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La Desloratadina es un Fármaco muy Seguro

  • AUTOR : Layton D, Wilton L, Shakir S
  • TITULO ORIGINAL : Examining the Tolerability of the Non-Sedating Antihistamine Desloratadine
  • CITA : Drug Safety 32(2):169-179, 2009
  • MICRO : La desloratadina es el principal metabolito de la loratadina y un antihistamínico no sedante ampliamente utilizado en los pacientes con rinitis alérgica y urticaria. El perfil de seguridad de la droga es excelente.

 

Introducción

La desloratadina, el principal metabolito de la loratadina, se comercializa en el Reino Unido desde 2001. Es un antagonista de los receptores H1 de histamina, de larga acción, útil para el tratamiento de la rinitis alérgica (RA) en los adultos y niños de más de 12 años; también se lo utiliza en la urticaria crónica idiopática.

Algunos antihistamínicos (AH) se han asociado con efectos adversos farmacológicos (EAF) graves, por ejemplo, arritmias. Asimismo, se han comunicado unos pocos casos de arritmias ventriculares en asociación con la loratadina. Con el objetivo de conocer con mayor precisión la seguridad de los nuevos medicamentos, la Drug Safety Research Unit (DSRU) lleva a cabo un programa epidemiológico de vigilancia de los medicamentos que se introducen en el mercado y que se utilizan ampliamente en Inglaterra. Esta base de datos aplica el sistema de monitoreo de eventos por prescripción –prescription event monitoring (PEM)-.

En este artículo, los expertos comunican los resultados de dicha técnica en relación con la desloratadina y los eventos referidos en el transcurso de los 2 primeros meses de tratamiento, especialmente los del sistema nervioso central, las manifestaciones psiquiátricas, los eventos cardiovasculares y en diversos órganos.

Métodos

Se tuvo en cuenta el patrón de prescripción de la desloratadina -uso continuo durante 15 días o más; cursos cortos de 14 días o menos o múltiples cursos cortos-, la utilización previa de AH y la indicación (RA con asma o sin ella). Un evento se estableció como EAF cuando el médico consideró una posible asociación con el medicamento. Todas las manifestaciones adversas fueron registradas en planillas especiales y en la base de datos PEM.

Se calcularon las densidades de incidencia de eventos por observación (incidence densities by observation [IDobs]: número de los primeros registros por 1 000 pacientes/meses de observación). Para cada paciente, el denominador se calculó según el período de observación y no en relación con el período de tratamiento, de manera tal de poder captar mejor el patrón intermitente de terapia con AH. El numerador consistió en el primer evento, independientemente del estado de tratamiento (con el fármaco o luego de interrumpido). Se compararon los IDobs de los eventos referidos en el mes 1 (IDobsm1) y en el mes 2 (IDobsm2) en la cohorte total y en los subgrupos de pacientes especificados de antemano según la indicación y el patrón de uso. Para la detección de los eventos farmacológicamente relacionados (tipo A), el segundo mes de observación se eligió como período de referencia.

Los enfermos se clasificaron en 5 categorías: RA con asma o sibilancias, RA sin asma ni sibilancias, urticaria, otras indicaciones y un grupo sin especificación. En estos subgrupos se compararon los IDobs del período completo (IDobsA).

Resultados

La muestra para el análisis abarcó 11 828 pacientes de 37 años (mediana); el 59.9% fue de sexo femenino. El 2.1% de los enfermos tenían menos de 12 años. El 52.3% de los pacientes recibieron la medicación por RA; el 15.3% presentaba RA con asma o sibilancias; el 17% tenía urticaria y el 11% se agrupó en «otras indicaciones».

En el 84% de la cohorte se dispuso de información acerca de la dosis de inicio; en 9 618 casos (97%), el tratamiento comenzó con 5 mg diarios de desloratadina. Una minoría recibió una dosis diferente de la recomendada: 305 sujetos (3%) fueron tratados con 10 mg por día; 14 enfermos (menos del 1%) recibieron 15 mg o más y 6 pacientes fueron medicados con 2.5 mg por día. La dosis de inicio no estuvo relacionada con la enfermedad para la cual se indicó la medicación. El 82.3% de los sujetos que brindaron información al respecto refirieron que la desloratadina fue eficaz; la dosis no se asoció con la eficacia. Un total de 2 464 enfermos (36.8%) seguían tratados con desloratadina hacia el final del segundo mes. La mayoría de los pacientes (86.7%) utilizaba la droga continuamente (15 días o más); el 51.8% la había empleado 14 días o menos y el 29.8% había recibido múltiples cursos cortos de medicación.

La mejoría de la enfermedad se asoció con los IDobsm1 más elevados; representó el principal motivo para la interrupción de la terapia en la cohorte global, en los diversos subgrupos de enfermos y según el patrón de uso. La cefalea y la migraña se produjeron más frecuentemente en el primer mes en comparación con el segundo mes en toda la cohorte (n = 35, cociente IDobsm1/m2 3.99) y en los enfermos con RA sin asma ni sibilancias (n = 19; cociente IDobsm1/m2 5.33). Los enfermos con RA y asma o sibilancias presentaron IDobs significativamente más altos para los eventos relacionados con el sistema respiratorio, respecto de los individuos con RA sin asma. El más común fue el «agravamiento del asma» (n = 60; cociente IDobsA 22.20).

