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Relación entre la Concentración Plasmática de Estradiol y la Densidad Mineral Osea en Mujeres Posmenopáusicas

  • AUTOR : Mastaglia S, Bagur A, Oliveri B, Oliveri A
  • TITULO ORIGINAL : Effect of Endogenous Estradiol Levels on Bone Resorption and Bone Mineral Density in Healthy Postmenopausal Women: A Prospective Study
  • CITA : Climacteric 12(1):49-58, Feb 2009
  • MICRO : Análisis de la relación entre la concentración plasmática de estradiol endógeno y el metabolismo óseo en mujeres en diferentes etapas de la posmenopausia.

 

Introducción

La osteoporosis causa aumento de la fragilidad ósea e incremento del riesgo de fracturas. Se ha demostrado que el déficit de estrógenos es un factor de gran influencia sobre la aparición de la osteoporosis posmenopáusica.

La pérdida de la masa ósea luego de la menopausia se produciría en dos etapas: una primera fase que se prolonga de seis a diez años, en que el descenso sería más acelerado -con una tasa de pérdida del 3% por año-, se produciría fundamentalmente en el hueso trabecular y estaría determinada por el déficit de estrógenos, y una segunda etapa que persistiría por el resto de la vida en que la pérdida ocurriría a una tasa del 0.5% por año y que dependería de diferentes factores relacionados con la edad como el hiperparatiroidismo secundario, la carencia de vitamina D, la disminución de la actividad de la 1alfa-hidroxilasa renal, el aporte insuficiente de calcio y la alteración de la actividad de los osteoblastos.

En algunos estudios se ha determinado que el estradiol endógeno, aun en baja concentración, tendría un efecto protector sobre la pérdida de masa ósea en las mujeres de más de 65 años. En un ensayo clínico se observó que las mujeres con una concentración de esta hormona por debajo de los 5 pg/ml presentaban una pérdida de masa ósea en la cadera ocho veces superior que las que tenían niveles mayores o iguales a 10 pg/ml, y en otro estudio se registró una relación inversa entre la concentración plasmática de estradiol endógeno y el riesgo de fracturas vertebrales o de la cadera, ya que en las mujeres con una concentración plasmática de la hormona inferior a 5 pg/ml, el riesgo de fracturas era mayor. Además, se demostró que la concentración de estradiol endógeno superior a 10 pg/ml se asocia con una densidad mineral ósea (DMO) más elevada tanto en las mujeres mayores de 65 años como en las menores.

La concentración de testosterona también estaría correlacionada positivamente con la DMO tanto de la cadera como de la columna lumbar y del esqueleto total.

Sin embargo, no se ha estudiado hasta el momento la relación entre la concentración plasmática del estradiol y el metabolismo óseo a largo plazo en las mujeres posmenopáusicas.

Métodos

Los autores incluyeron 50 mujeres sanas de entre 55 y 75 años que habían sido derivadas al centro donde se realizó el estudio para la evaluación del metabolismo óseo. Se excluyeron las que tenían antecedentes de enfermedades que pudieran afectar el hueso y las que habían recibido fármacos que pudiesen alterar el metabolismo óseo. La edad promedio de las participantes fue de 67 años.

Para el análisis, la cohorte se evaluó en su totalidad y también dividida en grupos según la edad (mayores de 65 años y menores) y según la concentración plasmática de estradiol medida al inicio del estudio (mayor o igual a 10 pg/ml o menor de 10 pg/ml).

Se midió la DMO de la columna lumbar, del fémur y del esqueleto total con absorciometría de rayos X de energía dual (DEXA) y se analizó la concentración plasmática de estradiol, testosterona, fosfatasa alcalina ósea -como marcador de formación ósea- y la concentración plasmática del telopéptido C terminal (CTX) como marcador de resorción ósea. Además, se midió la concentración plasmática de calcio y de fósforo, la calciuria y la creatinina en orina de 24 horas.

