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Terapia con Capsaicina

  • AUTOR : Chhabra N, Aseri M, Sankhla S
  • TITULO ORIGINAL : Capsaicin: A Promising Therapy – A Critical Reappraisal
  • CITA : International Journal of Nutrition, Pharmacology, Neurological Diseases 2(1):8-15, Ene 2012
  • MICRO : La capsaicina ha mostrado resultados en el tratamiento de varios síndromes que cursan con dolor crónico, también en la psoriasis, en algunos cuadros alérgicos, blefaroespasmo, cáncer de próstata, de pulmón y las leucemias, además de tener un efecto citoprotector sobre células gástricas. 

Introducción

La capsaicina se encuentra dentro del grupo de los capsaicinoides, derivados de las frutas secas de la familia de plantas solanáceas, y producidos como metabolitos secundarios por el ají picante, donde la capsaicina es el principal capsaicinoide. La capsaicina es un compuesto fenilpropanoide, hidrofóbico, incoloro, inodoro y de cristalino a ceroso. Su biosíntesis se realiza mediante el gen AT3, existen seis capsaicinoides naturales y uno sintético.

El mecanismo de acción de la capsaicina es la unión selectiva al subtipo 1 del receptor vainilloide, que es un receptor tipo canal iónico localizado en la membrana de neuronas sensoriales para el dolor y el calor. Al unirse a este receptor, genera la misma sensación de dolor tipo ardor que el calor excesivo o el daño abrasivo. Además, desencadena la liberación presináptica de neuropéptido P de fibras sensoriales tipo C, y lo agota tras el estímulo prolongado. La exposición sistémica a bajas dosis de capsaicina estimula las funciones nerviosas sensitivas, aumenta la sustancia P en tejidos no neuronales, y su receptor tiene un papel fundamental en la transducción del dolor térmico e inflamatorio. La capsazepina es un antagonista competitivo del receptor vanilloide que además bloquea las corrientes de calcio activadas por voltaje en las neuronas sensoriales.

Toxicidad

La capsaicina es altamente irritante sobre la piel, provoca una sensación de quemazón o ardor y luego de una exposición prolongada o en lugares con dermatitis preexistente genera flictenas o eritema, además de una desensibilización prolongada. La aplicación sobre los ojos de ratas o ratones provoca lagrimeo, dolor, conjuntivitis y blefaroespasmo. Sin embargo, se observó que este compuesto permitió una notable restauración en una mujer con blefaroespasmo.

La ingesta de grandes cantidades en los adultos, o pequeñas cantidades en los niños, ocasiona náuseas, dolor abdominal y diarrea; la dosis letal en los seres humanos es de 0.5 a 5 g/kg, y está dada por parálisis respiratoria. La inhalación de vapores con capsaicina genera en los seres humanos irritación pulmonar y desensibilización, broncoconstricción transitoria (independiente del hecho de ser fumador o asmático), tos e incoordinación de los movimientos del hemicuerpo superior. La tos puede ser modulada mediante el uso de opioides o anestésicos locales, y la resistencia de la vía aérea, mediante agentes colinérgicos.

Usos y efectos

La capsaicina activa las neuronas primarias poco mielinizadas, genera antinocicepción mediante la activación de receptores en terminales nerviosas aferentes de la médula espinal, además de bloquear la conducción de fibras C e inactivar la liberación de neuropéptidos de las terminales nerviosas periféricas. Estos efectos están en estudio para el tratamiento de los síndromes que cursan con dolor, mediante ungüentos tópicos o parches que se aplican durante 30 a 60 minutos y cada 90 días. También se está investigando su uso en el dolor posquirúrgico. Las cremas permiten el alivio temporal de los dolores musculares o articulares menores que se asocian con la artritis, la lumbalgia o los esguinces. El efecto analgésico aumenta en los estados inflamatorios y comienza luego de una respuesta inicial excitatoria del sistema vainilloide, de gran relevancia en la hiperalgesia inflamatoria.

Otro uso que se investigó para la capsaicina es en el tratamiento de la cefalea en racimos, mediante la desensibilización de neuronas sensoriales por agotamiento de la sustancia P. Un estudio reveló una menor intensidad del dolor al usar capsaicina intranasal en la narina ipsilateral, efecto que incluso mejoró luego de los siete días de tratamiento, y se beneficiaron más aquellos con enfermedad episódica que los que tenían la forma crónica. Dos estudios que utilizaron crema con capsaicina a 0.075% para el tratamiento de neuralgia posherpética demostraron una mejoría significativa, y los efectos adversos que se observaron fueron ardor o quemazón, que disminuyeron luego de la primera semana de aplicación regular de la crema, la cual según los autores debía ser de 4 veces por día.

