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Analizan Algunos Indicadores de Riesgo de Cáncer de Endometrio
- AUTOR : Arikan I, Barut A, Bozkurt S y colaboradores
- TITULO ORIGINAL : Comparison of Serum Androgens and Endometrial Thickness in Obese and Non-Obese Postmenopausal Women
- CITA : Journal of the Turkish German Gynecological Association 11(3):149-151, Sep 2010
- MICRO : Las pacientes posmenopáusicas obesas presentan un mayor espesor endometrial, niveles más altos de testosterona libre y menores de globulina transportadora de hormonas sexuales; estos hallazgos podrían correlacionarse con un alto riesgo de padecer cáncer de endometrio.
Introducción
En el inicio de la menopausia se producen una serie de cambios hormonales; el más significativo sería la drástica caída de los niveles circulantes de estradiol, principalmente de origen ovárico, asociado con un aumento marcado de gonadotrofinas (FSH y LH). Estos cambios ocurren aproximadamente 1 año antes del comienzo de la menopausia. Además, aparecen cambios complejos en los andrógenos circulantes, ya que mientras en los estudios de corte transversal se detectaron niveles de testosterona total más altos en las mujeres premenopáusicas que en las posmenopáusicas, en los estudios longitudinales no se observaron cambios o sólo algunos muy modestos, de hasta el 15%. El principal metabolito de los andrógenos de origen suprarrenal es el sulfato de dehidroepiandrosterona (DHEAS), que llega a su pico máximo durante la juventud y luego declina progresivamente, aunque no guarda relación con la menopausia. Las globulinas transportadoras de hormonas sexuales (GTHS), que se encargan del transporte de testosterona, dehidrotestosterona y estradiol, disminuyen levemente durante la menopausia; las GTHS presentan mayor afinidad por la testosterona que por el estradiol y su relación inversa con la testosterona libre es un indicador indirecto de androgenicidad.
Este estudio tuvo el objeto de evaluar si los niveles de andrógenos séricos se correlacionan con el espesor endometrial en mujeres obsesas y no obesas posmenopáusicas.
Pacientes y métodos
Se incluyeron 80 mujeres posmenopáusicas, no fumadoras, con niveles de FSH mayores de 40 mUI/ml y al menos 1 año transcurrido desde su último ciclo menstrual. Se excluyeron 7 pacientes que habían recibido tratamiento hormonal o fármacos que podían afectar el índice de masa corporal, y otras 3 que presentaban enfermedades sistémicas o ginecológicas. En todos los casos, se realizaron historia clínica, examen físico completo, que incluyó talla y peso, y extendido de PAP, además de laboratorio hematológico, renal y hepático, así como perfil hormonal, con determinación de FSH, LH, estradiol, progesterona, prolactina, testosterona, testosterona libre, androstenediona, DHEAS, GTHS e insulinemia en ayunas. También se efectuó ecografía transvaginal, a fin de medir el espesor del endometrio; en las pacientes en las que se detectó un grosor endometrial > 5 mm, se llevó a cabo un curetaje fraccional.
De acuerdo con el índice de masa corporal (IMC), se conformaron 2 grupos de pacientes; el punto de corte para obesidad se estableció en 30 kg/m2.
Los datos entre ambos grupos de pacientes se compararon por medio de 2 pruebas t de Student pareadas independientes. Los resultados se expresaron como medias y desviaciones estándares. Se consideraron significativos los valores de p < 0.05.
Resultados
Dentro del grupo en investigación, que correspondió a las mujeres con IMC > 30 kg/m2, la media de edad fue de 52.54 ± 6.87 años y el tiempo promedio de menopausia, de 5.43 ± 5.62 años. La talla media fue 156.17 ± 6.26 cm, el peso medio 89.02 ± 19.73 kg y el IMC 32.85 ± 6.79 kg/m2. El espesor endometrial en este grupo fue de 5.56 ± 4.06 mm. No se observaron diferencias significativas respecto de edad, paridad, intervalo posmenopáusico y talla entre el grupo en estudio y el de control; la única diferencia la estableció el peso (66.56 ± 7.22 kg en el grupo de control; p = 0.0001).
El grupo con IMC > 30 kg/m2 presentó niveles significativamente inferiores de GTHS (53.96 ± 33.07 nmol/l contra 95.01 ± 64.77 nmol/l en el grupo de control; p = 0.012) y mayores de testosterona libre (1.81 ± 0.71 pg/ml contra 1.21 ± 0.70 pg/ml; p = 0.013), así como un espesor endometrial mayor (5.56 ± 4.06 mm contra 3.77 ± 3.96 mm en el grupo con IMC < 30 kg/m2; p = 0.008).
Entre las 17 mujeres con un espesor endometrial > 5 mm, sólo 1 presentaba un IMC < 30 kg/m2. El curetaje fraccional en estas pacientes reveló la presencia de carcinoma endometrial en 2 casos, hiperplasia atípica compleja en 1, hiperplasia endometrial simple en otro y pólipos endometriales en 4. Las restantes mujeres no presentaban hallazgos patológicos.
Discusión
Se ha establecido una relación entre la obesidad y el riesgo de cáncer de endometrio, que se fundamenta en el aumento de estrógenos circulantes dentro del tejido endometrial. En las mujeres posmenopáusicas, la mayoría de los estrógenos proviene de la conversión periférica de andrógenos, que se produce principalmente en el tejido adiposo. Además, las mujeres obesas presentan hiperinsulinemia, que inhibe la síntesis de GTHS, lo que origina mayor tenor de estrógenos libres que pueden actuar sobre los órganos blanco. La relación entre el IMC y la concentración de GTHS es inversamente proporcional, hallazgo que se confirmó en este estudio, ya que se encontró una concentración de GTHS significativamente menor en las mujeres con mayor IMC.
Por otra parte, se comprobó una correlación significativa entre la obesidad y el grosor endometrial. En el presente estudio no sólo se demostró un espesor del endometrio significativamente mayor en las pacientes obesas, sino que también se detectaron altos niveles de testosterona libre. Este es el resultado del descenso de la concentración de GTHS, que aumenta los niveles circulantes de estrógenos y testosterona libres, lo que implica un riesgo aumentado de cáncer de endometrio. Los autores proponen que la presencia de obesidad asociada a un incremento del espesor endometrial podría ser un indicador de alto riesgo de cáncer endometrial. Sin embargo, aún no está dilucidado si el riesgo se debería sólo al aumento de estrógenos libres circulantes o a otros factores. Otros autores señalaron que el aumento de testosterona libre y estrógenos guarda relación con el aumento de riesgo de cáncer en las mujeres posmenopáusicas, debido al incremento de la conversión periférica de testosterona en estradiol; además, determinaron una asociación significativa directa del IMC e inversa del nivel de GTHS sobre el riesgo de padecer este tipo de neoplasia.
Dentro de la población estudiada, se detectaron 6 casos que combinaron aumento marcado del espesor endometrial y presencia de cambios histopatológicos (adenocarcinoma, hiperplasia atípica e hiperplasia simple); en todas ellas se presentaron niveles altos de testosterona libre y bajos de GTHS.
Si bien estos datos son insuficientes para determinar la asociación entre los cambios histológicos del endometrio y el alto tenor de andrógenos circulantes, los investigadores sugieren considerar en conjunto el espesor endometrial y los niveles de testosterona y GTHS para su pesquisa.
Especialidad: Bibliografía - Ginecología - Oncología