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Relación entre el Estado Funcional y la Calidad de Vida de los Pacientes Psiquiátricos.

  • AUTOR:Lafuente Lázaro S, González J, Criado Martín I, Covarrubias Fernández C
  • TITULO ORIGINAL:Desistitucionalización y Calidad de Vida en Pacientes Esquizofrénicos. El Caso de Segovia
  • CITA:Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría 27(100):319-331, 2007
  • MICRO: Es necesario que cada paciente psiquiátrico pueda adquirir el estado funcional que le permite su enfermedad y progresar en ese sentido para limitar el deterioro de la calidad de vida.

Introducción y objetivos

Luego de la reforma psiquiátrica efectuada en 1985 en Segovia, los pacientes internados en hospitales psiquiátricos se reinsertaron en la comunidad donde recibían atención. La reforma requirió la creación de un sistema de atención integral, la maximización de los recursos asistenciales y la creación de servicios de psiquiatría en hospitales generales y de servicios de rehabilitación y estrategias de prevención, entre otros factores.

Según señalan los autores, el concepto de calidad de vida debe incluir indicadores objetivos y subjetivos que permitan evaluar aspectos de la vida y el nivel de bienestar y satisfacción de las personas. En estudios anteriores se halló que la satisfacción de los pacientes no depende del entorno de atención y, además, se informó que los factores predictivos de la calidad de vida subjetiva eran el funcionamiento psicosocial, los síntomas psiquiátricos y la autoestima.

El objetivo del presente estudio fue evaluar la calidad de vida de los pacientes esquizofrénicos, transcurridos 20 años de la reforma psiquiátrica. Además, se evaluaron las variables que podían influir sobre la calidad de vida subjetiva y objetiva.

Pacientes y métodos

Participaron 61 pacientes de 45 a 60 años que residían en Segovia y reunían los criterios para el diagnóstico de esquizofrenia según la Clasificación Internacional de Enfermedades, décima versión (CIE-10). Todos habían estado internados en la Unidad de Hospitalización Psiquiátrica o recibían tratamiento en una unidad de rehabilitación (UR). La población estudiada incluyó a los pacientes más graves y más jóvenes en el momento de la reforma, lo que permitió obtener información sobre la evolución a largo plazo.

Las características sociodemográficas de los participantes se evaluaron mediante un cuestionario autoaplicado, el estado funcional se valoró mediante la Escala de Evaluación de la Actividad Global (EEAG) y para medir la calidad de vida se empleó la versión europea del Perfil de Calidad de Vida de Lancashire (LQOLP-EV). Esta herramienta permite evaluar el bienestar global objetivo y subjetivo, es decir, desde la perspectiva del paciente. El componente subjetivo fue evaluado mediante una escala de satisfacción vital (ESV). Además, se incluyeron dos escalas para medir el estado afectivo y la autoestima de los participantes.

Resultados

El 66% de los participantes era de sexo masculino. La edad estaba comprendida entre los 45 y 60 años, siendo la media 52. Se conformaron tres grupos según el lugar de residencia: el 31%, 23% y 46% vivía en la UR, en la capital de Segovia y en la provincia, es decir, el 31% estaba institucionalizado y el 69% vivía en la comunidad. No se observaron diferencias significativas entre los grupos en términos de edad. No obstante, las mujeres se concentraron mayormente en la UR y los hombres predominaron en la provincia. El 29% y 54% de los pacientes recibió el diagnóstico de esquizofrenia residual y paranoide, respectivamente, en tanto que el 17% restante incluyó a aquellos con diagnóstico de esquizofrenia simple, hebefrenia y no especificada. La media de duración de la enfermedad fue 22 ± 10 años.

De acuerdo con los resultados de la EEAG, los pacientes presentaban síntomas o dificultades moderadas para el desempeño social y laboral, que se correspondió con un puntaje medio de 56 ± 16. El 60% de los participantes que obtuvo un puntaje menor de 40, es decir, que presentaba trastornos más graves en diferentes áreas de funcionamiento, residía en la UR. Todos los pacientes que presentaron un puntaje mayor de 60 correspondiente con sintomatología moderada residían en la capital o la provincia. Es posible que la dependencia institucional afecte el funcionamiento de los pacientes o que éstos hayan requerido institucionalización debido a que sufrieron un deterioro paulatino durante su estadía en la comunidad.

No se observó una diferencia significativa de cantidad de años de evolución de la enfermedad según el lugar de residencia. No obstante, la dependencia institucional se asoció con la reducción del estado funcional del paciente. No se verificó una relación significativa entre el funcionamiento, la edad y el sexo. El 80%, 10% y 10% de los pacientes era soltero, casado o separado, respectivamente. El 20% tenía hijos. Entre los pacientes que residían fuera de la UR, el cuidador principal era la madre, generalmente anciana y residente en la provincia. Esto agrega dificultad a la tarea de cuidado de los pacientes.

