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Prevalencia y Factores de Riesgo de la Intolerancia a Olores Referida por el Paciente: Estudio en la Población de Skövde

  • AUTOR : Johansson A, Brämerson A, Millqvist E y colaboradores
  • TITULO ORIGINAL : Prevalence and Risk Factors for Self-Reported Odour Intolerance: The Skövde Population-Based Study
  • CITA : International Archives of Occupational and Environmental Health 78(7):559-564, Ago 2005
  • MICRO : La intolerancia a los olores es un problema muy frecuente en la población general aunque es mucho más común en mujeres que en hombres. La intolerancia a los olores es un problema muy frecuente en la población general aunque es mucho más común en mujeres que en hombres.

Introducción

La hipersensibilidad a los olores y a las sustancias cáusticas es un motivo habitual de consulta en las ciudades industrializadas. Es común que la alteración se denomine «sensibilidad química»; sin embargo, antes de 1995 no se había publicado la prevalencia del trastorno en la población general. En una encuesta telefónica se comprobó una frecuencia del 33%; 16% de los participantes informaron ser alérgicos o inusualmente sensibles a las sustancias químicas de uso cotidiano. Recientemente se prestó mayor atención al problema y se reconoce como un factor de preocupación creciente en la sociedad actual.

La intolerancia a los olores también suele ser motivo de consulta en clínicas de alergia; de hecho, muchos pacientes con manifestaciones de la vía aérea superior o de la vía aérea inferior refieren sensibilidad muy pronunciada hacia los perfumes, agentes de limpieza, flores, humo del caño de escape de los vehículos y humo del cigarrillo. No es infrecuente que los síntomas de la vía aérea inferior se consideren «símil asma», pero un hallazgo patognomónico en estos sujetos es la ausencia de obstrucción bronquial. Asimismo, las manifestaciones han sido difíciles de identificar mediante valoraciones fisiológicas y el efecto de los fármacos es dudoso.

Las personas con sensibilidad química múltiple posiblemente tengan una hiperreactividad sensitiva (SHR [sensory hyperreactivity]). El nivel de influencia sobre la vida de las personas depende del grado de exposición y de las reacciones que motive en el paciente. Los autores crearon una escala para cuantificar estas consecuencias: la Chemical Sensitivity Scale (CSS), originariamente con 21 preguntas y luego reducida a una forma abreviada de 11 ítem, particularmente sensible para discriminar sujetos con SHR de aquellos sin HRS. El objetivo del trabajo actual consistió en determinar en la población adulta de Skövde la prevalencia de intolerancia a olores (parte 1 de la investigación) y la influencia del síntoma en la vida afectiva y cotidiana del individuo (parte 2 del estudio).

Materiales y métodos

Parte 1

El trabajo se realizó en el contexto de un estudio transverso de población destinado a la evaluación de trastornos otorrinolaringológicos en Suecia. Los autores recuerdan que la comunidad de Skövde está integrada aproximadamente por 49 000 habitantes, 37 000 de ellos adultos. El 67% vive en la ciudad, el 18% en aldeas y el 14% en la campiña. Se seleccionó una población aleatoria de 1 900 sujetos de 20 años o más que se clasificó por edad: 20 a 29; 30 a 39; 40 a 49; 50 a 59; 60 a 69; 70 a 79 y 80 años o más. Se los invitó a participar de un examen de nariz (endoscopia nasal y pico de flujo nasal inspiratorio) y a completar un cuestionario destinado especialmente a conocer si el paciente presentaba secreción nasal, congestión nasal o estornudos.

También se valoró la presencia de tos y de asma en los 12 meses previos. Se interrogó acerca del hábito de fumar. La intolerancia a los olores se clasificó en una escala numérica: 0 (ausencia de síntomas) hasta 3 (síntomas graves). La función olfatoria se conoció con el Scandinavian Odour-Identification Test (SOIT) que incluye 16 olores con 4 respuestas posibles para cada uno de ellos. Según los resultados de esta prueba se definió hiposmia en presencia de 12 puntos o menos y anosmia funcional en pacientes con 9 puntos o menos, independientemente de la edad y el sexo. Por último se calculó el índice de masa corporal.

