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Beneficios de la Rufinamida en Pacientes con Síndrome de Lennox-Gastaut

  • TITULO : Beneficios de la Rufinamida en Pacientes con Síndrome de Lennox-Gastaut
  • AUTOR : Nikanorova M, Brandt C, McMurray R y colaboradores
  • TITULO ORIGINAL : Real-World Data on Rufinamide Treatment in Patients with Lennox-Gastaut Syndrome: Results from a European Noninterventional Registry Study
  • CITA : Epilepsy & Behavior (76):63-70, Nov 2017
  • MICRO : La rufinamida es una droga antiepiléptica aprobada para el tratamiento de los pacientes con síndrome de Lennox-Gastaut. Su empleo resultó seguro y bien tolerado.

Introducción y objetivos

Hasta el momento se cuenta con opciones terapéuticas limitadas para los pacientes con síndrome de Lennox-Gastaut (SLG). Esta encefalopatía epiléptica generalmente comienza en la infancia y puede persistir durante la adolescencia y la vida adulta. Es crónica y grave y supone un aumento considerable de la morbimortalidad. El cuadro clínico se caracteriza por un patrón electroencefalográfico (EEG) con complejos punta-onda lenta, crisis de diferente tipo y trastornos cognitivos y conductuales.

Las drogas antiepilépticas eficaces en pacientes con SLG que presentan diferentes tipos de crisis son escasas, con lo cual en general es necesario administrar un tratamiento combinado. No obstante, la politerapia aumenta la probabilidad de eventos adversos, además de agravar las comorbilidades.

La rufinamida es una droga antiepiléptica aprobada para el tratamiento de los pacientes con SLG. El presente estudio europeo de registro y no intervencionista fue efectuado con el fin de obtener información a largo plazo sobre la evolución de los pacientes con SLG que iniciaron el tratamiento con rufinamida como complemento del uso de otras drogas antiepilépticas. El objetivo principal de dicho estudio fue conocer la seguridad y la eficacia de la droga, aunque su realización también permitió evaluar otros aspectos del tratamiento como los costos y su efecto sobre la calidad de vida de los pacientes con SLG.

Pacientes y métodos

El estudio se llevó a cabo en diferentes centros especializados en la atención de pacientes epilépticos ubicados en países de la Unión Europea. Participaron enfermos de 4 años en adelante con SLG que requerían una modificación del tratamiento con drogas antiepilépticas. Dicha modificación incluyó el agregado de rufinamida. Los pacientes fueron evaluados en forma periódica durante el período de seguimiento. El diagnóstico de SLG tuvo lugar en presencia de diferentes tipos de crisis epilépticas, un patrón característico en el EEG y disfunción intelectual.

La evaluación de la seguridad y tolerabilidad del tratamiento tuvo lugar de acuerdo con la aparición de eventos adversos, evaluados mediante un cuestionario estructurado. Además se tuvo en cuenta la modificación de los signos vitales. Las crisis fueron clasificadas según la frecuencia, el tipo, la gravedad y la necesidad de tratamiento antiepiléptico urgente. Para evaluar el efecto del tratamiento sobre la maduración de los pacientes se aplicó la segunda edición de la entrevista semiestructurada Vineland Adaptive Behavioral Scale (VABS-II) y se evaluó el peso y la talla. El efecto del tratamiento sobre la calidad de vida fue analizado mediante la aplicación de la escala Epilepsy and Learning Disabilities Quality of Life (ELDQOL). Las consecuencias del tratamiento sobre la utilización de recursos de salud fueron evaluadas según la necesidad de cuidados y equipamientos especiales.

Los datos obtenidos fueron clasificados en dos grupos integrados por los pacientes que habían iniciado el tratamiento con rufinamida en coincidencia con el comienzo del estudio o por aquellos que nunca recibieron la droga. No se incluyeron los enfermos que recibían la droga antes del inicio del estudio ni aquellos que iniciaron el tratamiento durante el estudio. El análisis incluyó los datos correspondientes a los pacientes que recibieron al menos una dosis de la droga. Se aplicaron estadísticas descriptivas. Todos los parámetros fueron analizados para la totalidad de la población, con excepción de los resultados de las escalas ELDQOL y VABS-II que sólo se aplicaron a los menores de 18 años.

Resultados

Participaron 111 pacientes, 64 de los cuales habían iniciado el tratamiento con rufinamida en coincidencia con el comienzo del estudio y conformaron el grupo «rufinamida» (R). En cuanto al resto de los pacientes, 21 no recibieron la droga en ningún momento del estudio y conformaron el grupo «no rufinamida» (NR). Los grupos no difirieron significativamente en términos demográficos. La media de edad de los integrantes fue de 16.1 y 15 años, respectivamente. El período de seguimiento aplicado en ambos grupos tuvo una duración media de 26.6 y 30.1 meses, en tanto que el 57.8% y el 61.9% de los participantes permanecían en el estudio luego de 24 meses, respectivamente.

