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Beneficios de la Lacosamida en Pacientes con Epilepsia Parcial
- TITULO : Beneficios de la Lacosamida en Pacientes con Epilepsia Parcial
- AUTOR : Giráldez B, Toledano R, Serratosa J y colaboradores
- TITULO ORIGINAL : Long-Term Efficacy and Safety of Lacosamide Monotherapy in the Treatment of Partial-Onset Seizures: A Multicenter Evaluation
- CITA : Seizure 29:119-122, Jul 2015
- MICRO : La lacosamida es una droga antiepiléptica aprobada para el tratamiento de los pacientes con epilepsia parcial. Su administración resultó eficaz y segura como monodroga, tanto en los enfermos con antecedente de tratamiento con otras drogas como en ausencia de dicho antecedente.
Introducción y objetivos
La información disponible indica que la lacosamida es una droga eficaz y segura en personas con epilepsia parcial resistente a otros tratamientos. Si bien inicialmente fue aprobada por la Food and Drug Administration (FDA) para el tratamiento complementario de los enfermos con crisis parciales, en 2014 se autorizó su uso para la monoterapia de los pacientes de 17 años en adelante. No obstante, no se cuenta con información sobre la eficacia y la tolerabilidad de la lacosamida como monoterapia de primera línea para los sujetos con epilepsia.
El presente estudio se llevó a cabo con el fin de evaluar la evolución clínica de los pacientes con crisis de inicio parcial que recibieron monoterapia con lacosamida como prescripción inicial o en reemplazo de otro esquema terapéutico.
Pacientes y métodos
Participaron enfermos con crisis de inicio parcial atendidos en diferentes hospitales de España que recibieron al menos una dosis de lacosamida como monodroga entre septiembre de 2009 y mayo de 2014. Los autores recabaron información clínica y demográfica mediante la evaluación de las historias clínicas. Para efectuar el presente análisis, los participantes fueron divididos en dos grupos. El grupo 1 estuvo conformado por aquellos pacientes que recibieron lacosamida como primer tratamiento, en tanto que el grupo 2 estuvo integrado por los individuos tratados con lacosamida en reemplazo de otras drogas antiepilépticas. En este último caso se registró el motivo del cambio de tratamiento.
La dosis inicial de lacosamida fue de 50 o 100 mg, que se titularon hasta alcanzar una dosis de mantenimiento óptima y acorde con la eficacia y la tolerabilidad observadas. La eficacia fue evaluada de acuerdo con las tasas de ausencia total de crisis y la disminución promedio de la frecuencia de las crisis. También se evaluó la frecuencia y el tipo de efectos adversos relacionados con el uso de la droga.
Resultados
Se incluyeron 66 personas de las cuales 18 integraron el grupo 1 y 48 conformaron el grupo 2. En este último grupo, el 13.6% de los pacientes recibieron lacosamida en reemplazo directo de otras drogas en un servicio de emergencia y el 59.1% iniciaron el tratamiento en forma paulatina. La cantidad media de drogas administradas previamente a los integrantes del grupo 2 fue 2.41, y el 50% de ellos habían recibido 2 o más fármacos antiepilépticos. El motivo de administración de lacosamida se relacionó con el control inadecuado de las crisis, la tolerabilidad inadecuada al tratamiento, ambos, o a considerar que el fármaco recibido previamente no era el adecuado por el tipo de crisis.
La frecuencia media mensual de las crisis durante el año previo al inicio de la monoterapia con lacosamida fue de 0.7, en tanto que el período medio de seguimiento durante la monoterapia fue de 15.5 meses. La dosis media de mantenimiento fue de 252.7 mg/día y resultó significativamente superior en el grupo 2 en comparación con el grupo 1. El 63.6% de los pacientes permanecieron libres de crisis durante todo el período de seguimiento. Los índices de ausencia total de crisis a los 6 y 12 meses de seguimiento fueron 77.6% y 72.3%, respectivamente.
La disminución media de la frecuencia de las crisis fue del 74.8% y del 75.6% a los 6 y 12 meses de seguimiento, respectivamente. El 15% de los pacientes interrumpieron el tratamiento con lacosamida, principalmente debido a la falta de eficacia. El índice de retención anual fue del 89.4%. Los índices de ausencia de crisis fueron 72.2% en el grupo 1 y 60.4% en el grupo 2. No se hallaron diferencias significativas entre ambos grupos en cuanto al índice de ausencia total o de disminución de la frecuencia de las crisis.
En total, 35 integrantes del grupo 2 iniciaron el tratamiento con lacosamida debido a la falta de control de las crisis con el tratamiento antiepiléptico anterior. El 51.4% de ellos habían recibido dos o más drogas antiepilépticas. En total, el 54.3% presentaron ausencia total de crisis desde el inicio de la monoterapia con lacosamida. Luego de 6 y 12 meses de seguimiento, los índices de ausencia total de crisis fueron 66.7% y 65.4%, respectivamente. Dichos índices se correspondieron con una disminución significativa de la frecuencia media de las crisis.
El 22.7% de los pacientes presentaron efectos adversos leves a moderados, principalmente somnolencia, fatiga y mareos. La interrupción del tratamiento debido a la aparición de efectos adversos tuvo lugar en tres pacientes que presentaron fatiga, mareos, prurito e insomnio. Los grupos no difirieron significativamente al evaluar el tipo o la frecuencia de los efectos adversos. La administración de lacosamida en 16 pacientes tuvo lugar debido a cuestiones de tolerabilidad de los tratamientos anteriores. En este caso, la cantidad media de drogas antiepilépticas administradas previamente había sido 2.4. Sólo tres de los pacientes presentaron efectos adversos, uno de los cuales abandonó el tratamiento.
Discusión
Los resultados obtenidos indican que dos tercios de los pacientes evaluados permanecieron libres de crisis durante el período de seguimiento. Asimismo, una proporción considerable de pacientes lograron la ausencia total de crisis al alcanzar la dosis de mantenimiento. Esto indica que el aumento de la dosis puede resultar beneficioso y que la eficacia de la lacosamida se mantuvo con el transcurrir del tiempo. Desafortunadamente, no es posible comparar los resultados frente a lo informado en otros estudios debido a cuestiones metodológicas y a las características de las poblaciones evaluadas.
No se hallaron diferencias significativas de eficacia según el antecedente de tratamiento con drogas antiepilépticas o la ausencia de dicho antecedente. No obstante, la ausencia de crisis fue más frecuente en los pacientes con epilepsia diagnosticada en forma reciente. La lacosamida fue bien tolerada y se asoció con la aparición de efectos adversos leves a moderados. En coincidencia, una proporción pequeña de participantes interrumpieron el tratamiento debido a cuestiones de tolerabilidad. Es posible que la dosis baja inicial de lacosamida y el esquema flexible de titulación hayan mejorado la tolerabilidad del tratamiento.
Entre las limitaciones del presente estudio, los autores mencionaron su naturaleza retrospectiva y la inclusión de una cantidad escasa de participantes. De todos modos, puede concluirse que la monoterapia con lacosamida se asocia con un buen perfil de eficacia y tolerabilidad, tanto al ser administrada como opción de primera línea como al emplearse en reemplazo de otras drogas antiepilépticas en pacientes con epilepsia focal.
Especialidad: Bibliografía - Neurología