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La Vacunación contra la Hepatitis B no se Asocia con Aumento del Riesgo de Esclerosis Múltiple en Niños

  • AUTOR : Mikaeloff Y, Caridade G, Tardieu M y colaboradores
  • TITULO ORIGINAL : Hepatitis B Vaccination and the Risk of Childhood-Onset Multiple Sclerosis
  • CITA : Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine 161(12):1176-1182, Dic 2007
  • MICRO : La esclerosis múltiple en niños es rara. La exposición a la vacuna contra hepatitis B no aumentaría el riesgo de aparición del primer episodio en la infancia, independientemente del tiempo de exposición a la vacuna, el número de dosis administradas o la marca.

Introducción

La posible asociación entre la vacuna recombinante contra hepatitis B (VCHB) y el aumento de nuevos casos de esclerosis múltiple (EM) en la edad adulta ha sido evaluada en varios estudios. Los hallazgos resultaron contradictorios, lo que ha generado recelo en la población acerca de la vacunación. La EM es rara en los niños, sólo del 3% al 4% del total de casos. En este estudio de una cohorte de niños con EM en Francia, el objetivo fue determinar si la exposición a la VCHB en la infancia aumenta el riesgo de un primer episodio de EM antes de los 16 años durante períodos de riesgo prolongados.

Métodos

Se consideró como población basal a todos los niños y adolescentes franceses menores de 16 años entre el 1 de enero de 1994 y el 31 de diciembre de 2003. Los casos correspondieron a pacientes de la cohorte con EM neuropediátrica, French Kid Sclérose en Plaques (KIDSEP), que comprende la mayoría de los casos nuevos de EM de inicio en la infancia. Se incluyó a los niños que presentaron el primer episodio de EM antes de cumplir los 16 años. Participaron 164 pacientes. Los casos debían haber tenido un primer episodio de la enfermedad con al menos otro durante el seguimiento. La fecha de registro fue la del primer episodio de EM. Las recaídas se definieron como un segundo episodio de síntomas neurológicos de más de 24 horas de duración seguidos por la estabilización o resolución parcial o total. Los episodios fueron registrados por un pediatra neurólogo entrenado, con la descripción de los síntomas, e identificados por un seguimiento hasta el 30 de junio de 2006 con consultas de rutina, llamadas telefónicas y cuestionarios por escrito.

Los controles pertenecieron a la población general. Se intentó aparear 12 controles con cada caso, por edad, sexo y área de residencia. A cada control apareado se le asignó la fecha de registro del caso para la evaluación de vacunaciones previas. Luego se seleccionaron al azar números telefónicos en las distintas áreas geográficas, para la elección de los candidatos que cumplieran los criterios. Los casos y controles tenían certificados de vacunación y completaron un cuestionario de salud.

El cuestionario incluyó preguntas acerca de todas las vacunas recibidas, antecedentes familiares de EM y de enfermedades autoinmunes. Se determinó el nivel social y profesional del jefe de familia.

Se estimaron los odds ratios (OR) apareados y los intervalos de confianza (IC) para los primeros episodios de EM asociados con la exposición a la VCHB. El grupo de referencia estuvo compuesto por los casos y controles no expuestos a la VCHB entre el nacimiento y el inicio de los síntomas del primer episodio de EM (fecha de registro). Se ajustó el análisis por la historia familiar y antecedentes de EM o enfermedades autoinmunes y la profesión del jefe de familia.

Resultados

La tasa de respuesta fue del 87.2%, es decir, no se obtuvo información en 21 de 164 casos. Los 143 pacientes analizados no presentaron diferencias significativas en cuanto a sus características con los 21 no incluidos. La historia familiar de EM no fue diferente entre los 2 grupos (4.2% en los casos incluidos frente al 4.8% en los excluidos).

Se identificaron 1 705 controles que pudieron aparearse con los casos en la forma establecida. Se obtuvo información acerca de la vacunación en 1 122. Se utilizó un máximo de 2 controles por hogar, lo que ocurrió en 22 del total de los controles (1.3%). La media del número de controles por caso fue 8.

