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Diseño de una Intervención Multidisciplinaria para el Tratamiento de Obesidad Infantil Basada en la Terapia Cognitiva

  • TITULO : Diseño de una Intervención Multidisciplinaria para el Tratamiento de Obesidad Infantil Basada en la Terapia Cognitiva
  • AUTOR : Bathrellou E, Yannakoulia M, Sidossis L
  • TITULO ORIGINAL : Development of a Multi-Disciplinary Intervention for the Treatment of Childhood Obesity Based on Cognitive Behavioral Therapy
  • CITA : Child & Family Behavior Therapy 32(1):34-50, Ene 2010
  • MICRO : La obesidad en los niños se considera una epidemia mundial descontrolada y un importante problema de salud, con consecuencias a corto y largo plazo, y compromiso en casi todos los sistemas del organismo. La obesidad infantil tiene consecuencias negativas en la vida adulta, con repercusión en los aspectos psicosociales y económicos. 

Se diseñó una intervención multidisciplinaria para niños de 7 a 12 años con obesidad o sobrepeso. El objetivo fue orientarlos para que adopten hábitos alimentarios más saludables y un estilo de vida que incluyera la actividad física. El programa combina una intervención nutritiva con un abordaje no dietético y actividad física basada en los principios básicos de la terapia cognitiva con el apoyo de los padres.

El equipo fue conducido por nutricionistas con la colaboración y supervisión de pediatras y psiquiatras infantiles.

La obesidad en los niños se considera una epidemia mundial descontrolada y un importante problema de salud, con consecuencias a corto y largo plazo, y compromiso en casi todos los sistemas del organismo. La obesidad infantil tiene consecuencias negativas en la vida adulta con repercusión en los aspectos psicosociales y económicos. Dada la magnitud del problema, se intentaron aplicar distintas estrategias para luchar contra la obesidad infantil, con resultados dispares. Los programas de intervención no invasiva mostraron su eficacia a largo plazo, lo que sugiere que los principales componentes incluyen una intervención en la actividad física y dietaria, con la aplicación de técnicas de modificación conductual y cambios en la dinámica familiar. Estos programas intervencionistas combinan varios factores, lo que hace dificultoso establecer la eficacia del método en forma aislada.

A continuación se detallan los métodos intervencionistas sustentados en recomendaciones basadas en la evidencia.

Intervenciones en la dieta

La restricción calórica es fundamental para alcanzar una regulación del peso; esto se logra con dietas hipocalóricas o con abordajes no dietéticos. La dieta hipocalórica más frecuente es la de «tráfico liviano», que clasifica los alimentos según su contenido de grasas y energía; se conforman así 3 grupos: alimentos de consumo libre, alimentos prohibidos y un término medio de consumo con precaución. Las intervenciones dietarias menos restrictivas promocionan la noción de «comer diferente, no necesariamente menos» y se focalizan en la elección de los alimentos o dieta libre de alimentos con baja carga de hidratos de carbono. Las intervenciones menos restrictivas y más flexibles se asocian con valores de IMC más bajos y un mejor control de peso, tanto en los niños como en los adultos. Las recomendaciones actuales sugieren tratamientos dietarios que se centran en la conducta alimentaria -desayuno, frecuencia de comidas, comer fuera del hogar, tamaño de porción- más que en el ingreso calórico y la composición de macronutrientes.

Intervenciones en la actividad física

Está demostrado que la actividad física se asocia con menor riesgo de obesidad infantil; pero además se vincula con el mantenimiento del peso y la disminución del riesgo cardiovascular y de diabetes, con independencia del descenso del peso. Por el contrario, las actividades sedentarias, como mirar televisión, son un factor de riesgo en la población infantil. Las recomendaciones en relación con la actividad física en los niños apuntan a un estilo de vida activo. Se sugiere una actividad física de intensidad moderada de al menos 60 minutos, si es posible todos los días, sin superar las 2 horas diarias. Se recomienda, en el ámbito escolar, realizar actividades recreativas y deportivas individuales o grupales no competitivas, con participación activa en las clases de educación física.

Intervenciones de cambio del comportamiento

Los 2 parámetros del balance energético, ingreso (dieta) y gasto (actividad física), están vinculados directamente a las conductas y los comportamientos de los niños y su entorno. Esto, a su vez, resultó de gran interés científico. La terapia cognitiva se utilizó inicialmente en el tratamiento de los trastornos emocionales como la depresión y la ansiedad, pero en la actualidad la eficacia de su metodología definida permitió aplicarla en distintas poblaciones y condiciones, entre ellas, la población pediátrica con enfermedades crónicas como la obesidad. Varias técnicas de la terapia cognitiva tuvieron efectos positivos en la población pediátrica, como el control de estímulos, el autocontrol y la solución de problemas.