La cefalea fue un efecto adverso infrecuente (más del 0.1% y menos del 1%) mientras que la sedación, la migraña, el síncope y la somnolencia aparecieron en una proporción entre el 0.01% y el 0.1%. El dolor torácico, las palpitaciones, la bradicardia (detectada en el electrocardiograma [ECG] en reposo), las arritmias y la fibrilación auricular (confirmada por ECG) fueron más infrecuentes aun. No se refirió ningún caso de infarto agudo de miocardio; el decaimiento y la lasitud fueron muy inhabituales.

Veinte eventos en 18 pacientes fueron considerados por el médico como EAF asociados con la desloratadina. Cinco de ellos (dolor de cuello, somnolencia, dolor de ojos, tartamudeo y síncope) se registraron en las planillas y se comunicaron al Committee on Safety of Medicines (actualmente Commission on Human Medicines) y todos ellos se valoraron como posiblemente relacionados con el tratamiento con desloratadina. Durante el estudio no se registró ningún evento adverso grave.

El 33.7% de los enfermos refirió haber utilizado AH en el transcurso de los 12 meses anteriores; el 1.93% había recibido más de un AH. Los fármacos utilizados con mayor frecuencia fueron la loratadina, la cetirizina y la fexofenadina. Los pacientes que fueron tratados por primera vez tuvieron una mayor probabilidad de alcanzar una respuesta favorable al tratamiento en comparación con los que habían utilizado fármacos con anterioridad (mejoría, n = 190; cociente IDobsA de 2.77) y con menor frecuencia presentaron infecciones del tracto respiratorio superior (n = 324; cociente IDobsA 0.69) o asma (n = 64; cociente IDobsA de 0.56).

Durante el período de estudio se produjeron 40 embarazos; 29 de ellos durante el tratamiento con desloratadina o en los primeros 3 meses posteriores. Dieciocho mujeres estuvieron expuestas a la desloratadina durante el primer trimestre de la gestación. No se detectaron malformaciones congénitas.

Durante el período de observación se registraron 64 muertes (menos del 1%). En 18 de estos casos no se dispuso de información sobre la causa del fallecimiento. En el resto, los motivos más comunes fueron el cáncer y los eventos cardiovasculares (un fallecimiento por insuficiencia cardíaca congestiva durante el primer mes de tratamiento). Se registraron 3 muertes por infarto agudo de miocardio, 2 de ellas se produjeron más de 6 meses después de comenzado el tratamiento con desloratadina y la última, más de 5 meses después de su interrupción. Ningún fallecimiento fue asociado por el médico con el tratamiento.

Discusión

La técnica PEM utiliza un diseño de cohorte de observación sin intervención, de manera tal que no interfiere con las decisiones de prescripción del médico. Representa un método de vigilancia activa y recoge información en amplias poblaciones tratadas con nuevos medicamentos, una situación que refleja lo que ocurre en la realidad, en la práctica cotidiana. A diferencia de los estudios que se realizan antes de la comercialización de un medicamento, no se aplican criterios específicos de inclusión.

Una de las principales limitaciones de los métodos aplicados en epidemiología farmacológica, incluso del sistema PEM, está relacionada con el bajo índice de respuesta. Aun así, se considera que el índice de informe de eventos es superior al del sistema de comunicación espontánea. Por su parte, este método sólo considera las prescripciones realizadas en el ámbito ambulatorio, no en el hospitalario.

La cohorte evaluada en esta ocasión fue similar en términos demográficos a las poblaciones estudiadas en otros trabajos de vigilancia y en los ensayos clínicos; incluso parece ser representativa de los pacientes con RA y con otras enfermedades alérgicas en la población general.

La desloratadina se indicó a pacientes de menos de 12 años en sólo el 2% de los casos. La indicación más frecuente fue la RA (con asma o sin problemas bronquiales).

En la cohorte en conjunto, los eventos adversos más comunes en el primer mes fueron la infección del tracto respiratorio superior (4.48/1 000 pacientes/meses) y la cefalea/migraña (2.37/1 000 pacientes/meses). Si bien la incidencia de infección del tracto respiratorio superior en el mes 1 fue similar a la que se registró en el mes 2, la cefalea fue mucho más común en el primer mes, respecto del segundo. Otros síntomas -lasitud, decaimiento y sedación- fueron infrecuentes (0.2%) en los 2 primeros meses de tratamiento. La somnolencia sería más común en los sujetos que metabolizan lentamente el fármaco y que, por ende, tienen mayor riesgo de acumulación y en los enfermos que reciben dosis superiores a las recomendadas (20 mg por día). En un estudio comparativo realizado por la DSRU, la levocetirizina se asoció con somnolencia y sedación más frecuentemente que la desloratadina en pacientes con RA sin asma (odds ratio [OR] de 6.75); en cambio no se registraron diferencias significativas entre los enfermos con RA y asma o sibilancias o con otras indicaciones (OR de 3.51 y de 3.11, respectivamente). En este estudio no se registraron efectos cardiotóxicos relevantes en los pacientes tratados con las dosis recomendadas o con dosis supraterapéuticas. La desloratadina no parece elevar el riesgo de malformaciones congénitas mayores. Todavía no se estableció con exactitud la posible relación entre el uso de la desloratadina en el embarazo y el mayor riesgo de hipospadias.

Los hallazgos de este estudio de vigilancia posterior a la comercialización indican que la desloratadina es un fármaco bien tolerado, al menos en las condiciones de uso habitual en Inglaterra; no se detectaron eventos adversos previamente no reconocidos, concluyen los expertos.

Especialidad: Alergia - Bibliografía - Farmacología

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