Por lo tanto, el análisis incluyó 143 casos y 1 122 controles. En los primeros, la incidencia de un jefe de familia con nivel social y profesional bajo fue menor (p < 0.001) y la de historia familiar de EM fue ligeramente más alta (p = 0.03). La incidencia de historia familiar de enfermedades autoinmunes y de exposición a la VCHB fue similar en los casos y los controles. La incidencia de exposición en los controles (al menos 1 vacunación durante el período total de exposición desde el nacimiento hasta la fecha de registro), en función de la edad a la fecha de registro, fue la siguiente: 7.2% antes de los 5 años en comparación con 6.2% en los casos, 8.7% entre los 5 y los 9 años frente al 6.2% en los casos, 25.5% entre los 10 y 13 años frente al 27.5% en los casos, y 58.5% entre 14 y 16 años contra el 60.0% en los casos.

La exposición a la VCHB no se asoció con un aumento significativo del riesgo de padecer un primer episodio de EM. Luego de realizar ajustes por la historia familiar de EM o de enfermedades autoinmunes o según el nivel social/profesional del jefe de familia, el OR corregido de un primer episodio de EM asociado con la exposición a la VCHB durante un período de riesgo de 3 años fue 1.03 (IC 95%, 0.62-1.69), y en un período de riesgo de 1 año, 0.85 (IC 95% 0.43- 1.71). Se obtuvieron resultados similares para otros períodos de riesgo para el análisis complementario estratificado considerando casos con fecha de registro posterior al 31 de diciembre de 1997, los que no tenían historia familiar de EM o de enfermedades autoinmunes, aquellos en la categoría de un nivel social y profesional bajo del jefe de familia, los que tenían al menos 10 años a la fecha de registro, y en un análisis que excluyó a los 22 controles provenientes del mismo hogar. Más aún, ni el número de inmunizaciones contra la hepatitis B ni la marca de vacuna utilizada en los años anteriores a la fecha de registro mostraron asociación significativa con el riesgo de EM.

Conclusiones

En este trabajo, el registro del primer episodio de EM fue más confiable ya que la base de datos utilizada había sido creada con anterioridad. El estudio resultó más representativo que otros realizados en adultos, en quienes la EM ocurre en forma más frecuente, ya que en los niños esta entidad es rara. El diagnóstico de EM se basó en el registro preciso de los síntomas y en el criterio de recaída. Podría haber sesgo con intervalos prolongados entre el primer y segundo episodio, por que esto evitaría la inclusión de pacientes en quienes el diagnóstico se hubiera confirmado más adelante. Sin embargo, los autores demostraron previamente que el 80% de los segundos episodios en los niños ocurren dentro de los 2 años y el 90% en el lapso de los 3 años siguientes al primero. Por lo tanto, la posibilidad de sesgo es mínima.

La tasa de respuesta de los controles fue satisfactoria comparada con la de estudios previos; fue menor en los casos en que el jefe de familia tenía un nivel social/profesional bajo al igual que en otras investigaciones. La baja proporción de controles pertenecientes al mismo hogar, probablemente con un patrón similar de exposición, no influyó en los resultados.

La incidencia de exposición a la vacunación en los controles fue coincidente con la descrita con anterioridad para la población general de niños. El 54.3% de los niños incluidos como controles habían recibido al menos una dosis de VCHB, en concordancia con las políticas de vacunación durante el período de estudio.

Los autores realizaron controles de posibles factores de confusión identificados en ensayos epidemiológicos sobre vacunas. Se verificó que los controles fueran de la misma zona geográfica que los casos y el análisis se ajustó según el nivel social y profesional del jefe de familia. También se aparearon los casos y controles conforme a la edad, sexo, historia familiar de EM y de otras enfermedades autoinmunes.

El análisis consideró distintos períodos de exposición a la vacuna para facilitar las comparaciones con estudios previos. El período principal considerado fue de 3 años para la comparación con el estudio de Hernán y col. Se investigaron también períodos de riesgo mayores, ya que se desconoce la duración real del riesgo, así como el tiempo de destrucción de la materia blanca y de los axones en la EM después de la estimulación con antígenos externos tales como la vacuna.

En conclusión, los autores refieren que en este primer estudio de casos y controles de una gran población de niños encontraron que no hubo aumento del riesgo de EM con la exposición a la VCHB. También informaron recientemente que dicha exposición en niños que tuvieron previamente un primer episodio de desmielinización inflamatoria del sistema nervioso central, no se asoció con un aumento del riesgo de conversión a EM a corto o largo plazo. Los autores planean evaluar si el riesgo de encefalomielitis aguda diseminada (más frecuente en niños que en adultos) es influido por la exposición a la VCHB, lo que permitiría establecer si la marca de la vacuna (teniendo en cuenta sus demás componentes) participa en la inducción de episodios monofásicos y recaídas de desmielinización.

 

Especialidad: Bibliografía - Infectología - Pediatría

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