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Riesgo de Cáncer de Mama entre Pacientes con Mastoplastia Reductora y las Estrategias Empleadas por los Cirujanos Plásticos para Detectar este Cáncer

  • AUTOR : Hage J, Karim R
  • TITULO ORIGINAL : Risk of Breast Cancer among Reduction Mammaplasty Patients and the Strategies Used by Plastic Surgeons to Detect Such Cancer
  • CITA : Plastic and Reconstructive Surgery 117(3):727-735, Mar 2006
  • MICRO : La aparición de cáncer mamario antes no detectado se incrementó entre mujeres que se someten a mastoplastia reductora. La mamografía preoperatoria es el mejor recurso para permitir su descubrimiento oportuno.

Introducción

Según los autores, una de cada 8 o 9 mujeres padecerá cáncer de mama (CM) en algún momento de su vida. Aunque la mastoplastia reductora es uno de los procedimientos más frecuentes de la cirugía plástica, poco se sabe sobre la aparición de esos tumores entre las pacientes sometidas a esta operación. Las estimaciones varían entre 0.005% y 1.66%; por este motivo, propusieron evaluar en forma más precisa el riesgo de CM en mujeres que serán intervenidas.

La probabilidad de hallar un tumor en la pieza operatoria depende de la meticulosidad del estudio preoperatorio para detectarlo. En pacientes propuestas para mastoplastia reductora se debe prestar particular atención a factores de predisposición y antecedentes personales y familiares de CM; además, corresponde realizar un examen mamario cuidadoso. Sin embargo, este último podría no alcanzar para la detección de tumores pequeños, por lo cual convendría indicar mamografía. El papel de este estudio es materia de discusión, como también lo es la edad mínima a la que debe indicarse a una paciente candidata a operarse. Según las pautas de los Países Bajos y el Reino Unido, debe ofrecerse mamografía a toda mujer mayor de 50 años que se operará de mamas en forma electiva; en cambio, la edad mínima se reduce a 40 años para las normas estadounidenses, que no brindan opción sino que la consideran obligatoria. Además, en mujeres menores de 30 años, debido a la baja sensibilidad de la mamografía, se recomienda realizar ecografía. El presente trabajo apunta a evaluar las estrategias empleadas en los Países Bajos para detectar CM entre pacientes a quienes se realizará mastoplastia.

Metodología

Se calculó el número de pacientes que fueron sometidas a mastoplastia reductora entre 1992 y 2003 y fueron integradas en grupos por edad en períodos de 5 años. Se definió tasa cruda de incidencia específica por edad al número total de casos nuevos diagnosticados por 100 000 mujeres en el total de la población femenina del país. Se determinó como tasa de incidencia al número de casos nuevos diagnosticados en una muestra agrupada por edad en tramos de 5 años por cada 100 000 mujeres de ese mismo grupo de edad. Para cada año entre 1992 y 2001 se registró el número de casos de mastoplastias para cada grupo de 5 años y luego se lo multiplicó por la incidencia específica para el grupo de edad correspondiente. El resultado es un estimado del número de casos nuevos de CM entre las pacientes de cirugía reductora. Para mujeres entre 50 y 54 años, resultó ser de 1.3 casos nuevos en el año 2001.

Se envió un cuestionario a 156 cirujanos especialistas y 64 en formación, integrado por las siguientes preguntas: 1) ¿cuántas mastoplastias reductoras realiza por año? 2) ¿Interroga a la familia durante el preoperatorio sobre antecedentes de CM? 3) ¿Pregunta si a la paciente se le realizó mamografía alguna vez? 4) ¿Palpa las mamas antes de la operación en busca de tumores? 5) ¿Indica mamografía preoperatoria? 6) ¿Requiere ecografía mamaria preoperatoria? y 7) ¿Remite la pieza operatoria a anatomía patológica?

Resultados

En el período de 12 años de estudio, la cantidad de operaciones anuales pasó de 5 595 en 1992 a 5 067 en 2003, y la edad promedio, de 30.0 a 37.7 años. La cantidad de mujeres mayores de 50 años aumentó de 9.6% en 1992 a 23% en 2003. La tasa cruda anual de casos nuevos diagnosticados se incrementó de 123.4 por 100 000 en 1992 a 144.2 por 100 000 en 2001. El estimado de CM entre mujeres candidatas a mastoplastia aumentó gradualmente de una aparición esperada de 0.05% en 1992 a 5.5% en 2001. La prevalencia en 1992 era predominante en pacientes entre 45 y 49 años, mientras que en 2001 la mayor frecuencia correspondió al grupo de mujeres entre 50 y 54 años.