Se utilizó la prueba de Wilcoxon para la comparación de los valores obtenidos al inicio del estudio y a los 24 meses en cada grupo y las pruebas de Pearson y de Spearman para establecer la correlación entre la concentración del estradiol endógeno, la DMO y los marcadores de remodelado óseo.

Resultados

A los 24 meses las mujeres habían perdido 1 cm de altura y 2 kg de peso, aunque no se observaron diferencias en cuanto al índice de masa corporal (IMC). Además, al final del estudio se registró un descenso de la DMO del cuello femoral de aproximadamente el 2%, mientras que la DMO de las otras regiones evaluadas no se modificó. La concentración plasmática de estradiol descendió un 34% y el valor promedio a los 24 meses fue de 7.2 pg/ml. Asimismo, se constató un descenso del nivel de CTX de un 21%, mientras que el valor de la fosfatasa alcalina ósea se mantuvo estable.

La concentración de testosterona se midió únicamente en 25 mujeres, tanto al inicio del estudio como a los 24 meses, y la concentración plasmática de esta hormona se redujo en un 42%. En este grupo, la DMO se mantuvo estable en todas las regiones evaluadas, el descenso del CTX fue del 17%, no se observaron cambios en el nivel de la fosfatasa alcalina ósea y la concentración plasmática de estradiol bajó un 37%. El descenso del estradiol en este grupo fue similar al que se observó en toda la cohorte.

Cuando se analizaron los grupos según la edad se observó un descenso del 2% de la DMO del cuello femoral en las mujeres de 65 años o menos, mientras que la DMO de las mayores de 65 años se mantuvo estable hasta el final del seguimiento. En el primer grupo, no se demostraron cambios del nivel de los marcadores de resorción y de formación ósea aunque el descenso de la concentración de estradiol fue significativo (promedio de 11.3 pg/ml al inicio del estudio y 7.5 pg/ml a los 24 meses). En las mujeres mayores de 65 años, el descenso de estradiol fue similar, de un promedio de 10.7 pg/ml al inicio del estudio a un promedio de 6.8 pg/ml al final. Sin embargo, la concentración plasmática de CTX en este último grupo se redujo un 29%, mientras que no se observaron cambios respecto de la concentración de la fosfatasa alcalina ósea.

Las mujeres que al comienzo del estudio tenían una concentración de estradiol mayor o igual a 10 pg/ml presentaron valores estables de DMO, aunque la concentración de la hormona descendió un 42% y el CTX un 21%. En tanto, las que presentaban una concentración plasmática inicial de estradiol menor de 10 pg/ml tuvieron un descenso de la DMO del cuello femoral del 2%, una disminución del 19% de la concentración plasmática de estradiol y no se observaron variaciones en la concentración de los marcadores de remodelado óseo.

Si bien los autores no realizaron un análisis separado de las mujeres a las que se les había medido la testosterona plasmática debido a lo pequeño de la cohorte, no encontraron relación entre la concentración plasmática de estradiol y la de testosterona con los parámetros del metabolismo óseo estudiados.

Discusión

En esta cohorte de 50 mujeres posmenopáusicas que recibieron seguimiento a lo largo de 24 meses se observó un descenso promedio de la concentración plasmática de estradiol de aproximadamente 34% (de 11 a 7 pg/ml). En las mujeres que tenían valores de estradiol plasmático de 7 pg/ml, después de 24 meses no se observaron modificaciones en la DMO de columna lumbar, fémur completo y esqueleto total y se registró un descenso de los marcadores de la resorción ósea. Esta última fue insuficiente para evitar la pérdida de hueso cortical en cuello femoral, donde se observó una reducción del 2% de la DMO. Los autores postulan que los valores de estradiol plasmático entre 7 pg/ml y 10 pg/ml tendrían un efecto protector de la pérdida de masa ósea.

