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Analizan la Relación entre Indice de Masa Corporal y Osteoporosis
- AUTOR : Asomaning K, Bertone-Johnson ER, Nasca PC y colaboradores
- TITULO ORIGINAL : The Association between Body Mass Index and Osteoporosis in Patients Referred for a Bone Mineral Density Examination
- CITA : Journal of Women’s Health 15(9):1028-1034, Nov 2006
- MICRO : Las mujeres con menores índices de masa corporal muestran mayor riesgo de fracturas; por lo tanto, los médicos deben aconsejar a sus pacientes que mantengan un peso normal.
La enfermedad ósea más frecuente en los EE.UU. es la osteopenia con más de 13 millones de mujeres blancas afectadas. La osteoporosis (OP) se caracteriza por densidad mineral ósea reducida y elevado riesgo de fracturas. Esta última es su consecuencia más grave y causa importante de impotencia funcional y mortalidad en ancianos.
El índice de masa corporal (IMC) podría asociarse con riesgo de OP. Los individuos con bajo IMC tienen escasos depósitos de grasa corporal y menores niveles de estrógenos, que son los que previenen la pérdida del tejido óseo. Por otra parte, la grasa corporal podría amortiguar la caída y prevenir las fracturas. Existen pocas investigaciones al respecto y la mayoría evaluaron otros factores de riesgo como edad, peso, raza, antecedentes maternos de fracturas y empleo de suplementos cálcicos.
El Osteoporosis Self-assesment Tool es una herramienta que utiliza la edad y el peso, de fácil implementación y que sirve para calcular el riesgo de fracturas. Algunos investigadores demostraron que el bajo peso predice baja densidad mineral ósea (DMO), definida en el estudio como T-score ≤ -3.5. Las mujeres con peso entre 59 y 66 kilos tuvieron 3 veces más riesgo de fracturas en comparación con aquellas con más de 66 kilos. El IMC es mejor predictor de OP que el peso solo, dado que refleja mejor la composición corporal.
Los autores realizaron un estudio transversal en mujeres evaluadas con un examen mineral óseo (densitometría), atendidas en el Baystate Hospital, al oeste de Massachusetts.
Materiales y métodos
Fueron elegidas las mujeres entre 50 y 84 años que realizaron una densitometría entre octubre de 1998 y septiembre de 2000. Las pacientes fueron dividas según las definiciones de la Fundación Nacional de Osteoporosis y la Organización Mundial de la Salud. En una visita fueron sometidas a 2 exámenes óseos de cadera y 1 de columna lumbar. Se consideró OP a la medición por debajo de 2.5 desvíos estándar (DE) del promedio de mujeres de la misma raza. La osteopenia fue definida como la disminución entre 1 y 2.5 puntos del DE del mismo promedio. Se diagnosticó la enfermedad cuando se observó OP en cadera o columna. La presencia de osteopenia en cadera o columna lumbar, también diagnosticó el trastorno. La ausencia de osteopenia u OP en ambos sitios estableció normalidad. La densidad ósea se determinó mediante densitometría, el método estándar de diagnóstico. Se determinó el peso y la altura en todas las participantes. Las mujeres debieron completar un cuestionario de preguntas respecto de diferentes factores de riesgo, que no indagó acerca de factores de riesgo secundario de OP como tratamiento previo con esteroides, enfermedad renal crónica y disfunción paratiroidea.
Las mujeres fueron clasificadas en 4 categorías según su IMC: 1) bajo (< 19 kg/m2), moderado (19 a 25 kg/m2), elevado (25 a 30 kg/m2) y obesidad (≥ 30 kg/m2). También fueron divididas según otros factores potencialmente asociados con el IMC y la DMO (por ejemplo, la edad, el estado actual de salud y los antecedentes de terapia de reemplazo hormonal [TRH]).
