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Procesos Asociados al Origen de la Depresión

  • AUTOR : Panksepp J, Watt D
  • TITULO ORIGINAL : Why Does Depression Hurt? Ancestral Primary-Process Separation-Distress (PANIC/GRIEF) and Diminished Brain Reward (SEEKIING) Processes in the Genesis of Depressive Affect
  • CITA : Psychiatry-Interpersonal and Biological Processes 74(1):5-13, 2011
  • MICRO : El estrés por separación generalmente finaliza mediante una serie de cambios, entre los cuales se encuentran una disminución del exceso de dopamina y un incremento de los niveles de opioides endógenos y de citoquinas.

Introducción

La etiología de la depresión es uno de los temas más estudiados por la neurociencia de los trastornos afectivos. Entre los interrogantes que intenta explicar esta disciplina se encuentra la posibilidad de que la depresión cause sufrimiento. El enfoque que se intenta dar a esta pregunta mediante la neurociencia de los trastornos afectivos se centra en la infraestructura afectiva de la mente evolucionada, generando diferentes hipótesis de prueba acerca de los desequilibrios afectivos causados por esta patología. La principal incógnita que se presenta en la investigación es cuál es la red neuronal del cerebro que resulta más importante en el desarrollo del «dolor» secundario a la depresión, y qué aplicación terapéutica puede inferirse a partir de allí. Según la neurociencia afectiva, existen 7 sistemas emocionales de procesamiento primario: búsqueda, ira, miedo, deseo sexual, cuidado materno, pánico y dolor por angustia de separación y juego placentero. Todos estos sistemas son de localización subcortical.

Si bien la depresión puede afectar cualquier aspecto de las áreas afectivas de la vida de una persona, hay 2 sistemas que se ven particularmente comprometidos: el pánico por estrés de separación, el cual se encuentra sobreactivado, y el sistema de búsqueda, el cual entra en un estado de hipoactividad secundario a la primera alteración.

En modelos con animales, la depresión refleja la agitación característica del estrés por separación, seguido de un cierre de la actividad emocional. Es común que se observe una primera etapa de búsqueda exagerada seguida de una disminución gradual de la misma, durante la «fase de desesperanza». Desde este punto de vista, la depresión cuenta con ventajas propias de la evolución de la especie, tal como la recuperación luego de una vivencia de angustia.

La tendencia de la investigación en la actualidad

Varios de los factores estresantes considerados en el desencadenamiento de fenotipos depresivos parecen asociarse a ciertas redes neuronales específicas. La mayor parte de los modelos de depresión con animales no sólo presentan varios factores de estrés, sino que también cuentan con muchas variables de medición de la alteración del comportamiento y las respuestas de placer. Por lo tanto, los circuitos neuronales estudiados son muy variables, y no son el centro de la investigación. De mismo modo, debido a la inespecificidad de los circuitos implicados, la mayoría de los estudios preclínicos no llegan a indagar la psicodinámica o las consideraciones interpersonales de mayor interés, especialmente los sentimientos de pérdida social y derrota que son impulsados por los trastornos afectivos de la depresión.

La neurociencia moderna presta poca atención a los fenómenos mentales que caracterizan la psicopatología, especialmente las experiencias afectivas. Los autores establecen que el análisis de los sistemas emocionales permitirá una base de conocimiento a partir de la cual se podrá intervenir interdisciplinariamente, con mejores resultados terapéuticos en el abordaje de esta patología. Actualmente predominan las estrategias cognitivo-conductuales por sobre las terapias orientadas al aspecto afectivo de la problemática. Desde el punto de vista psicofarmacológico, los conceptos provenientes de la neurociencia afectiva favorecen el desarrollo de nuevos medicamentos con acción en los sistemas de neuropéptidos, entre ellos los opiáceos endógenos y el factor de liberación de corticotrofina, así como también sobre los transmisores de aminoácidos, como el glutamato y la glicina. En relación con la psicoterapia, la neurociencia afectiva permite la utilización más efectiva de las emociones positivas, tales como la búsqueda, el juego y el cuidado, las cuales generalmente permanecen subdesarrolladas. Tradicionalmente, la investigación sobre la depresión se enfocaba en mayor medida sobre las consecuencias del estrés y la dinámica de la norepinefrina y la serotonina a nivel cerebral, descuidando la asociación entre esta afección y el sufrimiento. Cada vez más se va desechando la idea de que los cambios observados en los neurotransmisores explican la morbilidad de la depresión, tal vez por las pruebas encontradas acerca del escaso desempeño de ciertos fármacos sobre la sintomatología psiquiátrica de esta afección.

