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Características Demográficas, Diagnóstico, Tratamiento y Pronóstico de los Cánceres del Tabique Nasal
- AUTOR : Ho Y, Coman W
- TITULO ORIGINAL : Nasal Septum Malignancy
- CITA : ANZ Journal of Surgery 81(7/8):533-536, Jul 2011
- MICRO : Se analizaron las características demográficas, el comportamiento tumoral, el tratamiento y el pronóstico de una serie de pacientes con neoplasias del tabique nasal atendidos entre 2007 y 2010.
Introducción
Las neoplasias del tabique nasal son muy raras, ya que representan el 9% de los tumores rinosinusales y hasta 2010 sólo se habían comunicado menos de 400 casos. Los factores de riesgo asociados con los cánceres del tabique nasal no se han definido completamente, en parte debido a la rareza de la enfermedad y a que no se cuenta con una clasificación estandarizada. Se desconoce si hay una asociación entre los factores de riesgo establecidos para los adenocarcinomas rinosinusales, como la exposición prolongada al polvo de la madera (aserrín) y a los químicos utilizados en el refinamiento del níquel y en marroquinería, y los cánceres del tabique nasal. Los autores presentan una serie de pacientes con neoplasias del tabique nasal derivados al servicio de otorrinolaringología del Hospital Princess Alexandra, de Queensland, Australia entre 2007 y 2010. Se analizaron las características demográficas, el comportamiento tumoral, el tratamiento y el pronóstico.
Métodos
Se realizó una búsqueda de las historias clínicas de todos los casos de tumores nasales atendidos entre 2007 y 2010 por el equipo multidisciplinario de cabeza y cuello. Los diagnósticos se efectuaron sobre la base de los estudios histopatológicos, radiológicos y los exámenes endoscópicos. Se analizaron los signos y síntomas, el diagnóstico, los antecedentes de tabaquismo, la actividad laboral, el estadio tumoral, el tratamiento, las recurrencias y la supervivencia de los pacientes con tumores del tabique nasal. Todos los pacientes fueron seguidos telefónicamente y los sometidos a rinectomía fueron interrogados para evaluar los resultados de la resección. Los tumores se clasificaron según los criterios del American Joint Committee para estadificación de los tumores rinosinusales.
Resultados
Se evaluaron 17 pacientes con neoplasias del tabique nasal, 12 hombres y 5 mujeres (relación hombre:mujer 2.4:1). La edad promedio fue de 59.5 años (36 a 83 años), el 64.7% eran fumadores (n = 11) y en 4 casos (23.5%) se documentó una posible exposición al polvo de la madera. El síntoma inicial más frecuente fue la obstrucción nasal (9 de 17, 53%) seguido por la epistaxis (8 de 17, 47%). Otros síntomas menos frecuentes fueron: masa tumoral (35%), secreción nasal (18%), dolor nasal (6%), diplopía (6%), úlceras (6%), tumefacción del labio superior (6%). El tiempo promedio entre el comienzo de los síntomas y el hallazgo tumoral fue de 18.8 meses (1 a 48 meses). Los signos más comunes presentes en el examen físico fueron: masas tumorales nasales (11 de 17, 65%), úlceras del tabique nasal (4 de 17, 24%), perforación (18%) y deformidad (6%). En cuanto a las características histológicas, el tipo predominante fue el carcinoma de células escamosas (11 de 17 casos), seguido por el adenocarcinoma (3 de 17 casos) y otros (condrosarcoma, carcinoma de células de Merkel y melanoma mucoso, un caso cada uno). En siete casos la enfermedad se estadificó como T4, en tres como T3, en dos oportunidades como T2 y en cinco casos como T1. Ningún paciente tuvo compromiso ganglionar. Las opciones terapéuticas se decidieron por un equipo multidisciplinario compuesto por el equipo de cabeza y cuello junto con los cirujanos otorrinolaringólogos, los oncólogos, los radiólogos y los anatomopatólogos, y comprendieron la resección quirúrgica, la radiación externa o la terapia combinada. Diez de 17 pacientes fueron sometidos a resección quirúrgica solamente, uno a radioterapia externa solamente y los seis casos restantes a tratamiento combinado. En un solo caso se realizó disección profiláctica de los ganglios del cuello, sin evidencias de compromiso tumoral. La media del seguimiento fue de 24.7 meses. La supervivencia global a tres años fue del 81.9% y la supervivencia libre de recaídas del 66.7%.
