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Relación entre Resistencia a la Insulina y Riesgo de Enfermedad Coronaria

  • AUTOR : Kim J, Chae YK, Chernoff A
  • TITULO ORIGINAL : The Risk for Coronary Heart Disease According to Insulin Resistance with and without Type 2 Diabetes
  • CITA : Endocrine Research 38(4):195-205, Nov 2013
  • MICRO : La resistencia a la insulina confirió mayor riesgo de enfermedad coronaria que la diabetes tipo 2.

Introducción

La frecuencia de diabetes está en aumento y el tipo más frecuente en los adultos es el 2. En la diabetes tipo 2 hay disfunción de las células beta y resistencia a la insulina, que generan hiperglucemia. La diabetes es el factor de riesgo principal de enfermedad cardiovascular y, la de tipo 2, con frecuencia se acompaña de diversos factores de riesgo de enfermedad cardiovascular. El National Cholesterol Education Program considera la diabetes un equivalente de enfermedad coronaria. Sin embargo, no se ha dilucidado el mecanismo patogénico de la enfermedad cardiovascular en la diabetes tipo 2 y las estrategias óptimas para evitarla son debatibles. Se discute el papel de la hiperglucemia en la aparición de la enfermedad cardiovascular en la diabetes tipo 2, mientras que se informó que la resistencia a la insulina incrementa el riesgo de enfermedad cardiovascular en las personas con diabetes o sin esta enfermedad. La resistencia a la insulina también se relacionó con alteraciones metabólicas, en la fibrinólisis, y con hipercoagulabilidad.

En consecuencia, los autores consideran que la resistencia a la insulina parece ser el principal mecanismo patogénico de la enfermedad cardiovascular en la diabetes tipo 2. Los objetivos de estudio fueron evaluar el papel de la resistencia a la insulina con respecto a la hiperglucemia en el riesgo de enfermedad coronaria y analizar la interacción entre ambas.

Métodos

El diseño del estudio fue transversal y se basó en los datos de la National Health and Nutrition Examination Survey III (NHANES), realizada entre 1988 y 1994, en la población civil estadounidense no institucionalizada. Los participantes completaron un cuestionario y fueron sometidos a un examen completo, que incluyó la determinación de los datos antropométricos, fisiológicos y de laboratorio. Para esta investigación se seleccionaron las personas de 40 años o más porque, en este grupo etario, son más frecuentes las alteraciones metabólicas y la enfermedad coronaria. La muestra final consistió en 4 825 personas, luego de excluir aquellas con diabetes tipo 1, un ayuno inferior a las 8 horas, embarazadas o con datos incompletos.

La enfermedad coronaria se determinó sobre la base de los antecedentes de un infarto cardíaco o una respuesta positiva en el cuestionario en la sección de angina de pecho.

La resistencia a la insulina y la actividad de las células beta se calculó según el homeostasis model assessment (HOMA) II. La resistencia a la insulina es la inversa de la sensibilidad a la insulina. La resistencia a la insulina calculada sufrió una transformación logarítmica para obtener una distribución normal y se categorizó como -1 o inferior, -1 a 0, 0 a 1 y > 1 (0 corresponde a la población de referencia normal).

La diabetes se definió según el diagnóstico previo, el uso de fármacos hipoglucemiantes o un nivel de glucemia en ayunas de 126 mg/dl o más luego de 8 horas o más de ayuno.

La hipertensión arterial se estableció sobre la base del diagnóstico previo, el uso de antihipertensivos o una presión arterial de 140/90 mm Hg o más.

Se consideró obesidad abdominal a la circunferencia de la cintura > 102 cm en los hombres y > 88 cm en las mujeres.

La hipercolesterolemia se definió ante niveles de colesterol total de 240 mg/dl o más, mientras que el colesterol asociado con lipoproteínas de alta densidad (HDLc) con concentraciones < 40 mg/dl en los hombres y < 50 mg/dl en las mujeres se consideró disminuido.

Las concentraciones mínimas detectables de proteína C-reactiva (PCR) se establecieron en 0.22 mg/dl y se definieron categorías (< 0.22 mg/dl, 0.22-1 mg/dl y 1 mg/dl o más).

Se determinó el antecedente de tabaquismo y el consumo de alcohol; cualquier participación en actividad física durante un mes antes de la encuesta se consideró actividad física.

La educación se categorizó en < 9 años, 9 a 11 años o 12 años o más.