En el grupo R, el tiempo transcurrido desde el inicio de las crisis fue significativamente mayor que el transcurrido hasta el diagnóstico, de 11.6 años y 2.5 años respectivamente, y de 9 y 2.5 años respectivamente en el grupo NR. No se observaron diferencias entre ambos grupos al evaluar la frecuencia de las crisis al inicio del estudio. La cantidad media de drogas antiepilépticas empleadas por los integrantes de los grupos R y NR antes de iniciar el estudio fue 5.6 y 8, respectivamente. La droga empleada con mayor frecuencia al inicio del estudio fue el valproato, seguido por la lamotrigina, el levetiracetam, el clobazam y el topiramato. En general, los participantes convivían con un pariente o cuidador. El uso de silla de ruedas tuvo lugar en el 48.4% y 66.7% de los integrantes de los grupos R y NR, respectivamente. El uso de protector de rostro y casco fue menos frecuente en el grupo R.

El 70.3% y 61.9% de los pacientes incluidos en los grupos R y NR presentaron eventos adversos, generalmente leves o moderados. Los cuadros informados con mayor frecuencia en ambos grupos fueron las crisis epilépticas, la fatiga y la disminución del apetito. Los eventos adversos asociados con el tratamiento tuvieron lugar en el 40.6% de los participantes incluidos en el grupo R y en el 33.3% de los integrantes del grupo NR. Los cuadros más frecuentes en este caso fueron la somnolencia, la disminución del apetito y la fatiga. Los eventos adversos graves observados con mayor frecuencia fueron el estado epiléptico, las crisis epilépticas y las caídas repentinas. Cinco pacientes incluidos en el grupo R y uno del grupo NR interrumpieron el tratamiento debido a la aparición de eventos adversos. Las crisis epilépticas clínicamente significativas se observaron en el 18.8% y el 9.5% de los enfermos incluidos en los grupos R y NR, respectivamente.

No se observaron diferencias significativas entre ambos grupos al evaluar el cambio de la talla y el peso corporal. En general, ambos parámetros aumentaron. El uso de drogas antiepilépticas adicionales tuvo lugar en el 85.9% y el 71.4% de los participantes incluidos en los grupos R y NR, respectivamente. No se registraron diferencias entre los grupos al evaluar el tipo de droga añadida al esquema original. En general, la frecuencia de las crisis no se modificó en forma significativa. No fue posible identificar un patrón claro de respuesta, aunque la proporción de pacientes tratados con rufinamida que presentaron una mejoría de la frecuencia de las crisis tónico clónicas a lo largo de 24 meses fue creciente. La modificación de la calidad de vida fue mínima en ambos grupos y no pudo identificarse un patrón claro al respecto. Tampoco fue posible definir el patrón de cambio de la utilización de recursos de salud. No se observaron diferencias entre ambos grupos al respecto. Por último, no se contó con información suficiente para analizar el efecto del tratamiento sobre el crecimiento y la maduración de los pacientes.

Discusión

De acuerdo con los resultados obtenidos, la rufinamida es una droga bien tolerada por los enfermos con SLG. La mayoría de los eventos adversos fueron leves o moderados, en tanto que la aparición de eventos adversos graves o la interrupción del tratamiento fueron infrecuentes. Si bien se observó una incidencia mayor de eventos adversos en el grupo R, esto podría deberse a la aparición de cuadros transitorios asociados con el inicio del tratamiento. En consecuencia, se recomienda la titulación lenta de la droga.

Los cambios en el peso y la talla observados durante el estudio fueron los esperables en la población pediátrica, sin diferencias clínicamente significativas entre ambos grupos. De todos modos, la información disponible al respecto fue limitada. Tampoco se observaron diferencias significativas entre los grupos ante la evaluación de la frecuencia de las crisis. Si bien pudo apreciarse una mejoría superior de la frecuencia de las crisis entre los pacientes tratados con rufinamida, la cantidad de participantes fue limitada y no permitió obtener conclusiones definitivas al respecto. El empeoramiento sintomático tuvo lugar en una minoría de casos. En general, la frecuencia de las crisis no se modificó de manera considerable, lo cual coincide con la dificultad para tratar a los pacientes con SLG. En coincidencia, la cantidad de drogas antiepilépticas recibidas por los enfermos antes del inicio del estudio reflejó la resistencia al tratamiento. La evaluación de la utilización de recursos de salud también da cuentas de la carga generada por el SLG. No fue posible conocer el efecto del tratamiento sobre este parámetro.

Entre las limitaciones del presente estudio, los autores destacan que una proporción considerable de pacientes recibían rufinamida antes del inicio del estudio, o la recibieron en su transcurso. Esto disminuyó el número de participantes. En segundo lugar, el estudio fue observacional, lo cual impidió la realización de un análisis comparativo y estadístico fidedigno. De todos modos, los resultados obtenidos resultan útiles para la práctica clínica.

Conclusión

La rufinamida tiene un perfil de seguridad y tolerabilidad favorable al ser empleada a largo plazo como complemento del tratamiento con otras drogas antiepilépticas en pacientes con SLG.

Especialidad: Bibliografía - Neurología - Pediatría

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