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Protegerse de los Rayos UV es Importante, pero hay que Ofrecer Alternativas Seguras para Lograrlo

  • AUTOR : Gonzalez H, Farbrot A, Larkö O y Wennberg AM
  • TITULO ORIGINAL : Percutaneous Absorption of the Sunscreen Benzophenone-3 after Repeated Whole-Body Applications, with and without Ultraviolet Irradiation
  • CITA : British Journal of Dermatology 154(2):337-340, Feb 2006
  • MICRO : Por el momento, la protección solar más inocua es la utilización de ropa adecuada y, como complemento de ésta, el uso de pantallas solares.

Los rayos solares ultravioletas (UV) son los responsables tanto del bronceado como de los daños que pueden generarse en la piel humana. Estos daños consisten en envejecimiento de la piel, fotosensibilidad, daño por radicales libres y cáncer de piel. Para atenuar este efecto, en la década del 20 se crearon los primeros protectores solares, que fueron mejorando en su composición hasta llegar a ser los que actualmente se pueden adquirir en el mercado. Se recomienda que este protector se extienda sobre la mayor parte de la superficie corporal y se repita su aplicación con frecuencia. Estos productos se expenden no sólo bajo la forma de crema para la piel, sino también como suavizantes y productos para el cuidado del cabello.

La benzofenona-3 (BZ-3) es el componente que más frecuentemente se encuentra en este tipo de productos. Como mencionan los autores, estudios previos in vitro determinaron que esta sustancia la absorbe la piel en un porcentaje que varía del 0.4% a 2%, con eliminación urinaria pasadas las 48 horas de su aplicación en la piel.

En este estudio, los investigadores analizaron la absorción cutánea de la BZ-3 luego de aplicaciones seriadas, y determinaron cómo la exposición a los rayos UV influye en esta absorción.

Materiales y métodos

Participaron 25 voluntarios, de los cuales 16 eran mujeres, con una media de edad de 27 años. No se les permitió el consumo de medicamentos ni la exposición solar. Se dividieron en 2 grupos, A y B. De cada participante se calculó la superficie corporal, previa medición del peso y de la talla. Se utilizó un protector solar de venta libre en perfumerías, con un factor de protección solar de 14 y con un contenido de BZ-3 del 4%. Se tomó una muestra de orina de cada uno de los voluntarios antes de la primera aplicación del protector y se determinó que no se hallaban restos de BZ-3. Cada participante recibió una dosis de 2 mg/cm2 de protector para cada aplicación.

Los participantes del grupo A aplicaron el protector 2 veces al día por 5 días. Se recolectó la orina de cada uno en cada micción, se midió el volumen total y se reservó una muestra a -70º C. Luego de la última aplicación del protector solar, se recolectó la orina durante 5 días más.

Por otro lado, los voluntarios que conformaron el grupo B recibieron las mismas instrucciones que los del grupo A pero, además, debieron exponerse a los rayos UV, por medio de una fuente emisora de rayos UVA, en el horario comprendido entre las 9 y las 15. En total, cada uno de los participantes recibió un promedio de entre 400 y 707 J cm-2. También se los expuso a rayos UVB en una dosis de aproximadamente 195 mJ cm-2.

Se analizaron todas las muestras de orina, cada una por separado, para determinar la eliminación de BZ-3.

El estudio se llevó a cabo en el Department of Dermatology, del Sahlgrenska University Hospital de Suecia.

Resultados

Los autores encontraron una gran variación en los niveles totales de excreción de BZ-3 en orina, a pesar de que se compensaron las diferentes cantidades de protector que recibió cada participante. En promedio, la eliminación urinaria de BZ-3 varió de entre el 1% a 2% hasta el 7% a 8%, en el término de los 10 días de recolección. No se demostró que la exposición solar variara la eliminación de BZ-3 por orina. La diferencia entre ambos grupos no fue significativa (p < 0.99).

Para mejorar la solubilidad del BZ-3, se metaboliza a través de un paso hepático y se conjuga con ácido glucurónico. En este estudio se midió la eliminación de ambas formas (la conjugada y la no conjugada). La forma no conjugada se presentó en orina en mucha menor cantidad y alcanzó porcentajes de eliminación de 0.1% a 0.7%. Las mediciones de BZ-3 en orina correspondientes a los 5 días de no aplicación del protector mostraron que la eliminación de esta sustancia había aumentado considerablemente hasta alcanzar niveles de entre 5 mg a 15 mg.