De acuerdo con el resultado del LQOLP-EV, el 12% de los pacientes tenía un trabajo. En la ESV, los sujetos consideraron que el puntaje correspondiente a su satisfacción era 5.94 ± 0.96 en una escala de 1 a 7. El puntaje medio final de la ESV fue de 4.58 ± 0.83. Según los resultados, los pacientes refirieron mayor satisfacción respecto de la seguridad, seguida por la familia, la religión, el ocio, el alojamiento, la salud, las relaciones sociales y, por último, las finanzas. Los pacientes residentes en la UR fueron los que refirieron el mayor grado de satisfacción con la religión y el menor grado de satisfacción con la seguridad y la familia en comparación con el resto de los participantes. Respecto de la valoración objetiva, no se observó una relación significativa entre el lugar de residencia y las respuestas de los pacientes.

La evaluación del estado de ánimo indicó un nivel medio o bajo; en cambio, la autoestima fue alta. No se hallaron diferencias significativas en términos de autoestima y estado de ánimo según el lugar de residencia de los pacientes. En cuanto a la calidad de vida global, la percepción de los pacientes fue más positiva en comparación con el punto de vista del entrevistador. La diferencia entre ambas perspectivas resultó significativa. Según el entrevistador, la calidad de vida de los pacientes residentes en la UR era más desfavorable frente a los que residían en la provincia. A su vez, ambos grupos tuvieron una calidad de vida desfavorable en comparación con los residentes en la capital. En cambio, la valoración subjetiva fue similar para todos los grupos. Debe destacarse que los pacientes residentes en la UR fueron los que presentaron mayor nivel de desacuerdo frente a la apreciación del observador. Se observó una correlación entre el estado funcional y la calidad de vida.

Según refieren los autores, el estado funcional de los pacientes es el que determina el nivel de calidad de vida evaluada por el observador. A mayor nivel en la EEAG, el paciente podrá tener mejores condiciones de vida. Al analizar el punto de vista de los participantes, la relación entre el funcionamiento y la calidad de vida no fue tan notoria. Por último, se evaluaron los aspectos que mejorarían la calidad de vida de los pacientes. Como resultado se hallaron los siguientes factores principales: dinero, salud, hogar y pareja. No se observaron diferencias significativas al respecto entre los pacientes según el lugar de residencia, el sexo, la edad o el diagnóstico.

Discusión

La fuente principal de cuidado para los pacientes esquizofrénicos es la familia. Resulta destacable que el 31% de los participantes residía en la UR. Esto se debería a las dificultades de reinserción en la comunidad debido a la falta de cuidadores. En cuanto a los pacientes que ingresaron a la UR luego de la reforma, en general los motivos se relacionaron con el fallecimiento o la dificultad de los cuidadores para cumplir su tarea.

Respecto de la calidad de vida, el instrumento de evaluación empleado permitió valorar aspectos subjetivos y objetivos. Aún no se definió la correlación entre ambos aspectos: mientras algunos autores refieren que los aspectos subjetivos y objetivos no se reflejan adecuadamente entre sí, otros proponen que existe concordancia entre ambos. Esto se daría especialmente en el caso de los pacientes que tienen capacidad adecuada de introspección. Los resultados del presente estudio tampoco permiten obtener conclusiones definitivas al respecto. La conclusión de los autores fue que, a medida que aumenta el estado funcional, disminuye la discrepancia entre ambas valoraciones.

Debe destacarse que existen diferentes definiciones del concepto de calidad de vida, que no se refiere únicamente a la percepción del individuo sobre su estado. Es decir, la calidad de vida también puede entenderse externamente. Por este motivo, en el presente estudio se aplicaron parámetros de evaluación desde el punto de vista del paciente y de un observador. De acuerdo con el punto de vista del entrevistador, pueden definirse dos variables que afectan la calidad de vida: el estado funcional y el lugar de residencia. No obstante, este último influye sobre el estado funcional y la dependencia institucional cobra importancia al respecto. En cambio, la satisfacción del paciente sobre su propio estado no se relacionó con ninguna variable excepto el estado funcional. Es decir, los pacientes consideran que tienen una calidad de vida adecuada a pesar del lugar donde viven.

Se plantea entonces la necesidad de elección de la valoración objetiva o subjetiva de la calidad de vida. Los autores proponen que ambos criterios no son mutuamente excluyentes sino complementarios: mientras la valoración subjetiva permite conocer la percepción y satisfacción del paciente respecto de su vida, el punto de vista objetivo de un entrevistador apunta a las facultades que debería tener el paciente para crecer en la sociedad. El grado elevado de satisfacción que manifiestan los pacientes institucionalizados se relacionaría con la evaluación de la calidad de vida según sus necesidades y objetivos. Tanto las necesidades como los objetivos de los pacientes se ven afectados por la enfermedad, especialmente en presencia de síntomas negativos e institucionalización, y por la convivencia con otros pacientes.

Los pacientes residentes en instituciones psiquiátricas presentaron el mayor nivel de discrepancia entre la valoración subjetiva y objetiva de su calidad de vida. En cambio, aquellos que vivían en la capital presentaron un nivel elevado de concordancia entre ambas valoraciones y, en consecuencia, el mayor potencial de crecimiento. Es necesario que cada paciente pueda adquirir el estado funcional que le permite su enfermedad y progresar en ese sentido. De este modo se limitará el deterioro de la calidad de vida.

Especialidad: Bibliografía - Psiquiatría

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