Bibliografía

Laboratorios Bagó > Bibliografías > La Circunferencia de la Cintura Materna Predice la Aparición del Síndrome Metabólico en Niños

La Circunferencia de la Cintura Materna Predice la Aparición del Síndrome Metabólico en Niños

  • TITULO ORIGINAL: Maternal Waist Circumference and the Prediction of Children’s Metabolic Syndrome
  • AUTOR: Hirschler V, Roque MI, Aranda C y colaboradores
  • CITA : Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine 161(12):1205-1210, Dic 2007
  • MICRO : El aumento de la prevalencia de obesidad y de síndrome metabólico en los niños se relaciona con el incremento de la circunferencia de la cintura de las madres. La medición de esta última permitiría identificar niños en riesgo de síndrome metabólico y realizar intervenciones oportunas.

La prevalencia de obesidad ha aumentado en EE.UU. en los últimos años. La obesidad en los niños ha contribuido al incremento, en este grupo etario, de la incidencia de diabetes tipo 2 y síndrome metabólico (SM), el último de los cuales se asocia a diabetes y enfermedad cardiovascular en la infancia y en la edad adulta. Los hábitos de alimentación maternos podrían ser factores de riesgo para la obesidad infantil.

Este estudio tuvo por objetivo determinar la asociación entre los componentes del SM en niños de escuela primaria y sus madres.

Métodos

Los datos fueron recolectados en forma transversal de 620 niños (297 varones) entre 5 y 13 años en 5 escuelas primarias, y de sus madres (promedio de edad ± desvío estándar [DE]: 37.69 ± 7.19 años) entre el 5 de abril y el 2 de agosto de 2006, en Buenos Aires, Argentina. Se obtuvo la siguiente información: índice de masa corporal (IMC), circunferencia de la cintura (CC), tensión arterial, estadio de Tanner, niveles de glucosa sérica y lípidos séricos, edad y nivel de educación, así como la frecuencia de actividad física en el período de 1 semana.

Se definió como niños de peso adecuado a aquellos con IMC por debajo del percentilo 85, con sobrepeso a los que tenían un IMC entre los percentilos 85 y 94, y con obesidad a aquellos con IMC superior al percentilo 95 para edad y sexo, de acuerdo con los estándares de los Centers for Disease Control and Prevention para niños estadounidenses. La obesidad central en los niños se definió para una CC mayor del percentilo 75 con base en una dieta de 5 000 calorías en niños argentinos sanos y en las madres con CC superior a 88 cm. Se expresaron los valores en puntaje z utilizando la media ± DE.

Se realizaron determinaciones de glucemia en ayunas, perfil lipídico e insulinemia. La resistencia a la insulina se calculó por el índice HOMA-IR validado en niños y adolescentes y con fuerte correlación con la resistencia a la insulina, la que se definió como el cuartilo superior de dicho índice: para los niños mayor de 2.05 y para las madres superior a 1.79.

El SM es un conjunto de anomalías metabólicas que predicen enfermedad coronaria temprana y diabetes tipo 2. Se utilizó para las madres la definición de SM del National Cholesterol Education Program Adult Treatment Panel III (NCEP ATP III), o sea la presencia de 3 o más de los siguientes criterios: 1) obesidad abdominal (CC > 102 cm en hombres y > 88 cm en mujeres), 2) niveles de triglicéridos en ayunas mayores o iguales a 150 mg/dl, 3) valor de colesterol asociado a lipoproteínas de alta densidad (HDLc) < 40 mg/dl en varones y < 50 mg/dl en mujeres, 4) tensión arterial sistólica mayor o igual a 130 mm Hg o tensión arterial diastólica de 85 mm Hg o más o uso de fármacos antihipertensivos y 5) concentración de glucosa en plasma en ayunas mayor o igual a 100 mg/dl o empleo de fármacos para la diabetes. Para los niños se utilizaron criterios análogos: 1) CC > percentilo 75 para edad y sexo, 2) triglicéridos en ayunas > percentilo 95 para edad y sexo, 3) HDLc < percentilo 5 para edad y sexo, 4) tensión arterial mayor o igual al percentilo 95 para edad, sexo y talla y 5) concentración de glucosa en ayunas >100 mg/dl según la American Diabetes Association.

El objetivo principal del trabajo fue determinar los factores de riesgo maternos asociados con SM en los niños.

