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Los Antagonistas de los Receptores de la Angiotensina II Reducen la Carga Económico Sanitaria en la Hipertensión de Alto Riesgo
- AUTOR : Coca A
- TITULO ORIGINAL : Economic Benefits of Treating High-Risk Hypertension with Angiotensin II Receptor Antagonist (Blockers)
- CITA : Clinical Drug Investigation 28(4):211-220, 2008
- MICRO : El tratamiento de los pacientes con hipertensión, diabetes tipo 2 y microalbuminuria o proteinuria con antagonistas de los receptores de la angiotensina II prolonga la expectativa de vida y reduce sustancialmente los costos en salud a largo plazo.
Introducción
La hipertensión (HT) arterial es uno de los principales factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular y conlleva una importante carga económica para los sistemas de salud. Se calcula que aproximadamente el 13% de la mortalidad mundial total se debe a la HT y que este trastorno afecta a cerca del 45% de la población europea.
Según las normas establecidas por la European Society of Hypertension y la European Society of Cardiology (ESH/ESC), la HT arterial se torna significativa desde el punto de vista clínico cuando la presión arterial sistólica (PAS) es ³ 140 mm Hg o cuando la presión arterial diastólica (PAD) es ³ 90 mm Hg o cuando se producen ambas situaciones. A su vez, la HT se clasifica en leve, moderada y grave según las cifras de PAS/PAD en mm Hg: 140-159/90-99, 160-179/100-109 y ³ 180/³ 110. Las ESH/ESC establecieron 4 categorías de riesgo cardiovascular total (bajo, moderado, alto y muy alto) asociadas con riesgos absolutos a 10 años de menos del 15%, del 15% al 20%, del 21% al 30% y de más del 30%, respectivamente. Esta división se basa en el grado de HT, el número de factores de riesgo cardiovascular y la presencia de enfermedad cardiovascular, cerebrovascular o renal establecida. Algunos factores de riesgo cardiovascular, aparte de la HT, son la obesidad abdominal, la diabetes y el daño de órgano blanco (DOB). La hipertrofia del ventrículo izquierdo, las placas ateroscleróticas, la reducción del índice tobillo-braquial, el aumento de la microalbuminuria o de la creatinina sérica y la reducción del filtrado glomerular son algunos ejemplos de DOB.
Actualmente, las normas terapéuticas recomiendan iniciar el tratamiento de la HT de alto riesgo cardiovascular en forma rápida e intensiva. Este tratamiento generalmente requiere 2 fármacos o más para lograr una presión arterial < 130/80 mm Hg. Muchas veces, uno de los fármacos utilizados pertenece al grupo de los inhibidores del sistema renina-angiotensina. A pesar de que esta forma de HT se relaciona con tasas de mortalidad y morbilidad elevadas, pocos estudios europeos han evaluado sistemáticamente su carga económica.
El objetivo de esta revisión fue examinar la rentabilidad del empleo de los antagonistas de los receptores de la angiotensina (ARB [angiotensin receptor blockers]) para el tratamiento de la HT de alto riesgo cardiovascular.
La carga económica de la HT de alto riesgo cardiovascular
El autor señala que la HT arterial y la enfermedad cardiovascular aumentan de manera considerable los costos del sistema sanitario. Cita que, en 2005, la American Heart Association estimó el costo anual de la enfermedad cardiovascular en los EE.UU. en 394 000 millones de dólares, el 61% del cual corresponde a gastos del sistema de salud. Un estudio finlandés determinó que los costos indirectos y directos de la HT entre 1972 y 1991 fueron considerables. Los hombres y las mujeres con HT grave vivieron 2.7 y 2.0 años menos que sus pares con valores normales de presión arterial, y trabajaron 2.6 y 2.2 años menos que éstos. Por otro lado, se estableció que el costo total de tratar a hombres con HT grave fue un 65% mayor que el de tratar a hombres sin HT. Se considera que más del 90% de los gastos totales de la HT grave se deben a los costos indirectos relacionados con la pérdida de productividad a causa del óbito prematuro y la morbilidad.
El papel de los ARB en el tratamiento de la HT de alto riesgo
Los ARB representan una clase de drogas muy eficaces para el tratamiento de la HT arterial. Por otro lado, algunos estudios sostienen que la combinación de los ARB con las hidroclorotiazidas controla la presión arterial mejor que los primeros solamente. El autor cita un estudio en el cual el 33% de los pacientes logró una presión arterial < 140/90 mm Hg luego de 7 semanas de tratamiento combinado con irbesartán/hidroclorotiazida, en comparación con el 21% que obtuvo tal reducción entre aquellos tratados con irbesartán solamente. Además, afirma que las combinaciones de dosis fija generalmente tienen pocos efectos adversos y requieren titular la dosis con menor frecuencia que los esquemas de monoterapia.
