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Consecuencias de la Hipertensión y la Hipertensión Asociada con la Intolerancia a la Glucosa en la Lesión Miocárdica Isquémica
- AUTOR : Mozaffari MS y Schaffer SW
- TITULO ORIGINAL : Effect of Hypertension and Hypertension-Glucose Intolerance on Myocardial Ischemic Injury
- CITA : Hypertension 42(5):1042-1049, Nov 2003
- MICRO : La hipertensión sola o junto con la intolerancia a la glucosa no produce mayor susceptibilidad del corazón a la muerte celular inducida por isquemia en animales de experimentación.
Introducción
La enfermedad cardiovascular es una causa de muerte importante en los pacientes diabéticos. Los expertos coinciden en que el motivo principal sería la aparición de insuficiencia cardíaca congestiva. La presencia de miocardiopatía diabética preisquémica independiente de la enfermedad coronaria contribuiría a la elevada tasa de mortalidad en los pacientes diabéticos. Otros factores que también cooperarían son la remodelación ventricular anormal y la mayor predisposición al daño por isquemia-reperfusión. El corazón de los animales que presentan diabetes grave es más susceptible de lesión isquémica por el aumento en el estrés oxidativo y el daño relacionado con eicosanoides, la acumulación de productos metabólicos de desecho, la disfunción vascular y la alteración en la producción de ATP por glucólisis. Aunque los resultados de las diferentes investigaciones fueron atribuidos a los efectos de la diabetes, el impacto de los trastornos coexistentes recibió menos atención. Un trastorno con frecuencia asociado a la diabetes es la hipertensión sistémica. Los diferentes mecanismos patogénicos pueden agravar la lesión isquémica por la sobreimposición de hipertensión y diabetes de tipo 2. En primer lugar, la coexistencia de ambas patologías lleva a una hipertrofia cardíaca, que aumenta la susceptibilidad de daño por isquemia. En segundo lugar, la hipertensión (HT) se asocia con la activación de mecanismos neurohumorales capaces de exacerbar la lesión miocárdica luego de sufrir la agresión de la isquemia-reperfusión. En tercer orden, la gravedad de la miocardiopatía diabética empeora cuando la diabetes coexiste con HT. Por lo tanto, los autores plantean que la HT sistémica crónica empeora la lesión por reperfusión y revierte la cardioprotección asociada con la intolerancia a la glucosa.
Métodos
El experimento se realizó con ratas a las que se les indujo una tolerancia alterada a la glucosa por medio de la inyección de 90 mg/kg de estreptozotocina y luego se les realizó una nefrectomía derecha. Antes de comenzar el protocolo de isquemia-reperfusión se realizó una prueba de tolerancia a la glucosa para confirmar su intolerancia. Se obtuvieron 4 grupos experimentales: el grupo control normotenso, el grupo normotenso con intolerancia a la glucosa, el grupo control hipertenso y el grupo hipertenso con intolerancia a la glucosa. Luego de la heparinización y la decapitación de los animales se llevó a cabo el protocolo, con un período de oclusión arterial de 40 minutos seguido de un período de reperfusión de 2 horas. Después se inyectó una sustancia fluorescente para delinear la zona de riesgo. El área en riesgo (zonas no fluorescentes) y el área infartada se determinaron mediante un sistema computarizado. El volumen de ambas áreas se calculó por la multiplicación del área por el grosor de la muestra. El tamaño del infarto se expresó como el porcentaje de la zona en riesgo que resultó infartada.
Resultados
Los niveles de glucosa en ayunas aumentaron levemente en las ratas tratadas con estreptozotocina; pero luego de la prueba de tolerancia oral los valores se elevaron. Los animales normotensos con intolerancia a la glucosa desarrollaron una elevación mucho mayor que los hipertensos de los niveles séricos de glucosa tras la prueba. Cabe señalar que, a pesar de que el grupo de animales hipertensos con intolerancia a la glucosa en general presentó valores de presión arterial mayores que los del grupo de hipertensos, esta diferencia no alcanzó significación estadística.
