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Durante el Embarazo, los Antihistamínicos de Primera Generación son los Fármacos de Elección
- TITULO ORIGINAL: A Review of Antihistamines Used during Pregnancy
- AUTOR : Kar S, Krishnan A, Preetha K, Mohankar A
- CITA : Journal of Pharmacology and Pharmacotherapeutics 3(2):105-108, Abr 2012
- MICRO : Ningún antihistamínico disponible en la actualidad se considera completamente seguro para ser usado durante la gestación; sin embargo, los agentes de primera generación, aunque se asocian con sedación y efectos anticolinérgicos, serían los fármacos de elección porque han sido utilizados durante mucho más tiempo.
Introducción
El diagnóstico y el tratamiento del prurito durante la gestación representan un verdadero desafío. El síntoma, sin embargo, es el trastorno dermatológico mas frecuente en el embarazo y puede aparecer en cualquier trimestre. Las dermatosis específicas de la gestación, la dermatitis atópica, la urticaria, las infecciones y las reacciones a fármacos son algunas de las causas habituales de prurito en este período. También puede ser una manifestación de enfermedades sistémicas; la frecuencia de alergias durante la gestación es del 20% al 30%.
Todos los fármacos son potencialmente teratogénicos; cuando se los ingiere en el primer trimestre pueden ocasionar malformaciones fetales estructurales graves, en tanto que en el último trimestre pueden inducir defectos funcionales o trastornos del crecimiento y anomalías congénitas menores. Las drogas ingeridas durante la gestación pueden ser causa de defectos en el período neonatal y en la niñez. Por lo tanto, habitualmente se intenta evitar la administración de cualquier fármaco y, en caso de necesidad, los riesgos y beneficios deben analizarse minuciosamente.
Los antihistamínicos son algunos de los medicamentos que con mayor frecuencia se indican en las mujeres embarazadas, como antipruriginosos o antieméticos. Según los resultados de numerosos estudios y de un metanálisis que abarcó más de 200 000 mujeres tratadas con antihistamínicos (anti-H1), estos fármacos no parecen asociarse con mayor riesgo de efectos teratogénicos. Sin embargo, diversos trabajos en animales han sugerido que la hidroxicina, la ciclizina y la prometazina son teratogénicas. En los estudios en animales y en los seres humanos, la dexclorfeniramina y la alimemazina no se acompañaron de efectos teratogénicos. Aun así, ningún anti-H1 se considera seguro para ser utilizado durante la gestación.
Clasificación de los antihistamínicos
Los anti-H1 se clasifican en agentes de primera generación, sedantes y en anti-H1 de segunda generación, sin acción sedante.
La difenhidramina, la ciproheptadina, la prometazina, la clorfeniramina y la hidroxicina son ejemplos de anti-H1 de primera generación; son muy eficaces, muy lipofílicos y el efecto es de corta duración. Se metabolizan en el hígado por el sistema enzimático citocromo 450. La sedación y las manifestaciones anticolinérgicas (sequedad de boca, visión borrosa, constipación y retención urinaria) son los efectos adversos asociados con los anti-H1 de esta clase. Según la clasificación de la Food and Drug Administration, la clorfeniramina, la ciproheptadina, la dexclorfeniramina y la tripelenamina pertenecen a la categoría B, en tanto que la hidroxicina y la prometazina son categoría C como consecuencia de la falta de estudios controlados de buen diseño en los seres humanos. En un estudio con información del Michigan Medicaid Birth Defects, la hidroxicina se vinculó con defectos palatinos.
Los anti-H1 de segunda generación incluyen la loratadina, la fexofenadina, la cetirizina y la azelastina. Todas tienen un amplio margen terapéutico, son sumamente selectivas y no se asocian con sedación. Además, el efecto es prolongado y, por ser poco lipofílicas, no atraviesan la barrera hematoencefálica. Los efectos adversos asociados con los anti-H1 de segunda generación incluyen la fotosensibilidad, la taquicardia y la prolongación del intervalo QT. La cetirizina, la loratadina y la levocetirizina se consideran categoría B, en tanto que la fexofenadina y la desloratadina pertenecen a la categoría C. La fexofenadina se asoció con reducción del peso de las crías y de la supervivencia, mientras que la ingesta de loratadina durante el primer trimestre de la gestación se ha vinculado con mayor incidencia de hipospadias. Sin embargo, 2 estudios más recientes no confirmaron estos hallazgos y concluyeron que la loratadina carece de efectos teratogénicos y sigue siendo considerada categoría B.
Seguridad de los anti-H1 durante la gestación
El prurito compromete sustancialmente la calidad de vida; no obstante, su tratamiento farmacológico en el embarazo merece atención especial. En este contexto, el profesional debe optar entre los anti-H1 de primera generación, mejor estudiados pero con más efectos adversos, y los agentes de segunda generación, mejor tolerados pero para los cuales se dispone de menos información sobre la seguridad. Numerosos grupos sostienen que durante el embarazo es recomendable el uso de anti-H1 de primera generación, especialmente si se tiene en cuenta que algunos anti-H1 de segunda generación han sido vinculados con malformaciones congénitas.
El National Asthma Education and Prevention Program Working Group on Asthma and Pregnancy de 1993 establece que la clorfeniramina y la tripelenamina son los anti-H1 de elección durante la gestación. Por el contrario, el Allergic Rhinitis and Its Impact on Asthma de 2001 considera que los anti-H1 de primera generación tienen una relación riesgo-beneficio más desfavorable como consecuencia de la baja selectividad y de los efectos sedantes y anticolinérgicos, y establece que, en la medida de lo posible, estos fármacos dejen de utilizarse. Como grupo, los anti-H1 de segunda generación son más eficaces, tienen un efecto más prolongado y se asocian con sedación mínima.
Sin embargo, el American College of Obstetricians and Gynecologists y el American College of Allergy, Asthma and Immunology establecen que la clorfeniramina y la tripelenamina son los antihistamínicos de elección para ser usados durante la gestación; también recomiendan el uso de cetirizina y loratadina, después del primer trimestre, en las pacientes que no toleran o no responden satisfactoriamente a las dosis máximas de clorfeniramina y tripelenamina. Para otros grupos, la información acerca de la loratadina y la cetirizina durante el embarazo es escasa y apoyan la utilización de clorfeniramina y tripelenamina.
Conclusiones y recomendaciones
Antes de la indicación de anti-H1 en las embarazadas con prurito debe investigarse su etiología. En cualquier caso, la decisión debe ser ampliamente discutida con la paciente, quien debe saber que si bien ninguno de estos fármacos se asoció definitivamente con efectos teratogénicos, ninguno pertenece a la categoría A. En la medida de lo posible, el prurito y otras manifestaciones de las enfermedades alérgicas deben tratarse con agentes tópicos; los anti-H1 deben evitarse especialmente en el primer trimestre del embarazo. En caso de necesidad, los anti-H1 de elección incluyen la clorfeniramina, la dexclorfeniramina y la hidroxicina. Cuando deben utilizarse anti-H1 de segunda generación, la loratadina y la cetirizina son los agentes preferidos, ya que ninguno de ellos se ha asociado, hasta la fecha del presente estudio, con efectos teratogénicos. En opinión de los expertos, sin embargo, los anti-H1 de primera generación son los fármacos de elección durante el embarazo.
Ref : GINECO.
Especialidad: Bibliografía - Ginecología