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La Ansiedad y Depresión se Asocian con un Estilo de Vida no Saludable en Pacientes con Riesgo de Enfermedad Cardiovascular

  • AUTOR : Bonnet F, Irving K, Terra JL y colaboradores
  • TITULO ORIGINAL : Anxiety and Depression are Associated with Unhealthy Lifestyle in Patients at Risk of Cardiovascular Disease
  • CITA : Atherosclerosis 178(2):339-344, Feb 2005
  • MICRO : La depresión y ansiedad se asocian con varios hábitos desfavorables en sujetos con mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.

Introducción

A pesar del mejor tratamiento agudo y crónico, la enfermedad cardiovascular constituye la principal causa de morbilidad y mortalidad en el mundo occidental. Se han identificado numerosos factores de riesgo cardiovascular asociados con el estilo de vida y desde entonces se ha puesto especial énfasis en promover cambios saludables en la dieta y en estimular la actividad física y la interrupción del hábito de fumar, en términos de prevención primaria y secundaria de enfermedad coronaria. Sin embargo, la adhesión prolongada a estas modificaciones es un punto crucial. Un estudio reciente mostró en pacientes con enfermedad coronaria establecida una elevada prevalencia de hábitos no saludables y escaso cumplimiento de las recomendaciones vigentes .

El objetivo del presente estudio fue identificar una posible asociación entre ansiedad y depresión y el comportamiento en un amplio grupo de individuos con riesgo elevado de presentar enfermedad cardiovascular. Para ello se creó una escala que permitió reflejar el cumplimiento de las pautas de salud.

Métodos

Se incluyeron todos los pacientes consecutivos asistidos entre 1996 y 2000 en el Centre for Prevention and Detection of Atherosclerosis. Todos los participantes (n: 1 612) presentaban al menos un factor convencional de riesgo cardiovascular y estaban en programas de prevención primaria de enfermedad coronaria. Completaron un cuestionario estructurado que permitió conocer antecedentes personales y familiares, características sociodemográficas, tabaquismo, consumo de alcohol, patrón de actividad física y medicaciones recibidas.

Se tuvo en cuenta el consumo de alcohol en g/día, la ingesta de calorías diarias y el porcentaje de proteínas, carbohidratos y lípidos (ácidos grasos saturados, ácidos grasos monoinsaturados y ácidos grasos poliinsaturados). Se calculó el índice de masa corporal (IMC) y se consideró con obesidad a aquellos enfermos con un IMC de 30 kg/m2 o más alto. Se determinó el patrón de lípidos en sangre y se estableció diabetes en presencia de glucemia en ayunas de 1.26 g/l o más, así como en pacientes tratados con fármacos antidiabéticos.

La sintomatología ansiosa y depresiva se conoció mediante la escala Hospital Anxiety and Depression (HAD), de 14 secciones. Aunque no discrimina entre varios tipos de depresión o ansiedad ni permite dilucidar la naturaleza primaria o secundaria del trastorno, es útil para identificar la existencia de síntomas y evaluar su gravedad. Los pacientes debieron completar la escala según sus emociones durante la última semana. Los resultados de las dos subescalas se interpretaron separadamente. Se creó un puntaje de comportamiento no saludable con la finalidad de investigar la magnitud de falta de cumplimiento de las recomendaciones en términos de dieta, tabaquismo y actividad física.

Resultados

En comparación con las mujeres, los hombres fueron más frecuentemente fumadores y refirieron ingesta excesiva de colesterol y calorías. En cambio, las pacientes de sexo femenino realizaban menor actividad física. La prevalencia y gravedad de ansiedad y depresión también difirieron entre enfermos de ambos sexos, ya que ambas patologías fueron más frecuentes en mujeres. No se registró una relación significativa entre el puntaje de la escala HAD de depresión o ansiedad y la edad.

El grado de trastornos psicológicos no se asoció con ningún factor de riesgo cardiovascular en hombres, entre ellos hipertensión, dislipemia, diabetes, obesidad e historia familiar de enfermedad cardiovascular. Sin embargo, se correlacionó con la presencia de obesidad y diabetes en mujeres.

En varones, la depresión y ansiedad se asociaron significativamente con una dieta no saludable; cuanto más graves los trastornos psicológicos, más desfavorable la dieta en términos de salud. Específicamente, la presencia de ansiedad y depresión se asoció con mayor ingesta de colesterol y menor consumo de ácidos grasos poliinsaturados. Más aun, en hombres y mujeres, los síntomas depresivos se acompañaron de una mayor ingesta calórica en comparación con individuos sin depresión. El consumo de alcohol fue significativamente mayor en mujeres con depresión respecto de aquellas sin este síntoma.

La ansiedad y depresión se asociaron sustancialmente con tabaquismo en hombres mientras que sólo la depresión se acompañó de dicho hábito en mujeres. Cuanto mayor la sintomatología ansiosa o depresiva, mayor la tendencia a inactividad física, tanto en hombres como en mujeres.

El puntaje global de comportamiento no saludable -en función de los tres parámetros de conducta- fue significativamente superior (más desfavorable) en hombres que en mujeres para cada categoría de estado psicológico. En ambos sexos se constató un incremento significativo en el puntaje global, fenómeno que refleja mayor desviación desde un estilo de vida saludable cuanto mayor el nivel de ansiedad y depresión. Sin embargo, la influencia de la ansiedad sobre el valor global de este modelo fue más moderada en mujeres que en hombres mientras que se constató una fuerte asociación entre la presencia de depresión y el puntaje global de comportamiento no saludable en ambos sexos.

El análisis multivariado reveló que en hombres y mujeres, la presencia de ansiedad o depresión se asoció independientemente con un puntaje mayor de hábitos desfavorables de estilo de vida, aun después del ajuste según diversos factores de confusión.

Discusión

El estudio señala en una amplia muestra de pacientes con elevado riesgo cardiovascular una asociación entre la ansiedad y depresión, y un agrupamiento de factores desfavorables de estilo de vida. En particular, los enfermos con dichas alteraciones psicológicas tienden a ser menos activos físicamente, a cumplir menos con las recomendaciones de una dieta adecuada y a fumar más.

La ansiedad y depresión se asociaron sustancialmente con mayor ingesta de colesterol y de calorías, con mayor prevalencia de tabaquismo y con una vida sedentaria. Por su parte, la magnitud de la inactividad física se correlacionó fuertemente con la gravedad de la ansiedad y de la depresión en ambos sexos, posiblemente por información insuficiente acerca de los beneficios de la actividad física o por falta de motivación. En forma llamativa, al contrario de lo que podría esperarse, la ansiedad no se acompañó de mayor adhesión a un estilo de vida saludable. Obviamente, el distrés emocional afecta adversamente el cumplimiento de todas las pautas que influyen de manera positiva sobre el riesgo cardiovascular. La identificación de los pacientes con alteraciones psicológicas podría ser de ayuda para dirigir intervenciones específicas y mejorar entonces la evolución, concluyen los expertos.

Especialidad: Bibliografía - Cardiología

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