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Cálculo del Indice de Masa Corporal Durante el Embarazo Temprano
- AUTOR : Rees G, Porter J, Stenhouse E y colaboradores
- TITULO ORIGINAL : The Validity and Reliability of Weight and Height Measurements and Body Mass Index Calculations in Early Pregnancy
- CITA : Journal of Human Nutrition and Dietetics 25(2):117-120, Abr 2012
- MICRO : Dentro del seguimiento de la embarazada, se recomienda realizar un registro de la altura, el peso y el índice de masa corporal (IMC) antes de las 12 semanas, para evaluar el riesgo de complicaciones relacionadas con la obesidad y poder derivar a tiempo a otros especialistas, además de realizar un seguimiento más cercano y planear un parto de alto riesgo.
Introducción
Las estadísticas recientes del Reino Unido indican que la obesidad materna se encuentra en aumento, dado que entre 1989 y 2007 la prevalencia se incrementó de 7.6% a 15.6%, mientras que el porcentaje de mujeres que cursaban un embarazo temprano y tenían un índice de masa corporal (IMC) saludable se redujo de 66% a 54%. La obesidad durante el embarazo se ha asociado con resultados desfavorables para la madre y el feto, como diabetes gestacional, tromboembolismo, preeclampsia, requerimiento de cesárea, hemorragia, infección de las heridas, abortos, anomalías congénitas y muerte fetal, neonatal e, incluso, materna. En casos de inducción del trabajo de parto, las mujeres obesas tienen más riesgo de que éste culmine con una cesárea que las mujeres de peso adecuado.
Las normativas más recientes del National Institute of Clinical Excellence (NICE) británico recomiendan calcular el IMC durante el primer trimestre del embarazo y, en casos de obesidad, se deben ofrecer pautas sobre alimentación y actividad física y, de ser posible, derivar a un nutricionista. Las mismas sugerencias aparecen en las normativas de la Royal Collage of Obstetricians and Gynaecologists / Centre for Maternal and Child Enquiries (RCOG/CEMACE). Se desaconseja confiar en las medidas efectuadas por las pacientes.
El objetivo de esta investigación fue evaluar si las mediciones se efectúan y registran adecuadamente, y si las parteras calculan el IMC en la primera consulta prenatal.
Materiales y métodos
Este estudio auditó en forma retrospectiva 450 registros de las parteras en un hospital del sudoeste de Inglaterra, que tenía 4 500 partos anuales. Se tomaron los datos de sobrepeso, talla, IMC y edad gestacional al momento del registro. El IMC habitualmente se anotó entre las semanas 6 y 12 de gestación, y ésta se calculó según la fecha de la última menstruación y se confirmó por ecografía. En caso se discrepancia, se tomó como edad gestacional la indicada por el segundo método.
Para el análisis estadístico, se realizó una prueba de t para muestras independientes, que evaluó si existía una diferencia entre el IMC de las embarazadas de menos de 12 semanas o > 12 semanas. En todo momento se mantuvo la confidencialidad de las involucradas.
Resultados
Se evaluó un total de 486 registros, de los cuales 53.8% no tenían completo el peso o la altura, y 44 (9%) no tenían escrito el IMC, por lo que se estudió esta variable en 442 mujeres. La prevalencia de sobrepeso y obesidad fue alta en la muestra, con un 26.2% y 21.3%, respectivamente, o 26.5% y 19.4% cuando se consideró sólo a aquellas cuyo IMC fue registrado antes de las 12 semanas de gestación. La media del IMC para este último grupo, de 340 mujeres, fue de 25.6 kg/m2, mientras que la de las registradas a la semana 12 o después (69 embarazadas) fue de 27.2 kg/m2, con una diferencia significativa (p = 0.02).
Discusión
Las normativas NICE y las RCOG/CEMACE recomiendan realizar el cálculo del IMC sobre la base de la medición del peso y la altura en la primera consulta prenatal, que debería ser idealmente antes de las 10 semanas de gestación. Dada la ausencia en este estudio de un 9% de los valores de IMC en los registros, y el hecho de que varios estaban incompletos en cuanto a la talla o peso, surge la duda sobre cómo se logró calcular el IMC y su nivel de precisión. Un estudio reveló que la exactitud de la antropometría dependía, en gran parte, del lugar donde se realizaba, dado que cuando se tomó en el hogar de las mujeres, en lugar de un hospital o un consultorio, en general, los valores fueron tomados por las embarazadas y, en una revisión previa sobre la utilidad del informe de las propias mujeres, se constató que muchas de ellas reportaron una altura superior y un peso menor que los reales, especialmente en el caso de mujeres obesas. Es por esto por lo que un IMC calculado sobre la base de datos registrados por las embarazadas posiblemente esté subestimado.
El valor del IMC sirve como evaluación empírica del riesgo para diabetes gestacional y preeclampsia, por lo que un error en su cálculo podría provocar falsos negativos en cuanto a la estimación del riesgo de la embarazada y evitar cuidados adicionales, como la administración de una dieta o la realización de un seguimiento más frecuente. Además, las medidas de peso e IMC se usan como punto de partida en los tratamientos dietarios, contra los que se comparan las medidas siguientes, y un error en la medición basal podría generar una evaluación incorrecta de la ganancia de peso durante el embarazo.
En este estudio se observó que el 15.6% de los IMC fueron registrados luego de las 12 semanas de embarazo, y en estas mujeres la media de IMC fue mayor que en aquellas que fueron registradas antes de esa edad gestacional. En un estudio previo, se detectó que las mujeres obesas solían ser registradas en forma tardía, y se postuló que esto podía deberse a que la obesidad implica un mayor riesgo de amenorrea e irregularidades en los ciclos, o bien un menor interés en la salud en general. También, es posible que la diferencia sea consecuencia de la mayor ganancia de peso durante el segundo trimestre de embarazo. Los autores destacan que el IMC sólo es válido cuando se calcula en el primer trimestre.
La prevalencia de sobrepeso y obesidad en este estudio fue menor que la registrada en un censo reciente (47.5% contra 56.4%), y si bien la proporción de embarazadas con sobrepeso (26.2%) fue similar a lo informado en un estudio previo, la proporción de obesas superó a lo que se había registrado (21.3% contra 16%). En aquel momento, se realizó una proyección de la tasa de obesidad a futuro que coincide con lo detectado en el presente estudio. Este 21.3% es superior al resultado que arrojó el último censo sobre obesidad materna, de 15.6%. Puede que esta diferencia se deba a que es más probable que la internación en las salas de maternidad luego del parto se prolongue en las mujeres obesas en comparación con aquellas con un peso normal, lo que llevaría a que fuera posible registrar más la obesidad.
Conclusión
Los autores recomiendan que las parteras sigan las normativas NICE y RCOG/CEMACE para el seguimiento prenatal mediante el registro de la altura, el peso y el IMC, con el fin de realizar una evaluación del riesgo de presentar complicaciones relacionadas con la obesidad, y poder derivar a tiempo a otros especialistas, como los nutricionistas, durante el embarazo, además de realizar un seguimiento más cercano y poder planificar un parto de alto riesgo. Estas mediciones pueden ser utilizadas luego para controlar la evolución de la ganancia de peso y regular las intervenciones nutricionales según la necesidad de cada mujer.
Ref : GINECO.
Especialidad: Bibliografía - Ginecología