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En los Pacientes con Diabetes Tipo 2, la Dieta Mediterránea Mejora el Control de la Glucemia

  • AUTOR : Esposito K, Maiorino M, Di Palo C, Giugliano D y colaboradores
  • TITULO ORIGINAL : Adherence to a Mediterranean Diet and Glycaemic Control in Type 2 Diabetes Mellitus
  • CITA : Diabetic Medicine 26(9):900-907, Sep 2009
  • MICRO : En los enfermos con diabetes tipo 2, la adhesión elevada a la dieta mediterránea se asocia con una menor concentración de hemoglobina glucosilada y de glucosa posprandial.

Introducción

Según los resultados de diversos estudios epidemiológicos, algunas dietas serían particularmente útiles para evitar la aparición de la diabetes tipo 2 (DBT2). Estas dietas tienen en común el elevado contenido de alimentos de origen vegetal. En un estudio prospectivo en 80 000 mujeres de Estados Unidos, la dieta rica en frutas y verduras, en granos enteros y en productos de granjaredujo considerablemente el riesgo de DBT2 a lo largo de 18 años de seguimiento. Por su parte, dos estudios demostraron que el cumplimiento estricto de la dieta mediterránea (DM) redujo el riesgo de DBT2 entre 13 380 individuos españoles y en 8 291 pacientes italianos que habían sufrido un infarto de miocardio en los 3 meses anteriores. La DM, que también evitaría la aparición del síndrome metabólico, se caracteriza por el contenido elevado de verduras, legumbres, frutas, frutas secas, cereales (especialmente no refinados) y aceite de oliva y por una baja cantidad de lípidos saturados. La dieta incluye una cantidad moderada de pescado, una cantidad leve a moderada de productos lácteos, poca carne y productos de granja y un consumo moderado de alcohol (especialmente vino).

Sin embargo, señalan los autores, la utilidad de la DM en los enfermos con DBT2 todavía no se conoce con exactitud. En un estudio en pacientes adultos de Grecia se observó una relación inversa entre la adhesión a la DM y los índices del metabolismo de la glucosa. Por su parte, en el Nurses’ Health Study que incluyó 987 mujeres con DBT, el consumo de la DM se asoció con niveles más elevados de adiponectina, una hormona que ejerce efectos antiinflamatorios y que aumenta la sensibilidad a la insulina. Por el momento no se conoce con precisión el papel de la DM sobre la concentración de la hemoglobina glucosilada (HbA1c) en los enfermos diabéticos. En el presente trabajo, los autores analizaron la hipótesis de que el cumplimiento estricto de la DM podría asociarse con un mejor control metabólico en enfermos con DBT2. Para ello, analizaron la relación entre los índices de control de la glucemia (HbA1c y niveles de glucosa preprandiales y posprandiales) y el consumo de la DM en el contexto del Campanian Postprandial Hyperglycemia Study (CAPRI).

Pacientes y métodos

La investigación abarcó pacientes con DBT asistidos en diversas clínicas de DBT, en Campania, al sur de Italia. Los participantes debían tener diagnóstico de DBT desde al menos 6 meses antes (la enfermedad, sin embargo, no debía llevar más de 10 años de duración), entre 35 y 70 años, un índice de masa corporal (IMC) ≥ 24 kg/m2 y niveles de HbA1c ≥ 6.5%; además, debían estar tratados con dieta o con agentes hipoglucemiantes. Se excluyeron los enfermos que requerían insulina, los sujetos con otras enfermedades crónicas (hepáticas, renales o cardiovasculares), los pacientes con trastornos agudos y los sujetos que habían modificado su estilo de vida en los últimos 3 meses.

Después de la visita de rastreo, todos los enfermos recibieron un medidor ambulatorio de la glucemia; los pacientes debían valorar la concentración de glucosa en 3 días no consecutivos, durante 1 mes. Las mediciones debían realizarse justo antes de la principal comida del día y después de ésta, desde los 30 minutos hasta las 2 horas (5 registros en total). También debieron medir la glucemia en ayunas, al menos 2 veces en dos días no consecutivos, durante un mes.

Un total de 1 150 enfermos aceptaron participar en la investigación; en el análisis actual se consideraron 901 sujetos que realizaron todos los controles necesarios de glucosa.

Las características de la dieta se conocieron mediante el cuestionario Semiquantitative food-frequency questionnaire (SFFQ); en éste, cada alimento se valoró en unidades o porciones. Los enfermos refirieron el consumo de cada producto en el año anterior.

Se aplicó el puntaje modificado por Trichopoulou y col. para la DM; los componentes considerados incluyeron verduras (con la exclusión de papas), frutas, frutas secas, granos enteros, legumbres, pescado, cociente entre grasas monoinsaturadas y grasas saturadas (cociente graso [CG]), carnes rojas y procesadas y alcohol. El puntaje de la escala varía entre 0 y 9 puntos; los valores más altos indican un mayor cumplimiento de la DM.

Se tuvieron en cuenta el IMC, la presión arterial, la utilización de medicación antihipertensiva, el cociente entre la circunferencia de cintura y la de cadera (CCC) y el nivel de actividad física (International Physical Activity) como marcador del gasto energético semanal según la frecuencia (veces por semana), la duración (en minutos) y la intensidad de la actividad física. Se tomaron muestras de sangre para la determinación de la glucemia, HbA1c e insulina.