Resultados

Noventa y cinco niños (15.3%) eran obesos, 108 (17.4%) presentaron sobrepeso y 418 (67.3%) tuvieron un peso adecuado. La prevalencia de obesidad fue mayor en los varones (n = 58; 19.5%) en comparación con las niñas (n = 37; 11.4%) (p = 0.007). El puntaje z del IMC fue: 2.03 ± 0.28 en obesos, 1.33 ± 0.17 en aquellos con sobrepeso y 0.33 ± 0.81 en los niños con peso adecuado. El 72.0%, 18.4%, 9.1% y 0.6% de los niños presentaron estadios de Tanner I, II, III y IV, respectivamente. La frecuencia de actividad física fue nula en 62 niños (10.0%), 1 vez a la semana en 122 (19.8%), 2 veces en 141 (22.9%) y 3 veces o más en 292 (47.3%). No se hallaron diferencias significativas en la actividad física entre los 3 grupos (p = 0.54).

El 70.2% de los niños presentó al menos 1 factor de riesgo de enfermedad cardiovascular y 32.0% tuvieron 2 o más. Se encontraron con mayor frecuencia niveles bajos de HDLc (353 niños [56.9%]) y obesidad central (155 [25.0%]), mientras que la hipertensión (12 [1.9%]) y la alteración en los niveles de glucemia en ayunas (2 [0.3%]) fueron infrecuentes. Ningún niño tuvo diabetes. Se diagnosticó SM en el 10.8% de los niños, 1.0% de los cuales tuvieron peso adecuado, 10.7% sobrepeso y 43.9% obesidad (p < 0.001). Ninguno presentó los 5 factores de riesgo. No hubo diferencias significativas en la prevalencia de factores de riesgo individual (p = 0.53) o de SM entre varones y mujeres (p = 0.46), en la distribución de los estadios de Tanner (p = 0.73) o en la actividad física (p = 0.90) entre los grupos con SM o sin él. El puntaje z del IMC fue mayor (p < 0.001) en el grupo con SM (1.85 ± 0.41) en comparación con el grupo sin este síndrome (0.52 ± 0.18).

Entre las madres, el IMC resultó 25.82 ± 5.04. Fueron obesas 112 (18.1%) (IMC mayor o igual a 30), 183 (29.5%) tuvieron sobrepeso (IMC mayor o igual a 25 y < 30) y 325 (52.4%) presentaron un peso adecuado (IMC < 25). El IMC resultó, en obesas, 34.31 ± 3.76; en aquellas con sobrepeso, 27.05 ± 1.4, y en las mujeres con peso adecuado, 22.17 ± 1.88. Dos madres (0.3%) no tenían escolaridad, 184 (29.6%) habían completado la escolaridad primaria, 259 (41.7%) la escolaridad secundaria y 170 (26.7%) tenían título universitario y/o grados avanzados, y todas pertenecían a estratos sociales bajos y medio-bajos. El sobrepeso y la obesidad fueron más comunes en las madres con niveles de educación bajos (p = 0.003). La frecuencia de actividad física resultó nula en 404 madres (65.1%), de 1 vez por semana en 76 (12.3%), 2 veces en 54 (8.7%) y 3 o más veces semanales en 86 (13.9%).

De las madres, 70.0% tuvieron al menos un factor de riesgo de enfermedad cardiovascular y 32.3% 2 o más. El HDLc bajo (285 [46.0%]) y la obesidad central (223 [36.0%]) fueron frecuentes, mientras que la hipertensión (59 [10.5%]) y las alteraciones en los niveles de glucemia en ayunas (18 [2.9%]) fueron menos habituales. En ninguna se detectó diabetes. El SM estuvo presente en 11.0% de las madres, 0.7% de ellas con peso adecuado, 10.1% con sobrepeso y 33.8% con obesidad (p < 0.001). Sólo una madre presentó 5 factores de riesgo. No hubo diferencias significativas en la escolaridad (p = 0.76) ni en la actividad física (p = 0.15) en los grupos con SM y sin él. Las mujeres con SM, en comparación con aquellas sin el síndrome, tuvieron un IMC más elevado (32.95 ± 4.92 vs. 25.64 ± 4.62, respectivamente) y mayor edad (41.5 ± 8.3 años vs. 35.6 ± 6.5 años, en el mismo orden). Hubo mayor prevalencia de madres obesas y con sobrepeso en el grupo con SM en comparación con el grupo sin éste (97.0% vs. 46.8%, respectivamente; p < 0.001). El número de características del SM en madres y niños se relacionó significativamente con el IMC ajustado por HOMA-IR, edad y sexo.

La prevalencia de SM en las madres no fue mayor que en sus niños, pero la hipertensión (10.5% vs. 1.9%) y las alteraciones en los niveles plasmáticos de glucosa en ayunas (2.9% vs. 0.3%), respectivamente, fueron 5 a 10 veces superiores en las primeras. Para las madres y sus niños, los factores de riesgo de HDLc bajo (46.0% y 56.9%) y obesidad central (36.0% y 25.0%) fueron frecuentes, mientras que la hipertensión (10.5% y 1.9%) y las alteraciones en los niveles de glucemia en ayunas (2.9% y 0.3%) lo fueron mucho menos. La prevalencia de obesidad central fue más baja en madres de niños sin SM que en aquellas con hijos con el SM (41.7% vs. 78.8%, respectivamente; p < 0.001). No hubo diferencias significativas en el nivel de educación (p = 0.27) ni en la actividad física (p = 0.82) para ambos, tuvieran o no SM.

