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La Obesidad Incrementa el Riesgo de Aparición de Ciertos Cánceres del Tubo Digestivo

  • AUTOR : Hillon P, Guiu B, Vincent J, Petit J
  • TITULO ORIGINAL : Obesity, Type 2 Diabetes and Risk of Digestive Cancer
  • CITA : Gastroentérologie Clinique et Biologique 34(10):529-533, Oct 2010
  • MICRO : Numerosos estudios epidemiológicos avalan una correlación entre la obesidad y el mayor riesgo de cáncer, especialmente de tumores digestivos. Actualmente se estima que alrededor del 5% de todos los cánceres están directamente relacionados con la obesidad.

Introducción

La mortalidad cardiovascular y el riesgo de cáncer aumentan en los pacientes con obesidad; los estudios epidemiológicos recientes sugieren que alrededor del 5% de los tumores nuevos están directamente relacionados con la obesidad. La mejor comprensión de los mecanismos que participan en dicha asociación es fundamental para implementar las estrategias preventivas y terapéuticas necesarias. La resistencia a la insulina, la inflamación y los trastornos en la secreción de las adipoquinas tendrían un papel decisivo en este contexto, señalan los autores.

Los trastornos metabólicos asociados con el exceso de grasa visceral están involucrados en la carcinogénesis

La obesidad periférica se caracteriza por la hiperplasia de las células adiposas; en cambio, la obesidad visceral es consecuencia de la hipertrofia del tejido adiposo intraabdominal, una situación que se acompaña de cambios metabólicos importantes, entre ellos, trastornos en la secreción de las adipoquinas, producción excesiva de esteroides sexuales endógenos, alteraciones en el almacenamiento de los ácidos grasos libres y liberación de diversas citoquinas proinflamatorias. Estas últimas y los ácidos grasos libres, en combinación con una disminución de los niveles de adiponectina, inducen un estado de resistencia a la insulina.

En condiciones normales, recuerdan los autores, la adiponectina aumenta la sensibilidad a la insulina y la oxidación de los ácidos grasos, con lo cual la concentración de los ácidos grasos libres disminuye. En cambio, en los pacientes con obesidad hay una menor producción de adiponectina.

La resistencia a la insulina se asocia con hiperinsulinemia compensatoria y con un aumento de los niveles séricos del factor de crecimiento 1 similar a la insulina (IGF-1) libre. La insulina y el IGF-1 estimulan el crecimiento celular e inhiben la apoptosis.

En los sujetos con obesidad, la mayor concentración de la leptina podría ser secundaria al estado de resistencia a la proteína. Diversos estudios sugirieron un aumento del riesgo de cáncer colorrectal en relación con los niveles sistémicos de leptina. De hecho, las células del cáncer colorrectal expresan receptores de leptina en exceso. Por el contrario, la adiponectina ejerce efectos protectores y una acción proapoptótica.

El inhibidor del activador del plasminógeno 1 (PAI-1) es un inhibidor de las serina proteasas producido por el tejido adiposo visceral. La mayor expresión del PAI-1 participaría en la progresión de diversos tumores asociados con la obesidad, por ejemplo, del cáncer colorrectal. En los modelos murinos, la inhibición del PAI-1 evita la aparición de adenomas.

Por su parte, añaden los autores, el PAI-1 contribuiría en forma indirecta en la invasión de las células malignas y en la aparición de metástasis al activar las metaloproteinasas de la matriz (MMP), involucradas en el remodelado de la MEC. Diversos estudios revelaron una asociación entre la gravedad del cáncer de colon y los niveles tumorales de ciertas MMP (MMP-2, MMP-7, MMP-9 y MMP-13).

En comparación con los sujetos sanos y con los pacientes con pancreatitis, los enfermos con cáncer de páncreas tienen una mayor concentración sérica y tisular de MMP-9. Otro trabajo reveló una mayor expresión de la MMP-2 en las secreciones pancreáticas de los enfermos con cáncer de páncreas; la mayor producción de MMP-7 y de ADAM9 se asocia con una supervivencia más corta en los pacientes con cáncer de páncreas.

Los trastornos en la MEC inducidos por el PAI-1 se acompañan de la secreción de factores de crecimiento, de angiogénesis y de pérdida de la adhesión celular, fenómenos que favorecen el crecimiento local de la neoplasia y la migración celular. Las observaciones en conjunto sugieren que, en el futuro, el PAI-1 podría ser un blanco antitumoral.

