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Los Hombres que Ingieren Altas Dosis de Multivitamínicos Tienen Mayor Riesgo de Presentar Cáncer de Próstata
- AUTOR: Lawson KA, Wright ME, Leitzmann MF y colaboradores
- TITULO ORIGINAL: Multivitamin Use and Risk of Prostate Cancer in the National Institutes of Health-AARP Diet and Health Study
- CITA: Journal of the National Cancer Institute 99(10):754-764, May 2007
- MICRO : Si bien varios estudios han evaluado el riesgo de ingerir multivitamínicos y la aparición de cáncer de próstata, no hay pruebas concluyentes al respecto. En este estudio se informó que, si bien no existiría esta asociación, los hombres que ingieren vitaminas más de 7 veces a la semana presentarían mayor riesgo de cáncer.
Introducción
Los suplementos de multivitaminas tienen amplia difusión en la población de los EE.UU., dado que el 35% de los adultos ingieren algún tipo de medicación de esta clase. Como el cáncer de próstata (CP) es el más frecuente en esta población, existe una relación beneficiosa entre la ingesta de vitaminas y el menor riesgo de este tipo de cáncer, tema de importancia para la salud pública. Los datos publicados en relación con esta asociación probable son escasos y se basan en 2 estudios epidemiológicos y 1 estudio clínico aleatorizado. Así, al comparar la incidencia de CP en pacientes que toman multivitamínicos con aquellos que no los ingieren, un estudio concluyó que existía diferencia a favor de la ingesta de estos compuestos, en tanto que otro comunicó que los sujetos que tomaban las vitaminas tenían mayor riesgo de presentar CP. Como no hay trabajos concluyentes al respecto, los autores se propusieron evaluar cuál es la asociación entre los suplementos multivitamínicos y la aparición de CP, con la determinación del antígeno prostático sérico (APS), tacto rectal y la historia familiar de CP.
Método y pacientes
Los datos utilizados fueron los recopilados en el estudio de salud y dieta que llevaron adelante los National Institutes of Health (NIH) en los EE.UU. Se separaron los datos de los pacientes masculinos, con edad entre 50 y 71 años y residentes en ese país. Entre los años 1995 a 1996, los participantes recibieron un cuestionario basal, en el que se les preguntaba sobre sus hábitos alimenticios, si tomaban suplementos vitamínicos, datos demográficos y otra información de interés. Se enviaron 567 169 encuestas, de las cuales fueron respondidas 334 910, pero de éstas se excluyeron las pertenecientes a mujeres o de pacientes con antecedentes de cáncer o alto consumo de calorías; por lo tanto, restaron 295 344 para su análisis en el estudio. Todos los pacientes firmaron un consentimiento informado antes de responder el cuestionario.
Los datos de los participantes fueron seguidos en forma anual a través de una base de datos. El diagnóstico de CP incipiente fue clasificado como localizado (cuando estaba confinado a la próstata) o avanzado (cuando los pacientes presentaban metástasis o el tumor afectaba más de la próstata). También se utilizó la clasificación TNM (T: tamaño del tumor, N: si se observaban ganglios linfáticos positivos y M: metástasis).
El cuestionario de base diferenció 3 clases de ingesta de suplementos vitamínicos: los denominados antiestrés, los terapéuticos y los que se toman una vez por día (one a day tablets); se evaluó cuáles se tomaron durante los 12 meses previos a la encuesta. El uso de multivitamínicos se clasificó en 0 (cuando no se habían tomado nunca), 0.5 (cuando se ingirió menos de 1 comprimido por semana), 2 (cuando el suplemento multivitamínico se tomó entre 2 y 3 veces a la semana), 5 (cuando se tomó entre 4 y 6 veces) y, por último, 7 (si se tomaba todos los días). También se recabaron datos sobre la clase de vitamina utilizada: A, carotenos, C, E o calcio.
Para el análisis estadístico se utilizaron modelos de proporciones multivariados y ajustados de Cox según la edad y se consideraron intervalos de confianza del 95%. También se emplearon modelos con variables categóricas y covariables. Además, se evaluaron las asociaciones entre las diferentes variables, la presencia de CP y de factores de riesgo.