Discusión y conclusión
Comentan los autores que los resultados de su estudio coinciden con los de otras cohortes de pacientes con cáncer del tabique nasal en cuanto a las características demográficas (edad promedio y predominio del sexo masculino). La mayoría de los tumores del tabique nasal correspondieron a carcinomas de células escamosas, seguido por adenocarcinomas. Con menos frecuencia se encontraron condrosarcomas, carcinomas de células de Merkel y melanoma mucoso. En la bibliografía se documentaron carcinomas de células acinosas, carcinomas adenoideos quísticos, tumores neuroendocrinos, carcinomas de células fusiformes, tumores malignos de las vainas nerviosas. Los tumores del tabique nasal son raros y según los investigadores no hay series de casos publicadas desde 1996.
Con frecuencia el diagnóstico de los cánceres del tabique nasal se demora debido a sus síntomas de presentación inespecíficos, como obstrucción nasal y rinitis. La presencia de síntomas rinosinusales recurrentes inespecíficos requiere el examen nasal, inclusive una endoscopia nasal. En la serie presentada, en sólo uno de seis casos (17.6%) el motivo de consulta fue la perforación del tabique nasal, lesión altamente presuntiva de malignidad y que requiere la evaluación urgente por otorrinolaringología. El diagnóstico se realiza por biopsia tisular y la estadificación de la enfermedad requiere el examen endoscópico del tracto aerodigestivo superior bajo anestesia. La resonancia magnética es útil para determinar la extensión de la invasión local de la enfermedad, mientras que la tomografía computarizada de cabeza y cuello lo es para identificar el compromiso ganglionar y la presencia de metástasis a distancia, indicativas de enfermedad neoplásica avanzada y mal pronóstico. No hay un sistema de estadificación de las neoplasias del tabique nasal separado de los otros cánceres rinosinusales, ya que la clasificación del American Joint Committee las considera como un subgrupo de estos últimos.
Las opciones terapéuticas de las neoplasias del tabique nasal comprenden la cirugía, la radioterapia y el tratamiento combinado. El método de elección para las lesiones pequeñas es la resección quirúrgica local amplia, dada la accesibilidad de la lesión. En los estadios tumorales iniciales, la resección endoscópica permite el control tumoral, con resultados favorables desde el punto de vista estético. Las lesiones mucosas pequeñas pueden resecarse con preservación del cartílago subyacente. Si hay compromiso del hueso nasal anterior está indicada la rinectomía. Por el contrario, los tumores ubicados en la región anterosuperior del tabique nasal de gran tamaño no son pasibles de resección local debido a que el control tumoral es subóptimo y los resultados cosméticos malos, con una alta tasa de recurrencia local y colapso nasal subsiguiente. Los autores recomiendan para este tipo de tumores la realización de rinectomía y radioterapia posoperatoria. Las lesiones grandes requieren la radioterapia posquirúrgica con el fin de reducir las tasas de recurrencia; pero esto no se ha corroborado en ensayos aleatorizados. Luego de completado el tratamiento oncológico se procede a la reconstrucción nasal con resultados cosméticos excelentes.
Un tratamiento alternativo propuesto para las neoplasias del tabique nasal es la radioterapia solamente. Según datos de una serie de pacientes publicada previamente, la supervivencia a tres años con la radioterapia en los tumores rinosinusales fue comparable a la de la resección quirúrgica (83%). Las ventajas de la radioterapia con respecto a la cirugía son los resultados cosméticos. Sin embargo, su uso se ve limitado en los tumores del tabique nasal superior debido a la proximidad con estructuras vitales como el quiasma óptico. Los efectos adversos referidos luego de la radioterapia fueron el dolor nasal crónico, la tumefacción periorbitaria y la ceguera.
El seguimiento debe ser frecuente debido a la tasa elevada de recurrencia local. En la serie presentada, 7 de 17 pacientes (41.1) tuvieron recurrencia de la enfermedad en un período de 8.4 meses. La recurrencia es casi exclusiva de la enfermedad avanzada. Todas las recurrencias fueron locales, excepto en el caso del melanoma del tabique nasal, que presentó diseminación sistémica luego de los tres meses de la resección quirúrgica. La recurrencia debe buscarse por endoscopia nasal. Los autores recomiendan el seguimiento posoperatorio mensual durante los primeros seis meses y luego por controles trimestrales. Ante la presunción de recurrencia por sangrado o engrosamiento de las partes blandas, deben tomarse muestras de biopsias.
En conclusión, las neoplasias del tabique nasal son tratables, con un buen pronóstico si se detectan en estadios iniciales. Se necesita un alto grado de presunción diagnóstica para la detección de este tipo de tumores. Las opciones terapéuticas comprenden la resección quirúrgica y la radioterapia, con resultados similares en cuanto a la supervivencia. En los tumores de gran tamaño se utiliza el tratamiento combinado, pero esta estrategia no se evaluó en ensayos aleatorizados. Es necesario el seguimiento estrecho para detectar la recurrencia, la cual es frecuente en las lesiones en estadios avanzados.
Ref : ONCO.
Especialidad: Bibliografía - Oncología