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Observación Longitudinal del Efecto de las Variaciones Normales de la Hormona Estimulante de Tiroides en la Función Cognitiva de Sujetos Muy Ancianos

  • AUTOR : Wahlin A, Bunce D y Robins Wahlin T-B
  • TITULO ORIGINAL : Longitudinal Evidence of the Impact of Normal Thyroid Stimulating Hormone Variations on Cognitive Functioning in Very Old Age
  • CITA : Psychoneuroendocrinology 30(7):625-637, Agosto 2005
  • MICRO : La declinación en la concentración de hormona estimulante de tiroides se asocia específicamente con reducción de la fluidez verbal y de las habilidades visuales y espaciales.

Aunque se conoce bien el efecto nocivo de la enfermedad tiroidea sobre el funcionamiento cognitivo, las asociaciones entre las variaciones normales del funcionamiento de la glándula y el rendimiento intelectual en personas de edad avanzada han sido menos estudiadas. En uno de los primeros estudios publicados al respecto, los autores encontraron que en el espectro de los valores normales, la hormona estimulante de tiroides (TSH [thyroid stimulating hormone]) -pero no tiroxina- predecía la función cognitiva en sujetos de 75 a 96 años. Es interesante mencionar, dicen los autores, que se constató una fuerte relación positiva entre los niveles de TSH y la memoria episódica, pero la asociación con otras capacidades cognitivas fue menos pronunciada. En 1999, otra investigación mostró que en una población de individuos etiroideos de 72 años en promedio, la tiroxina -pero no triiodotironina o TSH- se relacionaba con varias mediciones de función cognitiva. Por su parte, un trabajo de 2002 en mujeres con alteración física y funcionalidad tiroidea basal normal mostró que una baja concentración de tiroxina predecía a la declinación en la escala Mini Mental State Examination en el transcurso de 3 años. Tal como puede observarse, los resultados de las distintas investigaciones demostraron resultados contradictorios en términos de cuál es el mejor indicador de función tiroidea que anticipa el rendimiento cognitivo y qué dominio (si es que existe alguno) se compromete de manera fundamental en relación con las variaciones de las hormonas tiroideas. Los resultados contradictorios pueden atribuirse a diferencias en las muestras analizadas y a la edad de los participantes.

En general, la función tiroidea se valora mediante la medición de los niveles de TSH en suero. Sin embargo, aunque este parámetro es muy útil para detectar hipertiroidismo, el diagnóstico de hipotiroidismo puede requerir estudios adicionales. Cabe destacar que las hormonas tiroideas aumentan la respuesta de los receptores beta adrenérgicos a la norepinefrina, fenómeno que podría actuar como mecanismo de adaptación neuromoduladora. Los niveles bajos de TSH se asocian también con elevación de las hormonas esteroides y el incremento de cortisol puede ocasionar pérdida de células del hipocampo y trastornos de la memoria episódica. Hasta la fecha no existe ningún estudio longitudinal que evalúe la relación entre la función cognitiva y la funcionalidad tiroidea normal, objetivo del estudio actual.

En esta investigación, los autores analizan en forma prospectiva una muestra en 3 momentos de observación: T1, T2 y T3. Puntualmente, en el trabajo se considera la relación entre las variaciones normales en la concentración de TSH y las capacidades cognitivas en el contexto del Kungsholmen Project (KP).

Métodos

El KP, señalan los autores, involucra la valoración longitudinal de 3 poblaciones independientes de Estocolmo, Suecia, de 75 años o más en el primer momento de análisis. El diagnóstico de demencia, depresión y trastorno de ansiedad se basó en criterios estándar. En este estudio se analiza una cohorte de 45 sujetos que completaron las pruebas de funcionamiento cognitivo y con valores normales de TSH en los dos primeros controles. Los intervalos entre estudios nuevos consistieron en alrededor de 3 años (T1-T2: 2.86 años en promedio; T2-T3: 3.51 años, aproximadamente). La concentración de TSH se conoció por inmunorradiometría, método sensible que permite conocer niveles muy bajos de la hormona; los niveles de tiroxina libre, con radioinmunoensayo. Se calculó el porcentaje de cambio de TSH entre los tres momentos de estudio (T1-T2; T2-T3 y T1-T3) y en el período completo (T1-T3). En relación con los síntomas del estado de ánimo, se tuvieron en cuenta 4 dominios: disforia, alteraciones en el apetito, sentimientos de culpa y pensamientos suicidas. Las pruebas cognitivas consistieron en el estudio de la memoria episódica, la fluidez verbal, la capacidad visual y espacial y la velocidad motora y perceptiva.

