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Existe una Asociación Significativa entre la Salud y el Empleo

  • AUTOR : Pit SW Y byles J
  • TITULO ORIGINAL : The Association of Health and Employment in Mature Women: A Longitudinal Study
  • CITA : Journal of Women’s Health 21(3):273-280, Mar 2012
  • MICRO : Los factores demográficos y relacionados con el estado de salud, como las enfermedades, las conductas de riesgo y la calidad de vida, influyen sobre el funcionamiento laboral de las mujeres mayores.

Introducción y objetivos

Existe un desequilibrio entre las mujeres y los hombres en cuanto al nivel adquisitivo que logran a la hora de cesar su actividad laboral. Las mujeres, en general, poseen un nivel económico inferior, lo cual puede vincularse con la fragmentación de su carrera laboral, en especial en presencia de discapacidad o problemas de salud. Es importante que las mujeres maduras obtengan una jubilación más elevada, especialmente si presentan problemas de salud. El estado de salud en un motivo principal de retiro laboral entre las personas mayores; en este sentido, los problemas de salud pueden afectar el desempeño laboral y forzar la jubilación temprana de las mujeres. Esto varía según las circunstancias y el estado de salud de cada mujer; no obstante, el contexto laboral se ve influenciado por otros factores, como las condiciones del mercado laboral, los incentivos económicos para la jubilación y las características de la atención médica que reciben los trabajadores.

El Finnish Institute of Occupational Health creó la House of Work Ability. Esta herramienta puede emplearse para conceptualizar la complejidad vinculada con el trabajo y promover la continuidad de la actividad laboral durante el envejecimiento. Comprende cuatro «pisos» que interconectan la dimensión personal vinculada con la salud, el funcionamiento, la competencia, los valores, la actitud y la motivación, y la dimensión laboral, integrada por las condiciones, los contenidos, las demandas, la comunidad, el liderazgo y la organización laborales. Además, se tienen en cuenta factores externos, familiares, ambientales y sociales.

El presente estudio se llevó a cabo para evaluar qué tipo de problemas generan la disminución del desempeño laboral de las mujeres maduras con el fin de mejorar su condición económica. Las autoras prestaron especial atención a las consecuencias de la salud sobre el trabajo y al nivel de desempeño laboral en presencia de diferentes problemas de salud.

Pacientes y métodos

El presente estudio se llevó a cabo en el contexto del Australian Longitudinal Study on Women’s Health. El estudio original se diseñó con el fin de evaluar los factores que influyen sobre la salud y el bienestar de las mujeres durante 20 años de seguimiento. Se incluyeron mujeres nacidas entre 1946 y 1951. La primera evaluación fue llevada a cabo en 1996, en 13 715 participantes. Luego, se realizaron evaluaciones adicionales en 1999, 2002, 2004 y 2007.

La información sobre la actividad laboral de las mujeres se recolectó mediante un cuestionario autoadministrado que permitió dividir la cohorte en mujeres laboralmente activas e inactivas. También se reunió información sobre las características demográficas en términos de residencia, en zona rural o urbana, nivel educativo, estado civil y convivencia con hijos. Con el fin de evaluar indicadores socioeconómicos generales se aplicó el Socioeconomic Disadvantage Index.

La evaluación del estado de salud se efectuó según los diagnósticos recibidos durante los últimos 3 años. Las enfermedades evaluadas incluyeron la artritis, la diabetes, la enfermedad cardiaca, la hipertensión arterial, el cáncer y el accidente cerebrovascular, entre otras. El estilo de vida se valoró según la presencia de tabaquismo y el índice de masa corporal. Para evaluar la calidad de vida relacionada con el estado de salud se aplicó el cuestionario Short-Form 36 Quality of Life (SF-36), del cual se derivaron un componente físico y un componente mental.

Resultados

De acuerdo con lo observado en 2001, 2004 y 2007, el 77%, 72% y 67% de las mujeres tenían empleo, respectivamente. Debe considerarse que se observó un sesgo hacia la participación de las mujeres con más probabilidad de tener empleo a medida que transcurrieron las instancias de evaluación.

La realización de un análisis transversal permitió comparar las mujeres con y sin él en términos sociodemográficos, de salud y del estilo de vida. No se hallaron diferencias significativas entre ambos grupos en cuanto a la región de residencia y a la edad. El desempleo se asoció con mayor probabilidad de estar en pareja o en matrimonio y de ser responsable por el cuidado de alguien con quien se convive. En cambio, las mujeres empleadas presentaron mayor probabilidad de estar divorciadas o separadas y de convivir con sus hijos, y obtuvieron resultados significativamente superiores ante la aplicación de los Relative Socioeconomic Disadvantage Indexes. Las mujeres que no tenían trabajo presentaron mayor probabilidad de referir problemas de salud como artritis, diabetes, osteoporosis, cardiopatías, hipertensión, depresión y asma, entre otros, en comparación con las mujeres laboralmente activas, en tanto que esta asociación no se halló al considerar el accidente cerebrovascular y las neoplasias. El desempleo se asoció con una probabilidad significativamente mayor de obesidad y tabaquismo. En cuanto a la calidad de vida, las mujeres desempleadas obtuvieron un puntaje inferior correspondiente a los componentes físico y mental de la SF-36. A medida que transcurrió el tiempo se observó un aumento del puntaje correspondiente al componente mental, en tanto que el puntaje correspondiente al componente físico no se modificó. Con el transcurrir del tiempo también disminuyó la proporción de mujeres casadas y que convivían con sus hijos.

