Bibliografía

Laboratorios Bagó > Bibliografías > Papel de Factores Nutricionales en la Etiología Y Sintomatología del Autismo

Papel de Factores Nutricionales en la Etiología Y Sintomatología del Autismo

  • TITULO : Papel de Factores Nutricionales en la Etiología Y Sintomatología del Autismo
  • AUTOR : Van de Sande M, Van Buul V, Brouns F
  • TITULO ORIGINAL : Autism and Nutrition: The Role of the Gut – Brain Axis
  • CITA : Nutrition Research Reviews 27(2): 199-214, Dic 2014
  • MICRO : Existen pruebas convincentes de que una predisposición genética sumada a la exposición temprana a agentes ambientales, incluyendo factores nutricionales, infecciones y el empleo de antibióticos, confiere una base inestable que permite un posible desarrollo del autismo.

Introducción

El trastorno del espectro autista (TEA) se caracteriza por déficit en la capacidad de socializar, comunicarse y utilizar la imaginación, además de presentar conductas estereotipadas. En el manual DSM-IV se describen 5 subtipos de TEA: el trastorno autista, el trastorno de Asperger, el trastorno desintegrativo infantil, el trastorno de desarrollo generalizado no especificado y el trastorno de Rett.

Son frecuentes las comorbilidades en niños con autismo entre 6 y 17 años, como el trastorno de déficit de atención e hiperactividad, trastornos de ansiedad y conductuales.

Los factores de riesgo para autismo comprenden edad avanzada materna y paterna, bajo nivel de educación parental, sexo masculino, autismo en la familia, bajo peso al nacer y exposición prenatal a virus como rubéola, o a fármacos como talidomida, y tabaquismo materno.

El autismo implica un trastorno del desarrollo y la función cerebral. Si bien varios factores genéticos ejercen efectos sobre la etiología de diferentes tipos de autismo, esto parece representar sólo una pequeña parte de la población autista. También se plantean influencias ambientales como causa posible del autismo, incluyendo alteración de la microbiota gastrointestinal (GI), factores autoinmunitarios, exposición temprana a virus y fármacos. Por lo tanto, algunas intervenciones están dirigidas a factores dietarios y mejorar la salud GI, incluyendo dietas libres de gluten o caseína, suplementación con prebióticos y probióticos o multivitamínicos.

Los autores examinan en esta revisión las actuales teorías respecto de la etiología del autismo, con especial foco en el eje intestino-cerebro.

Alteraciones GI

Algunos estudios señalan que el 70% de los niños con TEA tienen antecedentes de alteraciones GI, y estos síntomas se correlacionan con la gravedad del autismo. Dichas alteraciones GI comprenden malabsorción, alteraciones en la digestión, sobrecrecimiento bacteriano y permeabilidad intestinal anormal. Los síntomas asociados comprenden diarrea, constipación, meteorismo, distensión abdominal y deposiciones con alimentos visiblemente no digeridos. Otros estudios describen la presencia de hiperplasia linfoide nodular en la mucosa digestiva, de significado incierto.

Composición de la microbiota

Se ha planteado que la alteración de la microbiota intestinal normal podría estar implicada en la etiología del TEA.

En un estudio se observó que los niños con diagnóstico de autismo de inicio tardío diferían del grupo control sin autismo respecto de la composición microbiana de la flora fecal, muestras gástricas y de intestino delgado. Los microorganismos podrían estar implicados en el autismo de inicio tardío, en primer lugar, ya que el comienzo de la enfermedad sigue al tratamiento antimicrobiano, por ejemplo de infecciones del oído, que son frecuentes. En segundo lugar, los síntomas GI son habituales al inicio del TEA y suelen persistir. Por último, algunos antibióticos pueden producir una respuesta y, cuando se interrumpe el antibiótico, puede producirse una recaída, como se observa con vancomicina o metronidazol. No obstante, en dosis más altas, luego de un período mayor de tiempo (> 6 días), la vancomicina altera la microflora intestinal anaeróbica y promueve la colonización por patógenos, principalmente del géneroClostridium. Los resultados de varios estudios permitieron arribar a las siguientes conclusiones, aunque dichos estudios son de baja a moderada calidad: primero, la recaída de los niños con autismo luego de la interrupción del tratamiento antibiótico se debe a la presencia de esporas de Clostridium; segundo, el incremento de la incidencia de autismo se relaciona con la amplia exposición ambiental a esporas de Clostridium; tercero, el aumento de familias con múltiples casos de autismo también se debe al contacto con esporas. Los autores resaltan que se requieren estudios bien diseñados para verificar relaciones de causalidad.