El ritmo cardíaco fue similar en los dos grupos de ratas normotensas y en el grupo de animales hipertensos con intolerancia a la glucosa, pero en el grupo control hipertenso fue menor. La hipertensión sistémica se asoció con hipertrofia ventricular. El índice de flujo coronario fue menor en los dos grupos de ratas hipertensas (4.8 ± 0.4 en el grupo control vs. 5 ± 0.3 en el grupo con intolerancia a la glucosa) en comparación con los grupos normotensos. La oclusión de la arteria coronaria izquierda principal llevó a un gran descenso en el flujo coronario en los corazones de los 4 grupos, aproximadamente entre un 57% y 72% al final de los 40 minutos. La liberación de la oclusión se asoció con elevación transitoria del índice de flujo coronario (10% aproximadamente), con el aumento del flujo a los 2-4 minutos de la reperfusión, seguido de una disminución progresiva de la circulación coronaria. Para el final del período de reperfusión, el índice de flujo coronario fue del 15% al 18% del comienzo del estudio en los 4 grupos experimentales.
Las ratas hipertensas presentaron un aumento del área en riesgo en los 40 minutos de isquemia y las 2 horas de reperfusión con una presión de poscarga de 100 cm H2O. Sin embargo, esta diferencia fue significativa sólo al comparar el grupo de ratas normotensas con intolerancia a la glucosa con los dos grupos hipertensos. La zona infartada fue mayor en el grupo control normotenso en comparación con los otros 3 grupos; esta diferencia fue significativa entre el control normotenso y ambos grupos de ratas con intolerancia a la glucosa, tanto normotensas como hipertensas. El tamaño de la zona infartada fue menor en los dos grupos de ratas con intolerancia a la glucosa en relación con el grupo control normotenso. El tamaño menor del infarto en el corazón hipertenso fue inesperado, por lo que se aumentó la presión de poscarga a 160 cm H2O. De esta manera, aumentó el tamaño del infarto en los corazones hipertensos. Así se eliminó la diferencia observada entre el control hipertenso y el normotenso. Incluso con una mayor presión de poscarga, el grupo de ratas hipertensas con intolerancia a la glucosa presentó un área infartada menor que el grupo control.
En los dos grupos de ratas normotensas la isquemia se asoció con disminución de las contracciones por minuto, pero la reperfusión no produjo una recuperación del ritmo. En los corazones hipertensos se observó un aumento del número de contracciones por minuto a lo largo del protocolo. Otro trastorno que se presentó en el corazón isquémico fue la alteración de la función diastólica. Este defecto resultó más importante en ambos grupos de ratas hipertensas. Las anomalías del ritmo cardíaco afectaron los patrones de contractilidad y relajación de los corazones isquémicos y reperfundidos.
Discusión
Uno de los hallazgos importantes de este estudio señala que la función mecánica del corazón hipertenso reperfundido resultó gravemente alterada. Una observación sorprendente es que la escasa recuperación de la función contráctil no se reflejó en el tamaño del infarto. Este estudio sostiene que la presión de poscarga es un factor determinante del tamaño del infarto en el corazón hipertenso e hipertrofiado. También queda claro que los factores que regulan la función contráctil son diferentes de aquellos que afectan el tamaño del infarto. Según los autores, los datos presentados no respaldan la hipótesis acerca de la cual la hipertensión, sola o en combinación con una alteración de la tolerancia a la glucosa, hace más susceptible al corazón a la muerte celular inducida por isquemia. A pesar de la reducción del tamaño del infarto, la función contráctil posisquemia se encuentra más alterada en el corazón hipertenso con intolerancia a la glucosa que en uno normotenso con intolerancia. Por lo tanto, la superposición de la hipertensión a la intolerancia a la glucosa hace al corazón más susceptible de sufrir defectos en la contractilidad.
Perspectivas
El presente estudio indica que la presión de poscarga es un determinante importante de la lesión miocárdica causada por la isquemia-reperfusión. Una implicancia de este hallazgo refiere que un tratamiento antihipertensivo intenso podría limitar la muerte celular luego de un evento de este tipo. Sin embargo, es más importante la relevancia potencial de estos hallazgos en lo referido a la supervivencia celular. La activación de ciertas vías protege a la célula de la necrosis y la apoptosis. Distintos estímulos, como isquemia o hipoxia, ritmo cardíaco acelerado, estrés térmico, sobrecarga de volumen, estrés osmótico y diversos agentes farmacológicos pueden activar estas vías. La diabetes y la intolerancia a la glucosa pueden influir en estas vías mediante la activación de la proteína quinasa C y la regulación por disminución de la bomba Na+/H+. Aparentemente, el aumento de la poscarga interfiere en la capacidad de las ratas con intolerancia a la glucosa y con hipertensión de activación de estos mecanismos de supervivencia. Según los autores, estos datos revelan la importancia potencial de la hipertensión en la supervivencia celular.
Especialidad: Bibliografía - Cardiología