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Relacionan la Actividad Ocupacional con el Riesgo de Artrosis de Rodilla

  • AUTOR : McWilliams D, Leeb B, Zhang W y colaboradores
  • TITULO ORIGINAL : Occupational Risk Factors for Osteoarthritis of the Knee: A Meta-Analysis
  • CITA : Osteoarthritis and Cartilage 19(7):829-839, Jul 2011
  • MICRO : Ciertas ocupaciones aumentan considerablemente el riesgo de padecer artrosis de rodilla; sin embargo, los resultados del metanálisis no pueden considerarse definitivos porque se comprobó sesgo de publicación y heterogeneidad importante.

Introducción

Todavía no se dispone de estrategias terapéuticas sencillas para la artrosis de rodilla (AR), de forma tal que la identificación de los factores que aumentan el riesgo de padecer la enfermedad es de máxima importancia en términos clínicos y para los sistemas de salud. De hecho, el dolor de rodilla y la AR son problemas muy frecuentes, asociados con menor productividad laboral e incapacidad. Diversas revisiones sistemáticas recientes demostraron una asociación entre la AR y ciertas ocupaciones; la interacción obedecería a factores biomecánicos. En la mayoría de los trabajos al respecto, se comparó el riesgo asociado con determinadas ocupaciones respecto de los trabajos sedentarios o aquellos que requieren poca actividad física que pueda comprometer la funcionalidad de la articulación. El objetivo del presente metanálisis de estudios epidemiológicos de observación fue establecer conclusiones más firmes en este sentido e identificar a aquellos pacientes que, por sus ocupaciones, podrían beneficiarse mediante la implementación de medidas preventivas particulares.

Métodos

Se realizó una búsqueda bibliográfica de los artículos correspondientes a AR o dolor de rodilla en MEDLINE, la Web of Science, EMBASE y PubMed, hasta 2010. También, se revisó la base de datos del National Institute for Occupational Safety and Health Technical Information Center – 2.

Se incluyeron los estudios epidemiológicos que analizaron la relación entre las ocupaciones y el riesgo de dolor de rodilla o AR; en cambio, se excluyeron los trabajos que evaluaron las lesiones de los meniscos, habitualmente asociadas con traumatismos. La AR sintomática se definió en los enfermos en quienes el diagnóstico se realizó mediante cuestionarios o por profesionales, incluso en ausencia de confirmación radiológica, en tanto que la AR asintomática se consideró en los pacientes que solo presentaban hallazgos radiológicos. Para los estudios de cohorte y transversales se calcularon los riesgos relativos (RR), en tanto que para los trabajos de casos y controles se establecieron los odds ratios (OR). La calidad de los estudios se determinó con la escala Meta-analysis of Observational Studies in Epidemiology (MOOSE). Se calcularon los riesgos globales para todas las exposiciones laborales y para todos los niveles de exposición, respecto del grupo de referencia; la heterogeneidad de los trabajos se analizó con la Q estadística y con la prueba de I2, en tanto que el sesgo de publicación se conoció con gráficos en embudo. En los análisis por subgrupos, se calculó el riesgo global para cada tipo de actividad o exposición, mediante modelos de efectos aleatorios. En la metarregresión se aplicó la metodología propuesta por Lipsey y Wilson.

Resultados

Cincuenta y un trabajos sobre AR, 12 estudios de dolor de rodilla y 3 investigaciones que analizaron la progresión de la AR reunieron los criterios de inclusión para la presente revisión. Los 51 artículos de AR incluyeron 8 trabajos de cohorte, prospectivos o longitudinales en 478 408 enfermos; 25 estudios transversales en 34 285 pacientes y 18 investigaciones de casos y controles que abarcaron 13 650 sujetos en total. Dieciocho estudios evaluaron la exposición a más de una actividad ocupacional de riesgo, habitualmente los trabajos en posición de rodillas o en cuclillas, aquellos que implican levantar o llevar peso, los trabajos pesados, los que incluyen inclinación o esfuerzo máximo para la articulación y ciertos deportes de élite. Los riesgos estimados a partir de las exposiciones múltiples se agruparon de forma tal de poder calcular, para el metanálisis principal, el riesgo global por estudio. En otros trabajos, en cambio, se analizó el riesgo asociado con actividades en particular. Los participantes tenían entre 38 y 79 años con una media de 60.2 años. Muchas investigaciones solo evaluaron hombres o mujeres como consecuencia de los patrones laborales diferentes para cada sexo. Sin embargo, el porcentaje promedio global de mujeres fue de 39.4%.