Otro aspecto en la relación entre la microbiota y el TEA de inicio tardío comprende a la indolilacriloilglicina (IAG) urinaria, que es un componente regular de la orina humana y es producido por la microflora intestinal. Se ha especulado que altos niveles de IAG en orina indican disbiosis intestinal. En unos pocos estudios se encontró un aumento de los niveles de IAG en individuos con autismo frente al grupo control.

Permeabilidad intestinal anormal

En 2 estudios se encontró una permeabilidad anormalmente alta en niños autistas frente a grupos de control. Los resultados mostraron un daño de las uniones estrechas de la mucosa intestinal y encontraron que, en algunos pacientes con autismo infantil, el daño de estas uniones ocurre en ausencia de trastornos GI establecidos. Además, los pacientes con TEA que realizaban dieta libre de gluten y de caseína presentaban significativamente menor permeabilidad intestinal frente al grupo control o a aquellos con dieta no restringida.

La permeabilidad intestinal parece asociarse con varias enfermedades autoinmunitarias, como enfermedad de Crohn, enfermedad celíaca y diabetes tipo 1. Se sugiere que los niveles bajos de bifidobacterias se relacionan con un microbioma intestinal no saludable. Además, la modificación de A. muciniphila sugiere cambios de la barrera mucosa. A. muciniphila es una bacteria que degrada mucina y que se encuentra presente en el intestino de adultos sanos, pero reducida en pacientes con enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa y en ancianos.

Aún no hay pruebas concluyentes acerca de una relación entre alteraciones de la permeabilidad intestinal y el TEA.

Alteraciones metabólicas

Las alteraciones metabólicas halladas en niños con autismo incluyen defectos en la metilación, estrés oxidativo, alteración de la concentración plasmática de aminoácidos, metabolismo anormal del sulfuro y metabolismo de ácido nicotínico más activo, entre otros.

Varios estudios han mostrado menores concentraciones basales de metionina, s-adenosilmetionina, homocisteína, cisteína y glutatión total en niños con autismo, lo que implica una alteración de la metilación y estrés oxidativo. Además, se observó una menor capacidad de formar metabolitos sulfatados. La incapacidad de los pacientes autistas de responder adecuadamente a las toxinas podría deberse parcialmente al menor aporte de sulfato para las sulfotransferasas. La alteración sistémica de la sulfatación en pacientes con TEA podría en teoría implicar una amenaza a los sistemas transmisores de catecolaminas y la integridad de la superficie intestinal y aumentar la vulnerabilidad de sobrecarga tisular de xenobióticos.

Por otra parte, se ha observado en forma frecuente alteración de la excreción urinaria de aminoácidos en niños con autismo. Entre ellos, niveles bajos de taurina, lisina, fenilalanina y metionina y, en menor grado, de tirosina, leucina, glutamina, asparagina y valina. No obstante, en plasma se hallaron niveles altos de ácido glutámico, fenilalanina, asparagina, tirosina, alanina y lisina. El aumento de los niveles de fenilalanina y tirosina podría conducir a concentraciones más altas de catecolaminas como dopamina y noradrenalina. El incremento de la función dopaminérgica y noradrenérgica podría estar implicado en el desarrollo del autismo, pero las investigaciones existentes no confieren un apoyo fuerte para estos mecanismos por falta de calidad metodológica y resultados poco consistentes. También se encontró que el equilibrio entre ácido glutámico y glutamina es diferente en pacientes con TEA y sus padres. El ácido glutámico es un neurotransmisor excitatorio crucial para la plasticidad neuronal y el mantenimiento de la función cognitiva. La glutamina se requiere para el metabolismo de los enterocitos y los niveles disminuidos pueden tener efecto deletéreo sobre la función intestinal.