Las variables categóricas se analizaron con la prueba de chi al cuadrado de Pearson y las continuas con regresión lineal y la prueba de Wald. Para obtener los odds ratios (OR) ajustados, con los intervalos de confianza del 95% (IC 95%), de enfermedad coronaria según el logaritmo de resistencia a la insulina y diabetes tipo 2, con referencia a la población no diabética, se utilizaron los modelos de regresión logística múltiple. Se consideró estadísticamente significativo un valor de p inferior a 0.05.

Resultados

La prevalencia estimada de enfermedad coronaria y de diabetes tipo 2 en esta población fue del 9.1% y 10.5%, respectivamente. La prevalencia de diabetes tipo 2, los niveles de hemoglobina glucosilada y el logaritmo de resistencia a la insulina fueron superiores en las personas con enfermedad coronaria con respecto a las que no la tuvieron. Los pacientes con enfermedad coronaria también mostraron un logaritmo mayor de actividad de las células beta, pero la diferencia y el valor de p fueron menos sustanciales. En las personas sin diabetes, el logaritmo de la resistencia a la insulina varió entre -2 y 2 (0 para la población sana de referencia) y entre aquellas con diabetes se ubicó entre 0 y 2. La resistencia a la insulina fue frecuente y los logaritmos > 1 se encontraron en el 6.3% de los participantes sin diabetes y en el 12.1% de la población diabética. Sin embargo, las personas sin diabetes mostraron una mayor actividad de células beta con relación a la resistencia a la insulina como mecanismo de compensación, mientras que aquellas con diabetes tuvieron una actividad errática de células beta, con una correlación débil con la resistencia a la insulina.

Los OR de enfermedad coronaria se incrementaron a medida que aumentó la resistencia a la insulina, tanto en las personas con diabetes o sin ella. Al respecto, con un logaritmo de resistencia a la insulina > 1, el riesgo de enfermedad coronaria no fue diferente en la población con diabetes o sin ella (OR: 1.12; IC 95%: 0.76-1.65). Es más, el riesgo de enfermedad coronaria fue superior entre las personas sin diabetes cuando el logaritmo de resistencia a la insulina fue > 1 respecto de aquellas con diabetes con un logaritmo de resistencia a la insulina de 1 (OR: 0.55; IC 95%: 0.36-0.85).

La hemoglobina glucosilada en los pacientes diabéticos y los factores de riesgo metabólicos de enfermedad coronaria (índice de masa corporal, circunferencia de la cintura, HDLc y PCR), tanto en las personas con diabetes o sin ella, empeoraron a medida que aumentó la resistencia a la insulina, a pesar del incremento de actividad de las células beta.

El incremento en la presión arterial y en el colesterol total, según la resistencia a la insulina, se observó sólo en las personas sin diabetes. Los individuos sin diabetes no presentaron un mejor perfil metabólico en comparación con los sujetos diabéticos, cuando la resistencia a la insulina se encontró dentro del mismo rango, excepto para la hemoglobina glucosilada y la circunferencia de la cintura.

Discusión

El hallazgo principal de la presente investigación señaló que la presencia de diabetes tipo 2 no aumentó el riesgo de enfermedad coronaria cuando la resistencia a la insulina resultó elevada. En la población general, la resistencia a la insulina fue bastante frecuente. La resistencia a la insulina per se conlleva un riesgo superior de enfermedad coronaria que la diabetes tipo 2. Estos resultados indicaron que el mecanismo fisiopatogénico principal para la aparición de enfermedad coronaria es la resistencia a la insulina en la diabetes tipo 2.

Según los datos existentes, el papel de la hiperglucemia en la aterosclerosis se limita a la fase inicial de la diabetes, mientras que, por el contrario, la resistencia a la insulina cumple un papel significativo en todas las etapas del proceso de aterosclerosis. En las etapas iniciales y medias de este proceso, la resistencia a la insulina se asoció con disfunción endotelial, la formación de células espumosas y la proliferación y la migración de las células del músculo liso vascular, mientras que, en las etapas finales, promueve la apoptosis de los macrófagos y las células del músculo liso.

Conclusión

La resistencia a la insulina confirió mayor riesgo de enfermedad coronaria que la diabetes tipo 2. Esta investigación avaló la noción de que la enfermedad cardiovascular en la diabetes tipo 2 se relaciona más con la resistencia a la insulina que con la hiperglucemia. Es necesaria la realización de estudios prospectivos para evaluar el riesgo de enfermedad cardiovascular según la resistencia a la insulina y la diabetes y evaluar estrategias prácticas para identificar y tratar a las personas con resistencia a la insulina.

Ref : ENDO, CLMED, CARDIO.

Especialidad: Bibliografía - Cardiología - Clínica Médica - Endocrinología

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