Los autores evaluaron la relación entre los factores de riesgo y las categorías de DMO a través de la prueba de Pearson´s chisquare. También evaluaron la relación entre el IMC y la DMO según otras variables como la edad (< y > de 60 años), el consumo de calcio o la adicción a drogas por vía intravenosa y el estado de salud actual (excelente, muy bueno, bueno versus regular, malo y deplorable). En todos los casos se consideró significativo un valor de p < 0.05.
Resultados
Ciento cincuenta y cinco mujeres con OP, 182 con osteopenia y 169 con DMO normal respondieron el cuestionario. El 7%, 16% y 30% de las participantes más ancianas (entre 75 y 84 años) presentaron valores de DMO normales, de osteopenia y de OP, mientras que en las más jóvenes (entre 50 y 64 años) estos valores fueron de 64%, 33% y 34%, respectivamente. Se observaron tendencias similares entre mujeres que consumían suplementos cálcicos y aquellas que no lo hacían. Las participantes que recibían TRH y aquellas no tratadas mostraron los siguientes resultados de DMO: 57% normal, 48% osteopenia y 31% OP, respectivamente, versus 43%, 52% y 68% para las mismas categorías.
El IMC estuvo inversamente asociado con las categorías de DMO con una tendencia linear significativa (p < 0.0001) luego de realizar ajustes por edad, consumo de calcio/vitamina D, TRH, medicación para la OP y otros factores. El odds ratio comparó OP versus osteopenia/normal y OP/osteopenia versus normal.
Discusión
Los autores observaron una relación indirecta entre el IMC y el riesgo de OP. Las mujeres con menor IMC mostraron riesgo significativamente mayor de OP en comparación con las pacientes con peso normal. Esta relación persistió luego de realizar ajustes por edad, estado de salud actual, uso previo de calcio y vitamina D, TRH y consumo de medicamentos para el tratamiento de la OP.
Existen 2 mecanismos propuestos para explicar la relación entre el IMC, la OP y el riesgo de fractura: primero, la grasa corporal protege indirectamente la pérdida ósea al brindar una fuente y un depósito de conversión periférica de androstenediona, el metabolito activo del estrógeno (estrona). Cuando el depósito es deficiente, aumenta el índice de recambio óseo que determina la mayor pérdida ósea. Segundo, se estima que los individuos obesos alcanzan mayor grado de DMO cuando son jóvenes en comparación con sujetos delgados. Estos individuos son menos propensos a presentar OP durante la vejez.
Según los resultados obtenidos por los autores, el aumento de 1 punto del IMC se asoció con descenso del 12% de riesgo de OP. Otros investigadores también observaron estos resultados. Además, la proporción de mujeres con pérdida de DMO aumenta con la edad, con 4 veces mayor riesgo de pérdida ósea en pacientes mayores de 75 años en comparación con participantes de entre 50 y 64 años. La pérdida de la DMO se produce rápidamente en los primeros años posteriores a la menopausia. Las mujeres con más de 5 años de menopausia tienen una pérdida anual de la DMO de 1% a 2%. Se recomienda mantener un IMC saludable y evitar ubicarse debajo del peso recomendado para reducir los efectos propios de la edad sobre la DMO. El IMC corporal es el mejor predictor de OP en comparación con el peso solo, dado que determina con mayor precisión la composición del peso.
Los investigadores no pudieron evaluar la relación temporal entre el IMC y la DMO debido a que se determinaron al mismo tiempo. La OP quizá aparece antes de que los pacientes ancianos alcancen valores estables de IMC.
En conclusión, señalan los expertos, el personal de la salud debe prestar mayor consideración al tamizaje de la OP en mujeres posmenopáusicas que tienen menor peso que el recomendado para su altura. Además, debe aconsejarse a las pacientes acerca de las ventajas de la actividad física y la importancia de remover aquellas cosas que aumenten el riesgo de accidentes domiciliarios. Si bien no debe recomendarse la obesidad o el sobrepeso como una estrategia para mantener la DMO, la relación estrecha entre la baja DMO y el IMC reducido destacan la importancia de no permitir que los pacientes ancianos presenten peso inferior al recomendado.
Especialidad: Bibliografía - Endocrinología