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Tratamientos de los Síntomas Vasomotores en la Menopausia
- TITULO : Tratamientos de los Síntomas Vasomotores en la Menopausia
- AUTOR : Umland E, Falconieri L
- TITULO ORIGINAL : Treatment Options for Vasomotor Symptoms in Menopause: Focus on Desvenlafaxine
- CITA : International Journal of Women’s Health (4): 305-319, Jul 2012
- MICRO : En esta reseña se analizan los factores de riesgo para los síntomas vasomotores, su impacto sobre la calidad de vida, su fisiopatología y las opciones terapéuticas.
Introducción
Los síntomas vasomotores (SVM) son frecuentes en la menopausia. Se estima que aproximadamente el 59% de las mujeres latinoamericanas experimentan síntomas de este tipo de grado leve a grave y la mayor incidencia se observa un año después del final del período menstrual. La duración (mediana) de los SVM es de 4 años, con un 68.5% de las mujeres con algún grado de síntomas 1 a 5 años después del final del período menstrual, mientras que solamente un 10% continúa presentándolos 12 años después del final del período menstrual. Se estima que casi el 11% de las mujeres experimentan SVM graves, un 12% de ellas durante la menopausia temprana (menos de 5 años después del final del período menstrual) y un 11.5% en la menopausia tardía (más de 5 años luego del final del período menstrual). La prevalencia y gravedad de los SVM es mayor en las mujeres cuya menopausia es consecuencia de la ooforectomía que en aquellas con menopausia natural. En esta reseña se analizaron los factores de riesgo para los SVM, su impacto sobre la calidad de vida, su fisiopatología y las opciones terapéuticas, especialmente el uso de desvenlafaxina.
Factores de riesgo de SVM. Impacto sobre la calidad de vida
Entre los factores de riesgo de los SVM se citan la obesidad, la raza (más frecuente en afroamericanas) y el hábito de fumar. Otros factores de riesgo identificados, pero con datos más limitados, comprenden la inactividad física, la ansiedad y el mayor nivel educativo.
Los SVM influyen negativamente sobre la calidad de vida, tanto globalmente como en distintos aspectos tales como la función sexual, la calidad del sueño, el estado de ánimo y la función cognitiva.
Fisiopatología de los SVM
Se cree que los SVM son consecuencia de la disfunción del circuito de control de la temperatura, que lleva a una activación exagerada de las respuestas a la disipación del calor, tales como la vasodilatación periférica y la sudoración. Este circuito termorregulador comprende el cerebro, la cavidad corporal interna y la vasculatura periférica, y está bajo influencia de las concentraciones constantes de neurotransmisores como la serotonina y la noradrenalina. Los cambios hormonales en la perimenopausia y, más aun en la menopausia, principalmente de estrógenos, se asociaron con fluctuaciones en la serotonina y la noradrenalina. Los niveles disminuidos de estrógenos dentro del centro térmico hipotalámico (área preóptica) influyen negativamente sobre las concentraciones de serotonina y noradrenalina y contribuyen significativamente con la aparición de SVM. El vínculo entre las fluctuaciones de estrógenos y la disminución en los niveles de serotonina y noradrenalina llevó a postular como posibles agentes terapéuticos de los SVM a los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y los inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN), con el fin de restablecer los niveles de estos neurotransmisores dentro de los centros termorreguladores.
Opciones terapéuticas de los SVM
Se cuenta con opciones terapéuticas no farmacológicas y farmacológicas. Entre las primeras se incluyen la acupuntura, la hipnosis y las modificaciones en el estilo de vida.
Entre las opciones farmacológicas se cuenta con los suplementos vitamínicos y herbales, la terapia hormonal con estrógenos y tibolona y las terapias no hormonales como clonidina, gabapentín, los ISRS y los IRSN, entre ellos la desvenlafaxina.
Entre los suplementos vitamínicos y herbales se citaron algunos beneficios en el alivio de los SVM con Cimicifuga racemosa,la hierba de San Juan, los fitoestrógenos (isoflavonas de soja) y la deshidroepiandrosterona.
