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La Desvenlafaxina Mejora los Síntomas Climatéricos
- AUTOR : Cheng Rj, Dupont C, Pickar JH y colaboradores
- TITULO ORIGINAL : Effect of Desvenlafaxine on Mood and Climacteric Symptoms in Menopausal Women with Moderate to Severe Vasomotor Symptoms
- CITA : Climacteric 16(1):17-27, Feb 2013
- MICRO : El tratamiento con 100 y 150 mg diarios de desvenlafaxina se asocia con mejoría del estado de ánimo y de los síntomas climatéricos en las mujeres posmenopáusicas que presentan manifestaciones vasomotoras moderadas a graves. Respecto del placebo, más enfermas tratadas con desvenlafaxina refirieron estar satisfechas o muy satisfechas con la terapia.
Introducción
Los sofocos, la sudoración nocturna, la sequedad vaginal, los trastornos del sueño y del estado de ánimo, las irregularidades menstruales y la disfunción sexual son algunos de los síntomas que caracterizan el período perimenopáusico. Aunque los síntomas vasomotores (sofocos y sudoración nocturna) son sumamente frecuentes en las mujeres occidentales, el clima, las características de la dieta, la masa corporal y los patrones culturales reproductivos son algunos de los factores que influyen en la frecuencia e intensidad de estos síntomas. Según las estimaciones de un estudio, la incidencia de síntomas vasomotores en las mujeres estadounidenses perimenopáusicas y posmenopáusicas es del 35% al 50% y del 30% al 80%, respectivamente. A su vez, los síntomas vasomotores serían más importantes en las mujeres con mayor índice de masa corporal y en enfermas más jóvenes al momento de la menopausia.
Los síntomas vasomotores y los trastornos del sueño y del estado de ánimo comprometen significativamente la calidad de vida y la productividad; en un estudio previo, el 81.3% de las mujeres con sofocos importantes presentó también alteraciones crónicas del sueño.
Durante la perimenopausia, las mujeres son particularmente vulnerables a presentar trastornos del estado de ánimo; en una investigación las mujeres posmenopáusicas tuvieron el doble de riesgo de depresión, en comparación con las mujeres premenopáusicas. En otro estudio, las que mostraban síntomas vasomotores tuvieron cuatro veces más riesgo de presentar depresión, en comparación con las mujeres sin síntomas vasomotores, independientemente de los antecedentes de enfermedad psiquiátrica. A la inversa, una investigación transversal en 581 mujeres de 45 a 54 años, la incidencia de síntomas climatéricos fue mucho más alta en las enfermas con depresión: 72% y 62% para los sofocos; 66% y 52% para la sudoración nocturna; 61% y 39% para los trastornos del sueño; 68% y 41% para las alteraciones del estado de ánimo y 60% en comparación con 37%, respectivamente, para los trastornos de la memoria.
La aparición de los síntomas vasomotores depende esencialmente de las fluctuaciones y la reducción de los niveles de estrógenos durante la perimenopausia y la posmenopausia; de hecho, la terapia con estrógenos –en forma aislada o en combinación con progestágenos– se asocia con mejoría sustancial de los síntomas vasomotores. En cambio, la eficacia de esta forma de tratamiento sobre los trastornos del estado de ánimo es mucho menos conocida.
Los autores recuerdan que los estrógenos ejercen fuertes efectos moduladores sobre los sistemas de neurotransmisión mediada por serotonina y norepinefrina, en diversas localizaciones cerebrales. Un grupo sugirió que las vías centrales dependientes de la serotonina y la norepinefrina tienen un papel decisivo en el control del estado de ánimo; diversos trabajos demostraron que los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y los inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina (ISRN) mejoran considerablemente los trastornos del estado de ánimo. Sin embargo, advierten los expertos, dichas investigaciones abarcaron un escaso número de participantes, fueron de corta duración y aplicaron escalas diferentes para valorar la evolución. Más aun, en algunas de ellas se incluyeron mujeres con cáncer de mama, en quienes los síntomas vasomotores pueden estar relacionados con el tratamiento antineoplásico.
La desvenlafaxina es un ISRS aprobado por la US Food and Drug Administration (FDA) para el tratamiento de la depresión mayor. Además, en muchos países el fármaco ha sido aprobado para el alivio de los síntomas vasomotores vinculados con la menopausia. En un estudio previo de los autores, el tratamiento con desvenlafaxina en dosis de 100 mg y 150 mg por día durante 12 semanas redujo en 65.4% y 66.6%, respectivamente, el número de sofocos por día. En el presente análisis, utilizaron los datos de la investigación mencionada para evaluar los efectos de la venlafaxina sobre los trastornos del estado de ánimo, los síntomas climatéricos y el nivel de satisfacción de las pacientes con la terapia.