No obstante, también se sugiere que las deficiencias de aminoácidos en niños con autismo pueden deberse a un bajo aporte proteico y a la selección de alimentos.

Por otro lado, en biopsias intestinales de niños con autismo y trastornos GI se observó un déficit de los transcriptos de disacaridasas y transportadores de hexosas, indicativos de deterioro de la digestión y transporte de carbohidratos en enterocitos, lo que puede conducir a acumulación de sacáridos en la luz intestinal, resultando en diarrea osmótica, distensión y meteorismo. Asimismo, la inflamación crónica en el intestino puede lesionar el epitelio y conducir a un aumento de la permeabilidad intestinal. Las alteraciones en la digestión de los hidratos de carbono podría explicar los síntomas gastrintestinales en los pacientes con TEA, pero no tienen un papel claro en las alteraciones neurológicas y conductuales.

Por último, los informes de los padres han mostrado significativamente mayor incidencia de alergia alimentaria en pacientes con TEA. La alergia alimentaria no mediada por IgE podría explicar parcialmente los síntomas GI y los beneficios sugeridos de intervenciones alimentarias como dieta libre de gluten y caseína, en algunos niños con autismo menores de 2 años.

Intervenciones nutricionales

Un tratamiento frecuentemente propuesto para reducir los efectos relacionados con los alimentos en el autismo es la dieta libre de gluten y caseína. No obstante, la mayoría de los estudios al respecto carecen de calidad metodológica suficiente.

Por otro lado, debido a la similitud de los síntomas de la enfermedad inflamatoria intestinal con los síntomas GI del autismo y el papel establecido de los probióticos en el tratamiento de la primera, se ha propuesto un posible tratamiento con probióticos en el autismo. Se realizaron algunos estudios con resultados aparentemente favorables, aunque no presentaban suficiente calidad metodológica.

Los niños con autismo pueden presentar un mal estado nutricional debido a varios factores como selectividad alimentaria, alteraciones de la digestión, condiciones inflamatorias intestinales y disminución de los niveles de bacterias intestinales productoras de vitaminas. De hecho, los suplementos de vitaminas y minerales constituyen una de las intervenciones médicas más recomendadas en el autismo. Los resultados de estudios con dicha intervención, si bien de limitada calidad, mostraron resultados preliminares positivos, incluyendo mejoría significativa de problemas conductuales.

Conclusiones

Existen pruebas convincentes de que una predisposición genética sumada a la exposición temprana a agentes ambientales, incluyendo factores nutricionales, infecciones y el empleo de antibióticos, confiere una base inestable que permite un posible desarrollo del autismo. Si bien existen pruebas contundentes de que el tracto GI y el eje intestino-cerebro desempeñan un papel central en el autismo, los autores señalan que se requieren más estudios para comprender los mecanismos implicados y la posible relación causal entre las elecciones alimentarias y el autismo.

Especialidad: Bibliografía - Nutrición

ADVERTENCIA:

El material incluido en este sitio ha sido concebido exclusivamente para los profesionales de la salud con fines informativos, y destinado a orientar sobre el uso adecuado de los medicamentos y a satisfacer sus necesidades de mayor información.

Todos los textos referidos a nuestros productos de venta bajo prescripción médica se corresponden a los lineamientos aprobados por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).

Laboratorios Bagó le sugiere consultar siempre a un profesional de la salud calificado ante cualquier duda sobre una condición médica particular.

He comprendido y deseo ver la información

Consultas médicas: infoproducto@bago.com.ar