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Analizan los Efectos del Entrenamiento Aeróbico sobre el Riesgo de Diabetes en Niños con Sobrepeso y Obesidad

  • AUTOR : Davis C, Pollock N, Gower B y colaboradores
  • TITULO ORIGINAL : Exercise Dose and Diabetes Risk in Overweight and Obese Children: A Randomized Controlled Trial
  • CITA : JAMA 308(11):1103-1112, Sep 2012
  • MICRO : El entrenamiento aeróbico de 20 o 40 minutos de duración durante 13 semanas produjo beneficios en el riesgo de diabetes estimado por la resistencia a la insulina, la aptitud física y la adiposidad general o visceral en niños sedentarios con sobrepeso u obesidad, independientemente del sexo o la raza, con una relación dosis-respuesta para la resistencia a la insulina y la adiposidad.

Introducción

El sobrepeso y la obesidad en la edad pediátrica constituyen una epidemia. En los Estados Unidos, un tercio de los niños que asisten a la escuela primaria tienen sobrepeso u obesidad. La obesidad en la infancia se asocia con diabetes tipo 2 y aterosclerosis, enfermedades que se presumían exclusivas de los adultos. En los niños y adolescentes, el sobrepeso, la raza y los antecedentes familiares de diabetes son factores de riesgo para la aparición de diabetes tipo 2. El Diabetes Prevention Program demostró una disminución en el riesgo de diabetes en los adultos con prediabetes con la dieta y el ejercicio. Es más, en algunas investigaciones se demostró cierto grado de relación dosis-respuesta entre el ejercicio y el riesgo metabólico en la población adulta; mientras que en los niños no se cuenta con información sobre un efecto dosis-respuesta, aunque también se constató una disminución en los factores de riesgo metabólicos con el ejercicio. El objetivo de este estudio fue evaluar el efecto dosis-respuesta de un programa de entrenamiento aeróbico sobre la resistencia a la insulina, la adiposidad total y visceral y la aptitud física en niños sedentarios con sobrepeso. El objetivo secundario fue evaluar la influencia de la edad y el sexo.

Métodos

Los participantes se reclutaron de 15 escuelas primarias de los condados de Richmond y Columbia, en el estado de Georgia, y del condado de Aiken, Carolina del Sur, durante el período comprendido entre 2003 y 2006. Los criterios de inclusión fueron: raza blanca o negra, edad entre 7 y 11 años, sobrepeso u obesidad (índice de masa corporal [IMC] en el percentilo 85 o superior), sedentarismo (sin asistencia a un programa de actividad física regular de más de una hora por semana), sin enfermedades ni empleo de medicamentos que afecten los resultados o limiten la actividad física y disponibilidad para la extracción de una muestra de sangre en ayunas.

Durante un período de cuatro años participaron seis cohortes de 30 a 40 niños. Los participantes se dividieron al azar para recibir un entrenamiento aeróbico de menor duración (20 minutos por día, n = 71), de mayor duración (40 minutos/día, n = 73) durante cinco días por semana (media de la duración 13 semanas) o se asignaron a un grupo control (actividad física usual, n = 78), estratificados según raza y sexo. A los familiares se les ofrecieron clases mensuales de educación sobre el estilo de vida relacionadas con una dieta saludable, actividad física y control del estrés.

El programa de ejercicio aeróbico se ofreció diariamente después del colegio, durante 10 a 15 semanas en un semestre escolar. Antes de la realización del ejercicio se ofrecieron colaciones saludables. Los ejercicios sólo difirieron en la duración y, por ende, en el gasto de energía, pero no en la intensidad.

Los criterios principales de valoración luego de la intervención fueron la resistencia a la insulina (área bajo la curva de la insulina [ABC]), la adiposidad total y la adiposidad visceral y la aptitud física; mientras que el nivel de glucemia en ayunas fue un criterio secundario de valoración. Como objetivo secundario del estudio se evalúo la moderación de los efectos en los grupos por la raza y el sexo, para determinar la generalización de los resultados. Las evaluaciones se realizaron al inicio y al final (después de una media de 13 semanas de la intervención o del grupo control). Las valoraciones posteriores a la intervención se programaron 1 a 3 días luego de la última sesión de ejercicios para minimizar los efectos agudos. Los padres aportaron información relacionada con la edad, el sexo, la raza y los antecedentes familiares de diabetes en los padres y abuelos. Se utilizó la prueba de tolerancia oral a la glucosa para determinar el riesgo de diabetes al inicio y al final (ABC de la insulina, índice de Matsuda, índice de disposición de la insulina, glucemia en ayunas, niveles de insulina en ayunas). A las mujeres se les realizaron determinaciones de estradiol, y a los varones, de testosterona. Para medir la grasa corporal total se utilizó absorciometría de rayos X de energía dual y para la grasa visceral abdominal y subcutánea, resonancia magnética. La aptitud física se determinó por el consumo pico de oxígeno. En cuanto a los parámetros antropométricos se determinaron los puntajes Z del peso y estatura y los percentilos para el IMC. Los pediatras evaluaron los grados de desarrollo puberal de Tanner. Se realizaron cuestionarios sobre la actividad física mediante el Youth Risk Behavior Survey y un registro alimentario de tres días.

Las diferencias entre los grupos a nivel basal se determinaron por análisis de varianza y la prueba de chi al cuadrado. Se utilizaron los modelos mixtos de medidas repetidas en un análisis de intención de tratar para cada criterio de valoración.