Los participantes se clasificaron en 3 categorías según el puntaje de la DM: cumplimiento bajo (0 a 3 puntos), cumplimiento intermedio (4 y 5 puntos) y cumplimiento elevado (6 a 9 puntos). Se aplicaron modelos de regresión lineal y pruebas de chi cuadrado para las variables continuas y las categóricas, respectivamente. Las correlaciones se valoraron con el método de Pearson o de Spearman. El modelo de variables múltiples incluyó la edad, el consumo energético total, el IMC, la circunferencia de cintura, el CCC, la actividad física, el tabaquismo, la presión arterial, la medicación hipoglucemiante y la concentración de triglicéridos, de colesterol asociado con lipoproteínas de alta densidad (HDLc) y de glucosa. La comparación de las curvas de glucemia después de las comidas se realizó con análisis ANOVA.

Resultados

En comparación con los enfermos con 3 puntos o menos en la escala de adhesión a la DM, los pacientes diabéticos con niveles elevados (6 a 9 puntos) tuvieron IMC, circunferencia de cintura y CCC más bajos, menor prevalencia de síndrome metabólico y niveles inferiores de HbA1c, de glucemia posprandial y de triglicéridos; utilizaban menos fármacos hipoglucemiantes y tenían niveles más altos de HDLc. También realizaban más actividad física.

No se registraron diferencias entre las tres categorías en términos de la edad, la concentración de insulina en ayunas, la presión arterial, el colesterol total o la utilización de antihipertensivos o hipolipemiantes. La concentración de HbA1c se relacionó inversamente con la actividad física (r = -0.10; p = 0.02) y con la prevalencia del síndrome metabólico (r = -0.15; p = 0.01); en cambio, se asoció en forma positiva con el IMC (r = 0.29; p < 0.001), con la circunferencia de cintura (r = 0.33; p < 0.001), con el CCC (r = 0.34; p < 0.001) y con la glucemia en ayunas (r = 0.37; p < 0.001) y la glucemia posprandial (a la hora, r = 0.38; p < 0.001; a las 2 horas, r = 0.40; p < 0.001).

Los enfermos diabéticos con los puntajes más altos en la DM consumieron más alcohol, pescados, frutas, legumbres, frutas secas, vegetales y granos enteros; tuvieron un mayor CG e ingirieron menos carnes rojas y carnes procesadas en comparación con los sujetos con 3 puntos o menos. La concentración de HbA1c se asoció inversamente con el puntaje de la DM (r = -0.19; p < 0.001), con la cantidad de granos (r = -0.10; p = 0.01) y con el CG (r = -0.09; p = 0.01).

En el análisis de variables múltiples, los niveles de HbA1c en los pacientes diabéticos con una adhesión elevada a la DM fueron más bajos que los que se registraron en los enfermos con una menor adhesión, luego de considerar la edad y la ingesta de calorías; la diferencia fue de 0.9% entre los grupos. El ajuste según el IMC, la circunferencia de cintura, el CCC, la actividad física y el tabaquismo se asoció con pocas modificaciones en dicha relación. La presión arterial, el uso de medicación hipolipemiante, el HDLc, los triglicéridos y la glucosa tuvieron poco efecto sobre el descenso de la HbA1c en los sujetos con una adhesión alta (HbA1c promedio de 8.2%, 8.6% y 8.9% en los pacientes con una adhesión alta, intermedia y baja a la DM, respectivamente).

En un paso posterior se evaluó el efecto de cada uno de los integrantes de la dieta, divididos en quintilos, sobre la HbA1c. Después de considerar la edad, la ingesta calórica total, el IMC, la circunferencia de cintura, el CCC, la actividad física y el tabaquismo en cada una de las 9 categorías de alimentos, la relación negativa entre la HbA1c y la ingesta de granos enteros y el CG se mantuvo. La concentración de HbA1c en el quintilo más alto (en ambos casos) fue 0.5% más baja que la que se registró en el quintilo inferior del consumo de dichos productos. No se observaron diferencias en relación con la cantidad ingerida de pescado, legumbres, carnes rojas y procesadas, vegetales, frutas secas y alcohol.

Los pacientes con DBT con los puntajes más altos (6 a 9 puntos) presentaron glucemia más baja a la hora y a las dos horas de la ingesta, respecto de los enfermos con un puntaje de 3 puntos o menos.

Discusión

En el presente estudio, la adhesión a la DM se asoció inversamente con la concentración de HbA1c y con los niveles posprandiales de glucosa, independientemente de la edad, de la adiposidad, del consumo energético, de la actividad física y de otros factores de confusión. El beneficio observado con los granos tal vez esté relacionado con la mejoría de la sensibilidad a la insulina, tal como lo sugirieron los hallazgos de diversas investigaciones. Por ejemplo, algunos estudios a corto plazo demostraron que en los enfermos con obesidad, el consumo de granos enteros se asocia con una disminución de la concentración de la insulina en ayunas y con un aumento de la sensibilidad a la insulina.

Algunos trabajos prospectivos mostraron que la DM se acompaña de una reducción importante del riesgo de aparición de DBT2. En una investigación en 13 380 estudiantes de España sin DBT seguidos durante 4.4 años en promedio, los participantes que cumplieron la DM tuvieron un riesgo 83% más bajo de presentar DBT comparados con los sujetos con un cumplimiento escaso.

Se sabe que la DM mejora el riesgo cardiovascular; por su parte, los estudios epidemiológicos sugirieron que este tipo de dieta protege contra la inflamación crónica leve y las complicaciones metabólicas asociadas. La dieta también podría modificar el metabolismo mediante el vaciado gástrico que, a su vez, influye considerablemente sobre el metabolismo de los carbohidratos y sobre la liberación de péptidos intestinales. En conclusión, los resultados de esta investigación revelan que la adhesión a la DM se asocia con niveles más bajos de HbA1c y con menor glucemia posprandial en los enfermos con DBT2, independientemente de los factores antropométricos, de estilo de vida y de salud. No obstante, se requieren estudios aleatorizados para establecer conclusiones definitivas al respecto.

Especialidad: Bibliografía - Clínica Médica - Nutrición

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