Resultados

Se creó un puntaje cognitivo integrado para algunas variables con la finalidad de incrementar la confiabilidad de los resultados.

La información de demencia y demográfica no se correlacionó con ninguna de las valoraciones de TSH ni con las modificaciones en el puntaje, pero se asociaron de manera sustancial con varios puntajes cognitivos combinados. La edad, el sexo y la educación predijeron el nivel de rendimiento intelectual en T1 y T2. El número de síntomas del estado de ánimo no se asoció en forma significativa con el funcionamiento cognitivo en T1, T2 o T3. Si bien la asociación entre el rendimiento cognitivo y la concentración de TSH tuvo la relación esperada (mayor nivel indicó mejor rendimiento), sólo alcanzó significación para algunos dominios (recuerdo de palabras aleatorias). El nivel de tiroxina no predijo el rendimiento intelectual en T1 y la concentración basal de TSH y tiroxina no se relacionó con ninguna de las modificaciones cognitivas.

En cambio, las modificaciones en el nivel de TSH entre T1-T3 predijeron en forma significativa los cambios cognitivos en algunos dominios -pruebas de fluidez verbal y habilidad visual y espacial-. En todos los casos, los cambios positivos en la concentración de TSH se asociaron con menor declinación en el rendimiento de dichas pruebas. Por el contrario, no se constató asociación sustancial entre la TSH y el rendimiento intelectual en el intervalo T2-T3. Sin embargo, en el análisis a largo plazo (T1-T3) surgió un patrón diferente, ya que pudo comprobarse que los cambios en el nivel hormonal en dicho período fueron responsables de una variación considerable de las modificaciones en el rendimiento de las pruebas cognitivas. La declinación de la TSH se asoció con un funcionamiento intelectual más desfavorable. Todas las asociaciones importantes se dirigieron en la dirección esperada; lo mismo ocurrió con la mayor edad y con la presencia de demencia, mientras que la mayor educación y el sexo femenino se relacionaron con un mejor rendimiento intelectual. El cambio en los síntomas del estado de ánimo no predijo ninguno de los puntajes de rendimiento cognitivo.

Se sabe que la proximidad al fallecimiento se acompaña de deterioro cognitivo importante. Cinco participantes fallecieron en el transcurso del primer año después de T3 y 3 de ellos presentaban casos de demencia. Las correlaciones indicaron que la muerte inminente se asoció con trastornos del estado de ánimo y con anormalidades cognitivas, pero no hubo una asociación confiable con la concentración de TSH. Sin embargo, la dirección de las asociaciones resultó negativa en todos los casos.

Discusión

El principal hallazgo de la investigación actual es que los cambios en la concentración de TSH que se producen en el transcurso de 6 años predicen de manera selectiva el rendimiento de la memoria episódica al final de la evaluación. Sin embargo, la asociación no se detectó al utilizar los cambios en el intervalo de 3 años, independientemente que se empleara la información de T2 o T3. En conclusión, afirman los expertos, se constató que en el espectro de la normalidad, la declinación de los valores de TSH se asocia con reducción de la fluidez verbal y de la capacidad visual y espacial. Asimismo, los cambios que ocurren en el transcurso de 6 años se asocian en forma significativa con diferencias en el rendimiento de la memoria episódica al final del seguimiento. En conjunto, la información sugiere que la TSH podría ejercer un efecto directo sobre la memoria episódica, quizá mediante el incremento de los niveles de cortisol. La investigación venidera deberá ampliar el espectro de edades de estudio, de manera tal de cubrir sujetos más jóvenes y que presenten un mayor nivel de senilidad y agregar otros indicadores de funcionalidad tiroidea y de hormonas esteroides.

Especialidad: Bibliografía - Geriatría

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