Discusión

La dosis recomendada de protector solar es de 2 mg cm-2. Como en este estudio los autores investigaron la eliminación renal de BZ-3 luego de la aplicación corporal de un protector solar, intentaron siempre respetar esta dosis, lo cual derivó en cantidades totales diferentes de protector solar aplicado sobre la piel, de acuerdo con las superficies corporales variables de los participantes. La media de eliminación de BZ-3 en orina fue de 3.7%, lo que representó un valor superior al encontrado en mediciones previas. El uso prolongado y reiterado de BZ-3 aumenta las posibilidades de eliminación por orina. Este dato es muy importante si se tiene en cuenta que estos productos son de uso muy común en niños pequeños. Cobra importancia también el hecho de que los niños menores de 1 año tienen una superficie corporal proporcionalmente mayor que la de los adultos, lo que conlleva mayor absorción del BZ-3. Esta sustancia, destacan los autores, podría presentar un efecto estrogénico, aunque este hallazgo aún es motivo de discusión.

La absorción de la BZ-3 fue evaluada por otros investigadores que abarcaron una variedad mayor de productos (BZ-3, octil metoxicinamato y 3-[4-metil-benzilideno] camfor), aunque no estimaron la cantidad de sustancia absorbida a través de la piel. Uno de los estudios determinó que se excreta por orina aproximadamente el 1% de la dosis de BZ-3 aplicada sobre la piel. Sin embargo, las dosis de protector solar fueron menores a las utilizadas en este estudio. Por otro lado, los investigadores señalan que, al repetir las aplicaciones de protector solar, los porcentajes de absorción y de eliminación de la BZ-3 aumentan.

También comentan que al dosarse solamente la excreción urinaria de esta sustancia, se podría estar subestimando su eliminación ya que existen otras vías de egreso del organismo luego de su absorción por vía cutánea.

Otro punto que se investigó fue la modificación que pudiera haber en la absorción de la BZ-3 cuando existe exposición a los rayos UV. La exposición a la que se sometió a los voluntarios fue la suficiente para no producir daño en la piel, aunque no fue tan alta como la que realmente podrían recibir a diario. No se encontró diferencia significativa entre la absorción de la BZ-3 del grupo expuesto a los rayos UV y la correspondiente al grupo que no recibió rayos UV. Una explicación posible podría ser que la exposición a estos rayos se producía durante el mediodía, mientras que la aplicación de la BZ-3 sucedía a la mañana y a la noche. Esto tal vez no permitía que la piel absorbiera adecuadamente la sustancia para disminuir el efecto de los rayos UV. Por otra parte, los autores comprobaron que la temperatura no alteró la absorción de la BZ-3, como también se verificó en estudios previos.

La conjugación de la BZ-3 con el ácido glucurónico ya había sido demostrada. En este estudio se confirmó que esta fracción es la que se excreta en mayor cantidad por orina. El proceso de glucuronización es diferente en adultos y en niños, y a su vez es mucho menor en los niños de 13 a 24 meses. Este proceso permite la eliminación de la BZ-3 y la disminución de su toxicidad. Es importante, entonces, evitar el uso de protectores solares con BZ-3 en niños pequeños, ya que podría acumularse en el hígado, en el bazo, en los riñones y en los testículos, como fuera demostrado en un estudio con ratas.

Los autores refieren que, más allá de la cantidad total de protector solar aplicado sobre la piel, existen otros factores que podrían influir en la absorción final de la BZ-3. Por un lado, el mecanismo de glucuronización, con diferencias en la actividad del sistema enzimático citocromo P450 de cada individuo. Por otro, las características propias de la piel de cada individuo, ya que aquellas que son secas absorben los productos con más avidez.

Este estudio también evaluó la eliminación de BZ-3 más allá de la última aplicación. Los participantes continuaron eliminando esta sustancia luego de 5 días de haber suspendido su aplicación. En investigaciones previas se determinó que los participantes eliminaban esta sustancia durante 48 horas luego de una aplicación única sobre la piel.

Los autores concluyen que protegerse de los rayos UV es importante, pero hay que ofrecer alternativas seguras para lograrlo. Por el momento, la protección más inocua es la utilización de ropa adecuada y, como complemento de ésta, el uso de protectores solares.

Especialidad: Bibliografía - Dermatología

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