Laboratorios Bagó > Bibliografías > Estudian los Efectos de la Fluoxetina y el Escitalopram Sobre la Proteína C Reactiva en los Pacientes con Depresión
Estudian los Efectos de la Fluoxetina y el Escitalopram Sobre la Proteína C Reactiva en los Pacientes con Depresión
- AUTOR : Chavda N, Kantharia N, Jaykaran
- TITULO ORIGINAL : Effects of Fluoxetine and Escitalopram on C-Reactive Protein in Patients of Depression
- CITA : Journal of Pharmacology and Pharmacotherapeutics 2(1):11-16, Ene 2011
- MICRO : Los investigadores señalan que estos fármacos tienen un efecto antiinflamatorio independiente de su acción antidepresiva.
Introducción
En diversos ensayos se ha demostrado que el tratamiento con inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) se asocia con descensos significativos de las concentraciones de proteína C reactiva (PCR), más allá de la resolución de la depresión o no. Esto indicaría que los antidepresivos inducen una respuesta antiinflamatoria de manera independiente de su acción antidepresiva. Sin embargo, en estos ensayos hubo algunas limitaciones, como ser una pequeña muestra de participantes, la falta de disponibilidad de un análisis de laboratorio de alta sensibilidad para la PCR y otros factores de confusión.
Además, en muchos trabajos se ha demostrado una asociación entre la depresión y las enfermedades cardiovasculares. La PCR es uno de los principales factores de riesgo independientes para la aparición de enfermedad coronaria. En los pacientes deprimidos, es posible observar un aumento en las concentraciones de este marcador.
En este estudio, los autores quisieron investigar los efectos de los ISRS sobre diversos marcadores sistémicos de inflamación, como la PCR, la velocidad de sedimentación eritrocitaria (ESD) y el recuento de glóbulos blancos. Además, buscaron evaluar la asociación entre la depresión y los marcadores de inflamación.
Materiales y métodos
Los investigadores seleccionaron a 98 pacientes recientemente diagnosticados con depresión de acuerdo con el DSM-IV-TR, de ambos sexos, con edades entre 15 y 55 años, que hubiesen comenzado un tratamiento con fluoxetina (20) o escitalopram (20) en los últimos tiempos. Los criterios de exclusión fueron: presencia de infecciones, alergias, enfermedades inflamatorias, infarto de miocardio, embolización tumoral, pancreatitis aguda, trauma por cirugía, quemaduras o fracturas, neoplasias, embarazo, tabaquismo o alcoholismo, utilización de otros antidepresivos o de fármacos que afectaran las concentraciones de PCR, ESD o el recuento de glóbulos blancos.
Paralelamente, se seleccionaron 100 voluntarios sanos a modo de grupo control de las mismas características que el grupo experimental, pero sin diagnóstico de depresión ni requerimientos de antidepresivos.
Los pacientes del grupo experimental fueron asignados aleatoriamente para recibir 20 mg/día de fluoxetina (n = 48) o 20 mg/día de escitalopram (n = 50). Al inicio del estudio y a los dos meses, se realizaron en los participantes de ambos grupos las siguientes determinaciones: PCR de alta sensibilidad, ESD y recuento de glóbulos blancos. Además, en estas dos oportunidades se evaluó a los pacientes con depresión por medio de la escala HDRS (Hamilton Depression Rating Scale).
Resultados
Luego de los dos meses de tratamiento, no se produjeron modificaciones en el puntaje de la escala HDRS en los pacientes depresivos.
Los expertos observaron un aumento basal significativo de los niveles de los marcadores inflamatorios en los participantes con depresión, con respecto a los valores hallados en los participantes sanos. Luego de los dos meses de tratamiento con uno de los ISRS, se pudo observar una disminución importante en los niveles de dichos marcadores en ambos grupos de tratamiento.
No se detectaron diferencias destacables entre los pacientes que utilizaron fluoxetina y aquellos que utilizaron escitalopram.
Discusión
El primer hallazgo de importancia de este trabajo fue la comprobación de que los pacientes recientemente diagnosticados con depresión presentaban un aumento de los marcadores séricos de inflamación, en comparación con los voluntarios sanos. Una de las teorías que intentan explicar estas modificaciones afirma que la depresión podría promover una respuesta inflamatoria por medio de la activación del sistema inmune.
Otra hipótesis sugiere que los efectos de la depresión sobre la inflamación podrían deberse al estrés psicológico. Dicho estrés parece estar en relación con un aumento de la producción de interleukina-6 (IL-6). La IL-6 es la principal citoquina inflamatoria que induce la síntesis de proteínas en fase aguda tipo I, tales como la PCR. Asimismo, el estrés psicológico puede propiciar los estados oxidativos y a su vez iniciar una respuesta inflamatoria en las paredes arteriales.
La disminución de las concentraciones de los marcadores de inflamación podría estar en relación con un efecto de los ISRS, que consiste en la reducción de las citoquinas proinflamatorias y el incremento de las citoquinas antiinflamatorias, lo cual produciría un descenso de los marcadores inflamatorios y de los procesos inflamatorios en sí.
En este trabajo, los autores no lograron detectar modificaciones en la escala HDRS luego de dos meses de tratamiento con fluoxetina o escitalopram. Actualmente, existen más datos que afirman que los circuitos dopaminérgicos del sistema nervioso central desempeñan un papel importante en la depresión. De hecho, se sugiere que las respuestas terapéuticas subóptimas a las terapias con ISRS y con inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN) podrían explicarse, al menos en parte, por su falta de efectos sobre los circuitos dopaminérgicos cerebrales.
Existen otros datos que aseguran que en los pacientes deprimidos se produce una reducción de la actividad de las neuronas serotoninérgicas debido a una disminución del número de sitios de unión del transportador de serotonina y de la densidad presináptica y postsináptica de los receptores 5HT1A. Estas podrían ser las razones por las cuales no se observaron mejorías en los participantes deprimidos tratados con ISRS.
El incremento de los marcadores de inflamación puede asociarse con la depresión, pero también con otros factores de confusión, por ejemplo, el índice de masa corporal, la edad, el sexo, el perfil lipídico, el ejercicio, el consumo de alcohol o de tabaco, diversas condiciones clínicas, algunos fármacos, los traumas físicos y varios procedimientos médicos. Los autores de este trabajo trataron de excluir la mayoría de los factores de confusión cuando reclutaron a los participantes. Sin embargo, los resultados podrían verse afectados por el índice de masa corporal y los niveles de lípidos.
Otras limitaciones de este trabajo son que la relación de causa y efecto entre la depresión y la PCR no está completamente aclarada, que no se pudo establecer una asociación entre la dosis y el efecto de los ISRS y que la muestra de participantes fue relativamente escasa. Parecería ideal realizar un estudio longitudinal que evaluara las modificaciones en las concentraciones de PCR y en los puntajes de la escala HDRS a lo largo del tiempo.
Conclusiones
Por lo expuesto, los autores señalan que los ISRS tienen un efecto antiinflamatorio independiente de su acción antidepresiva. Esta afirmación se basa en la observación de las modificaciones sucedidas en las concentraciones séricas de los marcadores sistémicos de inflamación en pacientes deprimidos que realizaron un tratamiento de dos meses con ISRS. En estos individuos, se observó el descenso de los valores de dichos marcadores de inflamación, sin detectarse cambios en los puntajes de la escala HDRS.
Especialidad: Bibliografía - Psiquiatría