Participantes y métodos
El estudio original tuvo un diseño multicéntrico, aleatorizado, a doble ciego y controlado con placebo; se llevó a cabo entre 2006 y 2007 y abarcó mujeres sanas posmenopáusicas reclutadas en 34 centros de los Estados Unidos. Fue requisito que las enfermas tuvieran un índice de masa corporal (IMC) igual o inferior a 40 kg/m2 y que refirieran siete o más episodios de sofocos por día, de intensidad moderada a importante (o 50 sofocos o más por semana).
La menopausia se definió en presencia de amenorrea espontánea de 12 meses o más de duración; amenorrea espontánea de 6 meses o más de duración en combinación con niveles de hormona folículo-estimulante (FSH) por encima de 40 mUI/ml, ooforectomía bilateral al menos seis semanas antes o histerectomía sin ooforectomía bilateral, con concentración de FSH > 40 mUI/ml. Se excluyeron las mujeres con depresión mayor, trastorno bipolar, psicosis o trastorno de ansiedad generalizada, entre otros criterios.
Las participantes fueron aleatoriamente asignadas al tratamiento con 100 mg por día de desvenlafaxina (DV100), con desvenlafaxina en dosis de 150 mg diarios (DV150) o placebo durante doce semanas. La dosis final se incrementó progresivamente durante la primera semana; igualmente, la dosis se redujo gradualmente en el transcurso de otras dos semanas; el seguimiento se prolongó hasta siete días después de finalizada la terapia. En el estudio original se comunicaron los efectos del tratamiento sobre los síntomas vasomotores. En el presente ensayo se evaluaron diversos parámetros secundarios de análisis. La mejoría de los trastornos del estado de ánimo se valoró con el Profile of Mood Status (POMS) en las semanas 4 y 12. Los autores destacan que dicha escala ha sido ampliamente utilizada para evaluar los trastornos del estado de ánimo en las mujeres posmenopáusicas. La escala incluye 65 aspectos que se cuantifican en escalas de 5 puntos. El puntaje normal del POMS Total Mood Disturbance (TMD) es de 20; los valores más altos sugieren trastornos más importantes del estado de ánimo.
También se evaluaron los cambios en la Greene Climateric Scale (GCS), la satisfacción con el tratamiento según las respuestas de seis secciones del Menopause Symptoms Treatment Satisfaction Questionnaire (MS-TSQ) y la intensidad del dolor con escalas visuales analógicas (Visual Analog Scale for Pain Intensity [VAS-PI]). La GCS permite determinar 21 síntomas climatéricos en conjunto, agrupados en seis dominios (síntomas psicológicos, ansiedad, depresión, síntomas somáticos, síntomas vasomotores e interés sexual). Por su parte, el MS-TSQ permite conocer la satisfacción con la terapia en términos de ocho manifestaciones: control diurno de los sofocos, control nocturno de los sofocos, calidad del sueño, estado de ánimo y emociones, interés sexual, capacidad de concentración, tolerabilidad y satisfacción global en las cuatro semanas previas. Los síntomas se cuantifican en escalas de 5 puntos. Los análisis estadísticos se realizaron en la población con intención de tratar (PIT); cuando no se dispuso de los datos completos se aplicó el método de arrastre, con extrapolación de la última observación (last observation carried forward [LOCF]). Las modificaciones en las escalas, en relación con el tratamiento con desvenlafaxina, se analizaron con modelos de covarianza.
Las mujeres se agruparon según los valores del puntaje del TMD, considerando un umbral de normalidad de 20 puntos. Mediante análisis de variables múltiples se determinó el efecto del tratamiento sobre los subdominios del POMS, con ajuste según la edad, el origen étnico, el tipo de menopausia y los valores basales de la escala. En especial, se analizó la influencia de la terapia sobre el dominio 19 de la GCS, que refleja las consecuencias de los sofocos sobre las actividades diarias. Las correlaciones se analizaron con coeficientes de Pearson.
Resultados
La muestra inicial incluyó 153 mujeres asignadas al grupo DV100, 152 asignadas al DV150 y 153 mujeres que recibieron placebo. Los índices de interrupción prematura del tratamiento, por diversos motivos, fueron similares en los tres grupos. Tampoco se encontraron diferencias importantes en los parámetros demográficos. La mayoría de las participantes eran de raza blanca (82.74%) y presentaba menopausia natural (79.87%). La edad promedio fue de 53.4 años; la posmenopausia natural y la menopausia posquirúrgica tenían una duración promedio de 4.38 y 11.36 años, respectivamente.