La terapia de reemplazo hormonal con estrógenos constituye el tratamiento más eficaz para los SVM, ya que permite reducir la frecuencia y gravedad de los sofocos en un 75% a 79%, según datos de una reseña de Cochrane de 2004. Sin embargo, la terapia de reemplazo hormonal se asoció con efectos negativos sobre el tejido mamario y un riesgo aumentado de cáncer de mama, de endometrio y de enfermedad cardiovascular.
La tibolona es otra opción terapéutica, disponible en Europa, Canadá, algunos países de Latinoamérica y Asia, pero no está aprobada en los EE.UU. Este agente es una droga sintética y sus metabolitos tienen propiedades similares a los estrógenos, los andrógenos y la progesterona. Los estudios existentes demostraron una eficacia comparable entre la tibolona y la terapia de reemplazo hormonal. Su uso conlleva riesgos similares a los de dicha terapia en cuanto al riesgo de cáncer de mama y de hiperplasia endometrial. La combinación de moduladores selectivos del receptor de estrógenos, como el bazedoxifeno, con los estrógenos demostraron una eficacia comparable a la terapia de reemplazo hormonal tradicional, con un mejor perfil de seguridad y tolerabilidad, ya que se bloquean los efectos negativos de los estrógenos a nivel mamario y del tejido endometrial.
En cuanto a la terapia no hormonal, hubo datos incongruentes en cuanto a la eficacia de la clonidina y los efectos adversos significativos hacen que no sea una opción ideal para los SVM. Hay datos promisorios en cuanto a la eficacia del gabapentín y la pregablina en los SVM, pero se necesitan más investigaciones a gran escala y a largo plazo. Los ISRS como citalopram, escitalopram, fluoxetina, paroxetina y sertralina parecen ser eficaces en la reducción de los SVM, pero los ensayos realizados fueron relativamente pequeños y de corta duración, por lo cual son necesarias investigaciones de mayor tamaño y a largo plazo. Con respecto a los IRSN, hay datos promisorios con respecto a la eficacia en los SVM de duloxetina y venlafaxina. Específicamente con respecto a la desvenlafaxina, el principal metabolito activo de la venlafaxina, se realizaron 4 ensayos clínicos para evaluar su eficacia en los SVM en los cuales más del 80% de las participantes fueron de raza blanca. Los resultados de esas investigaciones demostraron que la desvenlafaxina es una opción viable para el tratamiento de los SVM en mujeres posmenopáusicas. Este agente, en dosis de 100 mg o más, redujo la frecuencia de los sofocos de intensidad leve a moderada y el número de despertares nocturnos debidos a ellos. Esta dosis no se asoció con efectos adversos significativos y su incidencia fue comparable a la del placebo. No obstante, la desvenlafaxina no puede recomendarse por sobre otras terapias disponibles ya que se carece de estudios comparativos, con excepción de uno que la comparó con tibolona. Es necesaria la realización de estudios clínicos que comparen la desvenlafaxina con otros tratamientos no hormonales para poder establecer su lugar en el arsenal terapéutico, así como su eficacia y seguridad a largo plazo en diversos grupos raciales y su impacto en la calidad de vida. Además, es importante que los estudios clínicos utilicen una titulación adecuada del fármaco para minimizar los efectos adversos y el incumplimiento terapéutico. La duración de estos ensayos fue de 12 semanas, por lo cual es necesaria la realización de investigaciones a largo plazo para evaluar la eficacia y seguridad de la desvenlafaxina.
Conclusión
Los SVM son frecuentes en la menopausia y producen un impacto sobre la calidad de vida. La terapia hormonal es el tratamiento más eficaz, pero para muchas mujeres no constituyen una opción viable. Por ello, es importante contar con terapias alternativas. La desvenlafaxina constituye una opción razonable para el tratamiento de los SVM, pero es necesaria la realización de más investigaciones para establecer su lugar en el arsenal terapéutico.
Especialidad: Bibliografía - Ginecología