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Una Alta proporción de Mujeres que Solicitan un Aborto Inducido Sufren de Síntomas de Estrés Postraumático
- TITULO : Una Alta proporción de Mujeres que Solicitan un Aborto Inducido Sufren de Síntomas de Estrés Postraumático
- AUTOR : Wallin Lundell I, Sundström Poromaa I, Skoog Svanberg A y colaboradores
- TITULO ORIGINAL : The Prevalence of Posttraumatic Stress Among Women Requesting Induced Abortion
- CITA : European Journal of Contraception & Reproductive Health Care 18(6): 480-488, Dic 2013
- MICRO : Las mujeres que tienen antecedentes de vivencias traumáticas o alteraciones de la esfera mental deberían ser evaluadas y aconsejadas acerca de la aparición y el tratamiento de los síntomas de estrés que pudieran reaparecer luego de la finalización del embarazo.
Introducción
El aborto inducido no suele producir alteraciones en la salud mental de las mujeres que lo solicitan; sin embargo, algunos investigadores han sugerido que el aborto puede funcionar como agente desencadenante de estrés causando un trastorno por estrés postraumático (TEP) y síntomas de estrés postraumático (SEPT). En cuanto a la prevalencia general estimada de TEP, en la población de mujeres norteamericanas es del 10% y para las suecas, del 7%.Estas alteraciones pueden iniciarse debido a la exposición a un trauma, que en las mujeres está principalmente vinculado con la violencia sexual. Además, existen factores de riesgo que predisponen a la aparición de TEP; entre ellos, las características de la personalidad, la presencia de depresión mayor, de ansiedad, de fobia social y el abuso de sustancias. Según los autores de este trabajo, las mujeres que padecen TEP o presentan SEPT serían más vulnerables y requerirían mayor atención durante el proceso del aborto. El objetivo de la investigación fue describir la prevalencia y patrones de experiencias traumáticas, evaluar la prevalencia de TEP o SEPT, identificar sus factores de riesgo y la asociación con los síntomas de ansiedad y depresivos en mujeres suecas que solicitaron un aborto inducido.
Pacientes y métodos
Este estudio multicéntrico se llevó a cabo en los departamentos de Ginecología y Obstetricia de seis hospitales públicos de Suecia. Las mujeres que solicitaron un aborto inducido antes de finalizar las doce semanas de gestación fueron convocadas por personal de enfermería y parteras para participar en una encuesta. Luego de dar el consentimiento escrito, las participantes, recibieron un cuestionario con un número de identificación. Los cuestionarios completos se depositaron en una urna cerrada. El único criterio de exclusión para ingresar en el estudio fue la incapacidad para comprender las preguntas en idioma sueco.
El cuestionario incluyó preguntas acerca de las variables sociales y demográficas de las participantes tales como la edad, la educación, la raza, las relaciones sociales y el uso de tabaco y alcohol. Además, se incluyeron los siguientes métodos de investigación: el Screen Questionnaire-Posttraumatic Stress Disorder (SQ-PTSD) y la Hospital Anxiety Depression Scale (HADS). El SQ-PTSD está basado en los criterios diagnósticos para TEP de la cuarta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales(DSM-IV). Sólo las mujeres que reunieron todos los criterios desde la A hasta la F fueron diagnosticadas con TEP. Estos criterios son: A1: el enfrentamiento con el agente desencadenante de estrés se interpreta como una amenaza de muerte o daño grave que compromete la integridad física propia o ajena; A2: la respuesta ante el estrés produce miedo, necesidad de ayuda u horror; B: repetición del evento traumático por medio de pensamientos, pesadillas o recuerdos; C: necesidad persistente de evitar el estímulo asociado con los síntomas e imposibilidad de experimentar sentimientos positivos; D: trastornos relacionados con el sueño, la concentración y el control de la ira; E: duración del disturbio por más de un mes; F: la alteración causa estrés clínico o deterioro en las relaciones sociales, laborales y de otras áreas de funcionamiento. La definición de TEP incluye los criterios A1 y A2 juntos con uno o más de los criterios (B, C y D). Los casos control fueron definidos como aquellas mujeres sin TEP o SEPT.
