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Destacan el Efecto de los Andrógenos en la Actividad Sexual Femenina

  • AUTOR: Palacios S
  • TITULO ORIGINAL: Androgens and Female Sexual Function
  • CITA: Maturitas 57(1):61-65, May 2007

 

Introducción

Algunas mujeres presentan deficiencia de andrógenos, que induce síntomas clínicos y disfunción de ciertos órganos blanco. Es difícil evaluar la actividad androgénica en órganos blanco con el uso exclusivo de mediciones en suero, aunque existe información suficiente que sugiere que la testosterona podría desempeñar un papel importante en los diferentes tejidos y en la modulación de la respuesta sexual. La European Agency for the Evaluation of Medical Products aprobó recientemente la utilización de parches de testosterona para el tratamiento de la disminución del deseo sexual, a partir de ensayos clínicos que mostraron la eficacia de la testosterona para mejorar el deseo sexual en la menopausia posquirúrgica.

Producción, circulación y metabolismo de los andrógenos

En las mujeres en edad reproductiva, el ovario es la fuente más importante de estrógenos y andrógenos presente en la sangre. Los andrógenos complementan la contribución de los precursores adrenales que, en órganos blanco periféricos, pueden ser transformados en andrógenos bioactivos y estrógenos. En las mujeres fértiles, se estima que los ovarios contribuyen en aproximadamente el 50% de los niveles plasmáticos de testosterona, mientras que la corteza adrenal aporta el 50% restante, fundamentalmente a partir de la conversión periférica de otros precursores. La testosterona y la androstenediona también sirven como precursores para la formación de estrona y estradiol, respectivamente, por acción de la enzima aromatasa. Este proceso se produce en el ovario y en los tejidos blanco, como el cerebro, el hueso y los vasos sanguíneos, y en órganos periféricos, como el tejido adiposo, el músculo y el hígado, que puede retornar los estrógenos así formados a la circulación. Sin embargo, la mayor parte de la producción de testosterona intracelular no alcanza el torrente circulatorio.

Circulación de andrógenos y biodisponibilidad

Los andrógenos, al igual que otras hormonas esteroides, son poco solubles en agua, de forma tal que sólo el 2% de la hormona total presente en plasma se encuentra en forma libre. Una elevada proporción de estradiol circulante libre y de testosterona se halla unida a 2 proteínas transportadoras que actúan como reservorios, liberando los esteroides en la medida que son utilizados por las células. La sumatoria de la fracción libre y la fracción unida a la albúmina en general se considera la forma «biodisponible» de ambos esteroides.

La producción hepática de β globulina (SHBG [sex hormone-binding globulin]) transportadora de estas hormonas y su concentración plasmática se ven influenciadas por factores hormonales y no hormonales (estilo de vida, tabaquismo, etc.). Estos factores fisiológicos pueden tener consecuencias clínicas importantes. El tratamiento con andrógenos reduce los niveles de SHBG y fortalece sus propios efectos por el mecanismo mencionado. Por el contrario, los estrógenos -especialmente por vía oral, como la píldora anticonceptiva o en diferentes fórmulas para la menopausia- elevan los niveles plasmáticos de SHBG y, en consecuencia, la testosterona circulante no se encuentra disponible. Esto puede resultar en consecuencias de importancia para la sexualidad, al crear una forma de «hipoandrogenismo funcional inducido».

Andrógenos, el cerebro y la función sexual

El receptor androgénico está presente en grandes cantidades en el cerebro de los hombres y las mujeres. La expresión de los receptores de estrógenos y andrógenos en este órgano ejerce influencia en la función sexual. El procedimiento clásico para diferenciar los posibles efectos fisiológicos de una hormona incluye el examen inicial de las consecuencias funcionales de la supresión de la glándula que la produce y, luego, evaluar si la terapia de reemplazo de la hormona que ha sido eliminada restaura las funciones modificadas. La práctica clínica ofrece modelos de utilidad para la obtención de esta información acerca del papel de las hormonas sexuales en la función sexual femenina.

Los cambios sexuales luego de la menopausia natural o posquirúrgica y los efectos sexuales de la terapia con andrógenos ofrecen la base para la toma de decisiones en relación con la implementación de la terapia con testosterona.