Resultados
Fueron incluidos 295 334 participantes; de ellos, 122 111 (41%), 34 828 (12%) y 16 576 (6%) ingerían 1 comprimido por día, suplementos vitamínicos terapéuticos o antiestrés, respectivamente. Por separado se contabilizaron los sujetos que tomaban más de un tipo de complemento por día, que fueron 105 978 (36%). En cuanto a la composición de los suplementos, los más utilizados fueron las multivitaminas (51%), la vitamina C (40%), la vitamina E (37%) y el calcio (22%).
Para evitar los factores de confusión, se evaluó el uso de multivitamínicos con el riesgo de CP, en forma conjunta con la edad, la masa corporal total, la actividad física, el tabaquismo, la educación, la etnia, el estado civil, el uso de otros suplementos, el antecedente de diabetes y de cáncer y los hábitos alimenticios.
Entre los participantes que ingerían más de 7 multivitamínicos por semana, la tasa de incidencia de cáncer avanzado fue de 143.8 en comparación con 113.4 de aquellos que no utilizaban estos suplementos. Asimismo, la diferencia en la tasa de mortalidad por este tipo de cáncer fue de 18.9 frente a 11.4, respectivamente. La existencia de CP no diagnosticado pudo haber confundido los resultados, por ello fueron excluidos del estudio los pacientes diagnosticados dentro de los 2 años del inicio del estudio; las diferencias se atenuaron pero la asociación entre ambos factores se mantuvo.
Al analizar las vitaminas en forma separada, se informó un incremento del 37% en la tasa de CP en aquellos que ingerían selenio. Un resultado similar se observó con los participantes que tomaban compuestos con vitamina E; además, a mayor dosis de vitamina E ingerida, mayor incidencia de CP.
Según los autores, los pacientes que ingerían suplementos multivitamínicos los 7 días de la semana, junto con compuestos de selenio, mostraron un incremento de la incidencia de cáncer de 5.8 veces. La ingesta de estos suplementos se asoció tanto con el riesgo de cáncer avanzado como con el número de pacientes que murieron por esta causa, siempre teniendo como referencia los sujetos que no tomaban suplementos de vitaminas.
Los cofactores evaluados, como los hábitos alimentarios (con excepción del tomate), el tabaquismo, la actividad física, el estado civil, etc., no fueron asociados con el incremento del riesgo de aparición CP. Es interesante destacar que la mayor ingesta de tomate se asoció con el incremento del riesgo en los pacientes que consumían cantidades importantes de multivitamínicos.
Discusión
En este estudio prospectivo, los autores informaron que el uso de suplementos multivitamínicos no se relacionó con el riesgo total de aparición de cáncer ni con el CP. Sin embargo, entre los pacientes que ingerían más de 7 veces a la semana suplementos multivitamínicos se encontró mayor riesgo de CP avanzado y de la forma fatal. Este riesgo incrementado se halló en participantes que además tomaban concomitantemente selenio, carotenos y zinc, también en aquellos con antecedente familiar de CP.
Los investigadores tuvieron en cuenta algunos errores que pudieron haberse asociado en estos análisis estadísticos; por ejemplo, la detección de cáncer temprano por medio de determinaciones séricas de APS. El mayor riesgo de CP localizado entre hombres que consumen grandes cantidades de vitaminas con el agregado de selenio y de folatos puede ser una fuente de error, porque en trabajos previos se informó que la ingesta de altas dosis de folatos se asocia con la aparición de cáncer. Los ajustes multivariados del uso de suplementos no alteraron la asociación entre los suplementos multivitamínicos y el CP.
Según los expertos, algunas de las limitaciones del estudio abarcaron la falta de información sobre la duración del empleo de los suplementos, que habría permitido evaluar si la asociación con la aparición de cáncer se relaciona con el tiempo de consumo de estos complementos. Por otro lado, no se contó con información de base sobre el tacto rectal y la concentración sérica de APS.
En conclusión, los autores encontraron información que señala que el consumo de multivitamínicos no se asocia con menor riesgo de CP sino que, por el contrario, la ingesta de altas dosis se correlaciona con incremento del riesgo de evolución a CP. Los oncólogos deben reevaluar estos resultados y tomarlos en consideración.
Especialidad: Bibliografía - Oncología