Las madres de niños sin SM presentaron componentes del síndrome significativamente diferentes de los de aquellas de niños con SM (puntaje z del IMC, 0.09 vs. 0.69, [p < 0.001]; CC, 0.15 vs. 0.87, [p < 0.001]; triglicéridos, 89 vs. 108 mg/dl, [p = 0.04]; HDLc, 52 vs. 47 mg/dl, [p = 0.01] y glucemia en ayunas, 79 vs. 83 mg/dl, [p = 0.03], respectivamente). Por el contrario, el HOMA-IR de las madres no fue significativamente diferente entre grupos (1.46 en madres de niños sin SM vs. 1.48 en madres de niños con SM [p = 0.96]). La CC de las madres fue el único predictor significativo independiente de SM en sus hijos. Los autores observaron una fuerte asociación entre el SM en los niños y la obesidad central en sus madres.

Comentario

El riesgo de obesidad en los niños aumenta si los padres son obesos. Un escolar con sobrepeso con un padre obeso tiene más del 70% de probabilidades de ser obeso en la adultez temprana.

La obesidad y la actividad física son 2 determinantes importantes del SM. Los autores hallaron una prevalencia alta e inusual de SM en este grupo de niños (10.8%), similar a la de sus madres (11%). Alrededor del 70% de los niños tenían al menos 1 anomalía para SM. Esto podría deberse a la alta prevalencia de sobrepeso y obesidad en sus madres. El 18.1% de las madres fueron obesas y el 29.5% tuvieron sobrepeso. Hubo una alta prevalencia de obesidad central materna medida por la CC (36%). En este análisis transversal, los autores encontraron que la obesidad central en madres se asoció en forma significativa e independiente con el SM de sus niños. Los valores medios de los componentes del SM fueron significativamente más elevados en madres de niños con SM en comparación con madres de niños sin SM. La CC materna estuvo más relacionada con la presencia de SM en el niño que cualquier factor de riesgo del síndrome en las madres, incluso la presencia de SM en ellas.

Otros estudios sugieren que los hábitos de alimentación y actividad física en los niños son determinados por las conductas de sus padres, por lo tanto los cambios en el comportamiento de éstos modificarían los hábitos en los niños.

Este estudio presenta varias limitaciones. La actividad física de los niños y sus madres fue evaluada a través de encuestas, no hallándose relación entre la actividad física materna y el SM en los niños. No se ha considerado la actividad que conlleva la ocupación y el traslado a pie de las madres. Tampoco hubo diferencias significativas en la actividad física de los niños entre los que tuvieron SM y los que no. Muchos de estos niños realizan actividades que sus madres ignoran, no programadas. Estas consideraciones podrían explicar la falta de asociación entre la actividad física y la presencia de SM en los menores.

En este estudio, la definición de SM utilizada fue desarrollada para niños mayores, y más del 70% de los participantes fueron prepúberes. Se necesitan estudios prospectivos a largo plazo para validar el poder de esta definición. Las encuestas sobre actividad física pueden no haber sido lo suficientemente sensibles. El análisis de los autores muestra que el incremento de la CC en las madres fue causa en gran parte del SM en los niños. No se sabe aún en qué medida los profesionales utilizan las recomendaciones del NCEP ATP III. Se desconoce si la CC se mide en forma de rutina. Este estudio mostró que la CC de las madres fue el componente más importante relacionado con el SM en los niños, por lo que debería medirse habitualmente, por su escaso costo y fácil aplicación.

Estos hallazgos tendrían consecuencias importantes para la salud pública. Se requieren estrategias para mejorar los hábitos alimentarios y de actividad física y así disminuir el riesgo de obesidad y de los factores de riesgo cardiovascular asociados. Estos resultados proveen claves para el desarrollo de programas para la prevención del SM en la infancia y para identificar a los niños en riesgo, para establecer medidas de control intensivas.

 

Especialidad: Bibliografía - Clínica Médica - Pediatría

ADVERTENCIA:

El material incluido en este sitio ha sido concebido exclusivamente para los profesionales de la salud con fines informativos, y destinado a orientar sobre el uso adecuado de los medicamentos y a satisfacer sus necesidades de mayor información.

Todos los textos referidos a nuestros productos de venta bajo prescripción médica se corresponden a los lineamientos aprobados por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).

Laboratorios Bagó le sugiere consultar siempre a un profesional de la salud calificado ante cualquier duda sobre una condición médica particular.

He comprendido y deseo ver la información

Consultas médicas: infoproducto@bago.com.ar