Parte 2

Las consecuencias de la intolerancia a los olores, afectivas y sobre el comportamiento, se establecieron con la CSS-SHR en la mitad de los sujetos que participaron en la primera parte de la investigación (n: 693), seleccionados aleatoriamente luego de la clasificación según sexo y edad. El puntaje total de la escala osciló de 1 a 55; los valores más altos sugirieron mayor hiperreactividad. El diagnóstico de HRS se estableció en presencia de un puntaje de 43 o más, que se observó se asocia con una sensibilidad y especificidad del 73% y del 97%, respectivamente.

Resultados

El 73% (1 387 de los 1 900 seleccionados) participó en la primera parte de la investigación; 454 (33%) de ellos refirieron intolerancia a los olores; las mujeres estuvieron representadas con exceso en este grupo. Los síntomas respiratorios y el hábito de fumar actual fueron más frecuentes entre sujetos con hipersensibilidad a los olores. El riesgo del trastorno fue mayor en mujeres respecto de varones (odds ratio, OR de 2.0); sin embargo, no se registró mayor riesgo en relación con la edad, tabaquismo actual o alteración en el sentido del olfato, según la escala SOIT.

El 35% de los pacientes refirió otros síntomas, habitualmente cefaleas (72%) y náuseas (16%); el 50% presentó manifestaciones con la luz; el 38% exhibió síntomas moderados y el 12%, manifestaciones graves. No hubo diferencia clara entre hombres y mujeres en relación con el patrón de gravedad de los síntomas.

El 86% de los participantes completó la parte 2 de la investigación. El puntaje promedio de la CSS-SHR fue de 36.5 en mujeres; 32.9 en hombres; 33.7 en jóvenes (20 a 34 años); 34.1 en sujetos de edad intermedia (35 a 54 años); 36.2 en pacientes de 55 o más años y de 34.8 en la cohorte en conjunto. Los valores promedio fueron más altos en los grupos de 50 a 59 años y en aquellos de 60 a 69 años. El puntaje promedio fue de 38.4 en individuos que habían referido previamente intolerancia a olores y de 33.1 en el resto (p < 0.0001).

En total, 111 sujetos cumplieron 43 puntos o más en el CSS-SHR, cifra que indica una prevalencia de 19% de intolerancia a olores con consecuencias afectivas y sobre el patrón de comportamiento de los individuos afectados. En comparación con los pacientes con un puntaje de menos de 43 no se registraron diferencias en términos de edad, aunque el 70% de las mujeres -en comparación con el 50% de los hombres- entró en esta categoría de riesgo (p < 0.001). La probabilidad de puntaje más alto en la CSS-SHR aumentó en pacientes de sexo femenino (OR de 2.3) pero no se detectó incremento del riesgo en relación con la edad, el hábito de fumar actual (OR de 0.5) o las alteraciones olfatorias (OR de 0.8).

Discusión

Los autores comentan que la población de Skövde es representativa de la comunidad global de Suecia, de manera tal que los resultados son generalizables. Los hallazgos del estudio indican que un tercio de la población presenta algún tipo de intolerancia a los olores y que la mitad de ellos muestra síntomas de intensidad moderada o importante. El problema afecta sustancialmente a las mujeres, sin motivos que expliquen la diferencia. Por su parte, el trabajo confirmó que la manifestación afecta considerablemente la calidad de vida de las personas en el 19% de los adultos; seguramente los estudios futuros en niños y adolescentes serán de gran interés para establecer la verdadera prevalencia del trastorno en estas otras poblaciones. Asimismo, concluyen los expertos, es posible que la utilización de pruebas de provocación con capsaicina en pacientes con intolerancia a olores proporcione información adicional importante.

Especialidad: Bibliografía - Clínica Médica

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