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Analizan la Incidencia de Reacciones Adversas Asociadas con Antiinflamatorios no Esteroides en Pacientes con Trastornos Musculoesqueléticos

  • AUTOR : Gor A, Saksena M
  • TITULO ORIGINAL : Adverse Drug Reactions of Nonsteroidal Anti-Inflammatory Drugs in Orthopedic Patients
  • CITA : Journal of Pharmacology and Pharmacotherapeutics 2(1):26-29, Ene 2011
  • MICRO : Los autores señalan que la fármacovigilancia es una práctica esencial para mejorar el perfil de seguridad de estas sustancias.

 

Introducción

Los antiinflamatorios no esteroides (AINE) son un grupo de fármacos que inhiben la enzima ciclooxigenasa. Desde hace tiempo se utilizan para el tratamiento de las alteraciones reumáticas por su efecto analgésico y antiinflamatorio. De hecho, los AINE constituyen la terapia de base para los pacientes con trastornos musculoesqueléticos.

Los AINE convencionales no son selectivos, por lo que inhiben tanto la ciclooxigenasa-1 como la ciclooxigenasa-2. Sin embargo, solamente la inhibición de la ciclooxigenasa-2 es responsable del efecto terapéutico de los AINE, mientras que la inhibición de la ciclooxigenasa-1 se asocia con la aparición de los efectos adversos farmacológicos. Las reacciones no deseadas más frecuentemente producidas por los AINE incluyen trastornos gastrointestinales, alteraciones renales y efectos cardiovasculares.

Las estadísticas demuestran que anualmente se producen 16 000 fallecimientos en los Estados Unidos y 10 000 en Canadá vinculados con las reacciones adversas inducidas por los AINE, como por ejemplo, perforación gástrica, obstrucciones digestivas y úlceras. Un dato interesante es que la prevalencia de úlcera inducida por AINE oscila entre el 10% y el 25%, y es una causa importante de morbilidad y mortalidad. Las investigaciones realizadas sobre los inhibidores selectivos de la ciclooxigenasa-2 indican que el uso de estos AINE reduce la incidencia de trastornos gastrointestinales de manera significativa.

En general, todos los AINE comparten el perfil de efectos adversos. Las principales diferencias son cuantitativas y se basan en la incidencia o frecuencia de las reacciones colaterales. Además, algunos fármacos presentan una mayor tendencia a producir efectos adversos raros hematológicos, como anemia aplásica y agranulocitosis, o cutáneos, como el síndrome de Stevens-Johnson o el síndrome de Lyell.

Podría ser interesante poder determinar el grado de exposición de una población determinada a un AINE específico y combinar estos datos con información acerca de condiciones médicas y otros agentes que estén siendo consumidos simultáneamente para intentar establecer los factores que pueden participar en la aparición de reacciones adversas farmacológicas, como también de los factores de confusión. De esta manera, se podrían estimar las posibilidades de que un paciente experimente efectos no deseados de manera individual y específica.

Los autores realizaron este estudio a fin de identificar las reacciones adversas farmacológicas relacionadas con los AINE y de vislumbrar un mecanismo apropiado de control de estos efectos.

Materiales y métodos

Se diseñó un estudio de 3 meses de duración. Los expertos calcularon que la incidencia de reacciones adversas podría ser de alrededor del 10%, y seleccionaron una muestra de 100 pacientes. Para ello, requirieron la colaboración de médicos especialistas del servicio de ortopedia. Se incluyeron a hombres y mujeres mayores de dieciocho años que consumían AINE. Los criterios de exclusión fueron: pacientes con antecedentes de alteraciones de la función hepática o renal, pacientes con enfermedades cardiovasculares o enfermedad ácido-péptica, y embarazadas o en período de lactancia.

Se registraron los datos demográficos, los antecedentes clínicos y los diagnósticos a causa de los cuales los participantes consumían los AINE. Además, se recabó en detalle información sobre las reacciones adversas experimentadas asociadas con el uso de AINE (nombre del fármaco, dosis empleada, frecuencia de consumo, fecha de inicio, etcétera). Los participantes no fueron sometidos a un seguimiento. Se consideraron significativos los valores de p <0.05.

