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Confirman Mayor Riesgo Cardiovascular en Mujeres con Síndrome de Ovario Poliquístico por Aumento de Aldosterona
- AUTOR : Cascella T, Palomba S, Orio F y colaboradores
- TITULO ORIGINAL : Serum Aldosterone Concentration and Cardiovascular Risk in Women with Polycystic Ovarian Syndrome
- CITA : Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism 91(11):4395-4400, Nov 2006
- MICRO : Los niveles de aldosterona en mujeres con síndrome de ovario poliquístico son más altos dentro de lo normal y se asocian con alteraciones metabólicas que exponen a mayor riesgo de presentar enfermedades cardiovasculares.
El síndrome de ovario poliquístico (SOP) es una de las enfermedades endocrino-metabólicas más frecuentes, afecta a mujeres en edad reproductiva y sus principales características son la resistencia a la insulina (RI), la presencia de anovulación crónica y el hiperandrogenismo. Se considera una enfermedad metabólica, asociada con aumento del riesgo a largo plazo para presentar otras patologías, como diabetes mellitus tipo 2 y enfermedad cardiovascular (ECV).
Se ha demostrado que la aldosterona es un factor de riesgo para ECV, ya que participa en la fisiopatología de la hipertrofia ventricular izquierda, la hipertensión arterial y la insuficiencia cardíaca al promover fibrosis vascular y miocárdica, alteración en la distensibilidad arterial y remodelación cardíaca. Estos cambios mediados por la aldosterona serían iniciados por un estado de activación inmunitaria, estrés oxidativo, inflamación y un fenotipo profibrinogenético; además, la prevalencia de síndrome metabólico, intolerancia a la glucosa y diabetes es mayor en presencia de niveles altos de aldosterona.
En el presente trabajo se evaluaron los niveles de aldosterona en pacientes con SOP, además de analizar su posible relación con algunos marcadores tempranos de aterosclerosis y factores de riesgo de ECV.
Pacientes y métodos
El estudio se llevó a cabo con la correspondiente aprobación ética y las participantes firmaron un consentimiento informado antes del ingreso.
Pacientes. Fueron incluidas 50 pacientes con diagnóstico de SOP, efectuado de acuerdo con la European Society for Human Reproduction (ESHRE) y la American Society of Reproductive Medicine (ASRM), según las cuales se requiere la presencia de al menos 2 criterios de una lista que incluye oligoanovulación, signos clínicos o bioquímicos de hiperandrogenismo, ovarios poliquísticos y ausencia de otras etiologías. Fueron excluidos los casos con síndrome de Cushing, embarazo, hiperprolactinemia, hipotiroidismo, hiperplasia suprarrenal congénita, tumores productores de andrógenos e hipertensión; al igual que las mujeres con uso actual o en los meses previos de anticonceptivos orales, glucocorticoides, inductores de la ovulación, antiandrógenos, medicación para diabetes, obesidad, hipertensión, antiinflamatorios y otros agentes hormonales. Tampoco se incluyeron pacientes con antecedentes de neoplasias o de otras enfermedades clínicas, cardiovasculares o metabólicas.
Como grupo control se seleccionaron 50 mujeres sanas, similares en edad e índice de masa corporal (IMC), pareadas con los casos de SOP cuando presentaban diferencias entre sí menores de 2 años de edad o 1 kg/m2 de IMC. Estas participantes fueron evaluadas mediante examen clínico, análisis de laboratorio, ecografía transvaginal y dosajes de progesterona plasmática durante la fase lútea.
Ninguna de las mujeres incluidas consumía alcohol o tabaco. Todas realizaban actividad física y presentabas pruebas por vía oral de tolerancia a la glucosa normales, con cifras de IMC superiores a 18 kg/m2.
Protocolo de estudio. Se efectuaron evaluaciones basales de hormonas, insulina, glucemia en ayunas, perfil lipídico, proteína C reactiva (PCR), ionograma (sodio/potasio), actividad plasmática de renina y aldosterona. Antes de comenzar el estudio, a todas las participantes se les había indicado una dieta con 150 mmol de NaCl diarios durante 2 semanas.
