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Características Psicopatológicas Subyacentes Comunes a los Trastornos Depresivos y de Ansiedad

  • AUTOR:Lecrubier Y, Dolberg O, Andersen H, Weiller E
  • TITULO ORIGINAL:Qualitative Changes in Symptomatology as an Effect of Treatment with Escitalopram in Generalized Anxiety Disorder and Major Depressive Disorder
  • CITA:European Archives of Psychiatry and Clinical Neuroscience 258(3):171-178, Abr 2008
  • MICRO: Los trastornos depresivos y de ansiedad poseen características psicopatológicas subyacentes en común. Si bien el abordaje categórico sería ineludible para la toma de decisiones terapéuticas, el modelo diagnóstico dimensional también resulta necesario.

Introducción y objetivos

En ausencia de un trastorno psiquiátrico definido, la depresión y la ansiedad pueden considerarse respuestas adaptativas ante eventos externos e internos. La pérdida de dicha capacidad de adaptación se asocia con el inicio de un trastorno. De este modo, puede observarse la persistencia sintomática durante períodos prolongados independientemente de estresores externos. La clasificación de los pacientes ansiosos o depresivos puede responder a diferentes teorías. Por un lado, se propone que los síndromes pertenecen a categorías distintas con diferentes bases etiológicas. En cambio, hay autores que consideran la existencia de una entidad nosológica única compuesta por síntomas predominantemente depresivos o ansiosos en uno y otro extremo de un continuo, respectivamente. En coincidencia, se halló que el tratamiento antidepresivo y la terapia cognitivo conductual producen mejorías equivalentes en ambas condiciones. Consecuentemente, se propuso la existencia de un síndrome neurótico general.

La probabilidad de que un mismo individuo presente un trastorno depresivo y otro de ansiedad en forma simultánea o durante períodos diferentes es extremadamente elevada. Esto indica claramente la existencia de factores de riesgo en común para ambos trastornos. Por ejemplo, cerca del 85% de los pacientes con depresión también presentará un nivel significativo de síntomas de ansiedad. Asimismo, hasta un 80% de sujetos con diagnóstico de trastorno de ansiedad generalizada presentará un trastorno depresivo comórbido en algún momento de su vida. En el presente estudio se analizó la información clínica sobre las diferencias cualitativas entre el trastorno de ansiedad generalizada y el trastorno depresivo mayor en pacientes que recibieron tratamiento con escitalopram. También se evaluó el efecto del tratamiento sobre la naturaleza cualitativa de la sintomatología y el significado de los síntomas residuales.

Pacientes y métodos

Para realizar el presente análisis se incluyeron estudios aleatorizados sobre el empleo de escitalopram para el tratamiento de sujetos con trastorno depresivo mayor o trastorno de ansiedad generalizada. Se seleccionaron seis estudios a doble ciego en los cuales se incluyó un total de 2 126 pacientes con trastorno de ansiedad generalizada y trece trabajos efectuados en 4 452 sujetos con depresión mayor. También se incluyó un estudio abierto sobre el tratamiento de los pacientes con trastorno depresivo mayor en comorbilidad con trastornos de ansiedad. Los participantes incluidos en cada estudio eran tratados por especialistas o en el ámbito de la atención primaria. Todos tenían 18 años como mínimo. Sólo se incluyeron trabajos en los cuales se empleó la Hamilton Anxiety Rating Scale (HAMA), la Montgomery Asberg Depression Rating Scale (MADRS) o ambas.

Resultados

En los pacientes con trastorno de ansiedad generalizada, los puntajes de la HAMA correspondientes al miedo y al estado de ánimo depresivo fueron relativamente bajos. Los puntajes más elevados se correspondieron con los ítems de ansiedad, tensión, insomnio y dificultades de concentración. En cuanto a los sujetos con trastorno depresivo mayor, la gravedad sintomática fue menor en comparación con los pacientes con trastorno de ansiedad generalizada, excepto para el estado de ánimo depresivo. La gravedad sintomática fue más elevada para los individuos que presentaban un trastorno depresivo en comorbilidad con ansiedad. La gravedad sintomática de los pacientes con trastorno de ansiedad generalizada fue superior en comparación con lo observado entre los sujetos con depresión mayor, excepto en lo que respecta al estado de ánimo. No obstante, dicho resultado se debió a que la gravedad de los individuos con trastorno depresivo mayor fue baja. Respecto de la MADRS, los pacientes con trastorno de ansiedad generalizada presentaron un puntaje inferior en los ítems de tristeza aparente, tristeza referida e incapacidad para sentir. En cambio, entre los participantes con trastorno depresivo mayor, todos los ítems contribuyeron igualmente con el puntaje total, con excepción de la disminución del apetito y la ideación suicida. Los puntajes observados en los pacientes con depresión y ansiedad comórbidas fueron similares a los hallados en aquellos con trastorno depresivo mayor.

Entre los pacientes con trastorno de ansiedad generalizada, cada ítems de la HAMA contribuyó igualmente con el puntaje total antes del inicio del tratamiento, excepto respecto de los miedos y el estado de ánimo depresivo. En los sujetos con trastorno depresivo mayor, el estado de ánimo depresivo contribuyó significativamente con el puntaje total inicial. Lo mismo se verificó para el componente psíquico de la ansiedad. Los ítems sobre síntomas somáticos de la HAMA permitieron diferenciar a los pacientes con trastorno de ansiedad generalizada de aquellos con trastorno depresivo mayor. En cuanto a los sujetos con comorbilidad de depresión y ansiedad, los resultados iniciales fueron similares a los correspondientes a los pacientes con depresión.