Resultados

De los 100 participantes, 26 sufrieron reacciones adversas medicamentosas. Al comparar la incidencia entre hombres y mujeres, los expertos no detectaron diferencias significativas (p < 0.001). El diclofenac fue el AINE más utilizado, en comparación con los otros AINE. Debido a esto, el porcentaje de reacciones adversas asociadas con el diclofenac fue mayor. De las 26 reacciones no deseadas observadas, 19 (73%) tuvieron relación con esta sustancia, 4 (15%) estuvieron en conexión con la nimesulida y 2 (7%) se vincularon con el uso de paracetamol. Dado que hubo una pequeña proporción de pacientes que consumieron ibuprofeno y piroxicam, en este estudio no se observaron reacciones adversas asociadas con dichos fármacos.

De las 26 reacciones secundarias, diecinueve se produjeron en el grupo de pacientes de entre 18 y 65 años, mientras que siete se produjeron en mayores de 65 años. Estos datos resultaron estadísticamente significativos (p < 0.001). Al evaluar la relación de causalidad entre los efectos adversos y el consumo de AINE, 9 casos se consideraron probables, 12 se clasificaron como posibles y 5 fueron dudosos.

Discusión

En este ensayo clínico, la tasa de prevalencia de reacciones adversas farmacológicas asociadas con los AINE fue del 26%. Los factores de riesgo específicos para la aparición de efectos adversos fueron mayor edad, antecedentes de úlcera gastroduodenal, dispepsia, empleo simultáneo de otros fármacos, como corticoides y anticoagulantes, utilización de dosis altas de AINE y coexistencia de otras enfermedades clínicas crónicas.

En este trabajo, hubo solamente 11 participantes mayores de 65 años. Entre ellos, hubo 7 que presentaron reacciones adversas, es decir, el 64% de este grupo.

Los investigadores crearon modelos de asociación entre los factores de riesgo de padecer trastornos gastrointestinales y la utilización de AINE. Estos modelos podrían ser útiles para que los profesionales estimen la posible toxicidad gastrointestinal que pueden experimentar sus pacientes al emplear estos fármacos. Parece ser de gran utilidad identificar más factores de riesgo que permitan crear nuevos modelos predictores de reacciones adversas, para mejorar la individualización de las prescripciones farmacológicas.

Los AINE más empleados en este estudio fueron el diclofenac, el paracetamol, la nimesulida, el ibuprofeno, el etoricoxib y el piroxicam. El diclofenac fue el AINE más utilizado (65% de los casos). De ahí que haya sido el que se asoció con una mayor incidencia de reacciones adversas.

De los 19 efectos no deseados relacionados con el uso de diclofenac, 14 se vincularon con el tracto digestivo (náuseas, vómitos, gastritis y malestar abdominal), 3 fueron manifestaciones cutáneas (urticaria, prurito y eritema) y 2 fueron manifestaciones sistémicas (prurito generalizado y debilidad). Más allá de estas reacciones, en otros estudios se ha demostrado que, a pesar de que el 20% de los pacientes que utilizan diclofenac a largo plazo experimentan reacciones adversas, tan solo el 2% debe interrumpir el tratamiento, principalmente debido a molestias gastrointestinales.

Además, con respecto a los otros AINE evaluados, y de los 10 participantes que recibieron nimesulida, hubo 4 casos (16%) de efectos adversos (disminución del apetito, náuseas, vértigo y debilidad general), mientras que de los 12 pacientes que consumieron paracetamol, hubo 2 (7%) que sufrieron reacciones adversas (disminución del apetito y malestar abdominal). Seis participantes recibieron ibuprofeno; entre ellos no se observaron reacciones adversas, probablemente por ser pocos los individuos expuestos a este AINE.

Varios ensayos publicados previamente señalan que las mujeres tienen una mayor incidencia de reacciones adversas por AINE que los varones. Sin embargo, en este trabajo no se detectaron diferencias significativas en la incidencia de efectos no deseados entre ambos sexos.

Las posibles limitaciones de este estudio fueron la evaluación de una cantidad relativamente baja de pacientes y el corto período de duración del estudio.

Conclusión

De cualquier manera, los investigadores afirman que la identificación de los efectos adversos farmacológicos, su registro meticuloso y su reporte a las autoridades correspondientes es una tarea valiosa y necesaria, que debe ser llevada a cabo por todos los profesionales de la salud. Si esta actividad se realiza de forma regular, la utilización de fármacos se volverá más segura y racional. Por lo tanto, instan a estimular la práctica de la farmacovigilancia, a fin de poder generar modelos de asociación entre las sustancias y los factores individuales de cada paciente que puedan repercutir en la aparición de reacciones adversas farmacológicas.

Especialidad: Bibliografía - Farmacología

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