El 60% de los cirujanos plásticos consultados respondió al cuestionario; la mayoría realizaba entre 20 y 40 mastoplastias anuales. El 70% preguntaba rutinariamente a la familia sobre antecedentes de CM y 14% jamás lo hizo; los restantes sólo interrogaron a mujeres mayores de 40 años. El 27% interrogaba sobre mamografía, 24% no lo hizo nunca y los restantes sólo preguntaron a pacientes mayores o con antecedentes de CM. El 78% palpó las mamas en busca de tumor y 10% nunca realizó este examen. Sólo un cirujano solicitó mamografía preoperatoria de rutina, pero el 75% nunca pidió este estudio. Las tres cuartas partes de los cirujanos remitieron las piezas operatorias al patólogo y sólo 2% lo omitió siempre.

Discusión

Sobre la base de los estimados, los autores consideran que un CM no detectado previamente podría encontrarse en la pieza operatoria en un caso de cada 900 mujeres sometidas a mastoplastia reductora en el año 2001, lo cual representa el 0.11%. Esta cifra es similar al 0.05 a 0.09 de registros nacionales de países escandinavos que, según opinan, emplearon metodología similar a la de este estudio y también fueron realizados sobre amplios registros nacionales. Destacan que la tasa cruda de incidencia de CM en los Países Bajos se incrementó más de 16% entre 1992 y 2001, mientras la fracción de mastoplastias entre mujeres mayores de 50 años casi se triplicó.

Un defecto potencial de la estrategia para detectar CM entre pacientes de sometidas a mastoplastia es que no se solicitó al cirujano que informara sobre el número posible de tumores entre ellas, y reconocen que la causa fue haber demostrado previamente la imprecisión de la encuesta. El otro defecto residiría en considerar que si sólo 60% de los especialistas contestó el cuestionario, esta proporción resulta relativamente baja para representar a la totalidad de los profesionales dedicados al tema. Mencionan que esto es materia de discusión, dado que si se toman en cuenta las cifras absolutas de la cantidad de operaciones, los cirujanos plásticos del país estarían suficientemente representados.

La mayor parte de quienes respondieron informaron que practicaban entre 20 y 40 mastoplastias anuales, cifra similar a la mediana de otro estudio realizado en Gran Bretaña, por lo cual los autores consideran que las cantidades que utilizan son válidas para obtener conclusiones.

No menos del 31% de los cirujanos señalaron que la mamografía preoperatoria no es necesaria, lo cual contrasta con lo sugerido por la mayoría, que recomienda realizar el estudio a mujeres mayores de 40 años. El 61% de las mujeres de los Países Bajos sometidas a cirugía reductora contaban con menos de 40 años al momento de la operación. De acuerdo con los cálculos estimativos, los autores afirman que aproximadamente el 15% de todos los CM entre pacientes con mastoplastia reductora aparece en este grupo de pacientes jóvenes. Entonces, si la mamografía se limitara a las mujeres mayores de 50 años, quedaría sin ser detectado en el preoperatorio el 44 % de los cánceres ocultos. Se sugirió que la mamografía preoperatoria es beneficiosa para los casos de imposibilidad de examen minucioso por tratarse de mamas péndulas y voluminosas. Además, debe tenerse en cuenta que la mitad de las pacientes asintomáticas y sin tumor palpable presentan enfermedad detectable por radiología. Por otra parte, los CM ocultos pueden hallarse presentes aunque no hubieran sido detectados por estudios preoperatorios o durante el acto quirúrgico, lo cual destaca la importancia de remitir la pieza para estudio histológico. Mientras que el 89% de los cirujanos británicos lo hace, sólo el 75% de los profesionales de los Países Bajos requiere la biopsia del tejido glandular extirpado. La meticulosidad del estudio es la única garantía de no omitir un tumor pequeño. Sin incrementar significativamente los costos, parece colaborar la obtención de una radiografía de la pieza antes de realizar los cortes, para observar lesiones sospechosas que no se palpan.

Conclusiones

La aparición de CM no detectado previamente entre pacientes sometidas a mastoplastias reductoras probablemente se incremente, en especial en mujeres jóvenes de los Países Bajos. Pero también ha aumentado el número de estas operaciones en pacientes mayores de 50 años. Ante este cuadro, se demostró por encuesta que no todos los cirujanos que llevan a cabo estas intervenciones realizan interrogatorios clínicos cuidadosos o exámenes físicos adecuados; tampoco solicitan estudios preoperatorios suficientes, por lo cual los autores recomiendan especialmente que se practiquen mamografías preoperatorias en todas las mujeres mayores de 40 años.

Especialidad: Bibliografía - Cirugía Plástica - Oncología

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