La HADS que ha sido validada en diferentes poblaciones clínicas de Suecia con resultados satisfactorios, evalúa los síntomas de ansiedad y depresión según un cuestionario que otorga un puntaje de 0 a 6 (ausencia de ansiedad y depresión), de 7 a 10 (estado de ánimo depresivo o ansiedad moderada) o mayor de 10 (riesgo para depresión/posible trastorno de ansiedad). Los autores de este estudio dividieron el puntaje de la siguiente manera: de 0 a 7 = ausencia de ansiedad y depresión, y de 8 a 21 = con ansiedad y depresión. Los datos sociodemográficos fueron clasificados de acuerdo con: la edad, las Official Statistics of Induced Abortion in Sweden y la duración de la educación (menos de 12 años o más de 12 años). El uso de alcohol fue establecido según los criterios de la Organización Mundial de la Salud en: sin ingesta, ingesta moderada (menos de 112.5 cl de vino o 245 cl de cerveza por semana o equivalente) o ingesta excesiva (más de 112.5 cl de vino o 245 cl de cerveza por semana). Además, se consideraron tres categorías de acuerdo con el lugar de nacimiento de las participantes según los ingresos económicos: suecos nativos, Unión Europea (UE)/Noruega/Australia y otros (ex Yugoslavia, África y América Latina).
En cuanto al análisis estadístico de los datos, en el cálculo del tamaño de la muestra se determinó una prevalencia del 8.9 %. Se estableció un error estándar (EE) de hasta 0.014, con un intervalo de confianza del 95% (IC 95%). Mediante la prueba de chi al cuadradose evaluó la asociación entre los factores sociodemográficos y el TEP o los SEPT. Se utilizó análisis de regresión logística para evaluar los factores de riesgo para TEP y SEPT y para determinar la asociación entre síntomas de ansiedad y depresión con el TEP. Las variables dependientes fueron el TEP y los SEPT. Se realizó el ajuste de las variables sociodemográficas que fueron significativas en el análisis bivariado.
Resultados
Durante el período que duró este estudio multicéntrico, un total de 4001 mujeres solicitaron un aborto inducido. Entre ellas, 1086 no fueron convocadas para participar en el estudio debido a cuestiones de disponibilidad del personal encargado de incorporar a las participantes, 313 mujeres fueron excluidas del estudio por no comprender el idioma sueco, 96 mujeres quisieron continuar con el embarazo, 14 tuvieron un aborto espontáneo y 11 no estaban embarazadas. El resto de las mujeres (n = 2602), fueron invitadas a participar, de las cuales 1088 declinaron su participación y 1514 dieron su consentimiento para ser incluidas en el estudio. Entre las participantes que consintieron, 1470 respondieron la totalidad del cuestionario SQ-PTSD y fueron evaluadas para el diagnóstico de TEP o SEPT.
En cuanto a la distribución etaria de las participantes, se compararon tres grupos: mujeres que participaron; mujeres que declinaron su participación y mujeres consignadas en las Official Statistics of Induced Abortion in Sweden. Los resultados de estas comparaciones indicaron que hubo una diferencia significativa en cuanto a que en el grupo integrado por las participantes, la proporción de mujeres menores de 20 años fue más baja. Esta diferencia entre los dos primeros grupos mencionados fue significativa (p < 0.01), y entre las mujeres que participaron y el registro estadístico oficial la diferencia fue aún mayor (p < 0.001). Con respecto al lugar de nacimiento de las participantes, el 92% de las mujeres eran suecas y el 5% había nacido fuera de Europa. En cuanto al espectro de edad de las participantes, éste abarcó desde los 15 hasta los 52 años (promedio de 28 años y mediana de 27 años). La prevalencia de antecedentes de trauma fue del 41% y de alguna experiencia vinculada con la guerra, del 4%. Los autores de este estudio informaron que los traumas más frecuentes vividos por las participantes fueron: amenazas y maltratos físicos y psicológicos de carácter grave. Además, el 12% de las mujeres sufrió abuso sexual y el 18% fue víctima de hurtos. En cuanto a la prevalencia general de TEP fue de 104 (7%; IC 95%: 5.8 a 8.5) y la prevalencia puntual al momento del estudio fue de 60 (4%; IC 95%: 3.1 a 5.2). Las prevalencias generales de TEP y SEPT fueron similares.
