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Impedimentos para la Difusión de Nuevos Fármacos en Europa
- AUTOR : Schöffski O
- CITA : Pharmacoeconomics 22(Supl. 2):51-64, 2004
- MICRO : Una reseña de las deficiencias en la provisión de fármacos de última generación para enfermedades relevantes, en distintos países europeos.
Introducción
La industria farmacéutica invierte anualmente grandes sumas en nuevos fármacos, que incrementan la expectativa así como la calidad de vida de los pacientes. Esto incluso conlleva, en general, a una disminución de los gastos en salud.
Aunque en principio estos nuevos fármacos están disponibles para toda la población, no todos los pacientes los reciben siempre como parte de un tratamiento adecuado. Incluso, se observan importantes diferencias dentro de Europa. En la opinión del autor, el objetivo para el sistema de salud europeo debería ser la disminución de la brecha que existe actualmente entre el tratamiento óptimo y el realmente implementado.
La situación actual
En una somera descripción de las patologías y los tratamientos actualmente prevalentes en Europa, se señala, por ejemplo, que sólo en un pequeño porcentaje se realiza el diagnóstico adecuado de la enfermedad de Alzheimer y una fracción mínima recibe el tratamiento óptimo. El asma es en general inadecuadamente tratado, lo cual redunda en general en un incremento de los costos para el sistema de salud. El tratamiento con estatinas para los hipercolesterolémicos es infrecuente, aun cuando esta condición se asocia con la patología cardiovascular, importantísima causa de muerte. Sólo un pequeño porcentaje de los casos de depresión se tratan con antidepresivos, y muchos reciben fármacos inefectivos o antiguos, con gran cantidad de efectos adversos asociados. Con frecuencia, la diabetes mellitus no es diagnosticada y aun así el tratamiento no siempre es el correcto. Esto redunda en la mayor incidencia de trastornos asociados como ACV, amputaciones, infartos de miocardio y ceguera.
En ocasiones, la epilepsia no es diagnosticada y en otras, se diagnostica en quien realmente no la padece. Pocos reciben antiepilépticos de última generación. Sólo un 25% de los portadores de la hepatitis C está en tratamiento, y el presupuesto para el tratamiento del HIV/sida es cuestionado por muchas autoridades. Se ha constatado un racionamiento de la eritropoyetina para los insuficientes renales, con el consiguiente incremento en sus índices de anemia; también por un racionamiento presupuestario.
El tratamiento de la migraña es inadecuado en muchos casos, con la consiguiente disminución de la calidad de vida. Se advirtió que sólo 1 de cada 14 pacientes con cáncer de mama recibía un tratamiento de última generación; en el cáncer de vejiga, las innovaciones terapéuticas son apenas financiadas. Entre los pacientes oncológicos sólo un 30% están en un plan de analgesia adecuado, y un 50% de los médicos es reacio a prescribir morfina. Sólo alrededor de un 50% de los casos de osteoporosis se diagnostican y, de éstos, solamente la mitad son tratados. Existe una discrepancia entre los casos diagnosticados de esquizofrenia y los que realmente se tratan y de ellos un bajo porcentaje -comparado con EE.UU.- recibe tratamientos de última generación.
Sólo un bajísimo porcentaje de pacientes es tratado contra la infección por Helicobacter pylori, asociada con diversas patologías gástricas.
El autor señala, además, como información relevante, las grandes diferencias que existen en todas estas variables entre los distintos países europeos.
Factores que afectan la difusión de los fármacos
Factores relacionados con el paciente
El comportamiento individual puede llevar a un tratamiento subóptimo. Por razones personales o culturales, a veces los pacientes rehúsan recibir tratamientos innovadores. Así mismo, a menudo no tienen información actualizada y por eso no aceptan alguna terapéutica recomendada por el médico. Por último, su situación económica es con frecuencia la responsable de la falta de acceso a los tratamientos de última generación.
Factores relacionados con los profesionales en salud.
Estos se hallan bajo una gran presión, proveniente de los pacientes, los sistemas de seguro y las políticas en salud. Incluso durante su formación universitaria, la formación farmacológica puede ser insuficiente, y es a menudo discontinuada al abandonar la facultad. La poca disponibilidad de especialistas dificulta el manejo óptimo de muchas patologías. La falta de planes de detección puede ir en detrimento de diagnósticos correctos y oportunos; por otra parte, factores relacionados con la capacitación profesional pueden impedir un diagnóstico y tratamiento óptimos. Además, con una perspectiva a corto plazo, los médicos muchas veces no prescriben los fármacos más costosos aunque estuvieran indicados; frecuentemente no siguen lineamientos de última generación por considerarlos apropiados en el plano teórico, pero difíciles de implementar en la práctica diaria.