En la primera consulta se realizó ecografía transvaginal, evaluación antropométrica (peso, estatura, IMC, relación cintura-cadera) y clínica (puntuación de Ferriman-Gallwey, frecuencia cardíaca, presión arterial sistólica, diastólica y media), además de valoración cardiovascular por eco-Doppler color y examen de las arterias carótidas.
Análisis bioquímicos. Se solicitaron dosajes plasmáticos de LH, FSH, 17 alfa-hidroxiprogesterona, testosterona, androstenediona, sulfato de dehidroepiandrosterona, cortisol y prolactina. También se valoró la globulina ligadora de esteroides sexuales, se estimó el índice de testosterona libre por radioinmunoanálisis y métodos inmunorradiométricos, y se analizaron con técnicas estándares los niveles de insulina y glucosa en sangre.
El valor de insulina fue estimado con el modelo HOMA (homeostasis model assessment), además de efectuar curvas de glucemia/insulinemia y prueba por vía oral de tolerancia a la glucosa, de acuerdo con la técnica habitual, luego de la ingesta de 75 g de glucosa; asimismo, los resultados se analizaron por estimación del área bajo la curva (ABCins). Las evaluaciones de los restantes parámetros hormonales, perfil lipídico, monograma, aldosterona y actividad de renina fueron realizadas con los procedimientos correspondientes para cada caso, por duplicado y con control de los coeficientes de variación.
Evaluación de las arterias carótidas. Un mismo operador experimentado realizó la evaluación de las arterias carótidas con un equipo de Doppler color de alta resolución y transductor de 10 MHz. Ambas carótidas comunes y sus bifurcaciones se examinaron de acuerdo con la técnica habitual, con medición del espesor de la íntima-media y de la pared posterior a fin de diástole, en modo B. Los promedios se estimaron sobre 10 mediciones y se controlaron los coeficientes de variación intraobservador e interobservador.
Análisis estadístico. Las variables continuas fueron analizadas para comprobar su normalidad; para los demás datos se utilizaron pruebas t- no pareadas. Se calcularon las correlaciones bivariadas por prueba de Pearson, entre niveles de aldosterona y otros parámetros evaluados en las pacientes y los controles. También se realizó análisis de regresión múltiple en el grupo con SOP, con diagnósticos de colinealidad para evaluar la idoneidad del modelo de regresión lineal. Los datos se expresaron como promedio y desviación estándar (DE) y se consideraron significativos los valores de p < 0.05.
Resultados
En el grupo con SOP, los fenotipos observados fueron 27 (54%) pacientes con oligoanovulación y signos clínicos o bioquímicos de hiperandrogenismo, 13 (26%) con el cuadro anterior y SOP, y 10 (20%) con SOP y signos de hiperandrogenismo clínicos, bioquímicos o ambos.
Los niveles de aldosterona en plasma fueron normales en todas las pacientes, excepto en 10 que superaron levemente el máximo normal; sin embargo, en comparación con los controles, las mujeres con SOP mostraron valores significativamente superiores (p < 0.001) (10.5 ± 3.2 frente a 5.7 ± 2.5 ng/dl para SOP y controles), pero la renina plasmática no difirió entre ambos grupos. Las pacientes con SOP tuvieron menores niveles de potasio (p < 0.001), sin diferencias significativas en el sodio, al tiempo que los valores de frecuencia cardíaca y presión sistólica fueron semejantes en ambos grupos, y en presencia de SOP, los niveles de insulina basal, HOMA, ABCins y presión arterial media fueron significativamente inferiores (p < 0.05).
No se encontró hipercolesterolemia ni hipertrigliceridemia, pero las mujeres con SOP tuvieron cifras de colesterol total, asociado a lipoproteínas de baja densidad y de la relación entre ambos significativamente mayores (p < 0.05), mientras que no difirieron los valores de triglicéridos, y el colesterol asociado a lipoproteínas de alta densidad (HDLc) fue significativamente más bajo en los casos de SOP (p < 0.05).