Compromiso de los padres

Los padres configuran los patrones de alimentación y actividad física de sus hijos de diversas maneras: al formar el ambiente del niño, al ser el modelo de rol y al controlar la ingesta alimentaria. Las recomendaciones actuales sugieren un rol de contención de los padres, con menor compromiso a medida que el niño crece. Este parece ser el abordaje más ampliamente aceptado.

Procedimientos: Descripción detallada de los componentes y estructura del programa

El objetivo del programa es lograr que el niño adopte hábitos alimentarios saludables y un estilo de vida menos sedentario a fin de poder regular su peso corporal. El programa consiste en 12 sesiones semanales de 1 hora de duración, conducidas de forma individual. Las técnicas aplicadas se dan en un contexto de colaboración, estableciendo una alianza con el niño y promocionando su participación activa. Se informa a los padres antes del comienzo del programa cuáles son los objetivos y su función de control y contención. Después de cumplir las 12 sesiones del tratamiento, se agregan 8 sesiones de refuerzo planificadas las primeras 6 mensualmente y las 2 últimas en un período de 6 meses. La característica básica de este programa es la aplicación de una terapia de control flexible de las conductas del niño.

Los niños que participaron se reclutaron del principal Hospital de Niños de Atenas. Allí se les realizó una completa evaluación clínica y bioquímica antes de su incorporación al programa. Los criterios de inclusión fueron: niños y niñas de entre 7 y 12 años, con sobrepeso u obesidad definidos con los criterios internacionales de la International Obesity Task Force (Cole et al., 2000), que considera los valores de corte del índice de masa corporal según la edad y el sexo.

Se confeccionó una agenda de los principales temas que se tratarían en cada sesión del programa; así, quedaron bien organizados los objetivos y las actividades de cada sesión.

Se seleccionaron determinadas medidas evolutivas para la evaluación de la eficacia de la intervención desarrollada. En relación con las mediciones antropométricas, se valoró el porcentaje de sobrepeso, obesidad, talla, IMC y porcentaje de grasa corporal medida con absorciometría de rayos X de energía dual. Para la ingesta alimentaria se valoró el ingreso de micronutrientes y macronutrientes, el ingreso calórico, el consumo de grupos específicos de alimentos (frutas, verduras, dulces), el patrón de comidas (consumo en el desayuno, cantidad de comidas en el día), datos obtenidos en 2 llamadas telefónicas en 24 horas. En el comportamiento alimentario se consideró el acto de comer en respuesta a estímulos externos, señales emocionales o efectos de moderación (se evaluó por el cuestionario Dutch Eating Behavior Questionnaire, completado por los padres de los niños). Los parámetros que se tuvieron en cuenta en la actividad física fueron el tiempo dedicado a realizar actividad física de intensidad moderada a vigorosa, el puntaje de WAMET (índice de actividad física ajustada por la intensidad del ejercicio), el total de tiempo en «pantalla» que considera el tiempo usado frente al televisor, los videojuegos o la computadora). Los marcadores bioquímicos y metabólicos evaluados fueron glucemia en ayunas, perfil lipídico y lipoproteico (triglicéridos, ésteres de colesterol y sus lipoproteínas), marcadores hormonales e inflamatorios (insulina, cortisol, IL-6, TNF-alfa, adiponectina). Los parámetros psicológicos medidos fueron autoestima, depresión, ansiedad y problemas de conducta en los niños; mientras que en los padres se valoró la presencia de depresión, y la dinámica y función familiar.

Cabe destacar que todos los parámetros (antropométricos, ingesta conducta alimentaria, actividad física, estudios bioquímicos y metabólicos, psicológicos) se evaluaron al comienzo del programa, a los 6 meses y al año del seguimiento, a excepción de los de actividad física e ingesta alimentaria, que se midieron inmediatamente después de completar el programa, y el peso y la talla, medidos cada 2 semanas durante la fase de intervención.

Se compararon 2 grupos de niños, uno con la participación activa de los padres y el otro, no. Se planificó así para evaluar la eficacia de la intervención propuesta como una alternativa favorable al tratamiento estándar y considerar el impacto del compromiso de los padres en el tratamiento de sus hijos, en un hospital público pediátrico.

En la actualidad, la obesidad se ha convertido en un tema de importancia mayor en la salud de los jóvenes. Por ello, es necesario implementar un abordaje multidisciplinario que considere los distintos factores que influyen en su etiología. Esto, sin duda, ayudará al manejo clínico de la obesidad infantil por parte del equipo de profesionales de la salud.

 

Especialidad: Bibliografía - Pediatría

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