Factores relacionados con la industria farmacéutica
Como ente privado persigue fundamentalmente un interés económico. La estrategia de algunas compañías es innovadora, pero otras dedican su esfuerzo a productos ya comercializados, lo que las aleja de la investigación y el desarrollo de nuevos fármacos. Por otra parte, la actual promoción de fármacos genéricos a menores precios representa una desventaja económica para la industria, que encuentra entonces difícil amortizar la inversión en nuevos fármacos.
Factores relacionados con el sistema de salud (largo plazo)
Entre los factores que no pueden ser modificados en el corto plazo, las condiciones generales en la sociedad y en la economía pueden ser las responsables de un empleo subóptimo de los nuevos fármacos. Factores como la situación geográfica o el tipo de seguro médico pueden ser responsables de la disparidad en los tratamientos. La subvención estatal no implica necesariamente que la parte que corresponde pagar al paciente será invertida adecuadamente. Es claro, además, que los planes de detección sistemática en Europa son escasos e inapropiados. Los esquemas terapéuticos son heterogéneos entre los distintos países europeos y aun en un mismo país, y los médicos no están entrenados en la prescripción de fármacos de última generación. La implementación de tratamientos innovadores podría claramente resultar en una disminución de hospitalizaciones innecesariamente prolongadas que representan una manifiesta dilapidación de recursos. Por último, la integración de los distintos sistemas y subsistemas de salud existentes permitiría una ampliación del punto de vista de la sociedad como para evaluar el potencial de los nuevos fármacos.
Factores relacionados con las políticas de salud (corto plazo)
También influyen la difusión de los fármacos y es donde deberían implementarse las primeras medidas.
El precio de los nuevos fármacos es relevante para permitir el acceso a éstos por parte de la mayor parte de la población, pero debe tenerse en cuenta que si resultan excesivamente bajos van en detrimento de la actividad industrial de investigación y desarrollo. En general, el impedimento más importante para su empleo es la insuficiencia de recursos por parte del sector público. El presupuesto para la salud suele ser bajo, pero una inversión restringida en esta esfera puede resultar en un deterioro que conduce eventualmente a un gasto exagerado. Las autoridades deberían tenerlo en cuenta como para proveerse de las actualizaciones necesarias. En ocasiones no existen suficientes estudios y, en otras, éstos son desestimados por quienes toman las decisiones. Por otra parte, los esfuerzos deberían ser dirigidos a la reducción de la patología con una mejor calidad de vida, más que a una mera reducción de la mortalidad o un incremento de la expectativa de vida. Por último, y puesto que las variables están interrelacionadas, las políticas de ajuste deberían ser cautas al momento de incidir sobre alguna de ellas por el riesgo de comprometer otras.
Conclusiones
El autor reconoce las limitaciones de su estudio respecto de las recomendaciones que puede hacer para la reconstrucción de los sistemas de salud europeos. No obstante, traza algunos lineamientos.
La falta de fármacos de última generación debe ser discutida en público, como único medio de resolver la situación. Se debe tener en cuenta que los déficit mencionados no son excepciones sino la tendencia general en Europa. Las necesidades actuales y futuras de nuevos fármacos deben ser cuantificadas, como base de los planes nacionales en salud. Los recursos deberían ser utilizados de un modo eficiente, y los presupuestos calculados en base a información actualizada. Debería fomentarse la educación continua de profesionales así como de pacientes, con planes de detección adecuados. Deberían diferenciarse los efectos de corto y largo plazo, entendiendo que restricciones presupuestarias pueden resultar más adelante en gastos excesivos. Debería ponerse énfasis en la expectativa y calidad de vida en el momento de la prescripción, no en el ahorro. Deberían identificarse las patologías donde la brecha entre el tratamiento óptimo y el real es mayor, para intervenir, y no tendrían que existir diferencias regionales. La política de subvención debería ser la adecuada. En general, y con el objeto de salvar recursos, los presupuestos para la salud deberían ser mayores.
Especialidad: Bibliografía - Farmacología