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Los Niveles de Bilirrubina y Ácido Úrico como Factores de Pronóstico Adverso en el Accidente Cerebrovascular Isquémico
- AUTOR : Kurzepa J, Bielewicz J, Stelmasiak Z, Bartosik-Psujek H
- TITULO ORIGINAL : Serum Bilirubin and Uric Acid Levels as the Bad Prognostic Factors in the Ischemic Stroke
- CITA : International Journal of Neuroscience 119(12):2243-2249, Dic 2009
- MICRO : A pesar de que la bilirrubina y el ácido úrico se asocian con efectos antioxidantes, ambos son factores de pronóstico adverso en los pacientes con un accidente cerebrovascular isquémico.
Introducción
Los antioxidantes desempeñan un papel importante en numerosas enfermedades neurológicas. Por ejemplo, la bilirrubina reduciría el riesgo de accidente cerebrovascular (ACV) isquémico (ACVi), tal vez en relación con sus propiedades antioxidantes. Por su parte, la concentración sérica de la bilirrubina se asocia en forma inversa con la presencia de placas en las carótidas. También es posible que la bilirrubina refleje la magnitud de la agresión oxidativa involucrada en la aparición del ACVi.
El ácido úrico es el producto final en el metabolismo de las purinas; ejerce efectos antioxidantes y su síntesis se incrementa en el ACVi. Más aún, según algunos estudios experimentales y clínicos, la administración de ácido úrico parece evitar la formación de radicales libres. Sin embargo, otros investigadores encontraron que los fármacos que descienden los niveles de ácido úrico podrían ser útiles en el tratamiento del ACVi. El objetivo del presente trabajo fue evaluar la relación entre las concentraciones séricas de bilirrubina y ácido úrico y la presentación clínica y la evolución de los enfermos con ACVi.
Materiales y métodos
El estudio prospectivo abarcó a 43 pacientes de 71.9 años en promedio con ACVi confirmado por tomografía computarizada (TC) durante la internación. Catorce presentaban enfermedad aterosclerótica, 5 tenían enfermedad cardioembólica y en 14 pacientes, la etiología del ACVi no pudo determinarse. Se tomaron muestras de sangre cada 4 horas durante las primeras 24 horas del ACVi y al tercero, quinto y décimo días del inicio de los síntomas. La determinación de bilirrubina y de ácido úrico se efectuó con equipos comerciales, mientras que la gravedad del ACVi se estableció con la National Institutes of Health Stroke Scale (NIHSS), los días 1, 3, 5 y 10 posteriores al evento. La incapacidad funcional se valoró con el Barthel Index, 3 meses después del ACVi. En ese momento, 8 pacientes habían fallecido y 3 no pudieron ser contactados. El análisis estadístico incluyó las pruebas ANOVA y Tukey-Kramer y correlaciones de Pearson.
Resultados y discusión
Hacia el décimo día, la mediana del puntaje del NIHSS descendió cerca de 4 veces respecto de los valores del primer día. Los niveles séricos de bilirrubina y de ácido úrico disminuyeron gradualmente durante el período de observación (ANOVA, p < 0.001 en ambos casos). Se comprobó un descenso del 18% para el ácido úrico y del 32% para la bilirrubina al décimo día del ACVi comparado con el primero. La diferencia del puntaje NIHSS entre el primero y el décimo día (índice de mejoría neurológica [IMN]) se correlacionó inversamente con la concentración promedio de ácido úrico (r = -0.48; p < 0.01), pero no con los niveles de bilirrubina. Se constató una correlación débil entre el puntaje NIHSS y los niveles de bilirrubina en los días 1, 3 y 5 (r > 0.3, p < 0.05 en todos los casos). Se observaron correlaciones negativas entre la concentración de bilirrubina a los 3 meses del ACVi respecto de los niveles en los días 1, 3 y 5 luego del ACVi (r < -0.4, p < 0.01) y con la concentración promedio (r = -0.5, p < 0.01). No se constató una relación entre la incapacidad funcional tardía y los niveles de ácido úrico.
Un estudio previo sugirió que la concentración de la bilirrubina directa se asocia con la gravedad del ACV aunque no así con la evolución. En el presente trabajo, el nivel de bilirrubina total durante la fase aguda del ACVi representó un factor de pronóstico adverso en relación con el estado neurológico temprano y la incapacidad tardía. La concentración de bilirrubina (valorada en forma seriada en la fase aguda) disminuyó gradualmente; sin embargo, el promedio de la bilirrubina fue el parámetro que mejor se correlacionó con la evolución, comparado con una simple determinación durante la internación. Por su parte, la concentración elevada de ácido úrico predijo una menor mejoría del estado neurológico a los 10 días del ACVi, no así la incapacidad tardía a los 3 meses.
Se dispone de poca información sobre la participación del ácido úrico en la fase aguda del ACVi; algunos estudios sugirieron una asociación entre el ácido úrico y la inflamación, que a su vez tiene un papel decisivo durante el ACV.
El ácido úrico induce la síntesis de interleuquina (IL) 1 beta (involucrada en la inflamación y en la fibrosis). La IL-1 beta y el factor de necrosis tumoral alfa (FNT-alfa) son cruciales en el proceso inflamatorio; la inflamación y la agresión oxidativa participan en la patogenia del ACV. A pesar de que la bilirrubina y el ácido úrico se asocian con propiedades antioxidantes, en la presente investigación ninguno de ellos fue un parámetro de evolución favorable, posiblemente porque ambos reflejarían la intensidad de la agresión oxidativa inicial o la capacidad funcional del hígado y el riñón, comprometida en los pacientes con ACVi.
Especialidad: Bibliografía - Neurología