El puntaje basal del POMS TMD fue de 22.6 a 24.9 puntos, en tanto que el de la GCS estuvo entre 16.3 y 17.1 puntos. Al inicio no se registraron diferencias entre los grupos en las variables de análisis. Las mujeres con sofocos basales más intensos (n = 358) presentaron valores más altos en la GCS y en cada uno de los seis subdominios de la escala, en comparación con las enfermas que refirieron síntomas vasomotores débiles (n = 62; p < 0.001).
Se encontraron correlaciones débiles pero significativas entre el puntaje global de la GCS y el número de sofocos moderados o intensos en las asignadas a los grupos DV150 y placebo (r = 0.250 y r = 0.239; respectivamente; p < 0.05, en los dos casos) pero no en el grupo DV100 (r = 0.129). La intensidad de los sofocos se correlacionó con el puntaje global de la GCS sólo en el grupo placebo (r = 0.223; p < 0.05). El puntaje basal del POMS TMD se correlacionó fuertemente con el puntaje total de la GCS en todos los grupos (r = 0.705 a 0.820; p < 0.05 en todos los casos).
El estado de ánimo mejoró en los dos grupos activos, respecto del placebo, en las semanas 4 y 12. De hecho, el puntaje en el POMS TMD se redujo en todos los casos en forma significativa (p ≤ 0.045). El tratamiento con DV100 y DV150 se asoció con reducciones sustanciales en el POMS TMD, de 22.78 y 18.01 puntos, respectivamente, en relación con el inicio en comparación con -11.94 puntos en el grupo placebo (p < 0.001 y p = 0.045, en ese orden) en la semana 12. Las mujeres tratadas con desvenlafaxina refirieron mejoría en los seis subdominios del POMS. Respecto del placebo, la terapia con DV100 se asoció con reducciones significativas en cinco de las seis secciones del POMS en la cuarta semana (temor y hostilidad, p < 0.001; tensión y ansiedad, p = 0.044; confusión/aturdimiento, p = 0.002; depresión y desaliento, p < 0.001, vigor y actividad, p = 0.002) y en cuatro de los seis parámetros (enojo y hostilidad, p < 0.001; tensión y ansiedad, p = 0.003; confusión, p < 0.001, depresión, p < 0.001), en la semana 12. La terapia con DV150 indujo mejorías considerables en dos subdominios (enojo y hostilidad, p = 0.001 y depresión/desaliento, p = 0.008) en la cuarta semana y en tres variables en la semana 12 (enojo y hostilidad, p = 0.05; tensión y ansiedad, p = 0.011 y depresión, p = 0.006).
Las mujeres con una puntuación basal del TMD de 20 o más asignadas a los grupos DV100 y DV150 presentaron mejorías significativamente más importantes en el puntaje de la escala en la semana 12, en comparación con las participantes del grupo placebo (p < 0.01 y p < 0.05, respectivamente). En la semana 12, el tratamiento con DV100 se asoció con mejorías considerables en cuatro de los seis dominios (enojo y hostilidad, p < 0.01; tensión y ansiedad, p < 0.01; confusión, p < 0.01; depresión, p < 0.05) en las mujeres con puntaje de 20 o mayor. De la misma forma, en la semana 12, la administración de DV150 indujo mejorías significativas en tres de los seis subdominios (enojo y hostilidad, p < 0.01; tensión y ansiedad, p < 0.01; depresión y desaliento, p < 0.01) en las participantes con puntaje basal del TMD de 20 o más alto. Por el contrario, el tratamiento con DV100 y DV150 no indujo cambios importantes en aquellas con puntajes basales del TMD < 20.
Los puntajes del POMS TMD se correlacionaron fuertemente con la puntuación global de la GCS en todos los grupos de tratamiento en la cuarta semana (r = 0.718 a 0.773; p < 0.05, en todos los casos) y en la semana 12. Se encontraron correlaciones leves pero significativas entre los puntajes del estado de ánimo y el número de sofocos moderados a intensos en los grupos DV150 y placebo en la cuarta semana (r = 0.253 y r = 0.288, respectivamente); en la semana 12 se observaron correlaciones en todos los grupos de terapia.
