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Caminar Diariamente Hacia la Escuela Puede Ayudar al Aumento del Gasto Calórico
- AUTOR: Booth ML, Okely AD, Rissel C y colaboradores
- TITULO ORIGINAL: Characteristics of Travel to and from School among Adolescents in NSW, Australia
- CITA: Journal of Paediatrics and Child Health 43(11):755-761, Nov 2007
- MICRO: La manera en que los estudiantes viajan hacia la escuela y cómo regresan a sus hogares puede tener consecuencias positivas en el aumento del gasto calórico diario.
El traslado hacia y desde la escuela puede ser una oportunidad para estimular la actividad física entre la población más joven. Una caminata, andar en bicicleta o utilizar el transporte público pueden traer beneficios extras, como la disminución de la contaminación o la reducción del congestionamiento del tránsito; sin embargo, diversos estudios recientes indican todo lo contrario. En el Reino Unido, la prevalencia de caminata hacia la escuela decreció 20% en el período entre 1977 y 1991, en tanto que este porcentaje aumentó a un 40% en los EE.UU. En una encuesta realizada en Australia en 2001 se detectó que, entre los adolescentes de 9 a 13 años, el 38% nunca realizó el trayecto hacia la escuela caminando, el 36% lo realiza 1 vez a la semana y el 26% lo hace más de 5 veces por semana.
El presente estudio comenta los resultados de la School Physical Activity and Nutrition Survey (SPANS 2004), que se realizó en NSW, Australia, acerca de los patrones de realización de actividad física en los alumnos, teniendo en cuenta la forma en la que se trasladan desde y hacia la escuela.
Métodos
Diseño. La muestra abarcó niños del jardín de infantes hasta la escuela secundaria. Las entrevistas se realizaron de febrero a mayo de 2004.
Medidas. En todos los casos se debía declarar el sexo, la fecha de nacimiento, la lengua madre, el grado de escolaridad y si residían en zonas céntricas o alejadas de la ciudad. Se contestó por separado de qué manera se trasladaban hasta la escuela y, luego hasta sus hogares, en una semana promedio.
Resultados
Características generales de la encuesta
El promedio de edad para los niños de sexto, octavo y décimo grados fue de 11.3, 13.3 y 15.3, respectivamente. El promedio de concurrencia a escuelas urbanas fue de 80% a 85%. El 85% de los niños declaró que su lengua madre era el inglés y las otras leguas que se hablaban con más frecuencia, luego del inglés, fueron las europeas, de Medio Oriente y asiáticas.
Traslado hacia la escuela: distintos modelos de transporte
La tercera parte de los niños de sexto grado viajaba hasta la escuela en automóvil y una pequeña proporción lo hacía a pie, mientras que cerca del 20% utilizaba el transporte público. De la población secundaria, el 50% se movilizaba en transporte público, en tanto que un 15% a 20% realizaba el trayecto caminando y otro tanto en automóvil. No se hallaron diferencias significativas entre el sexo femenino y el masculino.
También se comparó a los niños de sexto grado de poblaciones rurales con aquellos que habitaban las ciudades y se observó que la mitad del primer grupo se trasladaba en automóvil con respecto a los segundos, y el doble de los primeros utilizaba el transporte público. Sólo el 29% de los niños con residencia urbana se dirigía a pie hasta la escuela, en tanto que este porcentaje en los niños con residencia rural fue del 23% (diferencia no significativa). Si bien en las niñas los porcentajes resultaron muy similares, las diferencias fueron un poco más claras.
En el grupo de los estudiantes secundarios, un mayor porcentaje de los habitantes de zonas rurales utilizó formas activas de transporte. Por otro lado, la mayoría de los residentes en una zona urbana se movilizó en automóvil y, menos, a pie o en transporte público. Ninguna de las diferencias de porcentajes halladas resultó estadísticamente significativa.
En los grupos de sexto grado con menor nivel socioeconómico, la prevalencia de traslados en automóvil fue mucho menor, en tanto que, en el grupo de octavo grado, esta diferencia resultó estadísticamente significativa. Lo mismo sucedió al comparar a las niñas de sexto grado de mayor y menor nivel socioeconómico.
No se pudo definir un patrón común entre el medio de transporte utilizado y las pautas culturales de la población. Sin embargo, las diferencias más marcadas se detectaron en los niños.
