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Asociación entre el Consumo de Vitamina B, la Disminución del Nivel de Homocisteína y el Deterioro Cognitivo
- AUTOR : Zhang D, Ye J, Mu J, Cui X
- TITULO ORIGINAL : Efficacy of Vitamin B Supplementation on Cognition in Elderly Patients With Cognitive-Related Diseases: A Systematic Review and Meta-Analysis
- CITA : Journal of Geriatric Psychiatry and Neurology 30(1):50-59, Ene 2017
- MICRO : La administración de vitaminas del grupo B permitió reducir los niveles séricos de homocisteína en pacientes ancianos con demencia. No obstante, este efecto no se tradujo en una mejoría del funcionamiento cognitivo.
Introducción y objetivos
Los individuos con trastornos cognitivos generalmente presentan hiperhomocisteinemia, un factor de riesgo de enfermedades neurodegenerativas y cerebrovasculares. Por ejemplo, la obtención de un nivel de homocisteína mayor de 14 µmol/l se asocia con una duplicación del riesgo de enfermedad de Alzheimer (EA). A su vez, la hiperhomocisteinemia se vincula con la disminución del nivel de folatos y la concentración de vitamina B. La reducción del nivel de vitamina B provoca hipometilación y aumento de los niveles de homocisteína, con el consiguiente incremento del riesgo de demencia, debido a la aparición de neurotoxicidad y vasculopatía. En coincidencia con lo antedicho, la administración de vitamina B se consideró para la prevención de la demencia y la EA, así como para el tratamiento de los pacientes que presentan este cuadro clínico. No obstante, en varios estudios también se informó la ausencia de efectos ante el uso de vitamina B y ácido fólico en pacientes ancianos con deterioro cognitivo, así como la falta de efectos ante la disminución del nivel de homocisteína.
Los resultados obtenidos en un estudio indicaron que la administración diaria de ácido fólico y vitaminas B6 y B12 a pacientes con antecedente de accidente cerebrovascular (ACV) o accidente isquémico transitorio que presentaban deterioro cognitivo se asoció con la disminución de los niveles de homocisteína. No obstante, no se observaron efectos sobre el deterioro cognitivo luego de un período de seguimiento medio de 2.8 años, de acuerdo con los resultados de la Mini-Mental State Examination (MMSE). Dichos resultados coincidieron con lo informado por otros autores.
El presente metanálisis se llevó a cabo con el objetivo de obtener resultados concluyentes sobre el efecto del aporte complementario de vitaminas del grupo B y folatos en pacientes con deterioro cognitivo secundario a la EA u otros tipos de demencia.
Métodos
Los autores seleccionaron estudios aleatorizados y controlados efectuados en pacientes con deterioro cognitivo secundario a EA o a otros tipos de demencia, mediante una búsqueda en las bases de datos Medline, Cochrane, Embase y Google Scholar. Solo se incluyeron estudios sobre el uso de suplementos de vitamina B y ácido fólico con el fin de reducir los niveles de homocisteína.
Los parámetros de evaluación considerados incluyeron los niveles de homocisteína, ácido fólico y vitamina B12, así como los resultados de escalas válidas relacionadas con el funcionamiento cognitivo. En este caso, se incluyeron la MMSE y la Alzheimer Disease Assessment Scale–Cognition (ADAS-Cog). La calidad de los estudios incluidos fue evaluada mediante la Cochrane Risk of Bias Tool. Los parámetros de interés desde el punto de vista estadístico fueron la MMSE y el nivel sérico de homocisteína. Todos los análisis se llevaron a cabo mediante el uso del programa Comprehensive Meta-Analysis.
Resultados
La búsqueda llevada a cabo resultó en la selección de 4 estudios aleatorizados y controlados. Los estudios incluyeron la administración de los suplementos a grupos de 23 a 240 pacientes y el uso de placebo en 18 a 169 individuos, quienes conformaron los grupos control. La proporción de hombres en dichos grupos fue del 29% al 47% y del 29% al 55%, respectivamente. La edad promedio de los participantes fue de 74.6 a 79.1 años. Los pacientes presentaban EA leve a moderada, EA probable o EA o demencia vascular clínicas.
Los sujetos que recibieron los suplementos terapéuticos presentaron un nivel sérico inicial de homocisteína de 9.2 a 19.4 µmol/l, en tanto que en el grupo placebo se obtuvieron niveles de 9.1 a 17.2 µmol/l, respectivamente. Los niveles obtenidos luego del tratamiento fueron 6.8 a 9.3 µmol/l y 8.6 a 15.2 µmol/l, respectivamente. Los niveles séricos de folato luego del tratamiento solo se informaron en uno de los estudios, en el que se observó un incremento medio considerable. No se hallaron modificaciones significativas de dicho valor en el grupo control. Otros autores informaron un aumento significativo de los niveles de vitamina B12 luego del tratamiento, en tanto que dicho incremento no tuvo lugar en el grupo placebo.
