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Numerosas Enfermedades Sistémicas se Asocian con Caída de las Cejas

  • AUTOR: Velez N, Khera P y English III JC
  • TITULO ORIGINAL: Eyebrow Loss. Clinical Review
  • CITA:American Journal of Clinical Dermatology 8(6):337-346, 2007
  • MICRO: Además del problema a nivel cosmético, la caída de las cejas puede ser un hallazgo en numerosas enfermedades sistémicas. Los autores revisan las situaciones que con mayor frecuencia se acompañan de esta alopecia.

Introducción

La caída de las cejas ocasiona consecuencias no sólo a nivel cosmético sino también funcionales y sociales. A pesar de ello, esta alopecia no ha recibido demasiada atención. En esta revisión, los autores resumieron los diagnósticos a considerar en los pacientes con pérdida de las cejas (PC).

Etiología y tratamiento

Dermatosis primarias y trastornos endocrinológicos

La dermatitis atópica y la dermatitis seborreica pueden asociarse con PC. Por lo general, la primera de ellas aparece en la niñez y se caracteriza por prurito y xerosis importantes. La PC aparece típicamente en el tercio lateral. Los corticoides tópicos pueden ser de ayuda. Por su parte, la dermatitis seborreica es una enfermedad crónica con prevalencia del 1% a 3% en pacientes sin trastornos inmunológicos, pero mucho más común en sujetos inmunocomprometidos. La etiología es poco conocida pero se considera que la colonización por Malassezia es un factor importante, de allí la utilidad de los agentes antifúngicos. Por otro lado, la PC (caída lateral) puede ser un hallazgo clínico en pacientes con hipotiroidismo.

Trastornos autoinmunitarios

Diversas patologías autoinmunológicas pueden ocasionar PC, entre ellas, la alopecia areata, la alopecia frontal fibrosante (AFF), el síndrome de Graham-Little, el lupus cutáneo crónico, el lupus neonatal y la esclerodermia localizada.

La alopecia areata es la caída de cabello no cicatrizal; afecta a aproximadamente el 2% de la población de los EE.UU. y su frecuencia es semejante en hombres y mujeres. El 11% a 23% de los casos se produce en pacientes de menos de 16 años y el trastorno también se ha descrito en niños. La alopecia puede ser total; en ocasiones, la PC es la única manifestación clínica. Se estima que el trastorno lo ocasionan los linfocitos T que dañan el bulbo piloso. Entre un 34% y 50% de los pacientes se recupera en el transcurso de 1 año; sin embargo, las recidivas son comunes. Los corticoides y la inmunoterapia tópica no evitan la progresión de la enfermedad pero estimulan el crecimiento del pelo.

La PC total o parcial es un hallazgo bastante característico en la AFF, una enfermedad que por lo general aparece en mujeres de raza blanca de más de 60 años. La histología revela obliteración de los orificios foliculares con hiperqueratosis y eritema perifolicular. El trastorno evoluciona en forma lenta y es irreversible; no obstante, en general hay estabilización espontánea después de varios años. Los corticoides intralesionales pueden ser eficaces y la finasterida parece mejorar la densidad del cabello. Aun así, no influye en la gravedad de la AFF, un trastorno que no se considera de etiología hormonal.

El síndrome de Graham-Little se caracteriza por alopecia del cuero cabelludo cicatrizal y progresiva, la caída no cicatrizal de las cejas, del vello pubiano y axilar y por erupción folicular liquenoide en tronco y extremidades. En general, el síndrome afecta a mujeres de 30 a 70 años.

El lupus eritematoso discoide suele observarse en mujeres de mediana edad con lesiones eritematosas y discoides en las zonas expuestas al sol. La destrucción permanente de los folículos pilosos induce alopecia cicatrizal en aproximadamente un tercio de los casos. La histología con inmunofluorescencia revela depósitos de IgG, IgM o complemento en el 76% de los casos. El tratamiento consiste en la administración de corticoides en las lesiones y drogas antimaláricas.

La esclerodermia lineal o en «golpe de sable» (coup de sabre) es una forma localizada del trastorno que compromete la región frontoparietal. En el 67% de los casos, el diagnóstico se efectúa antes de los 18 años. A diferencia de otras formas localizadas de esclerodermia, la de tipo lineal puede asociarse con manifestaciones sistémicas, por lo general, neurológicas u oftalmológicas. En el 37% a 50% de los casos se detectan anticuerpos antinucleares con patrón homogéneo o moteado. Son habituales las alteraciones en los estudios por imágenes cerebrales y en el electroencefalograma. Por lo general, la enfermedad persiste en actividad durante 2 a 5 años y puede remitir espontáneamente. Cuando aparece hemiatrofia facial, el trastorno se conoce como síndrome de Parry-Romberg. La enfermedad cutánea puede tratarse con calcipotriol tópico y con luz ultravioleta A en dosis bajas.