La obesidad se considera un estado de inflamación. La inflamación se asocia con un aumento de los niveles de la proteína C-reactiva, de la interleuquina 6 y del factor de necrosis tumoral alfa. Estos mediadores inflamatorios, por su parte, inducen un descenso en la concentración de la adiponectina y se asocian con un mayor riesgo de cáncer. La mayor producción de adipoquinas proinflamatorias por las células adiposas podría tener un papel en la carcinogénesis vinculada con la obesidad mediante la inhibición de la apoptosis (por la activación de la vía NK-kB) y el aumento del estrés oxidativo.

Obesidad y cánceres digestivos: Datos epidemiológicos

Diversos estudios de cohorte publicados en todo el mundo sugirieron un aumento del riesgo de cáncer en relación con la obesidad y con sus complicaciones metabólicas, especialmente la diabetes tipo 2 (DBT2). Un estudio de 1995 en hombres trabajadores de la salud reveló un aumento de 4.9 veces en el riesgo de cáncer colorrectal en los sujetos obesos y con escasa actividad física. Por su parte, en una investigación en mujeres, la mortalidad por cáncer aumentó en relación con el índice de masa corporal (IMC). En el estudio, la actividad física confirió una protección parcial.

Un amplio estudio en 900 000 sujetos de Norteamérica reveló un riesgo de cáncer de 1.5 a 1.6 en las personas con obesidad mórbida; además, el riesgo de ciertos cánceres estuvo asociado con el sexo. Un análisis global publicado en 2008 abarcó 67 trabajos de cohorte, 3 estudios de casos y controles y 3 investigaciones aleatorizadas y de intervención; el riesgo de cáncer aumentó por cada 5 kg/m2 de incremento del IMC, en relación con la localización y el sexo. Por ejemplo, el riesgo de cánceres digestivos aumentó en relación con el IMC en los sujetos de ambos sexos; lo mismo ocurrió con los cánceres de riñón y de tiroides, con el melanoma maligno y con el mieloma múltiple. Asimismo, en las mujeres, la obesidad se asoció con un mayor riesgo de cáncer de endometrio, de cuello uterino y de mama.

En conjunto, añaden los autores, el sobrepeso y la obesidad son responsables del 5% al 6% de todos los tumores que se registran en la Unión Europea y en los Estados Unidos.

Diabetes tipo 2 y riesgo de cáncer

La frecuencia de DBT2 es mayor en los pacientes con obesidad y sobrepeso; a diferencia de la DBT1, la DBT2 aumenta el riesgo de cáncer en relación con la mayor concentración de insulina. Los enfermos con DBT2 tienen un mayor riesgo de presentar cáncer de hígado, de páncreas, de colon y de esófago. Más aún, en un estudio, el aumento del riesgo del cáncer de páncreas se mantuvo significativo inclusive después de excluir a los enfermos en quienes el diagnóstico del cáncer se había realizado entre 1 y 5 años después de la detección de la diabetes.

Grasa visceral, DBT2 y pronóstico de los cánceres digestivos

En los pacientes sin tratamiento, el tiempo de duplicación tumoral se correlaciona fuertemente con los niveles de insulinemia en ayunas. En un estudio, la DBT2 se asoció con un riesgo más de dos veces mayor de recurrencia de cáncer a los 5 años. En otro trabajo, la acumulación de grasa visceral (valorada con tomografía computarizada) fue un factor predictivo independiente de recurrencia de hepatocarcinoma después del tratamiento con radiofrecuencia.

Grasa visceral y respuesta al tratamiento antiangiogénico en el cáncer de colon

Un estudio reciente evaluó el tiempo hasta la progresión en 120 pacientes con cáncer de colon metastásico; 40 enfermos recibieron sólo quimioterapia y 80 fueron tratados además con bevacizumab, un agente antiangiogénico. En este último grupo, el tiempo hasta la progresión fue significativamente más corto en los pacientes con mayor volumen de grasa visceral, en comparación con los enfermos con menor volumen de grasa visceral. En los pacientes que sólo recibieron quimioterapia no se observaron diferencias en relación con la masa grasa. Es posible que las diferencias encontradas obedezcan a la menor eficacia del tratamiento antiangiogénico en asociación con los altos niveles de factores angiogénicos en los sujetos con obesidad.

Conclusiones

Probablemente, el aumento en la incidencia de obesidad se asocie en el futuro cercano con un incremento de la frecuencia de cánceres digestivos, más difíciles de tratar. En este contexto, las medidas preventivas tienen un papel primordial. El control del peso es esencial no sólo para reducir el riesgo cardiovascular sino también para disminuir la incidencia de cáncer, especialmente de los tumores digestivos y en particular en los sujetos con un mayor riesgo por presentar enfermedades preneoplásicas o antecedentes familiares, concluyen los autores.

Especialidad: Bibliografía - Gastroenterología - Otorrinolaringología

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