Con respecto al cambio del funcionamiento cognitivo asociado con el tratamiento, el puntaje inicial obtenido ante la aplicación de la MMSE fue de 16.5 a 23.5 en los grupos que recibieron el suplemento terapéutico, y de 16.6 a 23.5 en los grupos control. Si bien en 3 de los estudios se observaron cambios del puntaje de la MMASE luego del tratamiento, dichos cambios no fueron significativos. La aplicación de la ADAS-Cog tuvo lugar en 2 trabajos, en los cuales tampoco se registraron cambios significativos del puntaje luego del tratamiento. La administración de suplementos terapéuticos se asoció con una disminución mayor del nivel de homocisteína, en comparación con lo observado ante el uso de placebo. Los análisis adicionales llevados a cabo no arrojaron diferencias significativas del puntaje de la MMSE entre los grupos. La fiabilidad del metanálisis fue aceptable, de acuerdo con los resultados obtenidos ante la realización de un análisis de sensibilidad.
Discusión
De acuerdo con los resultados obtenidos, la administración de folatos combinados con vitaminas B6 o B12 no brinda beneficios significativos en pacientes ancianos con trastornos cognitivos relacionados con la EA u otros tipos de demencia. No obstante, el suplemento terapéutico de folato y vitamina B se asoció con una disminución significativa de los niveles de homocisteína, aunque la diferencia del puntaje de la MMSE entre los períodos anterior al tratamiento suplementario y posterior a este no fue significativa. En consecuencia, el aporte complementario de folato y vitamina B no brindó una ventaja significativa en términos de disminución del deterioro cognitivo. Según lo informado por otros autores, los niveles plasmáticos de homocisteína al inicio del tratamiento son importantes a la hora de predecir la respuesta a la disminución de dichos niveles. De todos modos, los resultados obtenidos en el presente estudio no permiten indicar beneficios ante la disminución de los niveles de homocisteína en pacientes ancianos con deterioro cognitivo.
Con respecto a la demencia vascular, su aparición sería consecuencia de diferentes afecciones cerebrovasculares, como la esclerosis de las arterias cerebrales. Dicho cuadro se observa en pacientes con EA. En el presente análisis, la inclusión de individuos con demencia vascular no afectó los resultados obtenidos. Es posible que la aplicación de la MMSE no resulte sensible para evaluar la función cognitiva en pacientes con EA. En cambio, la ADAS-Cog es más aceptada para la evaluación cognitiva de los sujetos con EA leve a moderada. Lamentablemente, esta escala se aplicó en la mitad de los estudios evaluados en el presente análisis, y no fue posible analizar los resultados en forma conjunta debido a cuestiones metodológicas. Además, la aplicación de la ADAS-Cog tampoco arrojó diferencias significativas entre los grupos.
Los resultados obtenidos coinciden con lo informado en otros estudios, en los que no se halló una mejoría significativa del funcionamiento cognitivo ante la administración de suplementos de folato y vitamina B. En una revisión sistemática efectuada con anterioridad, se concluyó que no existe información suficiente que permita indicar un efecto cognitivo positivo ante la administración de vitamina B6, B12 o ácido fólico, solos o combinados, en individuos con trastornos cognitivos o sin dichos trastornos. Asimismo, se informó que la administración de vitamina B12 y ácido fólico durante un período de seguimiento de 2 años a pacientes ancianos con hiperhomocisteinemia no modificó el funcionamiento cognitivo. Dichos hallazgos coincidieron con lo informado por otros autores.
En coincidencia con los resultados obtenidos en estudios adicionales, la administración de vitaminas del grupo B permitió reducir los niveles séricos de homocisteína. No obstante, este efecto no se tradujo en una mejoría del funcionamiento cognitivo. De todos modos, no resulta apropiado realizar comparaciones entre los resultados de los estudios ya que la metodología aplicada fue heterogénea. En investigaciones anteriores se informó que el nivel inicial de folatos y vitaminas determinaría la respuesta al tratamiento con vitaminas del grupo B. En coincidencia, el efecto de la vitamina B fue máximo en individuos con niveles bajos de vitamina B o niveles elevados de homocisteína. Esto indica la existencia de sesgos según el estado nutricional de los participantes.
Entre las limitaciones del presente análisis, los autores destacaron la inclusión de una cantidad limitada de estudios y la administración de diferentes dosis de folatos y vitaminas. Además, los trabajos difirieron en cuanto a la duración del tratamiento, que osciló entre 12 semanas y 2 años. Es posible que la aplicación de períodos de evaluación más prolongados se asocie con un efecto positivo sobre el funcionamiento cognitivo, aunque la información disponible al respecto no es concluyente. La aplicación de herramientas de evaluación cognitiva adicionales, como el Digit Symbol Substitution Test y la MMSE Mattis Dementia Rating Scale, podría ser de utilidad para obtener información adicional. Finalmente, los participantes incluidos en los estudios tenían diferentes tipos de deterioro cognitivo, lo cual podría haber disminuido la fiabilidad de los resultados.
Conclusión
Los resultados obtenidos permiten indicar que los pacientes con deterioro cognitivo secundario a la EA o a otros tipos de demencia pueden presentar una disminución de los niveles de homocisteína ante la administración de ácido fólico y vitamina B. No obstante, dicho hallazgo no coincidió con la obtención de ventajas significativas, en comparación con la administración de placebo, en términos de prevención del deterioro cognitivo. Los autores concluyeron que no se cuenta con información definitiva sobre el efecto del aporte complementario de vitamina B en términos de disminución del deterioro cognitivo mediante la reducción del nivel de homocisteína. Es necesario contar con estudios adicionales al respecto.
Ref : NEURO, NUTRI.
Especialidad: Bibliografía - Neurología