La crema al 0.075% fue investigada en neuropatías, y una dosis tópica menor, de 0.025%, se utilizó en enfermedades musculoesqueléticas; en todos los casos se observó que la eficacia en el tratamiento del dolor crónico era de moderada a mala. En cuanto al dolor neuropático secundario a diabetes, un estudio que evaluó pacientes con radiculopatía o polineuropatía con intolerancia a otras terapias convencionales detectó que la crema tópica a 0.075% aplicada cuatro veces por día era efectiva para el tratamiento del dolor.

La patogénesis de la inflamación y el dolor en la artritis se asocian con la sustancia P, por lo que se evaluó la capsaicina en un estudio que utilizó cremas al 0.025%. El 80% de los pacientes tratados, tanto con osteoartritis como con artritis reumatoidea, presentaron una reducción del dolor luego de dos semanas de tratamiento, con sólo ardor transitorio en el sitio de aplicación como efecto adverso. La misma dosis permitió que la sensibilidad al dolor fuera menor luego de cuatro semanas en la fibromialgia, además de generar un aumento significativo de la fuerza de agarre.

El efecto de placer y euforia que se obtiene de los alimentos que contienen capsaicina proviene de la liberación de endorfinas mediada por dolor, y la acción sobre las corrientes de potasio de las papilas gustativas modifica la sensación gustativa. La capsaicina acentúa la acidez posprandial, probablemente mediante un efecto directo sobre las neuronas sensoriales, y provoca un aumento en el componente no parietal de las respuestas secretorias gástricas, el vaciamiento estomacal y la secreción de glucagón. Previene el daño sobre la mucosa gástrica producido por la indometacina o el alcohol, y un estudio demostró que no provoca úlcera gástrica, y que incluso, mediante su estímulo sobre las neuronas aferentes gástricas, la secreción alcalina de mucus y sobre la circulación de la mucosa, previene y favorece la curación de las úlceras. La administración sistémica de capsaicina en el síndrome de boca ardiente, una expresión de dolor facial atípico, es efectiva en el corto plazo, pero la toxicidad gastrointestinal impide su uso por tiempo prolongado.

A pesar de los informes sobre la aparición de hipotensión y bradicardia como efectos adversos cardiovasculares de la capsaicina, la inyección intravenosa en perros genera en forma temporal taquicardia e hipertensión, sin alterar los potenciales cardíacos y con mínima toxicidad sobre los órganos.

En cuanto al efecto de la capsaicina sobre el cáncer, estudios previos sugirieron una acción promotora de la apoptosis en células neoplásicas de próstata y de pulmón, con una reducción del tamaño tumoral de cuatro quintos en un modelo en ratones, e inhibición del crecimiento de células leucémicas. La acción citotóxica de la capsaicina es mediante la generación de especies reactivas del oxígeno y, en forma similar a la coenzima Q1, el colapso de los potenciales de membrana mitocondriales. En otro estudio se sugirió la posibilidad de que actuara además mediante la promoción de la apoptosis por la vía sensorial Bcl-2, lo que genera un efecto protector contra el cáncer gástrico.

La capsaicina se estudió también para el tratamiento de la fibrosis quística, donde por una anomalía del regulador de conductancia transmembrana se produce esteatorrea, además de alteraciones respiratorias, hepatobiliares y reproductivas. El efecto fue similar al de la genisteína, un conocido activador del regulador, y se demostró que la capsaicina actuaba como un agonista parcial de la genisteína en un dominio citoplasmático de la proteína.

En cuanto a su efecto sobre las plaquetas, se detectó que la capsaicina interfiere con la activación de la fosfolipasa A2, por lo que genera inhibición de la agregación, especialmente mediada por colágeno y trombina, pero no por ácido araquidónico, así como liberación plaquetaria en ratas.

Con respecto a otros órganos o enfermedades, la capsaicina modula la contractilidad uterina tanto en ratas no embarazadas como en aquellas embarazadas en término, mejora las lesiones de tipo escama o eritema y la picazón provocadas por la psoriasis, y curó dos casos de lipodermatoesclerosis y uno de paniculitis lobular luego de tres semanas de aplicación tópica de crema al 0.075%.

Conclusiones

La capsaicina ha demostrado resultados prometedores en el tratamiento del dolor neuropático, el de algunas enfermedades musculoesqueléticas, la neuralgia posherpética, la fibromialgia, la psoriasis, el síndrome de boca ardiente, algunos cuadros alérgicos y las cefaleas en racimo. También se observaron resultados interesantes en estudios preliminares sobre el blefaroespasmo, el cáncer de próstata y de pulmón, y las leucemias, además de un efecto citoprotector sobre las células gástricas. El principal efecto adverso que se ha constatado es el ardor en el lugar donde se coloca, que suele ceder luego de algunas aplicaciones, y su administración tópica evita la toxicidad sistémica y la interacción medicamentosa.

Ref : NUTRI, NEURO, FARMA. 

Especialidad: Bibliografía - Farmacología - Neurología - Nutrición

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