Posteriormente, fueron comparados el grupo de TEP en curso y SEPT con los controles. De esa comparación resultó que tanto las participantes con diagnóstico de TEP en curso como aquellas con SEPT tuvieron mayores niveles de síntomas de ansiedad (90% y 60%, respectivamente) y depresión (76% y 38%, en el mismo orden).
En cuanto al análisis de ciertas variables sociodemográficas, las participantes diagnosticadas con TEP tuvieron diferencias significativas con respecto a los controles en cuanto a la convivencia con una pareja (62%; p < 0.05), el hábito de fumar (52%; p < 0.01), el consumo de alcohol nulo (37%; p < 0.001) o el consumo excesivo de alcohol (7%; p < 0.001). Por otra parte, las mujeres con SEPT tuvieron niveles de educación más bajos (74%; p < 0.05) con respecto a los controles. Al momento de inducir el aborto, las participantes fueron más proclives a reunir los criterios diagnósticos de TEP y SEPT. El análisis de regresión multivariada indicó que los síntomas de ansiedad, el hábito de fumar y la falta de consumo de alcohol se asociaron con el TEP. En cuanto a los SEPT, correlacionaron significativamente con la ansiedad (p < 0.001) y el nivel de educación de menos de 12 años (p < 0.05).
Discusión
Este estudio encontró, en las mujeres que solicitaron aborto inducido en seis hospitales suecos, una prevalencia puntual del 4% para el TEP y del 23% para los SEPT. Las mujeres que presentaron estas alteraciones de la esfera psíquica tuvieron niveles más altos de ansiedad y depresión. Asimismo, se consignó una prevalencia de TEP general del 7%, igual a la informada para la población femenina global. En Suecia, esta prevalencia es del 9%, mientras que en EE.UU. es del 10%. Al igual que otros investigadores, los autores de este estudio determinaron que las variables sociodemográficas, como juventud, hábito de fumar e ingesta de alcohol excesiva se asocian con mayor riesgo de TEP. Con respecto a estas variables, esta investigación informó que la prevalencia de TEP decae a partir de los 35 años de edad y el hábito de fumar (relacionado con la reducción de sensaciones negativas) fue mayor entre mujeres con TEP. Si bien el Swedish National Board of Health and Welfare comunicó una disminución en el hábito de fumar entre las mujeres de ese país, este problema persiste en los niveles socioeconómicos y educativos más bajos. Asimismo, un nivel educativo limitado y el hábito de fumar son factores de riesgo para tener mayor número de abortos inducidos. En cuanto al consumo de alcohol, este estudio demostró que su consumo excesivo se asoció con el TEP. Sin embargo, un 37% de las participantes declararon no consumir alcohol; las razones probables de este hallazgo fueron, según los autores, el deseo de autocontrol, de conciencia de bienestar físico o de vivencias negativas del uso de alcohol en la familia. También consideran que el diseño del cuestionario no fue el adecuado para abordar esta variable. De manera similar a lo informado en otros estudios, las experiencias traumáticas como amenazas físicas y violencia sexual evaluadas en esta encuesta, fueron más frecuentes en las mujeres que solicitaron abortar que las que continuaron con su embarazo.
Conclusiones
En la población estudiada, los SEPT tuvieron una prevalencia mayor (23%) que el TEP (7%). Este último trastorno estuvo asociado con ansiedad, síntomas de depresión, hábito de fumar y consumo de alcohol. Los SEPT se vincularon de manera significativa con la ansiedad y el nivel educativo bajo.
Los autores destacan que las mujeres que solicitan un aborto inducido y tienen antecedentes de experiencias traumáticas o alteraciones psíquicas, deberían ser evaluadas y aconsejadas acerca de la aparición y el tratamiento de los síntomas de estrés que pudieran aparecer luego de la finalización del embarazo.
Especialidad: Bibliografía - Ginecología