En los participantes de sexto grado, la proporción de traslados en automóvil fue mayor en los niños de familias europeas. Por otro lado, los estudiantes de familias provenientes de Medio Oriente utilizaron mucho menos el transporte público y optaron por el automóvil en mayor medida, si se los compara con aquellos de habla inglesa.
Tiempo utilizado en caminar hacia la escuela
El tiempo promedio de caminata hacia la escuela fue de 10 a 15 minutos por día, tanto para las niñas como para los varones. Este promedio fue mucho menor para los niños que realizaban el traslado en el transporte público.
El viaje desde la escuela hacia el hogar
En general, no se detectaron diferencias con el viaje desde el hogar hasta la escuela. Sin embargo, tanto para las niñas como para los varones, el porcentaje de traslado en automóvil descendió un 8% a 10% con respecto al viaje hacia la escuela. Este descenso se correspondió con un aumento similar en la utilización del transporte público o la caminata.
Discusión
Un tercio del total de los niños de sexto grado utilizó el automóvil para trasladarse hacia la escuela, mientras que sólo un cuarto lo empleó desde la escuela hasta el hogar. Los porcentajes de utilización del transporte público o la caminata, desde y hasta la escuela, fueron similares. Estos datos pueden ser alentadores para considerar que, en un futuro, aumente el porcentaje de niños que realiza el trayecto desde y hacia la escuela a pie. Si bien el porcentaje de medios de transporte activos para los niños de poblaciones rurales fue mayor, la muestra de esta población resultó escasa para extraer una conclusión definitiva. Sin embargo, a fin de estimular el uso del transporte público y las caminatas, debería profundizarse en las condiciones sociales y en los patrones de actividad física presentes en las zonas rurales.
Sólo una pequeña proporción de los estudiantes de secundaria concurre a la escuela en automóvil; por lo tanto, no se necesitaría una campaña para incrementar las caminatas o el uso del transporte público. Por otro lado, debe destacarse que fue mayor el porcentaje de estudiantes de secundaria que viaja en automóvil hacia la escuela, que el que lo hace de regreso a sus hogares; así, podrían utilizar sin inconvenientes el transporte público tanto para ir a la escuela como para volver a sus hogares. Según los autores, deberían identificarse más profundamente las razones de este comportamiento.
El tiempo promedio utilizado para caminar hacia la escuela fue de 10 a 15 minutos, y la caminata descendió a 5 minutos cuando se utilizó el transporte público. Si se calcula un promedio de 40 kg y un gasto energético de 3 000/kcal/semana para un niño de sexto grado, y si se tiene en cuenta que las calorías requeridas para caminar son 3 kcal/ kg/h, una caminata promedio de 30 minutos hacia y desde la escuela producirá un incremento de 300 kcal/semana (10%) en el gasto energético. Siguiendo el mismo razonamiento, los niños que cambien los traslados en automóvil por los medios de transporte público incrementarían su gasto energético un 3% en promedio. Si bien este aumento no parecería importante podría significar el aporte hacia un incremento generalizado de la actividad física del niño, mediante la suma de cambios pequeños de conducta dentro de la rutina diaria.
La realización de este estudio, señalan los autores, presenta 2 grandes falencias: por un lado, la complejidad de los cuestionarios que los alumnos mayores debían contestar y, por otro, la gran cantidad de estudiantes que debieron ser excluidos por diferentes motivos. Si bien la cantidad de detalles requeridos por el cuestionario otorgó un grado de dificultad importante, en el caso de obtener los datos completos se logró una aproximación al tema con escasos márgenes de error. De esta manera, un alto número de encuestas debieron ser excluidas debido a la falta de datos completos. Por otro lado, los datos obtenidos pertenecían a una muestra representativa de estudiantes de escuela primaria y secundaria. Las preguntas claras acerca de los medios de transporte y el tiempo empleado en las caminatas permitieron realizar un cálculo aproximado de la contribución que tiene el uso del transporte público en el aumento del gasto energético de los estudiantes.
Es muy probable que se pueda incrementar el número de estudiantes de escuela primaria que concurra a la escuela a pie o utilizando el transporte público, no así en el caso de los alumnos secundarios. La caminata, en lugar del viaje en automóvil, puede aumentar el gasto energético en aproximadamente un 10%, en tanto que utilizar el transporte público lo puede incrementar en un 3%. Según los investigadores, estudiar más profundamente las razones por las cuales los estudiantes de la escuela primaria no utilizan el transporte público puede aportar las claves para poder realizar el cambio.
Especialidad: Bibliografía - Pediatría