Respecto de la contribución inicial de los ítems de la MADRS en los individuos con trastorno de ansiedad generalizada, dos tercios del puntaje total se relacionaron con la tensión, la disminución del sueño y las dificultades de concentración. Entre los pacientes con trastorno depresivo mayor, cada ítems contribuyó casi del mismo modo con el puntaje total inicial excepto la disminución del apetito y la ideación suicida, cuyo puntaje al inicio fue bajo. Dicho resultado se debería a los criterios de exclusión aplicados en los estudios incluidos. Una vez más, el patrón sintomático inicial de los pacientes con depresión y ansiedad fue similar al observado entre aquellos con depresión pura.

Luego del tratamiento, la contribución de cada ítems de la HAMA al puntaje total indicó que el patrón sintomático de los pacientes con trastorno de ansiedad generalizada fue muy parecido al observado al inicio de los estudios. Lo mismo se observó entre los sujetos con trastorno depresivo mayor, excepto respecto de los ítems sobre el estado de ánimo. En cuanto a la contribución de cada ítems de la MADRS al puntaje total luego del tratamiento, en los pacientes con trastorno de ansiedad generalizada los resultados fueron similares a lo observado al inicio de los estudios. Lo mismo se observó entre los sujetos con trastorno depresivo mayor, excepto respecto de la disminución del apetito y la ideación suicida. No obstante, el patrón sintomático fue similar al verificado al inicio de los estudios.

Discusión

De acuerdo con los resultados del presente estudio y desde el punto de vista cuantitativo, la aplicación de la MADRS indicó que los pacientes con depresión y síntomas de ansiedad presentaron características casi idénticas en comparación con aquellos con depresión pura. En consecuencia, el empleo de la MADRS permitiría distinguir rápidamente a los pacientes con trastorno de ansiedad generalizada de los sujetos con depresión. No obstante, la escala no sería de utilidad para diferenciar a los pacientes depresivos con o sin ansiedad comórbida. En cuanto a la HAMA, los ítems relacionados con síntomas somáticos no permitieron diferenciar a los pacientes con trastorno de ansiedad generalizada de aquellos con depresión y ansiedad comórbida. El ítems de estado de ánimo depresivo fue el único que permitió diferenciar a ambos grupos de pacientes. Las diferencias más significativas entre los sujetos con trastorno de ansiedad generalizada y los pacientes con trastorno depresivo mayor y ansiedad comórbida se verificaron al evaluar los ítems de estado de ánimo ansioso, tensión y miedos.

Antes del inicio del tratamiento, la contribución al puntaje total de los apartados correspondientes a los síntomas somáticos, al miedo y al ánimo depresivo de la HAMA en los pacientes con trastorno de ansiedad generalizada fue baja. En cambio, los ítems de estado de ánimo ansioso, tensión, insomnio y dificultades de concentración contribuyeron en mayor medida. En los sujetos con trastorno depresivo mayor, los patrones sintomáticos fueron similares, aunque el ítems de ánimo depresivo contribuyó en mayor medida en comparación con lo observado en los pacientes con trastorno de ansiedad generalizada. Asimismo, el perfil de los sujetos con trastorno depresivo puro fue similar al de los pacientes con trastorno depresivo en comorbilidad con ansiedad. En cuanto a la MADRS, los ítems que más contribuyeron con el puntaje total en los pacientes con trastorno de ansiedad generalizada fueron la tensión interna, la disminución de la cantidad de sueño y la concentración, lo cual coincidió con lo observado al aplicar la HAMA. Entre los sujetos con trastorno depresivo mayor, cada apartado contribuyó igualmente con el puntaje total, con excepción de la disminución del apetito y la ideación suicida. El patrón sintomático de los pacientes con depresión pura fue, una vez más, similar al de aquellos con depresión en comorbilidad con ansiedad. Puede concluirse que la aplicación de la HAMA o de la MADRS resultó en perfiles similares para los tres grupos de pacientes.

Luego del tratamiento y una vez alcanzada la remisión, el patrón de síntomas residuales de los individuos con trastorno depresivo mayor fue similar al observado antes del tratamiento con escitalopram. Lo mismo se observó entre los pacientes con trastorno de ansiedad generalizada que alcanzaron la remisión sintomática luego del tratamiento con dicha droga. Es decir, los síntomas residuales reflejan la naturaleza del proceso psicopatológico subyacente, tanto para el trastorno depresivo mayor como para el trastorno de ansiedad generalizada. Además, al aplicar los criterios diagnósticos vigentes, ambos trastornos son cualitativamente similares.

Conclusión

Los trastornos depresivos y de ansiedad tienen características psicopatológicas subyacentes en común. La similitud observada permite sugerir que si bien el abordaje categórico sería necesario para la toma de decisiones terapéuticas, también se requeriría el modelo diagnóstico dimensional. El tratamiento con escitalopram no modificó la similitud entre el perfil sintomático de los pacientes con depresión y el perfil sintomático de aquellos con ansiedad. Esto se verificó aun en la etapa de remisión ya que los síntomas residuales presentaron un patrón muy similar al observado antes del tratamiento.

Especialidad: Bibliografía - Neurología - Psiquiatría

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