El gráfico en embudo reveló sesgo importante de publicación; la prueba de Egger para todos los estudios fue estadísticamente significativa (sesgo = 2.39; p < 0.0001). No obstante, el sesgo fue atribuible, fundamentalmente, a los estudios transversales (2.23; p < 0.0001) y a los trabajos de casos y controles (2.75; p = 0.0247); en cambio, no se observó sesgo sustancial en los estudios de cohorte (1.53; p = 0.4355). También, se constató heterogeneidad importante entre los trabajos (I2 = 83.6%; p < 0.0001). El OR global de AR asociado con la exposición ocupacional fue de 1.61 (IC del 95%: 1.45 a 1.78). Los riesgos estimados fueron más altos en los estudios de casos y controles (OR = 1.80) en comparación con los trabajos de cohorte (OR = 1.38) y transversales (OR = 1.57); igualmente, los riesgos fueron superiores en los estudios que incluyeron pacientes hospitalarios en comparación con los trabajos en sujetos de la comunidad. Los análisis por subgrupos sugirieron que el trabajo en posición de pie no aumentaría el riesgo de AR; para los otros subgrupos se encontró un incremento importante del riesgo. Las investigaciones que analizaron la AR sintomática mostraron los mismos resultados que aquellos que evaluaron pacientes con AR, según los trastornos estructurales. Solo se registraron diferencias mínimas al considerar el trabajo al momento del estudio, la ocupación en el curso de la vida, la exposición ocupacional de mayor duración y las actividades en los primeros años de la vida adulta (OR de 1.47 a 1.83). Los riesgos fueron similares para los hombres (OR = 1.53) y las mujeres (OR = 1.61).

En la metarregresión, se calcularon los OR según el porcentaje de mujeres (OR = 0.81; p = 0.060); los estudios de diseño transversal y de casos y controles (OR = 1.17; p = 0.138), los análisis sin ajuste (OR = 1.04; p = 0.703) y los estudios en poblaciones hospitalarias (OR = 1.40; p = 0.002).

Cuando se analizaron por separado los trabajos que evaluaron el dolor persistente de rodilla y las actividades ocupacionales, el OR fue de 1.46 y no se encontró sesgo de publicación (prueba de Egger, sesgo = 1.29; p = 0.535); sin embargo, la heterogeneidad fue considerable (I2 = 90.4%; p < 0.0001). En los 3 estudios que evaluaron la progresión de la AR, los riesgos fueron de 1.42, 1.16 y 1.52, respectivamente.

Discusión

Diversas revisiones sistemáticas publicadas con anterioridad sugirieron que ciertas actividades laborales aumentan el riesgo de AR; sin embargo, solo unos pocos estudios cuantificaron dicho riesgo. En el presente metanálisis, se incluyeron 51 estudios de distinto diseño que abarcaron más de 500 000 pacientes y que analizaron distintas ocupaciones, posiblemente involucradas con el dolor de rodilla y la AR por mecanismos biomecánicos. No obstante, se comprobó sesgo de publicación sustancial, sobre todo en los trabajos transversales y de casos y controles. En estos últimos, además, los riesgos se calcularon como OR, un factor que podría asociarse con sobrestimación de los datos.

Cuando se evaluaron las ocupaciones por categorías, todas representaron factores de riesgo de AR; la magnitud del riesgo no fue igual en todos los casos, de 1.11 en los sujetos que trabajaban en posición de pie a 1.72 en los individuos que practicaban ciertos deportes de élite. Los riesgos para las ocupaciones en posición de rodillas o en cuclillas fueron de 1.30 y 1.40, respectivamente. Si bien los análisis por subgrupos no revelaron diferencias importantes entre los sexos, los autores sostienen que los hombres probablemente están expuestos a mayor riesgo que las mujeres. Cabe destacar que la mayoría de los estudios analizó poblaciones predominantemente masculinas.

Conclusiones

Aunque solo se identificaron 3 estudios que analizaron las consecuencias de la exposición laboral sobre la progresión de la AR, las investigaciones futuras deberían considerar este aspecto en particular. También, deberían analizarse las posibles interacciones con otros factores conocidos de riesgo, por ejemplo, el índice de masa corporal.

Especialidad: Bibliografía - Traumatología

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