Recientemente, la microalbuminuria ha sido correlacionada con el riesgo cardiovascular y algunas normas terapéuticas recomiendan realizar programas para su detección sistemática. En la actualidad, el irbesartán es el único ARB cuya capacidad de evitar o atenuar la progresión de la nefropatía diabética en pacientes con microalbuminuria o proteinuria ha sido comprobada.
La rentabilidad y la mejoría en la calidad de vida asociadas con el uso de los ARB
La relación entre los resultados de una intervención y sus costos puede ser analizada mediante la razón incremental de la eficacia en función del costo. Tal enfoque evalúa el costo por cada unidad de efecto de una determinada intervención terapéutica. En general, la relación entre el costo de una intervención y los efectos sobre la calidad de vida se miden en años de vida ajustados por capacidad o por discapacidad.
Un estudio post hoc acerca de la rentabilidad del losartán reveló que la razón incremental de la eficacia en función del costo fue de ₤ 2 130 por cada año de vida ajustado por capacidad. Además, se encontró que hasta el 86% de los costos de adquisición del fármaco podrían ser compensados por los ahorros relacionados con la reducción de los eventos cerebrovasculares, y que el tratamiento con losartán, comparado con placebo, generó un ahorro de 3 522 dólares por paciente (valores 2001).
En 2001, un análisis de rentabilidad evaluó 14 estudios acerca de losartán, valsartán y telmisartán en regímenes combinados con hidroclorotiazida o solos. Los resultados de este análisis revelaron que, en general, los regímenes combinados fueron más rentables que la monoterapia en términos del costo por cada mm Hg de PAS reducido. Sin embargo, los resultados finales de este análisis nunca fueron publicados, por lo que se desconoce el número de pacientes evaluados que tenían HT de alto riesgo cardiovascular. Por esta razón, se requieren estudios sistemáticos acerca de la rentabilidad del tratamiento combinado con ARB e hidroclorotiazidas en pacientes con HT moderada a grave.
En resumen, los modelos farmacoeconómicos indican que los ARB generan ahorros dado que contribuyen a la prevención de los eventos cardiovasculares. Estos modelos también revelan que los ARB reducen los gastos sanitarios de los pacientes hipertensos con diabetes, ya que retrasan la progresión de la nefropatía diabética precoz hacia la insuficiencia renal terminal. Por lo general, estos ahorros se tornan evidentes dentro de los primeros 6 años de tratamiento. Además, el autor sostiene que los fármacos que no inhiben el sistema renina-angiotensina no son tan rentables como los ARB.
Las ventajas económicas relacionadas con la adhesión terapéutica
El autor afirma que la mayoría de los estudios sobre la adhesión terapéutica en pacientes hipertensos ha revelado que es común la falta de cumplimiento con un plan terapéutico. Argumenta que este hecho podría tener consecuencias económicas a corto y a largo plazo. Un estudio italiano reveló que sólo alrededor del 20% de los pacientes hipertensos continúa con la misma medicación al cabo de un año. En relación con esto, otro investigador constató un menor número de suspensiones por efectos adversos en los pacientes tratados con irbesartán e hidroclorotiazida en comparación con aquellos que recibieron sólo irbesartán. En tal sentido, argumentan que en la medida que la mayor eficacia a corto plazo pueda ser relacionada con mejores resultados a largo plazo, aumentará el cumplimiento terapéutico con los ARB. Este hecho, a su vez, probablemente provocará un ahorro económico aun mayor.
Conclusión
La HT arterial constituye una considerable carga sanitaria y económica en los países de Europa. La normas terapéuticas recomiendan tratar la HT asociada con alto riesgo cardiovascular en forma intensiva, para lograr una presión arterial < 130/80 mm Hg. En opinión del autor de esta revisión, la mayoría de los estudios publicados indica que la rentabilidad del tratamiento de la HT se debe principalmente a la prevención de los eventos cardiovasculares. En este contexto, en pacientes hipertensos con alto riesgo cardiovascular, la terapia combinada en dosis fija con los ARB y un diurético tiazídico requiere menos tiempo para controlar la presión arterial que los ARB solos. Además, algunos ARB (losartán o irbesartán) otorgan ciertas ventajas clínicas sobre otros antihipertensivos en pacientes con comorbilidades como diabetes tipo 2, microalbuminuria o insuficiencia renal. Estos fármacos pueden retrasar la progresión de la nefropatía diabética hacia la insuficiencia renal terminal en pacientes con microalbuminuria.
En suma, el tratamiento intensivo de la HT arterial es rentable tanto en pacientes diabéticos como en aquellos sin esta enfermedad. Esto se debe no sólo a la prevención de los eventos cardiovasculares sino también al retraso de la progresión de la enfermedad renal. Para finalizar, el experto señala que los ARB son eficaces y rentables a la vez, y que en pacientes con HT, diabetes tipo 2 y microalbuminuria o proteinuria, estos fármacos no sólo reducen los gastos en salud sino que alargan la expectativa de vida comparados con otros medicamentos que no inhiben el sistema renina-angiotensina.
Especialidad: Bibliografía - Cardiología