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Muertes por Cardiopatía Isquémica; Antropometría y Biometría Cardíaca
- AUTOR : Leal A, Oliveira J, Amado J y colaboradores
- TITULO ORIGINAL : Mortes por Cardiopatia Isquémica, Antropometria e Biometria Cardíaca
- CITA : Revista Portuguesa de Cardiología 24(4):521-530, Abr 2005
- MICRO : Se encontró una asociación entre sobrepeso, cardiopatía isquémica e hipertrofia concéntrica, como también diferencias importantes en la biométrica cardíaca relacionadas con el sexo. Los principales factores que contribuyen a la hipertrofia cardíaca parecen ser el peso corporal absoluto y la edad.
Introducción
La prevalencia de obesidad en Europa es del 10% a 15% entre los hombres y del 10% a 20% en las mujeres. En Portugal, el 14.4% de la población presenta un índice de masa corporal (IMC) por encima de 30 y el 35% muestra sobrepeso; la media de IMC es 26.8 ± 4.1. Existe una relación estrecha entre la cardiopatía isquémica (CI) y el IMC, y también se ha descrito con frecuencia la asociación entre obesidad, síndrome metabólico, diabetes tipo 2 y muerte súbita. De acuerdo con el estudio Framingham, la hipertrofia ventricular izquierda (HVI) es un factor de riesgo independiente, pero existe poca información actualizada referente a la asociación entre HVI y obesidad, basada en datos de autopsias.
Los objetivos del presente estudio consistieron en (1) investigar en forma retrospectiva la información proveniente de autopsias sobre individuos con CI significativa y su relación con los datos antropométricos y el análisis cardíaco macroscópico; y (2) analizar la información del punto (1) en términos de diferencias entre los sexos y compararla con datos de referencia estandarizados.
Material y métodos
La información se obtuvo de los registros de autopsias que tenían como diagnóstico definitivo de muerte «causa cardiovascular». Se seleccionaron 231 casos con diagnóstico de «infarto de miocardio» o «cardiopatía isquémica crónica» o con placas ateromatosas con una obstrucción coronaria de más del 50% en más de una arteria, diagnosticada mediante el examen macroscópico.
También se reunió información referida a las circunstancias de la muerte, historia personal y medidas externas e internas, particularmente antropometría y biometría cardíaca. El espesor del ventrículo izquierdo (VI) se midió 1 cm por debajo de la válvula mitral.
Resultados
De las 231 personas, el 75.3% eran hombres y el 24.7% mujeres. Del análisis comparativo entre los sexos, las mujeres fueron mayores (por 8.5 años), tenían menor peso, altura y peso cardíaco. El nivel educativo, el IMC y el grosor del VI fueron similares.
No se encontró diferencia significativa en el IMC entre los participantes del estudio y el valor promedio de la población general, mientras que el peso cardíaco de los participantes fue mayor al de la población general, y el grosor del VI fue mayor al considerado normal.
El IMC de la muestra fue mayor que el aceptado como ideal, tanto en hombres como en mujeres. Se identificaron el peso corporal y la edad como variables predictivas del peso cardíaco.
Discusión
Estos resultados parecen confirmar objetivamente por información proveniente de autopsias que esta muestra constituida por personas con cardiopatía isquémica significativa tuvo valores elevados de grosor de la pared del VI y de peso cardíaco total, comparados con los valores de referencia de otra muestra con un IMC cercano al promedio de la población general y con un sobrepeso de alrededor del 20% más que el peso considerado ideal. El factor predictivo más importante para el aumento del peso cardíaco total fue el peso corporal, seguido por la edad. El IMC no parece ser relevante, a pesar de ser el parámetro más frecuentemente utilizado para calcular el riesgo cardiovascular.
Comparadas con los hombres, las mujeres tuvieron menor altura, peso corporal y peso total del corazón, pero un IMC y grosor del VI similar; tuvieron una supervivencia de 8.5 años más que los hombres.
Aunque las mediciones se deben analizar sobre una base individual, el peso cardíaco medio en este estudio fue mucho mayor que los valores máximos de referencia. Si bien se sabe que el corazón de las personas obesas es habitualmente más pesado, la falta de valores de referencia para esta población cada vez más numerosa plantea la necesidad de realizar una revisión importante de las tablas y los autores de referencia actualmente disponibles, como también de otros conceptos relacionados con esta situación.
El hecho de que el grosor del VI y el peso cardíaco fuesen mayores de lo normal sugiere una probable hipertrofia concéntrica, la que se encuentra habitualmente en atletas involucrados en deportes con un importante componente isométrico. En tales situaciones, el incremento en la presión arterial parece producir la hipertrofia compensadora, que también se puede observar en la obesidad. Si bien los datos de la presión arterial de los participantes no estuvieron disponibles para el análisis, en otro estudio de los autores en el cual se produjo un aumento agudo del 10% en el peso corporal, se observó un incremento significativo en la presión arterial. El mecanismo fisiopatológico responsable podría ser un incremento en la actividad simpática, vía barorreceptores u otro mecanismo neural. Estos mecanismos pueden ser parcialmente responsables de la producción de hipertrofia, que depende de la importancia del componente isométrico (sobrepeso) y el tiempo durante el cual ejerce su acción (edad y duración) sobre el corazón.
En este estudio, las mujeres tuvieron menor peso cardíaco que los hombres para un IMC y grosor de VI similares. Esto podría indicar una menor densidad miocárdica en las mujeres, lo cual puede explicar la mayor incidencia de hipertrofia lipomatosa en ellas. Si bien la infiltración lipomatosa se observa con mayor frecuencia en el ventrículo derecho, afecta al miocardio en su conjunto. Por otro lado, se puede argumentar que el corazón del hombre es más denso, lo que lo hace más propenso a la hipertrofia, quizá debido a una mayor cantidad de miofilamentos como resultado de la influencia hormonal (testosterona y hormona de crecimiento).
El aumento absoluto del peso corporal puede producir hipertrofia concéntrica, también puede facilitar un agravamiento de la cardiopatía isquémica subyacente y un aumento en el riesgo de alteraciones en la hemostasia y de arritmias ventriculares graves, lo que explicaría la mayor incidencia de muerte súbita en esos individuos. Los participantes en el estudio murieron alrededor de 15 años antes que la expectativa promedio de vida en Portugal. La asociación tradicional entre obesidad y otros factores de riesgo, tales como diabetes tipo 2 y síndrome metabólico, una mayor tendencia a padecer arritmias ventriculares y prolongación del intervalo QT, la coexistencia de cambios en la hemostasia e inflamatorios, el sedentarismo y cierta susceptibilidad a una ruptura temprana de la placa en gente joven pueden explicar la mortalidad cardiovascular elevada en los obesos.
Las principales limitaciones del estudio incluyeron que se trató de una evaluación retrospectiva, la falta de un grupo control sin cardiopatía isquémica y que las autopsias fueron realizadas por diferentes patólogos. Sin embargo, las diferencias considerables encontradas en las mediciones pueden, considerarse significativas debido a que los datos se obtuvieron por mediciones directas objetivas.
Conclusiones
Los resultados de este estudio parecerían confirmar la asociación entre sobrepeso, cardiopatía isquémica e hipertrofia concéntrica. Los autores también destacan las diferencias importantes relacionadas con el sexo en la biométrica cardíaca, que requieren mayor investigación. El factor principal que contribuye a la hipertrofia cardíaca parecería ser el peso corporal absoluto, fundamentalmente si excede el peso ideal por más del 20%, seguido por la edad.
Especialidad: Bibliografía - Cardiología