Infecciones

La lepra y la sífilis secundaria son los principales diagnósticos infecciosos a tener en cuenta en pacientes con PC. Mycobacterium leprae afecta fundamentalmente el tejido periorbitario y compromete los nervios periféricos, la piel y la mucosa nasal. El aspecto «leonino» atribuible a la presencia de nódulos y placas no es exclusivo de la lepra. El diagnóstico se confirma con baciloscopia de la piel y con reacción en cadena de la polimerasa, en tanto que el tratamiento consiste en la administración de rifampicina, clofazimina y dapsona.

La sífilis puede ocasionar una amplia variedad de manifestaciones cutáneas. La alopecia puede ser el único hallazgo diagnóstico en la sífilis secundaria, en la que también puede aparecer erupción simétrica maculopapular. Los síntomas desaparecen espontáneamente, de forma tal que es esencial realizar el diagnóstico para indicar el tratamiento adecuado y evitar la progresión a neurosífilis. La terapia de primera línea consiste en penicilina G (bencilpenicilina).

Neoplasias

La PC puede observarse en pacientes con carcinomas escamosos o de células basales, aunque también es un signo clínico en aquellos con tumores infrecuentes, como el carcinoma mucinoso cutáneo, el melanoma maligno, las metástasis dermatológicas del cáncer gastrointestinal y la mastocitosis sistémica.

El linfoma cutáneo de células T y la micosis fungoide pueden asociarse con PC. La mucinosis folicular habitualmente es un trastorno benigno que afecta a adultos jóvenes; sin embargo, en el 30% de los casos se relaciona con linfoma cutáneo de células T. En el síndrome de Sezary se observa leucemia simultánea, eritrodermia y linfadenopatías. La micosis fungoide folicular compromete la cabeza y el cuello y es muy pruriginosa. Debe realizarse el diagnóstico diferencial con la seborrea y la dermatitis atópica.

Traumas

El trauma es la causa más frecuente de la PC. En la tricotilomanía, los pacientes ocasionan la caída de las cejas y de las pestañas, además de la del cuero cabelludo. El trastorno afecta a hombres y mujeres y se considera de naturaleza psiquiátrica; puede aparecer simultáneamente con trastornos de ansiedad y del estado de ánimo y con el trastorno obsesivo compulsivo.

Agentes exógenos

La alopecia inducida por quimioterapia es una manifestación muy frecuente. La PC ocasiona gran distrés en los pacientes y puede ser un efecto secundario de la radioterapia; por ejemplo, en pacientes con micosis fungoide en los que se requiere elevada penetración de radiación ionizante. Se considera que la administración de más de 2 500 cGy ocasiona pérdida permanente de las pestañas y cejas.

La terapia con niacina puede asociarse con PC y la intoxicación con talio o retinol también debe incluirse en el diagnóstico diferencial. Los pacientes con envenenamiento con talio además presentan síntomas gastrointestinales, neurológicos y psiquiátricos que habitualmente preceden a la alopecia. El diagnóstico precoz es crucial para evitar la muerte y el daño neurológico irreversible.

Aunque la sensibilidad al retinol varía de manera considerable de un sujeto a otro, la PC es habitual cuando se utilizan dosis 5 veces mayores a las recomendadas. La intoxicación crónica se asocia con síntomas inespecíficos, situación que complica el diagnóstico.

Dermatosis genéticas

La PC en los neonatos puede ser un marcador en numerosas enfermedades, algunas de ellas hereditarias y de pronóstico desfavorable. En ocasiones, puede ser una manifestación de inmunodeficiencia grave, del síndrome de Omenn o del síndrome de Netherton. La ictiosis folicular es otra alteración genética que se asocia con PC congénita. Sin embargo, añaden los autores, la PC puede ser una variante normal, sin significado clínico.

Conclusiones

La PC es una alteración que ocasiona gran distrés en los pacientes. El trastorno puede ser benigno pero siempre se deben considerar las múltiples enfermedades que pueden asociarse con esta alteración, concluyen los expertos.

Especialidad: Bibliografía - Clínica Médica

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