El análisis longitudinal de la información obtenida indicó que, a medida que transcurrió el tiempo, disminuyó la probabilidad de tener empleo. Los problemas de salud que resultaron estadísticamente significativos en el análisis transversal fueron incluidos en un modelo de análisis junto con las características sociodemográficas. Esto permitió la valoración de diferentes factores al mismo tiempo. Como resultado se observó que los problemas de salud fueron más probables entre las mujeres desempleadas. La consideración de los problemas de salud junto con el estilo de vida indicó una asociación entre el tabaquismo, la obesidad y el empleo. Finalmente, se creó un modelo de análisis que incluyó tanto los problemas de salud como el estilo de vida y la calidad de vida relacionada con la salud. Esto permitió observar una relación entre la baja probabilidad de tener empleo y la presencia de trastornos psiquiátricos, diabetes o hipertensión arterial. Por último, a medida que aumentó el puntaje de la SF-36, tanto al considerar la dimensión física como la mental, aumentó la probabilidad de tener empleo.

Discusión

De acuerdo con los resultados obtenidos, las autoras señalan que tanto los factores demográficos como el estado de salud influyen sobre el funcionamiento laboral de las mujeres mayores. Los factores vinculados con la salud que afectan el funcionamiento laboral de las mujeres incluyen tanto enfermedades como conductas de riesgo y cuestiones vinculadas con la calidad de vida. Al igual que en el presente estudio, otros autores hallaron una relación entre la disminución de la probabilidad de tener un empleo y el bajo nivel educativo, los problemas socioeconómicos, no tener pareja y ser responsable del cuidado de otro individuo con quien se convive.

Las enfermedades que presentaron un mayor nivel de asociación con las características del empleo fueron las de índole psiquiátrica. Las mujeres que no tenían empleo presentaron una probabilidad significativamente superior de obesidad y tabaquismo. No obstante, al considerar la calidad de vida se observó una disminución de este efecto. Las investigadoras sugieren que la relación entre el tabaquismo y la obesidad con el empleo está influenciada por la perspectiva de las mujeres respecto de su calidad de vida. Además, la consideración de la calidad de vida al efectuar el análisis resultó en la ausencia de asociación entre algunas enfermedades y el empleo. En cambio, otras enfermedades tuvieron una relación significativa con el empleo más allá de la calidad de vida. Existen factores que no pueden ser controlados por las mujeres y que parecen influir sobre los resultados mencionados, como la predisposición del empleador para dar trabajo a mujeres con características determinadas. No obstante, también se informó que las mujeres que presentan más problemas de salud tienen una probabilidad superior de renunciar a sus empleos en comparación con aquellas con un mejor estado de salud.

A medida que transcurrió el tiempo se verificó una mejoría de la salud mental, en tanto que la salud física no se modificó. Este hallazgo tuvo lugar tanto entre las mujeres empleadas como entre aquellas desempleadas. En coincidencia, otros autores informaron un efecto positivo del envejecimiento sobre la salud mental. Esto resulta destacable si se considera que la mejoría de la salud mental se asoció con el aumento del nivel de empleo. Es posible que la actividad laboral se asocie con la mejoría de la autoestima y de los vínculos sociales, entre otros factores, lo cual a su vez contribuye con la salud mental. De acuerdo con los resultados obtenidos, la identificación de las mujeres que renunciarán a sus empleos puede facilitarse si se considera la presencia de problemas de salud, obesidad, tabaquismo o afectación de la calidad de vida. Las enfermedades a considerar incluyen los trastornos psiquiátricos, la diabetes, la hipertensión, la dorsalgia, la artritis y el cáncer.

Entre las limitaciones del presente estudio se destaca que la mayor proporción de las mujeres evaluadas durante las últimas 3 consultas tenía empleo en la evaluación inicial, lo cual podría resultar en la subestimación de la magnitud de efecto de los problemas de salud sobre el empleo. Finalmente, no se tuvo en cuenta el nivel de ocupación y la gravedad de las enfermedades.

Conclusión

El funcionamiento laboral de las mujeres mayores se ve influenciado por factores de salud y sociodemográficos. Concretamente, las mujeres solteras o en situación de desventaja tienen una probabilidad mayor de estar empleadas; en cambio, aquellas que están encargadas del cuidado de otro individuo con el que conviven o que presentan enfermedades tienen menos probabilidades de contar con un empleo. Según las autoras, estos hallazgos son de utilidad para comprender los factores que afectan el funcionamiento laboral de las mujeres mayores y prevenir la disminución de la actividad laboral de esta población.

Ref : GINECO.

Especialidad: Bibliografía - Ginecología

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