentarse a 50 mg una vez por semana para alcanzar un mejor control glucémico.
La albiglutida debe administrarse de manera subcutánea en el mismo día cada semana, independientemente de las comidas. Cuando el fármaco se utiliza en combinación con insulina o una sulfonilurea, se debe disminuir la dosis de estos últimos agentes para reducir el riesgo de hipoglucemia. Si se agrega albiglutida a un tratamiento con metformina, la dosis de ésta última puede mantenerse sin cambios.
La albiglutida no debe utilizarse para el tratamiento de la diabetes tipo 1 o la cetoacidosis diabética. No se cuenta con datos sobre el uso de este fármaco en pacientes pediátricos.
El prospecto del fármaco en los EE.UU. advierte que se observó un incremento del riesgo de cáncer medular de tiroides en roedores que recibieron agonistas de los receptores de GLP-1. El uso de albiglutida está contraindicado en individuos con antecedentes personales o familiares de cáncer medular de tiroides o en sujetos con neoplasia endocrina múltiple.
Conclusión
La administración de albiglutida por vía subcutánea en forma semanal en pacientes con DBT2 mal controlada mejora el control glucémico. En los ensayos controlados y aleatorizados, la mejora del control glucémico con albiglutida se observó tanto con su administración como monoterapia o como tratamiento agregado a otros agentes antidiabéticos, como la metformina, las sulfonilureas, las tiazolidindionas y la insulina.
Además de mejorar el control glucémico, el uso de albiglutida se asoció con efectos beneficiosos sobre el peso corporal, los cuales se mantuvieron con el tratamiento a largo plazo.
La albiglutida posee un régimen de administración que es conveniente y se asocia con un riesgo bajo de hipoglucemia. Por lo tanto, la inyección de albiglutida una vez por semana es una opción terapéutica útil para el tratamiento de los pacientes con DBT2.
Especialidad: Bibliografía - Clínica Médica - Endocrinología - Farmacología