Resultados

Los tres grupos tuvieron características basales similares. La mayoría de los participantes eran obesos (85%) y el 28% tenía prediabetes. Como era de esperar, el gasto de energía total y diario fue superior en el grupo de entrenamiento aeróbico de mayor duración, en comparación con el de menor duración. Se contó con evaluaciones al final de la intervención en el 94% de la muestra (n = 209). No se observó un efecto de grupo sobre la base de los informes referidos a la ingesta alimentaria o la actividad física aportados por los participantes. Las covariables significativas comprendieron el estadio de desarrollo puberal de Tanner para el ABC de la insulina, el índice de Matsuda, la insulina en ayunas y la glucemia en ayunas y las hormonas sexuales en relación con la grasa corporal.

Se observó una relación dosis-respuesta lineal significativa, con mayores reducciones entre el inicio y el final en el grupo de entrenamiento aeróbico de mayor duración, en comparación con el grupo control para el ABC de la insulina (diferencia media ajustada -3.56 x 103 µU/ml, p = 0.01), la grasa corporal (diferencia media ajustada -1.4%, p < 0.001) y la grasa visceral (diferencia media ajustada -3.9 cm3, p < 0.001). El grupo de entrenamiento aeróbico de menor duración mostró disminuciones también significativas con respecto al grupo control en el ABC de la insulina (diferencia media ajustada -2.96 x 103 µU/ml, p = 0.03), la grasa corporal (diferencia media ajustada -0.8%, p = 0.03) y la grasa visceral (diferencia media ajustada -2.8 cm3, p = 0.01). Si bien las diferencias medias ajustadas fueron superiores en el grupo de entrenamiento aeróbico de mayor duración en comparación con el de menor duración, no se alcanzó la significación estadística. Se registraron incrementos similares para ambos grupos de entrenamiento aeróbico para la aptitud física, que fueron significativamente superiores con respecto al grupo control (diferencia media ajustada en el consumo pico de oxígeno de 2.4 ml/kg/min en ambos grupos de entrenamiento aeróbico, p = 0.02, en comparación con el grupo control).

No se detectó un efecto significativo del ejercicio para el criterio secundario de valoración (nivel de glucemia en ayunas). Se observó una relación dosis-respuesta de ambos grupos de entrenamiento aeróbico con respecto al grupo control en la reducción de los niveles de insulina en ayunas (diferencia media ajustada -3.98 µU/ml, p = 0.01 para el grupo de entrenamiento aeróbico de mayor duración y -3.55 µU/ml, p = 0.03 para el de menor duración contra el grupo control), la grasa abdominal subcutánea (diferencia media ajustada -24 cm3, p < 0.001 y -15 cm3, p < 0.001 en igual orden con respecto al grupo control). Para el puntaje Z del IMC se registraron diferencias significativas en el grupo de entrenamiento aeróbico de mayor duración en comparación con los otros grupos (diferencia media ajustada -0.1, p < 0.001 contra el grupo control y -0.05, p = 0.02 contra el grupo de entrenamiento aeróbico de menor duración); sin diferencias entre el grupo de entrenamiento aeróbico de menor duración y el grupo control.

También se constataron beneficios significativos con el entrenamiento aeróbico en la sensibilidad a la insulina, con una relación dosis-respuesta para el índice de Matsuda (diferencia media ajustada 0.67, p = 0.002 para el grupo de entrenamiento aeróbico de mayor duración y 0.56, p = 0.009 para el grupo de entrenamiento aeróbico menor duración con respecto al grupo control). El grupo de entrenamiento aeróbico de mayor duración presentó beneficios en cuanto al índice de disposición de la insulina en comparación con el grupo control (diferencia media ajustada 0.84, p = 0.04). No hubo influencias de la raza o el sexo, los antecedentes familiares o la prediabetes.

Discusión y conclusión

Comentan los autores que los resultados de su investigación demuestran que el entrenamiento aeróbico diario por 13 semanas, sin restricciones dietéticas, produjo beneficios con una relación dosis-respuesta en la respuesta a la insulina y los niveles de insulina en ayunas. El entrenamiento aeróbico de mayor duración mostró beneficios significativos en el índice de disposición de la insulina, un índice indirecto de riesgo de diabetes que integra la resistencia a la insulina y la función de las células beta del páncreas y es un factor predictivo excelente de incidencia de diabetes en los adultos. Además, se registraron mejorías relacionadas con la dosis sobre la grasa total y visceral y ambos grupos de entrenamiento aeróbico produjeron mejorías similares en la aptitud física. No se constató compensación en cuanto al gasto de energía. No se encontraron diferencias en cuanto a la eficacia entre los varones y las mujeres, los niños de raza blanca y negra o aquellos con prediabetes o normoglucemia. De este modo, los beneficios del ejercicio sobre los efectos cardiometabólicos parecen ser generalizables para los niños de ambos sexos de raza blanca o afroamericanos con sobrepeso, independientemente de los antecedentes familiares de diabetes o la prediabetes.

En conclusión, el entrenamiento aeróbico de 20 o 40 minutos de duración durante 13 semanas produjo beneficios en el riesgo de diabetes estimado por la resistencia a la insulina, la aptitud física y la adiposidad general o visceral en niños sedentarios con sobrepeso u obesidad, independientemente del sexo o la raza, con una relación dosis-respuesta para la resistencia a la insulina y la adiposidad.

Ref : PEDIAT, ENDO.

Especialidad: Bibliografía - Endocrinología - Pediatría

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