Andrógenos y disfunción sexual femenina

Terapia androgénica

La terapia con andrógenos ha sido prescripta desde 1930 para la disfunción sexual femenina, pero ensayos clínicos más recientes han evaluado la testosterona por vía oral y transdérmica en bajas dosis.

Testosterona por vía oral

Recientemente, un estudio aleatorizado, efectuado en 218 pacientes posmenopáusicas con menopausia natural o quirúrgica que recibían estrógenos, señaló que la incorporación de metiltestosterona mejoró la respuesta y el deseo sexual. Las dudas contempladas en este estudio señalaron, por un lado, que las mujeres con menopausia natural recibieron estrógenos con andrógenos pero no gestágenos y, por el otro, que la metiltestosterona administrada por vía oral redujo los niveles de colesterol asociado a lipoproteínas de alta densidad.

Testosterona transdérmica

Hasta el presente, el autor ha hallado 4 estudios aleatorizados y controlados con placebo (2 estudios de fase II y 2 de fase III), con un total de 1 619 mujeres evaluadas. El SM1 Intimate Study, a doble ciego y de 24 semanas de duración, evaluó mujeres con salpingoooforectomía bilateral y disminución del deseo sexual, con edades entre los 26-70 años, tratadas con estrógenos durante el período del estudio: 279 pacientes recibieron placebo y 283, testosterona (300 µg/día). Luego de 6 meses se observó un incremento, en comparación con los niveles de base, en la frecuencia de actividad sexual satisfactoria en el grupo que recibió testosterona, claramente superior al grupo placebo. El perfil de seguridad fue similar en ambos grupos. Por su parte, el Intimate SM2 Study, controlado con placebo y en el que se utilizaron parches de testosterona (300 µg/día), mostró que uno de los grupos tratados con testosterona presentó mejoría significativa en el deseo sexual y reducción en el nivel de malestar. Los efectos adversos fueron similares en ambos grupos.

Existen ciertas limitaciones en los 4 estudios, que se evalúan en la actualidad. Por un lado, la seguridad de los datos del producto, evaluada en ensayos clínicos de 6 meses de duración; al momento, existen datos de 12 meses, dado que la fase III ha sido ampliada en un estudio abierto. También se considera de importancia obtener información con mayor número de datos por períodos superiores a 1 año. Al respecto, debe considerarse que el uso prolongado de tratamiento androgénico puede incrementar la resistencia a la insulina y mayor predisposición a presentar síndrome metabólico. Según el autor del presente trabajo, no existe información que pruebe que la terapia con andrógenos incrementa el riesgo de cáncer de mama, si bien actualmente se evalúan terapias sólo con andrógenos y andrógenos más estrógenos en la menopausia natural.

Dehidroepiandrosterona

A lo largo de la vida, los hombres y las mujeres experimentan una reducción fisiológica en la producción de dehidroepiandrosterona de hasta el 70%. La evaluación del papel de esta hormona como suplemento ha sido objeto de análisis en diferentes estudios, pero los resultados obtenidos aún son escasos y contradictorios.

Tibolona

Es un esteroide sintético con estrógenos, progestágenos y actividad androgénica. Los resultados de diferentes estudios muestran que la tibolona estimula la función sexual, produce efectos positivos en la libido en relación con la actividad androgénica y mejora la libido en comparación con el grupo placebo y con los pacientes que no reciben tratamiento; la tibolona también ha demostrado mayores efectos en la libido que la administración de estrógenos conjugados y medrogestona. En otro estudio controlado, una dosis de 2.5 mg/día de tibolona durante 2 años mejoró en forma significativa el índice cariopicnótico vaginal y la sequedad vaginal y la dispareunia; en parte, ambas responsables del mejoramiento de la función sexual. Recientemente, en otro estudio a doble ciego y controlado con placebo, se analizaron los síntomas climatéricos, las concentraciones hormonales, la actividad sexual y la lubricación vaginal; el hallazgo más promisorio fue la medición -por fotopletismografía vaginal (aparato que refleja los cambios en la ingurgitación vaginal)- de los cambios en la mucosa genital en el curso de las fantasías eróticas y el deseo. La lubricación vaginal ha mejorado significativamente con el uso de la tibolona. Además, el 66% de las mujeres consideró que la tibolona mejoró claramente su funcionamiento sexual.

Especialidad: Bibliografía - Ginecología

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