Los síntomas climatéricos mejoraron en los dos grupos activos a juzgar por el descenso del puntaje de la GCS en las semanas 4 y 12 (p < 0.001 en los dos casos). Las mujeres tratadas con DV100 refirieron mejoría considerable en cuatro de los seis dominios, respecto del placebo, en la cuarta semana (depresión, trastornos psicológicos, interés sexual y escalas vasomotoras; p ≤ 0.048 en todos los casos). El tratamiento con DV150 se asoció con descensos sustanciales de tres de las seis secciones, respecto del placebo, en la semana 4 (depresión, trastornos en la esfera psicológica y escala vasomotora; p ≤ 0.005). Los resultados fueron similares para la semana 12; sin embargo, en ese momento también se registró una mejoría sustancial del dominio de ansiedad en los dos grupos activos. Se comprobaron correlaciones significativas entre el puntaje global en la GCS y el número de sofocos moderados o intensos en las semanas 4 y 12 para todos los grupos (r = 0.304 a 0.466; p < 0.05, en todos los casos). Los sofocos también se correlacionaron con el puntaje global de la GCS en los dos momentos de valoración; no obstante, las correlaciones fueron más débiles (r = 0.199 a 0.363; p < 0.05, en todos los casos). El número de sofocos nocturnos se correlacionó en forma significativa con el puntaje total de la GCS en todos los grupos, en ambos momentos de valoración (r = 0.316 a 0.553; p < 0.05, en todos los casos), con excepción del grupo de DV150 en la semana 12 (r = 0.174).
En el estudio original, la terapia con DV100 y DV150 se acompañó de un aumento considerable del nivel de satisfacción global, respecto del placebo en la semana 12, a juzgar por los valores del MS-TSQ (p < 0.001 y p = 0.002, respectivamente). Las mujeres del presente análisis también refirieron mayor satisfacción con la terapia con desvenlafaxina, en comparación con el placebo, en la semana 4 (p ≤ 0.003 para ambas comparaciones).
Un mayor porcentaje de mujeres tratadas con DV100 y DV150, respecto de las integrantes del grupo placebo, refirieron estar satisfechas o muy satisfechas en términos del alivio de los sofocos diurnos y nocturnos, en los dos momentos de valoración. Las participantes de los dos grupos activos también estuvieron más conformes en relación con otros cuatro dominios del MS-TSQ: calidad del sueño (p ≤ 0.021), estado de ánimo y emociones (p< 0.001), interés sexual (p ≤ 0.009) y capacidad de concentración (p ≤ 0.011 en ambos casos).
La satisfacción global con el tratamiento se correlacionó en forma significativa con los sofocos moderados o graves en las semanas 4 y 12 (r = 0.419 a 0.593; p < 0.05), el número de despertares nocturnos (r = 0.349 a 0.504; p < 0.05 en todos los casos) y la intensidad de los sofocos (r = 0.351 a 0.413; p < 0.05, para todas las comparaciones). Aunque se observaron correlaciones sustanciales entre los puntajes del POMS TMD y el nivel de satisfacción global en las semanas 4 y 12 en todos los grupos, fueron leves en el grupo placebo.
No se registraron diferencias significativas en los puntajes de la VAS-PI en ningún momento de valoración y en ningún grupo de terapia.
Discusión y conclusiones
Según los resultados de la presente investigación, la desvenlafaxina representa una opción para el tratamiento de los trastornos del estado de ánimo y de los síntomas climatéricos en las mujeres posmenopáusicas sin depresión. La administración de desvenlafaxina en dosis de 100 y 150 mg redujo considerablemente el puntaje POMS TMD, respecto del placebo, en la semana 12. Los dominios que más mejoraron fueron los de enojo/hostilidad, tensión/ansiedad, confusión/aturdimiento y depresión/desaliento.
La terapia con desvenlafaxina también se asoció con mejoría del puntaje total de la GCS y, especialmente, de los subdominios de psicopatología, ansiedad y depresión. En cambio, a diferencia de una investigación previa en la cual el tratamiento redujo los puntajes en las escalas de dolor (los autores recuerdan que las artralgias y el dolor lumbar son frecuentes en las mujeres posmenopáusicas), en la presente investigación, la desvenlafaxina no modificó los puntajes en la VAS-PI.
Los beneficios de los ISRS y de los ISRN en la mejoría del estado de ánimo en las mujeres posmenopáusicas han sido referidos por otros grupos. Aunque las mujeres con depresión fueron excluidas de la presente investigación, la desvenlafaxina ha sido aprobada para el tratamiento de la depresión mayor.
En conclusión, afirman los autores, el análisis de los parámetros secundarios de un trabajo previo con desvenlafaxina en dosis de 100 y 150 mg por día reveló mejorías importantes del estado de ánimo, especialmente en las mujeres que referían este trastorno en forma basal. También se constató un efecto favorable sobre los síntomas climatéricos en general en las enfermas sin depresión que presentaban síntomas vasomotores moderados a graves. Por último, el nivel de satisfacción con el tratamiento fue considerablemente más importante en las participantes asignadas al tratamiento con desvenlafaxina, respecto de las integrantes del grupo placebo.
Ref : GIENCO, NEURO, ALFAXIN.
Especialidad: Bibliografía - Ginecología - Neurología