Los niveles plasmáticos de aldosterona se correlacionaron en forma directa y significativa (p < 0.001) con las cifras de presión arterial media, HOMA, PCR y espesor de la túnica íntima-media, mientras que esta correlación fue inversa con los niveles de potasio y HDLc (p < 0.001) y no existió para el índice cintura-cadera, índice de testosterona libre, cortisol y renina, ni en los controles.
El análisis de regresión lineal demostró que a medida que se incrementan los valores de HOMA y ABCins, la aldosterona tiende a aumentar, con una relación de tipo lineal.
Discusión
Los hallazgos del presente trabajo señalan que las pacientes con SOP tienen niveles séricos de aldosterona superiores, que se correlacionan con el espesor de la túnica íntima-media, un marcador temprano de riesgo de ECV, además de haberse demostrado la relación entre la aldosterona y los marcadores de sensibilidad a la insulina, como ABCins y HOMA.
Las concentraciones de aldosterona fueron normales, pero más altas en las pacientes con SOP que en los controles, lo que tiene un valor demostrado como factor predisponente para la aparición de hipertensión arterial. Se ha informado que la aldosterona podría favorecer la aparición de ECV por mecanismos diferentes del aumento de presión, ya que actúa sobre las paredes vasculares y sus niveles elevados se asocian con aumento de la mortalidad por esa causa.
Los hallazgos de este trabajo confirman las acciones perjudiciales de la aldosterona sobre el endotelio y el espesor vascular, en coincidencia con otros estudios que informan estos efectos en una población de mujeres jóvenes, sin los factores de riesgo característicos para ECV, como obesidad, hábito de fumar, dislipidemia, hipertensión, diabetes e intolerancia a los hidratos de carbono.
Entre los mecanismos fisiopatológicos de la aterosclerosis y la ECV, se considera que la inflamación cumple un papel relevante, ya que se ha comprobado que las mujeres con SOP presentan valores significativamente más altos de fibrinógeno, PCR y leucocitos, y existe una correlación positiva entre la PCR y la aldosterona sérica.
Se ha demostrado que la aldosterona ejerce acciones fibrinogenéticas y proinflamatorias cardiovasculares, con necrosis y fibrosis por reparación, con participación de mecanismos de estrés oxidativo y nitrosativo, que desempeñan un papel importante en el inicio de las lesiones ateroscleróticas.
Las correlaciones inversas entre la aldosterona y el HDLc se consideran parte del síndrome metabólico, que incluye bajos niveles de HDLc e hipertrigliceridemia, sobre todo en mujeres con SOP y valores altos de insulina en plasma.
La RI podría ser una de las causas de los mayores niveles plasmáticos de aldosterona, aun en cifras normales, ya que las pacientes con SOP mostraron concentraciones séricas superiores de insulina y mayor índice HOMA, y correlaciones positivas de HOMA y ABCins con la aldosterona. Numerosos estudios avalan estas observaciones y permiten afirmar que el aumento de aldosterona afecta el metabolismo de la glucosa y favorece la aparición del síndrome metabólico.
El origen étnico y las condiciones ambientales pudieron afectar los hallazgos del presente trabajo, por lo que se requieren nuevas investigaciones con otras poblaciones.
Los autores señalan que los niveles de aldosterona en mujeres con SOP tienden a ser superiores a los de los controles de edad e IMC similares; asimismo, proponen que las correlaciones significativas encontradas con las cifras de PCR, HOMA, ABCins y espesor de la túnica íntima-media señalan un papel de la aldosterona en la aparición de un estado proinflamatorio y de disfunción vascular. Estas alteraciones se han asociado con el SOP y se ha propuesto que la RI sería el principal factor disparador de los niveles inadecuados de aldosterona.
Especialidad: Bibliografía - Cardiología - Endocrinología - Ginecología