Explican que analizaron por separado a las mujeres según la concentración plasmática de estradiol al inicio del estudio con el objetivo de evaluar mejor el efecto de la concentración plasmática de esta hormona sobre el remodelado óseo. Las mujeres que inicialmente tenían valores de estradiol mayores o iguales a 10 pg/ml, a pesar de que presentaron una reducción de la concentración plasmática de la hormona del 42% y alcanzaron una concentración promedio de alrededor de 9 pg/ml al final del período de seguimiento, no mostraron cambios en la DMO, mientras que las que al comienzo del estudio tenían valores de estradiol menores de 10 pg/ml presentaron un descenso de la DMO del cuello femoral luego de 24 meses. Postulan que en las primeras, la mayor exposición a los estrógenos habría disminuido la tasa de remodelado óseo y por ello las habría protegido de la pérdida de la masa ósea.

Asimismo, para evaluar lo que ocurre en las diferentes etapas luego de la menopausia dividieron la cohorte en mujeres mayores de 65 años y de esa edad o menos. Si bien el patrón de descenso de la concentración plasmática de estradiol fue similar en los dos grupos a lo largo de los dos años de seguimiento -se constató un descenso del 33% en las de 65 años o menos y del 36% en las mayores de 65 años-, estas últimas presentaron una disminución menor de la DMO. Esto implicaría que en la menopausia más tardía, valores más bajos de estradiol podrían tener un mayor efecto protector de la pérdida de masa ósea.

Se ha descrito que las mujeres mayores de 65 años con valores de estradiol plasmático superiores a 10 pg/ml tienen mayor DMO que las que presentan una concentración de la hormona inferior y que las mujeres de esta edad que presentan niveles de estradiol entre 5 pg/ml y 10 pg/ml tienen menor riesgo de fractura de cadera que aquellas con valores menores de 5 pg/ml. En otro estudio en que mujeres mayores de 60 años recibían dosis ultrabajas de estradiol por vía transdérmica se observó un aumento de la concentración plasmática de la hormona por encima de los 5 pg/ml asociado con una disminución del remodelado óseo y el aumento de la DMO; estos cambios fueron de mayor magnitud en las mujeres que presentaban concentraciones plasmáticas iniciales de estradiol más bajas.

Las mujeres más jóvenes de este estudio presentaron un descenso de la DMO del cuello femoral que no ocurrió en las mayores y, según los autores, esto podría deberse a que la concentración plasmática de estradiol de 7 pg/ml sería suficiente para disminuir la resorción ósea en una etapa más tardía de la posmenopausia pero insuficiente en la etapa más temprana.

Los investigadores aclaran que cuando se analiza la DMO de la columna lumbar se deben evaluar también otros factores relacionados con la edad, como la presencia de artrosis de columna o calcificación de la aorta, que pueden alterar las mediciones, y que estos factores, que no fueron contemplados en este estudio, pueden haber interferido con los resultados obtenidos.

La concentración plasmática de testosterona se redujo alrededor del 58% durante los dos años de seguimiento y la población en la que se evaluó este parámetro mostró un descenso de los niveles plasmáticos de estradiol similar al resto de la cohorte. Si bien en ese grupo la DMO se mantuvo estable, se observó una tendencia a la disminución de la DMO del cuello femoral, que en esta investigación no resultó significativa, aunque ello podría atribuirse a lo limitado de la muestra.

Aunque los andrógenos tendrían un efecto anabólico sobre el hueso, los datos acerca del efecto de estas hormonas sobre el esqueleto en las mujeres posmenopáusicas son contradictorios.

El pequeño tamaño de la muestra analizada y la ausencia de información acerca de otros factores que influyen en el metabolismo óseo en los ancianos, como la concentración de vitamina D y de parathormona, constituyen las principales limitaciones a la hora de analizar los datos de este ensayo clínico.

Los autores concluyen que una concentración plasmática de estradiol de 7 pg/ml sería suficiente para evitar la reducción de la DMO, especialmente en las mujeres mayores de 65 años, y postulan que el adecuado valor plasmático de esta hormona para ejercer un efecto protector sobre el remodelado óseo podría ser diferente para cada mujer.

Especialidad: Bibliografía - Ginecología

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