Perspectiva de la neurociencia acerca del sufrimiento asociado con la depresión

Existe una teoría desde la neurociencia que explica el sufrimiento causado por la depresión. Las redes neuronales de la afectividad, alteradas por una situación de estrés mantenida en el tiempo, causan un estado de sufrimiento de tipo psicógeno y de disforia que se asocia a la depresión. La hiperactividad del sistema de estrés por separación y la hipoactividad del sistema de búsqueda fundamentan el efecto depresivo de la pérdida social, el mayor factor epidemiológico de estrés. Es así como el incremento en la actividad del sistema de estrés por separación desencadena dolor de tipo psicógeno. Las respuestas de pánico que experimentan los animales, especialmente los jóvenes, ante una pérdida social generan un malestar característico. Los estudios de mapeo de los circuitos neuroanatómicos que se activan ante estas situaciones han permitido una mayor comprensión de los mecanismos subyacentes. El circuito de pánico por separación comienza en las regiones grises del mesencéfalo y asciende por las estructuras medias del diencéfalo, especialmente el tálamo dorsomedial, para finalizar en varios núcleos del prosencéfalo y en las regiones del cíngulo anterior. Entre los cambios a nivel de neurotransmisores se puede apreciar una depresión de los niveles de opioides y oxitocina, junto a un incremento de los de glutamato. Tal vez debido a esto se ha encontrado que los inhibidores del glutamato han sido aplicados con éxito en el tratamiento de la depresión. Por el contrario, aún no se ha investigado en profundidad el efecto potencial de administrar opioides y oxitocina con la finalidad de aliviar los síntomas. No obstante, los opioides han sido utilizados en el tratamiento de la depresión antes de la era moderna. Tal vez los fármacos oxitocinérgicos y prolactinérgicos puedan ser aplicados con tales fines.

Nuevos abordajes en psicoquimioterapia

Sumado al descubrimiento de la aplicación de algunos fármacos, como los facilitadores del glutamato, para la consolidación de ciertos resultados obtenidos en varias alteraciones psiquiátricas mediante la psicoterapia, se pueden acoplar otros beneficios a partir del conocimiento del funcionamiento de los procesos primarios afectivos durante la situación de separación. Es evidente que el cerebro presenta cambios y las alteraciones mentales que aparecen ante un trastorno psiquiátrico se deben a un patrón neuropsicológico de 2 vías. Por un lado, se puede actuar sobre el cambio a nivel químico que se produce en los sistemas afectivos, por ejemplo mediante la administración de opioides en bajas dosis. Por otra parte, se puede intervenir mediante abordajes psicológicos que estimulen positivamente la afectividad, como la facilitación de interacción mediante situaciones lúdicas.

Conclusión

La depresión genera sufrimiento, básicamente por dos razones, ambas relacionadas con la disminución de los sentimientos de seguridad interna: la relación intrínseca con el pánico por estrés de separación, factor por el cual se generan vínculos que se intentan mantener, generalmente con figuras relacionadas con el cuidado primario, así como también con la pareja y con los grupos sociales de mayor confianza; y en segundo lugar por el estado de desesperanza que genera la depresión cuando los intentos por recuperar las pérdidas fracasan. En esta instancia se genera un estado de desconexión con el mundo exterior. La falta de «energía psicológica» durante un tiempo prolongado probablemente se asocie a una disminución en la voluntad de búsqueda. El hecho de que estos sentimientos pueden ser provocados con facilidad, mientras que son difíciles de revertir, llevando a ciertos individuos a un estado de elevada vulnerabilidad a la depresión y a una adquisición de comportamientos contraproducentes, no se opone a la posibilidad de que existan factores biológicos de tipo intrínseco. Estos últimos se centran en la naturaleza adaptativa de las conexiones sociales (la cual es un prerrequisito para que se de el estrés por separación) y en la necesidad adaptativa de poner fin a la inutilidad del estrés por separación prolongado, el cual terminaría extenuando a la criatura afectada o serviría como señal para el predador. El estrés de separación generalmente finaliza mediante una serie de cambios, entre los cuales se encuentran una disminución del exceso de dopamina, un incremento de los opioides, y un incremento de citoquinas promotoras de la inflamación. Estas manifestaciones conducen al animal a rendirse, y dejarse llevar por un estado de desesperanza. La mejor comprensión del cerebro afectivo probablemente permita establecer endofenotipos emocionales que se asocian al desarrollo de alteraciones psiquiátricas.

Especialidad: Bibliografía - Psiquiatría

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